Comunicar el campo a la sociedad urbana: el caso del mastín

Colectivos ganaderos presentan una batería de alegaciones para evitar que se catalogue a los mastines como animales de compañía o domésticos, tal y como se recoge en el borrador de la normativa sobre los derechos de los animales que prepara el Gobierno. Otro reto pendiente es informar y formar a los excursionistas sobre cómo comportarse con estos perros cuando se encuentran con ellos en el monte

Comunicar el campo a la sociedad urbana: el caso del mastín

La reciente publicación del borrador del anteproyecto de la ley de protección y derechos de los animales hizo saltar la preocupación entre los ganaderos de extensivo, en especial los de ovino y caprino, por las implicaciones que la nueva norma puede traer para los perros que tienen en sus ganaderías para guardar y guiar el ganado. La mayoría de estos perros son mastines, por las aptitudes que han demostrado en el cuidado y protección del rebaño, en especial frente a ataques de la fauna salvaje, como el lobo.

El documento inicial presenta novedades que afectan directamente a la actividad de estos perros en la ganadería. La limitación en la vida profesional de los animales, al estipular una edad de jubilación y retrasar su inicio es uno de los mayores cambios que propone. La nueva norma, aún en las primeras fases de tramitación, tampoco detalla que estos perros, tanto mastines como otras razas que se emplean para el manejo del ganado, sean reconocidos en una categoría más específica y adaptada a su realidad, por la labor que hacen. Este es otro de los aspectos en el que inciden los ganaderos al considerarlo imprescindible dadas las diferencias que pueden existir con otros animales de compañía por el trabajo que desempeñan.

La obligatoriedad de jubilar a los perros y la falta de una regulación específica que ofrezca un encaje legal a estos animales por su trabajo en la ganadería son las principales reclamaciones entre los ganaderos

Desde distintos colectivos ganaderos ya se recogieron alegatos que trasladarle al Ministerio, dado que algunos de los cambios que proponen pueden suponer un importante sobrecosto e incluso hacer inviable que se sigan a emplear los perros para el manejo del ganado. «Estamos en las fases iniciales, aun tiene que ser aprobada en el Congreso y Senado y esperamos que antes se atiendan las alegaciones que se han presentado y pueda mejorarse», apunta Joan Alibés, delegado en Galicia de la Asociación para la Conservación del Mastín Español Tradicional (Acmet), uno de los colectivos que presentó varias propuestas al Ministerio.

Desde la Asociación de criadores de ovino y caprino de Galicia (Ovica) también presentaron un paquete de propuestas para mejorar este anteproyecto de ley. «Entendemos la necesidad y los aspectos positivos que el desarrollo de una ley de protección de los animales puede reportar y esperamos que nuestras aportaciones, basadas en la realidad de nuestro trabajo y del sector se tengan en cuenta», apunta Luis Miguel Rivera Otero, presidente del colectivo.

Perro protector del ganado

Uno de los temas fundamentales que destacan desde distintos colectivos ganaderos es la necesidad de que se reconozca a los perros que tienen en sus ganaderías para el cuidado del rebaño por el trabajo que realizan. «El mastín tiene que tener un encaje real dentro de esta normativas, estar reconocido y definido como perro protector del ganado y como herramienta de trabajo de las ganaderías», reivindica Alibés.

De hecho, hubo ya varios intentos frustrados para conseguir que la propia Administración gallega reconociera esta categoría y regulara sobre estos perros para legalizar su labor con el ganado. Con todo, como señalan los ganaderos, estos perros siguen sin tener un amparo legal pese a la promoción que se está haciendo en los últimos años para incorporarlos a las ganaderías como una medida de protección frente al lobo, con un línea de ayudas específicas de la Consellería de Medio Rural.

Piden que la nueva normativa reconozca las particularidades de este tipo de perros por el trabajo que realizan en las ganaderías

Desde Ovica también coinciden en señalar esta diferenciación como prioritaria. «Debería de existir una clasificación y regulación diferenciada para los perros de nuestras ganaderías, como Perros de Protección del Rebaño, con una definición propia y una regulación separada», reclaman.

El colectivo de ganaderos apunta también la necesidad de que esta nueva normativa regule las interacciones de estos perros con las personas ajenas al rebaño, para afrontar una problemática que arrastran desde hace tiempo y que se ha visto incrementada con la pandemia. De hecho, en otros territorios las Administraciones y diversas entidades están emprendiendo campañas para sensibilizar sobre la importancia de los perros para el rebaño e informar a distintos colectivos que se acercan a ese territorio, como turistas, ciclistas o montañistas. Procuran de este modo dar a conocer unas pautas sobre el comportamiento de los animales e informar de que esos perros están cumpliendo una labor importante. Desde Ovica ven en la nueva normativa una oportunidad para atajar estas situaciones.

cartel mastins ganderias de ovino

Cartel informativo sobre la labor que desempeñan los perros del ganado que incluye recomendaciones de comportamiento con estos animales.

Limitaciones y requisitos

Otra de las novedades de la normativa que más les afectaría a los ganaderos es la limitación del uso de los mastines al fijar una jubilación de los animales a los 7 años y establecer una prórroga mediante la obtención de un certificado veterinario. «Por sobreproteger a los mastines no puede ser que acaben cargando los ganaderos con los sobrecostes», valoran en la Acmet.

La propia limitación ya suscitó dudas no solo de ganaderos, sino también de profesionales veterinarios y criadores especializados en mastines. «En nuestro sector, no se puede decir que los perros de protección del rebaño estén realmente trabajando, pues más bien están respondiendo a un instinto propio de su naturaleza y sería contrario al bienestar y a las necesidades del animal no permitirle realizar esta actividad», defienden desde Ovica.

Reclaman que se elimine la limitación del uso de los perros hasta los 18 meses, ya que puede condicionar la eficacia de estos para el cuidado del ganado

El borrador también restringe el uso de los animales en las ganaderías hasta los 18 meses, lo que para los ganaderos sería inviable. «En nuestro sector, los perros de protección están con los rebaños cuanto más temprano mejor, para aprender y convivir con él y poder identificarse con los animales como parte de la manada. Si se limita el uso de los perros hasta los 18 meses, no sabemos muy bien en que situación quedarían nuestros perros», apuntan desde Ovica.

Los colectivos ganaderos coinciden en que deben recogerse unas condiciones de bienestar y de trabajo para este tipo de perros, pero reclaman que sean compatibles con el uso de los animales en la prevención de los ataques de la fauna salvaje , como el lobo. «Estamos incorporando mastines en nuestras ganaderías por la presencia del lobo, sino tendríamos menos o incluso no tendríamos estos perros», valoran en Ovica.

Además de estos aspectos, los colectivos ganaderos reclaman que la nueva norma también tenga presente que los perros de estas ganaderías tienen un manejo y unos cuidados que pueden diferir de otros perros de compañía, si bien eso no implica que no disfruten de un bienestar y confort. Los ganaderos esperan que sus propuestas sean tenidas en cuenta para poder seguir contando con estos perros en sus ganaderías, ya que son fundamentales sobre todo para un manejo del ganado en extensivo. 

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