La Botrytis o podredumbre gris (causada por el hongo Botrytis cinerea) es una de las enfermedades más comunes en los viñedos y supone importantes pérdidas económicas. Para abordar los últimos avances en la lucha contra esta enfermedad fúngica la Estación de Viticultura y Enología de Galicia (EVEGA) organizó el pasado jueves una jornada técnica en O Barco de Valdeorras en la que participaron destacados expertos en la materia.
Y es que a diferencia de otras enfermedades fúngicas como mildiu o el oídio, Botrytis cinerea se desarrolla en un rango mayor de temperaturas y humedad y además, afecta a todo el ciclo de la uva, comenzando en la mayoría de los casos el proceso de infección en la floración.
“Es una de las enfermedades más estudiadas, pero seguimos teniendo carencias en su control por su alta capacidad de supervivencia y resistencia, pues el hongo Botrytis cinerea producen una alta cantidad de esporas, y se desarrolla en condiciones climáticas muy distintas. Además, la viña es susceptible a este hongo a lo largo de todo su ciclo”, explica Elisa González Domínguez, investigadora en patología vegetal de Horta srl. (www.horta-srl.com).
Para poder controlar esta enfermedad es clave conocer su ciclo de vida: “El hongo causante de la Botrytis puede sobrevivir en las uvas momificadas de un racimo del año anterior y provocar que en el inicio de la floración haya una infección de la flor, que quedará latente hasta desarrollarse a partir del envero y que se propagará por el aire o por contacto entre las uvas. También puede infectar los resíduos florales y quedar dentro del racimo cuando se cierre o propagarse al fruto a través del pecíolo”, prosigue.
En este sentido, el control de la Botrytis debe basarse en diversas estrategias que combinen medidas culturales, empleo de antifúngicos e insecticidas y control biológico.
Resumimos a continuación las principales claves para su control que ofrecieron los expertos:
1) Control de la polilla de la vid (Lobesia botrana). El control de este insecto está asociado al de la Botrytis, pues cuantas más larvas de polilla más Botritis en uva, debido a que sus picaduras en la piel de las uvas favorecen la entrada del hongo.
2) Es fundamental aplicar un tratamiento en floración si las condiciones son adecuadas para la enfermedad. Desde los años 70 del siglo pasado la estrategia de control de la Botrytis en viñedo se basa en la aplicación de 4 tratamientos en las siguientes fases: floracion, precierre, envero y cosecha. Los dos primeros sirven para controlar las infecciones latentes en floración y para desinfestar los residuos florales, mientras que los dos últimos son para combatir la enfermedad sobre la uva madura.
Sin embargo, en los últimos años se recomienda limitar estos tratamientos para conseguir una viticultura más sostenible, no solo desde el punto de vista económico, sino medioambiental y sanitario, con cada vez menos resíduos fitosanitarios en el vino.
En este sentido, los expertos coinciden en que el tratamiento en floración es fundamental, pues desinfesta los residuos florales y controla las infecciones latentes del hongo. Este tratamiento debe darse si las condiciones climáticas han sido favorables para las infecciones en floración.
“Dar un tratamiento contra la Botrytis en floración si hay riesgo permite tener una estrategia de manejo más flexible, pues si el año viene bueno podemos saltar el tercero y el cuarto tratamiento, pero si desde el envero las condiciones de humedad y temperatura son desfavorables, vamos a tener una carga fúngica mucho más elevada y va a ser más difícil controlarla”, asegura Elisa González.
4) Control biológico de la Botrytis: Cada vez las empresas ofrecen más productos para controlar la Botrytis basados en la lucha biológica mediante el empleo de un agente de control biológico (que suele ser otro hongo o bacteria). Es una estrategia necesaria para reducir los resíduos fitosanitarios en la uva y también para prevenir la aparición de resistencias en Botrytis cinerea a los tratamientos convencionales. Sin embargo, en la lucha biológica, al basarse en organismos vivos, su eficacia se ve más condicionada por las condiciones meteorológicas.
En cuanto a los agentes de control biológico más efectivos para la lucha contra esta enfermedad, Carlos Calvo Garrido, responsable del área de viticultura y patología del Centro Tecnológico del Vino de Tarragona (VITEC), expuso los resultados de diferentes estudios, realizados principalmente en Francia. Estos estudios concluyen que los agentes de control biológico más efectivos son Candida sake, Bacillus subtilis y Bacillus amyloliquefaciens.
“Estos productos son más de uso preventivo que curativo, y debemos dejar tiempo para que los microorganismos se establezcan en el viñedo y comiencen a actuar. En todo caso, debemos aceptar las limitaciones de los productos alternativos a la Botrytis por sí solos, ya que ninguno supera el 60% de eficacia y sólo Candida sake combinada llega al 90% de eficacia”, explica Carlos Calvo.
Dentro de las medidas alternativas también se sitúan el uso de productos naturales (a veces combinados con la lucha biológica), como terpenos, arcillas o el carbonato potásico, revelándose este último como el más eficaz en los ensayos realizados.
4) Necesidad de utilizar modelos de riesgo epidemeológicos, conectados con las estaciones meteorológicas, que predigan a nivel de parcela el riesgo de aparición de Botrytis. Elisa González presentó un modelo desarrollado recientemente por su grupo de trabajo para predecir la severidad de Botrytis en cosecha en función de las condiciones climáticas (https://journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.0140444). Este modelo se encuentra disponible para los viticultores a través de la plataforma vite.net (www.horta-srl.com).
5) Medidas culturales: Reducir la cubierta vegetal excesiva alredor del racimo, para evitar la condensación de humedad. Las labores de deshojado en el momento oportuno son necesarias para airear el racimo y favorecer la entrada del producto, así como control del vigor de la vid, mediante medidas como la reducción de las cubiertas vegetales.