5 claves que la experiencia veterinaria puede aportar frente al Covid-19

El profesor del área de Sanidad Animal de la Universidad de Santiago, Gonzalo Fernández Rodríguez, aborda las aportaciones que los veterinarios pueden hacer en las actuaciones contra el coronavirus, en base a la experiencia que tienen en el tratamiento de enfermedades infecciosas

5 claves que la experiencia veterinaria puede aportar frente al Covid-19

El papel de los profesionales veterinarios a la hora de afrontar la pandemia del coronavirus puede convertirse en una pieza clave dada su experiencia en el tratamiento de enfermedades infecciosas que también afectaron a las personas y que tuvieron origen en los animales. Esa fue una de las conclusiones que el profesor del área de Sanidad Animal de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Santiago (USC), Gonzalo Fernández Rodríguez, apuntó en la ponencia virtual celebrada en la mañana del viernes y organizada por la agrupación estratégica de investigación del Campus Terra de la USC, BioReDes.

Las aportaciones que la veterinaria puede ofrecer, dada la experiencia en el tratamiento de enfermedades infecciosas, abarcan desde los factores a tener en cuenta para conocer mejor el Covid-19 hasta medidas de vigilancia para evaluar la evolución y expansión del virus. El día a día de muchos veterinarios está marcado por la prevención de los contagios, por lo que cuentan con una honda preparación en medidas de bioseguridad que también resultan fundamentales.

1._ El conocimiento de otras infecciones originadas en los animales

«Cada 4 o 5 años estamos asistiendo a la aparición de las llamadas enfermedades emergentes, que o bien son nuevas enfermedad o brotes de patologías ya conocidas», evidencia Gonzalo Fernández. Así es que en los últimos años se han detectado brotes y alertas sanitarias de enfermedades totalmente nuevas como el Schamllemberg, una patología que surgió por primera vez en el 2012, el PRRS de los años 80, que afecta al porcino; o la conocida popularmente como enfermedad de las vacas locas, que se detectó de nuevo en España en el 2001.

«Tenemos que ir acostumbrándonos a la aparición de nuevas enfermedades para gestionar tanto la sanidad animal como la salud pública teniendo esto en cuenta»

«Tenemos que ir acostumbrándonos a que van a ir apareciendo nuevas enfermedades para gestionar, tanto la sanidad animal como la salud pública, teniendo esto en cuenta», recomienda Fernández Rodríguez, que participa también en el grupo de Investigación de Sanidad Animal de Galicia (Invesaga) de la USC.

Además, el tipo de infecciones (zoonosis) en la que se incluye el SARS-Cov-2 son enfermedades que se transmiten de animal a personas, y luego el contagio entre personas posibilita la propagación de la infección. Ese mismo procedimiento lo siguen otras enfermedades que tuvieron un alto impacto en la sociedad como fue el VIH, del que se detectaron hasta 13 contagios derivados de los primates en 1930, o el Ébola. En este grupo también se incluye la Influenza, la gripe, donde las aves ejercen como portadoras de la enfermedad.

En este sentido cobra importancia la labor de los profesionales veterinarios a la hora de ejercer un control sobre la enfermedad, puesto que el medio de contagio inicial con los humanos son los animales. De hecho, aunque hace años los veterinarios se centraban en los animales de producción o domésticos ahora también comienzan a tener controles sobre la fauna silvestre.

Fernández apuesta por la coordinación de los equipos veterinarios sobre aquellas enfermedades que afecten al ser humano

Fernández aboga por el conocido como modelo One Health, que apuesta por una coordinación de los equipos veterinarios sobre aquellas enfermedades que afecten al ser humano. Así, en el caso de la Influenza ya se establecieron zonas de riesgo, por la gran presencia de aves, en las que se hacen vigilancias.

2._ El comportamiento de la infección en la población.

Uno de los aspectos fundamentales en el control de este tipo de enfermedades infecciosas es conocer las zonas y factores de riesgo que propicien el contagio. «Es muy necesario tener en cuenta todas las relaciones que pueden favorecer la propagación de la enfermedad, tanto desde los animales al ser humano, como entre animales a través de vectores, o incluso por las modificaciones del medio ambiente.

«Es muy necesario tener en cuenta todas las relaciones que pueden favorecer la propagación de la enfermedad»

En el Covid-19 fueron factores de riesgo tanto la relación del ser humano con el animal portador, el murciélago, como la falta de control sanitario sobre esas especies que se comercializaron para alimentación.

Transmisión de distintos tipos de coronavirus a humanos y animales en los últimos años.

Además de la vía de contagio, el investigador incide en la importancia que tienen indicadores con los que en veterinaria están muy familiarizados como es el intervalo de serie, y que pasó bastante desapercibido, pese a la importancia que puede tener. Este indicador muestra el período que transcurre entre que una persona presenta síntomas y la persona a la que contagia desarrolla los síntomas.

En el caso del Covid-19, el intervalo de serie está resultando más corto que el período de incubación de la enfermedad, que además es uno de los más largos, sólo por detrás del Ébola. «Esto nos indica que la infección está produciéndose en las fases anteriores a que aparezcan los síntomas y esto determinará la efectividad de ciertas medidas de control que se tomen», explica Fernández.

3._ La vigilancia de los contagios

A la hora de atajar la enfermedad, la gestión de los colectivos es otro de los aspectos determinantes y que los veterinarios tienen muy presentes en su día a día. La vigilancia que se hace de la enfermedad puede ser pasiva: aquella que actúa sólo sobre los casos con síntomas; o activa, en la que se procura detectar la enfermedad antes de que aparezcan, mediante el uso de pruebas de diagnóstico.

El personal veterinario lleva tiempo haciendo una vigilancia activa de muchas enfermedades contagiosas como puede ser la Tuberculosis, la Brucelosis, la Bronquitis infecciosa arreglar, la Peste Porcina Clásica o africana, entre otras. «En otros tipos de coronavirus a vigilancia pasiva fue efectiva, pero no está funcionando con el Covid-19, por lo que se precisa hacer bien una vigilancia activa», explica el investigador.

Aunque la vigilancia activa implica pruebas de diagnóstico, Fernández insiste en la importancia de centralizar las pruebas en aquellas personas que estén en contacto con infectados, en vez de intentar hacerlas a toda la población, por la dificultad que esto podría suponer. «El período de incubación largo que tiene el Covid-19 puede suponer una ventaja a la hora de intentar controlar su incidencia, puesto que nos permite tener tiempo para rastrear y aislar los contactos», concreta el experto.

«Una vigilancia activa nos permite conocer cómo funciona la enfermedad y cuáles son las medidas más efectivas»

Al igual que cuando se detecta un brote de una enfermedad contagiosas en una granja, lo importante será cortar la transmisión hacia otras. El especialista detalla que esta vigilancia activa es más efectiva sobre espacios de riesgo que, en el caso de las patologías veterinarias pueden ser los mercados de ganado, así como el contacto con los enfermos o los grupos más vulnerables. Fernández incide también que la vigilancia activa resulta más efectiva tanto al inicio de la epidemia como en las fases de desescalada, cuando se vuelve a intentar recuperar los ritmos habituales.

Diferencia entre la vigilancia activa y la pasiva en la detección de casos de vacas locas.

«Una vigilancia activa, si la empleamos bien, nos permiten conocer cómo funciona la enfermedad y cuáles son las medidas más efectivas e importantes», concreta. Esa vigilancia activa ya ha proporcionado información clave en la toma de decisiones a la hora de atajar brotes contagiosos en granjas. En algunos casos, pequeños cambios en el manejo bastaron para reducir la incidencia en ganaderías de ovino frente a patologías que suponían un importante riesgo. Fernández también recuerda cómo gracias a la vigilancia activa consiguieron averiguar que la causa de un repunte de casos de vacas locas en granjas próximas a instalaciones de porcino se debía a una contaminación cruzada en las fábricas de piensos que las abastecían.

Ante la falta de vacuna, la vigilancia activa también puede ser un aliado de manera que permita aislar los contagiados y minimizar los riesgos para la población. La experiencia en veterinaria recuerda que algunas de las infecciones presentes en las granjas también carecen de vacuna, sin embargo eso no impide que se atajen antes de suponer una debacle en la ganadería.

4._ La bioseguridade: medidas con resultados

Las medidas preventivas para evitar los contagios son otro de los campos en los que los veterinarios tienen un amplio bagaje. «Se hay algún experto en bioseguridad en España son los veterinarios de aves y cerdos», reivindica Fernández. El experto echa mano de las investigaciones realizadas para detectar mecanismos de contagio y las zonas de mayor riesgo de otras enfermedades infecciosas en las granjas, que pueden tenerse en cuenta en la lucha contra el Covid-19. Así, los vestuarios es uno de los puntos de mayor riesgo, por eso es fundamental establecer zonas diferenciadas, al igual que es necesario los cambios de atuendo y calzado en distintas partes de la granja. Son procedimientos que pueden ofrecer información en cuanto a las medidas que adoptar en salud pública.

«Se hay algún experto en bioseguridad en España son los veterinarios de aves y cerdos»

Fernández también incide en la importancia de revisar las medidas que se vayan tomando para comprobar su eficacia puesto que durante años la desinfección de las ruedas de los vehículos fue uno de los aspectos que más se cuidó en la bioseguridad de las granjas. Sin embargo, la carga viral de las ruedas era mínima, mientras que resultaba bastante más importante la presencia de virus en zonas del vehículo como los asientos o el salpicadero.

5._La experiencia europea para atajar infecciones en animales

En la toma de decisiones internacionales, la experiencia en la gestión veterinaria en el control de enfermedades infecciosas en Europa puede servir también como modelo, tras comprobarse durante años que ese tipo de controles están trayendo resultados favorables. «Europa puede aprender del manejo que se hace de estas cuestiones en veterinaria a la hora de afrontar la desescalada», señala el investigador.

«Europa puede aprender del manejo que se hace de estas cuestiones en veterinaria a la hora de afrontar la desescalada»

Para Fernández las bases en las que se asienta el éxito en el control de enfermedades infecciosas en Europa en los últimos años está en tres pilares: criterios sanitarios uniformes, normas de movimientos comunes y obligatoriedad de comunicar los contagios y la incidencia del virus siguiendo un protocolo único. «Es muy diferente a lo que estamos viendo con el Covid-19, donde cada país está afrontando estrategias diferentes», detalla el investigador.

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