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Lasurgal, el proyecto en el que se embarcaron la cooperativa Icos y también Xesgalicia, por parte de la Xunta, cumple el primer mes tras su presentación pública. La iniciativa, que arrancó en plena crisis del sector, trata de marcar un nuevo camino en la relación entre industrias y ganaderos. “La cuestión es pasar de la confrontación a la cooperación, con una estrategia de trabajo ‘win – win’ en la que industria y ganaderos ganen, sin que ninguno gane más que el otro”, expone el presidente del consejo de administración de Lasurgal, Jaume Llopis. Llopis es un reconocido gestor que pasó por firmas como Nestlé o Grupo Borges y que acumula 40 años de la experiencia en la industria agroalimentaria española.
«Tenemos cooperativas interesadas en entrar en el proyecto, lo que prueba que nuestra filosofía de trabajo gusta»
– ¿Cree que la mayor implicación de los ganaderos en la transformación de su producto, como sucede en Lasurgal, es una de las líneas por las que tiene que ir el sector?
– Lo que buscamos hacer en nuestro caso es arrancar el máximo valor de la leche, vía productos de calidad con marca, y que por esa línea la industria le pueda subir el precio de la leche al ganadero. En Lasurgal está la propia empresa matriz, Lasurgal, los ganaderos -a través de la cooperativa Icos- y la Administración. Lo más importante es la confianza mutua y la transparencia entre todas las partes, que los números estén encima de la mesa y que se le pueda decir al ganadero “Todo lo que vendamos por arriba de x precio implicará que te podemos pagar más por la leche”. Esta es una filosofía de trabajo que benefia al sector y la prueba está en que ya tenemos más cooperativas que quieren entrar en el proyecto. En Lasurgal aspiramos a ser un ejemplo para el sector lácteo gallego, que la iniciativa tenga un efecto demostración.
«La línea de quesos se impulsará de forma inmediata y la torre de leche en polvo la encargaremos a inicios de 2016»
– El plan de Lasurgal para valorizar la leche pasa por la fabricación de quesos y por subprodutos de mayor valor añadido, como los dirigidos a leches infantiles. ¿Qué plazos barajáis para impulsar estas líneas de trabajo?
– Tuvimos un consejo de administración la semana pasada en el que acordamos avanzar de manera inmediata en la línea de quesos, que se centrará en productos de denominación de origen, como Arzúa-Ulloa, y de calidad. Para la fabricación de los quesos, estudiamos varias opciones de empresas. Podríamos integrar en el proyecto a un quesero y, en cualquiera caso, va a ser una línea que se impulsará en breve y que estará en marcha en 2016. La siguiente etapa, a partir de finales del 2017, pasa por la comercialización a nivel internacional de productos para nutrición infantil, que tienen unos requerimentos de calidad y de homologación importantes. El último paso será la puesta en marcha de una torre de leche en polvo, dirigida a trabajar con clientes industriales. Como la torre tiene unos plazos de entrega de unos 2 años, lo más probable es que la contratemos ya a inicios del 2016.
«Las pymes tenemos que buscar nichos de mercado en los que hacer algo único, diferente y mejor»
– La apertura de mercados se presenta clave en el proyecto. ¿Qué estrategias tenéis para haceros un hueco?
– Esta empresa parte con unos técnicos magníficos que saben hacer unos productos de mucha calidad y ahora tenemos que trabajar los aspectos de marketing y comercial. Hay que estar en el mercado, acudir a todas las grandes ferias internacionales y buscar distribuidores. La empresa tiene capacidad para hacer muchos productos, como puede ser la manteca de vaca que mostramos en la presentación de Lasurgal. Es un buen producto, ¿qué le falta? Presentarlo bien, con un envase atrayente, con una marca bien promocionada y lograr una buena distribución.
«Si industria y distribución cumplen el acuerdo firmado en Madrid, será algo fantástico para el sector»
Por tanto, la evolución tiene que ir en la línea de vender menos a granel y en invertir en marcas. Lo que vale más de una empresa no son los hierros ni los ladrillos. Lo que vale más son dos cosas: las personas y las marcas, y eso no está en los balances. Las pymes, como esta, tenemos que buscar también nichos de mercado, segmentos en los que hacer algo diferente, único y mejor. Cuando yo fui director de Nestlé, recuerdo que dejamos de hacer leche de almendras porque era un mercado reducido y no interesaba. Hay nichos de mercado que a las grandes multinacionales no les interesan pero en los que nosotros podemos entrar.
– En cuanto a la situación de la ganadería en general, ¿qué perspectivas le ve en el actual contexto de crisis y protestas del sector?
– Hay un acuerdo firmado por la mayor parte de las industrias y de la distribución, que es algo que nunca hubo antes. Si todos cumplen ese acuerdo, será algo fantástico. La distribución se comprometió a no usar la leche como producto reclamo en los supermercados. Si eso fuera así, sería muy positivo. Podrían mejorar las márgenes de las grandes compañías industriales y eso debería repercutir en el ganadero.
