Ante la próxima renovación de contratos de la leche en el campo, que vencen mayoritariamente a finales de marzo, Agromuralla le aconseja calma a las granjas a la hora de valorar las distintas opciones. “Hay plazo para firmar hasta la finalización del contrato y no conviene apurarse a tomar una decisión”, valoran.
La asociación recuerda que la normativa actual le da margen a las ganaderías a la hora de renovar los contratos. Hasta el año pasado, una vez que las granjas recibían la oferta de la industria, tenían 15 días para pronunciarse y, si no lo hacían, se entendía como renovado, pero ahora eso ya no es así. Es decir, ahora si el ganadero no se pronuncia, la oferta se entenderá en todo caso como no aceptada, explica Agromuralla en una nota de prensa.
Desde la organización subrayan que continúa escaseando la leche en el campo, por lo que consideran que las industrias lácteas tendrán que dar marcha atrás de sus anuncios de bajadas de precios.
«Sigue habiendo falta de leche y si los precios bajaran, la producción volvería a caer en picado», aseguran, por lo que se desencadenaría una situación de «desabastecimiento del mercado» en el que habría empresas que se quedarían sin suministro. «La leche sería en ese caso para las industrias que pagaran más por él», argumentan. Del mismo modo, dicen, una bajada en origen provocaría un descenso de valor en toda la cadena, lo que también perjudicaría a las industrias.
Por eso, desde Agromuralla piden a las empresas «que no traten de meter miedo con globos sonda que son inaceptables», y a los ganaderos «que no se dejen influenciar», incidiendo en la capacidad de negociación que contempla la ley a favor del productor.
Aumento de costes en el campo
Agromuralla defiende que «los precios para este año tienen que mantenerse o incluso subir, dado que los costes de producción siguen aumentando». «El gasóleo, la luz, los piensos y los fertilizantes continúan por las nubes», aseguran.
Contratos a corto plazo
La asociación es partidaria en este momento de que sus socios firmen contratos a corto plazo «para que la leche no quede atada y haya mayor competencia entre las industrias».
«El problema que hubo el año pasado es que la leche en Galicia estaba mayoritariamente vinculada a contratos a un año, lo que hizo que los precios se mantuvieran más bajos que en otras comunidades autónomas y que industrias de fuera que tenían falta de leche no pudiesen venir en busca de él a Galicia porque no había disponibilidad en la entrega por parte de las granjas», argumentan.
Por último, la asociación recuerda que las industrias ya tenían que haberle presentado ofertas a las granjas a día 1 de febrero, según establece la normativa vigente, por lo que considera que la gran mayoría de las industrias son en estos momentos susceptibles de ser denunciadas ante la Agencia de Inspección de la Cadena Alimentaria (Aica).
Los contratos de la leche a corto plazo ganan peso en el campo por la incertidumbre del mercado