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El proyecto de Dairylac, la industria láctea con base en Melide que lideran Icos y Codeira, continúa dando pasos para su consolidación. Si nada se tuerce, la cooperativa de segundo grado Aira aprobará en las próximas semanas su entrada en el accionariado de Dairylac. La incorporación permitiría capitalizar la iniciativa, de cara a futuras inversiones, y representaría un fortalecimiento de la base ganadera de la industria.
Aira es una agrupación de cooperativas que se constituyó hace una década con el objetivo de fabricar los piensos en conjunto. Las entidades socias montaron en 2008 una planta en Taboada (Lugo) en la que centralizaron la producción de concentrado para la alimentación animal. El éxito del proyecto, que presenta unas cuentas saneadas, permite ahora que la cooperativa de segundo grado se plantee nuevos objetivos, pasando de la mera producción de materias primas a participar también en la transformación de la leche.
Aira se constituyó hace una década para fabricar piensos en conjunto. El éxito de su recorrido le permite ahora encarar nuevos proyectos
Para la incorporación de Aira a Dairylac se barajaron varias fórmulas. Una posibilidad consistía en transformar Aira en una cooperativa de primer grado en la que se integrarían todas las cooperativas socias, si bien esa opción parece haberse descartado. Sobre la mesa, según confirmaron fuentes próximas a la operación, está ahora la entrada de Aira en Dairylac como cooperativa de segundo grado, un movimiento que permitiría que las cooperativas que forman parte de Aira mantengan su autonomía económica al tiempo que, de una manera indirecta, participan en el proyecto industrial de Dairylac.
Entidades socias
La cooperativa de segundo grado Aira está conformada por algunas de las principales cooperativas de Lugo, como Agris, la propia Icos, Lemos, Mopán (Monterroso), Tierra Llana (Castro de Rei), Cogasar (Sarria), Leira (Paradela) y Coelplan (Becerreá), a las que hay que sumar Coafor, de Forcarei (Pontevedra). La entrada de Aira en Dairylac, por tanto, le aportaría a la industria melidense una fuerte base ganadera, así como una capitalización que precisa para acometer los proyectos en los que está embarcada.
La incorporación le aportaría a Dairylac una mayor base ganadera y la capitalización que precisa para nuevas inversiones
El movimiento de la cooperativa de segundo grado constituye así un paso más en la implicación de los ganaderos en el proceso de industrialización de su leche. Sobre el tablero del cooperativismo gallego se van dibujando dos grandes grupos. De un lado el proyecto de Cooperativas Lácteas Unidas (Clun), en el que participan por ahora Feiraco, Os Irmandiños y Melisanto; y por el otro lado Dairylac, con el liderazgo de Icos (Chantada) y Codeira (Portomarín), y con la inminente entrada de Aira.
A la luz de las declaraciones de los dirigentes de ambos grupos, no es de descartar que en un futuro se establezcan colaboraciones entre Clun y Dairylac, en la línea de buscar una integración de todo el cooperativismo gallego bajo un paraguas común.
