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Edelmiro López Iglesias, profesor da Universidade de Santiago de Compostela, e Francisco José Ónega López, investigador desta Universidade, durante a presentación do informe
El volumen actual de la mano de obra en el sector agroganadero gallego se limita a unas 50.000 personas, después de la abrupta caída que sufrió en las 4 últimas décadas, desde la integración en la UE (en 1985 el sector contaba con 415.000 ocupados). A eso se une un fuerte envejecimiento de los titulares de explotación: según los datos del Censo Agrario del 2020, el 71,7% de las personas al frente de una explotación estaban próximas o superaban la edad de jubilación. Estos datos globales reflejan la trascendencia de esta realidad y la necesidad de encontrar soluciones adecuadas.
Por este motivo, el Foro Económico de Galicia presentó esta mañana el «Informe sobre el relevo generacional en el sector agrario gallego: retos y oportunidades”, elaborado por Edelmiro López Iglesias, profesor de la Universidad de Santiago de Compostela, y Francisco José Ónega López, investigador de esta Universidad.
El documento recoge el diagnóstico y las recomendaciones derivadas de la VIII Reunión Casal de Armán, celebrada el 27 de junio de 2024, y analiza en profundidad los factores que condicionan la renovación generacional en el sector agrario gallego.
Como cabría esperar, la dimensión de las explotaciones, y su capacidad para generar una renta adecuada, es un elemento esencial que condiciona la existencia de relevo. Sin embargo, incluso en los estratos superiores (con una producción anual por encima de 50.000 euros) el 40% de las unidades productivas (3.500) están en manos de jefes con 55 o más años.
Las diferencias en función del tamaño se trasladan a los datos por orientaciones productivas. En este sentido, se constata un peso mucho mayor de los/as agricultores/as jóvenes en las unidades especializadas en las principales producciones ganaderas: vacuno de leche, vacuno de carne, porcino y aves. Mientras que el envejecimiento es especialmente acusado en las explotaciones no especializadas (cultivos agrícolas diversos, policultivos, ganadería mixta) y en ciertos cultivos (horticultura al aire libre, frutales y cítricos).
En el plano territorial, el relevo generacional se está concentrando en las áreas ganaderas del interior de la mitad septentrional. Mientras que la situación y perspectivas demográficas son mucho más problemáticas en amplias zonas de la geografía gallega, que pueden ver desaparecer en las décadas inmediatas una grande parte de las explotaciones agrarias, que son ya pocas en muchos ayuntamientos.
En este sentido el responsable del informe, Edelmiro López Iglesias, afirmó esta mañana que «El relevo generacional en la agricultura constituye hoy un problema y una cuestión candente en toda la Unión Europea, pero alcanza especial relevancia en el campo gallego.»
Medidas hacia el futuro
La PAC vigente (2023-2027), incluye el relevo generacional como uno de los nueve objetivos prioritarios. Además, la UE enfatiza la necesidad de abordar este objetivo con un enfoque integral, en el que se coordinen las diferentes medidas financiadas por la PAC y también otros mecanismos e instrumentos a nivel estatal o regional. También en Galicia comienzan a darse pasos en esa dirección. Después de décadas sin un impulso político y un enfoque global del apoyo al relevo generacional en el sector, salvo pequeñas excepciones, en los últimos años se están impulsando iniciativas relevantes. Así, como parte del proceso de elaboración del PEPAC 2023-2027, la Consellería de Medio Rural definió una estrategia de intervención en medio rural en el horizonte de 2030. Redactada en 2021 con el apoyo de la Universidad de Santiago de Compostela, la estrategia estableció ocho líneas estratégicas, siendo la tercera el “Impulso al relevo generacional en la agricultura”. Este apoyo se articulaba a través de cuatro subrayas: acceso a la tierra y/o la explotaciones agrarias; apoyo a la instalación y a la creación de empresas agrarias; formación, tutorización y asesoramiento; sensibilización e información.
Las novedades más salientables puestas en marcha por ahora en ese marco son: el Banco de Explotaciones, con las “ayudas a la cooperación para la sucesión” como complemento; el refuerzo del apoyo a la instalación, con una nueva línea para personas de 40 a 55 años; diversas acciones para el refuerzo del sistema de conocimiento e innovación agraria relacionado con el apoyo al relevo.
Esas medidas y otras pendientes son fundamentales para abordar las barreras que dificultan el relevo generacional en el sector agrario. Unas barreras o condicionantes que incluyen, además de los factores económicos y la dotación de servicios en el rural, aspectos sociales, el acceso al conocimiento y formación y el acceso a la tierra.
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