
A sólo dos meses de la vendimia, el temor a una segunda cosecha sin compradore para la uva se extiende por la Ribeira Sacra. Las organizaciones sindicales creen que un segundo ejercicio sin recogida sería «mortal» para la DO, y más teniendo en cuenta que todo apunta a una cosecha abundante esta campaña.
El año pasado fueron 400 los viticultores que no encontraron comprador para su uva. En el caso de algunos viñedos, quedaron más de 20.000 kilos de fruto sin recoger. Según UUAA, esa situación llevó a que ya se esté detectando abandono de parcelas vitícolas en algunos lugares de la subzona del Miño, en zonas de Pantón como Espasantes, Acedre, Atán, Pombeiro o Cangas, o en Sober.
El excedente acumulado y los problemas de las bodegas para dar salida al vino en un contexto de caída de consumo de los tintos han dado lugar a una situación que de nuevo este año, a dos meses de la vendimia, vuelve a ser prácticamente la misma, dicen desde UUAA. «La situación es crítica: la gente puede resistir un año, pero dos años teniendo que dejar las uvas colgadas son la antesala del abandono. No podemos permitir que eso vuelva a pasar, porque si se repite es más que probable que los que hasta ahora resistieron abandonen».
Unións Agrarias hace un llamamiento para que la administración, que tiene todas las competencias y la capacidad de actuar, dé un paso más y se implique de forma decidida para frenar una tendencia muy preocupante. «Dar salida a la producción de una DO de estas dimensiones no debería ser complicado», asevera la organización, que insta a «trabajar todos de la mano para conseguir que se recoja toda la uva y que esta pueda tener un precio justo».
Desde el Sindicato Labrego Galego aseguran que «las bodegas que tenían problemas el año pasado continúan teniéndolos este año. Estas bodegas nada les dijeron a los viticultores y viticultoras, por lo que les recomendamos que se pongan en contacto con ellas por escrito y que exijan contratos por escrito y el cumplimiento de los mismos. De Bodegas Rectoral de Amandi (Lugo) no tenemos noticia de que vaya a recoger ni un kilogramo de uva».
Balance de las ayudas
Poda en verde
Unións Agrarias (UUAA), el Sindicato Labrego Galego (SLG) y la Federación Rural Galega-Asociación Galega de Viticultura (FRUGA-AGV) consideran que las resoluciones de la Consellería do Medio Rural que regulan los criterios y la concesión de ayudas para la poda en verde fueron poco ambiciosas y no creen que vayan a ser efectivas.
Para UUAA, debido a los requerimientos y condiciones de la convocatoria, la mayor parte de los viticultores de la Ribeira Sacra no pudieron acogerse a ella. La organización pone el foco en la relevancia que la viticultura tiene en esta zona desde el punto de vista turístico y medioambiental, e insta a la Xunta de Galicia a renovar y reformular la ayuda para la producción en bancales.
Desde el SLG señalan que «pidieron muy pocas personas, quedó superficie fuera de la que se había solicitado y el importe fue menor de lo esperado. Desconocemos cómo calculó la Consellería el rendimiento medio de las parcelas. En la resolución vemos que el importe medio por hectárea es de 3.974,81 euros, muy lejos de las cifras que se barajaban. Los datos son: 63.477,79 euros aprobados, con lo cual a la Consellería le sobraron 536.522,21 euros; se solicitaron 16,73 has y se aprobaron 15,97 has; hay 30 personas (físicas o jurídicas) solicitantes, entre las cuales está una bodega. Las cifras hablan por sí solas».
En la misma línea se manifiesta la FRUGA-AGV, que ve el presupuesto y la superficie acogida insuficientes ante la magnitud del problema con la recogida en la Ribeira Sacra. «Las ayudas a la poda en verde se demuestran no efectivas cuando en el terreno que más necesidad hay, solo se acogen 13,13 hectáreas, de las 1.308 inscritas en la Denominación de Origen, un 1%. Las medidas paliativas, de esta y de todas las soluciones que aplica la Xunta de Galicia sobre el terreno, van hacia el problema cuando ya existe, no se anticipa a él. No hay, ni se vislumbran, planes para la formación, ni siquiera la elaboración de campañas de promoción de los vinos tintos o la búsqueda de nuevos mercados donde las bodegas puedan vender».
Destilación de crisis y ayudas paisajísticas
El SLG pone el foco en lo que considera un reparto desigual e insuficiente de las ayudas para el mantenimiento del paisaje vitivinícola: «una ayuda de la que se beneficiaron las mismas bodegas que no le compraron la uva a la gente. Esta ayuda, además, debería estar instaurada en la Ribeira Sacra ya hace años y no debería usarse como compensación por la crisis de excedentes que estamos padeciendo ahora. Por otra parte, tampoco queda claro si tienen previsto convocarla de nuevo este año».
«En lo que respecta a la resolución de las ayudas al paisaje, había un presupuesto de 2 millones de euros, del que solo se gastó el 66,02%, es decir, 1.320.476,30 euros. Hay casos de personas que solo cobraron por esta ayuda 15,40 euros. En total, se aprobaron 794 ayudas —esto es, no pidió todo el mundo que podía pedir— y de estas, 15 personas van a cobrar menos de 100 euros; 260 personas entre 100 euros y 500 euros; 214 personas van a cobrar entre 500 euros y mil euros; 172 personas van a cobrar entre 1000 euros y 2000; y tan solo 20 personas (físicas o jurídicas) van a cobrar más de 10 mil euros».

400 productores de uva tinta no tuvieron comprador el pasado año
Las tres organizaciones agrarias señalan que la destilación de crisis tampoco funcionó y no creen que sea una medida deseable, ya que deteriora la imagen de la Denominación de Origen y no resuelve los principales problemas, que tienen que ver con la comercialización, el abandono de viñedos y la imposibilidad de las bodegas de comprar la uva a los viticultores.
La FRUGA-AGV indica que tanto en las ayudas paisajísticas como en la destilación de crisis «las decisiones se toman sin ningún tipo de diálogo social, sin convocar mesas de trabajo con todos los sectores afectados, y sin que estos puedan proponer soluciones que tengan un impacto real para atajar el problema».
Unións Agrarias lamenta que estas medidas no hayan funcionado, ya que recuerdan que «se trata de una DO compuesta principalmente por parcelas de pequeñas dimensiones. Una realidad que debe tenerse en cuenta a la hora de diseñar las ayudas, primando los primeros metros».
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