El sindicato Unións Agrarias-UPA manifiesta su respeto institucional por el auto del Tribunal Superior de Justicia de Galicia que acuerda la suspensión cautelar de la resolución de la Xunta que permitía autorizar intervenciones de control sobre el lobo por daños en explotaciones agroganaderas. No obstante, la organización agraria no comparte su contenido y alerta sobre las posibles consecuencias que esta decisión puede tener en el equilibrio del medio rural gallego.
“La sociedad gallega debe saber que el lobo no está en peligro de extinción en Galicia y que nadie defiende su desaparición del territorio. Sin embargo, es necesario controlar sus poblaciones y los daños que provocan para garantizar una convivencia razonable con la ganadería extensiva y la seguridad en muchas aldeas donde los ataques del lobo, incluso en entornos habitados, están adquiriendo un perfil cada vez más preocupante”, advierte Jacobo Feijóo, responsable de desarrollo rural de UUAA.
El lobo no está en peligro de extinción en Galicia; es necesario controlar sus poblaciones
“Desde Unións Agrarias consideramos que la posibilidad de proceder a la extracción puntual de lobos debe formar parte de las herramientas de control disponibles, especialmente en situaciones de acoso reiterado a explotaciones concretas o riesgo para las personas. Estas acciones deben complementarse con otras medidas de gestión, como las preventivas o la alimentación disuasoria, siempre bajo criterios científicos y técnicos, como se ha hecho tradicionalmente en el rural gallego, que ha convivido con el lobo y lo ha conservado a lo largo de la historia, a diferencia de la mayoría de regiones europeas, donde la especie desapareció en el siglo XX y está regresando ahora con fuerza”, añade.
Galicia mantiene actualmente una de las mayores poblaciones de lobo de la Unión Europea, con una densidad superior a la de Portugal (con apenas 300 ejemplares), y cifras comparables a países enteros como Francia, y superiores a las de Suecia. Estos países, sin embargo, permiten y aplican medidas de control reglamentadas, adaptadas a la realidad de cada territorio.
Los ataques de lobos se incrementaron un 30% en 2024
Unións Agrarias alerta también de que los avisos por ataques de lobo aumentaron un 30% en la última campaña de 2024, con más de 2.100 notificaciones y 2.800 animales muertos, según datos oficiales de la Consellería de Medio Ambiente, aunque las pérdidas reales, especialmente en el caso del caballo de monte, son mucho mayores debido a las dificultades para encontrar los restos de los animales.
Entre las víctimas se cuentan 436 caballos, 1.191 ovejas, 224 cabras y 953 vacas, lo que compromete gravemente la viabilidad de la ganadería extensiva y la supervivencia de razas autóctonas como el caballo de monte gallego, en riesgo por la presión depredadora del lobo.
El caballo de monte gallego está en riesgo de extinción por la presión del lobo
Cabe recordar que el Plan de Gestión del Lobo de Galicia, aprobado mediante el Decreto 297/2008, está en plena consonancia con la nueva línea marcada por el Parlamento Europeo y la Comisión Europea, que acaba de oficializar la propuesta para adaptar el nivel de protección del lobo en toda la UE a las necesidades de cada territorio, pasando de la protección estricta a la protección común (Anexo V de la Directiva Hábitats). Esta decisión, basada en evidencias científicas y sociales, permitirá adaptar las medidas de gestión a la realidad de cada zona, reconociendo que el éxito en la recuperación de la especie debe ser compatible con la actividad agroganadera y con el equilibrio territorial.
Diferencias entre comunidades autónomas
Para UUAA, resulta sorprendente que, mientras los Tribunales Superiores de Asturias y Cantabria rechazaron solicitudes de suspensión cautelar similares, avalando controles más ambiciosos y con cupos establecidos, en Galicia se acepte “una tesis que ignora la realidad del rural gallego y la legalidad de una resolución basada en un plan aprobado por decreto”.
“Debe tenerse en cuenta que, entre 2010 y 2020, solo se cazaron 11 lobos en toda Galicia (el último en 2013), frente a los cupos autorizados por Asturias y Cantabria para 2025, que son de 53 y 41 lobos respectivamente”, explica Jacobo Feijóo.
Desde Unións Agrarias reclaman que esta diferencia de criterio se resuelva con agilidad, “para que el sector ganadero gallego pueda actuar con seguridad jurídica frente a una problemática que pone en riesgo no solo la viabilidad económica de las explotaciones, sino también la seguridad de las personas y la biodiversidad funcional del territorio”.
“La protección del lobo no puede ser incompatible con la actividad ganadera, que, lejos de ser parte del problema, es una pieza esencial para conservar el territorio, prevenir los incendios y mantener vivas las paisajes culturales y el equilibrio del rural gallego”, concluye Jacobo Feijóo.