Expertos reunidos en Monforte en un foro organizado por la Confederación de Empresarios de Lugo señalan que las nuevas herramientas digitales permitirán ahorrar costes fitosanitarios al detectar las plagas en tiempo real, manejar los stocks de las bodegas acomodándolos a los mercados o paliar una falta de mano de obra que ya es estructural. Son solo algunas de las casi infinitas posibilidades que la Inteligencia Artificial puede aportar el sector vitivinícola. Unas tecnologías que, según los ponentes, están cada vez más desarrolladas y llegaron para quedarse.
Rubén Íñiguez, enólogo e investigador de la Universidad de La Rioja incidió especialmente en los beneficios económicos que conlleva la aplicación de la IA. Y es que el análisis de datos de todos los paràmetros relativos à la viña permite hacer una estimación de lo que se va a producir y planificar así los movimientos económicos en los meses posteriores a la vendimia.
Íñiguez explicó que el 40% de las pérdidas en las cosechas de uva se producen por causa de las plagas de hongos e insectos. Y que, para combatirlas, hay que realizar una importante inversión en unos fitosanitarios que cada vez estàn más restringidos por las normativas de la UE. «La toma constante de muestras mediante sensores y su interpretación a través de la IA posibilitan la detección precoz de las plagas, de manera que se atajan a tiempo y con un menor coste», explicó el enólogo, que también habló de lo que ya se hacen diagnósticos y proyección individualizados por cada cepa.
Los sensores pueden estar en la viña, en el subsuelo y en el aire (drones). Íñiguez explicó que su grupo de trabajo analiza paràmetros como el color de las hojas, el peso de la madera de poda, el número de flores o la compacidad de los racimos. Todo con el objetivo de atajar plagas y enfermedades y, sobre todo, para tener una idónea planificación económica del viñedo.
Miguel Tubío, director tècnico de la bodega Martín Codax que abarca 2.500 parcelas, explicó que ya trabajan con diferentes app que les permiten un uso eficaz y conforme a la normativa de los tratamientos fitosanitarios. Dada la dispersión y pequeño tamaño de los viñedos, contrataron los servicios de un satèlite para tener imágenes de todas ellas y una visión conjunta y comparativa.
Tubío puso el foco en dos problemas que, por el de ahora, presenta la IA disponible. «La recogida de imágenes no es de todo fiable en el caso de la uva blanca, porque se confunde con las hojas. Además, el pequeño tamaño de las parcelas en Galicia lleva a que la aplicación de las tècnicas de la IA sea bastante cara; o dificultosa en zonas en pendiente como la Ribeira Sacra», dijo
Por el contrario, el representante de Martín Codax señaló que la IA aplicada en las cubas y màquinas de las bodegas està permitiendo gestionar adecuadamente los stocks y el embotellado. Y que la recogida de datos y su procesamiento llevó a identificar parcelas muy semejantes de manera que se agrupan por afinidad para hacer cada uno de los vinos que comercializan.
De cara a el futuro, Tubío considera que los avances tecnológicos y la escasez de mano de obra llevarán a una robotización exponencial del trabajo a pié de viña.
El director tècnico de la Denominación de Origen Calificada Rioja, Pablo Franco Sarria, dio cuenta de los avances en implementación de IA que llevan en aquella zona. Uno de los màis importantes è el proyecto Datadoc, una red de estaciones de medición y vigilancia climàtica que facilitan la toma de decisiones. Unas estaciones que se calibran cada seis meses para que sean totalmente efectivas.
Franco Sarria explicó que en los próximos meses van a poner app la disposición de los viticultores riojanos. «Actualmente utilizamos 7 modelos diferentes de predicción, en función de las características de cada zona. La recogida de datos es constante pero hay nueve momentos en el año en que los datos son los más relevantes para nosotros.»
Otra de las posibilidades de la IA que estàn aprovechando la encontrammos en las catas. Mediante una anàlise químico-sensorial en un espacio de 60 segundos, pueden tener los datos màis semejantes a una cata humana, pero con la posibilidad de probar millares de vinos a lo largo del año. Y es que, como dijo Franco Sarria «el objetivo es digitalizar toda la producción de vino de la Rioja».
En la mesa redonda posterior a las intervenciones, los ponentes subrayaron que, si bien por ahora las herramientas de la IA son costosas y estàn concebidas para grandes extensiones y empresas, acabaràn abaratàndose y llegando cada proyecto vitivinícola por muy pequeño que sea.
También señalaron la importancia de que las mediciones sean muy rigurosas y que las herramientas de obtención de datos estén en perfecto estado. De lo contrario, los datos que se interpreten seràn erróneos y los resultados desastrosos.
Además, recomendaron los asistentes no contratar y aplicar herramientas de IA porque estén de moda o nos las ofrezcan. Lo primero es fijarse un objetivo y después buscar la herramienta idónea a cada caso.
La posibilidad de emplear la IA para buscar nuevos mercados o asentarse en los màs fiables como solución à crisis de consumo de tintos en la Ribeira Sacra fue otro de los temas puestos sobre la mesa.