Así funciona el CAVI, el mayor centro de forrajes de Galicia para vacuno de leche

Ángel Miranda analiza el funcionamiento y detalla algunas de las decisiones que se toman para lograr óptimos resultados en el Centro de Alimentación de Ganado Vacuno (CAVI) que la cooperativa Clun tiene en A Mariña y que es un modelo cooperativo en la gestión de forrajes

Así funciona el CAVI, el mayor centro de forrajes de Galicia para vacuno de leche

Trabajos de ensilado en el CAVI en una campaña pasada.

El Centro de Alimentación de Ganado Vacuno (CAVI) que la cooperativa Clun tiene en el ayuntamiento de Barreiros, en A Mariña, se ha convertido en una opción fundamental para buena parte de las ganaderías de vacuno de leche de la zona, que han delegado en este servicio la alimentación de su ganado. “Se trata de un modelo de gestión de la alimentación donde la externalización de servicios se ha llevado a su máximo exponente”. Así definió el CAVI Ángel Miranda, director de la División Agroganadera de la Cooperativa Clun, en la celebración de las II Jornadas Delagro de Forrajes y Pastos celebradas en días pasados. Pero, ¿es rentable delegar así la producción de forrajes de la granja?

Para Miranda, la creación del CAVI fue el paso lógico para reunir todos los servicios en alimentación que ya estaba ofreciendo la cooperativa y al mismo tiempo dar solución a algunas de las problemáticas a las que se enfrentaban las ganaderías. Hoy en este centro gestionan unas 30.000 toneladas de silo de maíz y entre 10.000 y 15.000 toneladas de silo de hierba. Estas cifras se encuentran por debajo de la capacidad actual de sus 14 silos, de este modo tienen un stock para abastecer la demanda durante al menos 4 meses para no abrir silos hasta pasados 3 meses.

El CAVI gestiona unas 30.000 toneladas de silo de maíz y entre 10.000 y 15.000 toneladas de silo de hierba.

El CAVI gestiona unas 30.000 toneladas de silo de maíz y entre 10.000 y 15.000 toneladas de silo de hierba.

Por una parte, la cooperativa contaba con un parque de maquinaria para hacer las labores agrarias, analizaba los forrajes y proponía un pienso a la carta para el manejo de la ganadería, servía el pienso complementario a los forrajes de cada granja, gestionaba el suministro de forrajes deshidratados y paja que necesitaba adquirir y hasta realizaba la mezcla unifed en la ganadería con el parque de carros autopropulsados. Por eso, la creación de este centro fue la fórmula para aglutinar esta gestión de los forrajes y la alimentación con un modelo cooperativo.

“El mero hecho de mover los forrajes incrementa el coste por animal, pero no tiene porque incrementarse el coste por litro de leche”: Ángel Miranda, División Agroganadera Clun

“Éramos conscientes de que el mero hecho de mover los forrajes incrementaría el coste por animal, pero no tenía porque incrementarse el coste por litro de leche, ya que buscamos mantener la rentabilidad de la ganadería”, explica. Con este sistema de servicio de alimentación, la cooperativa también respondió a los retos de los socios, como la escasez de mano de obra en las granjas, la dificultad para lograr forrajes de calidad y mantener la estabilidad en la ración al tiempo que evitaban inversiones en silos y maquinaria. “El sistema CAVI es una forma de diluir el riesgo de los ensilados, ya que aunque un silo lo haya pillado la lluvia no se arriesga tanto como cuando esto pasa en el silo de una única granja”, explica.

Origen del forraje

El CAVI proporciona una solución no solo para las vacas en producción sino también para las secas y la recría, para las que proponen una mezcla seca y que sirven en pacas para reducir costes, en lugar de húmeda como la pensada para los animales en lactación. “Pretendíamos dar un enfoque amplio al servicio para ofrecer al socio la posibilidad de delegar por completo la gestión del forraje. Queríamos transformar un agricultor con vacas en un ganadero con tierras”, concreta Miranda.

“Queríamos transformar un agricultor con vacas en un ganadero con tierras”

El ensilado prioritario en el CAVI es el maíz, seguido del ensilado de Ray Grass. También tienen mezclas de cereal y leguminosa y en función de la evolución de la campaña optan por realizar ensilado con pulpa fresca de remolacha procedente de Baeza, en años adversos para la producción del maíz; o realizan pastone cuando tienen excedentes. Las mezclas para recría y vacas secas son hechas a base de alfalfa, veza y Ray Grass deshidratadas junto con paja picada.

La mayor parte del forraje del CAVI procede de una gestión integral que realiza la cooperativa en parcelas cedidas por los socios, de modo que Clun asume los gastos y riesgos de la cosecha y se realiza un pago único al propietario a finales de año. En las parcelas válidas para maíz la hectárea se paga a 300 euros y en las destinadas a hierba su precio es de 180 euros al año.

El CAVI también se abastece de forraje que el propio socio cultiva y gestiona. En estos casos es el ganadero quien asume los riesgos del cultivo y la cooperativa se encarga del transporte hasta el CAVI. En función de la calidad del maíz (materia seca y almidón) se establece un pago por tonelada. Así, para un ganadero con unos 40.000 kilos de materia verde de maíz por hectárea y un 33% de materia seca, el precio ronda los 48 euros por tonelada con lo que obtendría casi unos 2.000 euros por hectárea. Para el pago de la hierba utilizan una fórmula conocida como del Valor Relativo de Forraje de la Universidad de Minnesota, a la que incluyen una penalización a los silos que tengan por debajo de un 12% de proteína.

El 50% del maíz se paga a finales de año y el restante repartido en 12 pagos. En la hierba la mitad del pago se hace a 31 de julio y el 50% restante en los 12 meses siguientes. A mayores ofrecen una prima a los ganaderos que consume mezcla húmeda pero producen más forraje del que necesitan en sus granjas. La cooperativa compra además una parte del forraje a terceros en función de la evolución de la campaña. 

 Procedencia del maíz en el CAVI. En azul el maíz procedente de fincas de Gestión Integral, en naranja el procedente de la Compra a Socios y en gris la Compra a Terceros.

Procedencia del maíz en el CAVI. En azul el maíz procedente de fincas de Gestión Integral, en naranja el procedente de la Compra a Socios y en gris la Compra a Terceros.

El centro CAVI se gestiona con una planificación previa de 2 años y manejando históricos por finca para optimizar la producción. Al margen del servicio que ofrece a los socios que tienen contratado o catering, vende forraje a otros ganaderos que puedan precisarlo. “El CAVI funciona como un colchón para los productores de forraje, comprando excedentes o proporcionando maíz verde o forraje ante malas cosechas”, detalla Miranda.

Criterios para lograr forrajes de calidad en el CAVI

La planificación y control son dos de las claves para lograr forrajes de calidad en el CAVI. Supervisan la fertilidad de sus terrenos mediante analíticas periódicas del suelo cada 4 años para corregir el PH y optan por fertilizaciones a la carta. “Las fórmulas Profer que ofrece Delagro en su fábrica de As Pontes (A Coruña) nos permiten una gran versatilidad para adaptarnos a las necesidades de nuestros suelos”, valora.

Organizan una rotación de cultivos con el maíz, en la que apuestan por la producción de hierba debido a los beneficios que les aporta en la ración o en la PAC. Así, un tercio de sus parcelas queda sin sembrar cultivos de invierno, en otro tercio siembran cereal y leguminosas con el objetivo de realizar un corte temprano ya en abril y dejar la parcela lista para la siembra del maíz. En el otro tercio de tierras aprovechan dos cortes de Ray Grass.

Cosechan el maíz con al menos un 33% de materia seca. Priorizan el ciclo a la variedad de maíz

En el cultivo de maíz priorizan el ciclo en lugar de la variedad, para lograr que el grano esté maduro en la recolección. Hacen controles a mediados de agosto para estimar la producción que tendrán y decidir si compran, venden u realizan pastone en esa campaña. El maíz lo cosechan con un mínimo de un 33% de materia seca, es decir, cuando en el grano de maíz solo queda un tercio de leche, en la punta.

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En lugar de utilizar tractores para la recogida del maíz emplean este sistema de cosechadora y su transporte lo realizan en camiones.

Nunca estipulan una altura de corte fija, sino que pasa a ser una decisión del maquinista. La altura es una herramienta tanto para regular la calidad como la cantidad de silo. “Por cada 10 centímetros que elevamos el corte perdemos unos 2.800 quilos de materia fresca”, apunta. Así, cuando se pasa de los 25 centímetros de un corte habitual, a 75 centímetros se pierde un 18% de los kilos totales del ensilado por hectárea y solo se pierde un 4% de energía, al tiempo que se consigue un silo de maíz más concentrado, con un 12% más de energía por cada kilo de materia seca, explica el experto.

En sus silos siempre utilizan aplastador e inciden en tener un ritmo de picado y transporte acorde a lo que se está pisando en el silo, ya que es determinante para optimizar el silo y reducir las mermas. Procuran extender el silo en capas muy finas y paralelas para lograr su homogenización y evitar variaciones en la ración. Buscan un buen compactado, del orden de entre 270 y 300 kilos de materias seca por metro cúbico, lo que supone una densidad de entre 800 y 850 kilos de silo por cada metro cúbico. También cuidan el tapado del silo y emplean un plástico de film además de la lona para atajar las mermas. Según distintos estudios utilizar este plástico intermedio y fino permite reducir a la mitad las mermas, lo que en su caso podría llegar a suponer en torno a 115.000 euros al año.

Costes de producir silo de maíz

En base a los datos recabados a lo largo de estos años en funcionamiento, el coste medio para producir una hectárea de maíz en A Mariña se sitúa en torno a los 1.740 euros, según los datos propios de la última cosecha. En función de la producción, el precio de la tonelada por hectárea puede pasar de los 58 euros, si se logran 30 toneladas, o puede abaratarse hasta los 43 euros si se tiene una producción de 40 toneladas. El coste de las materias primas con las que complementar en la ración el silo de maíz será lo que determine si este coste es elevado y la rentabilidad del silo. De este modo, con un precio de maíz a 240 euros por tonelada y de la soja con 350 euros por tonelada, el interés en el silo de maíz estaría en los 67 euros por tonelada y en el caso de la hierba en los 62 euros por tonelada.

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