Así se crían los famosos caballos salvajes de Sabucedo

A pesar de que los equinos viven en libertad en el monte, requieren un control. Henrique Bazal, presidente de la asociación a la que pertenecen buena parte de las yeguas nos cuenta cómo es esta gestión que también recurre a la tecnología

Así se crían los famosos caballos salvajes de Sabucedo

Manada de yeguas de Sabucedo en los montes. Imagen: José María Barroso.

Cada año a comienzos de julio es tiempo de A Rapa das Bestas en la parroquia estradense de Sabucedo. Los caballos bajan de los montes, conducidos por los aloitadores hasta el curro, donde se procede a su desparasitación y se le corta la crin. Es un saneamiento anual de los animales que sigue realizándose como antaño. Se trata de un rápido procedimiento en el curro que realizan varios aloitadores en un cuerpo a cuerpo con el caballo, ya que, como asegura Henrique Bazal, presidente de la asociación vecinal Rapa das Bestas, a la que pertenecen la mayor parte de los animales, es la manera menos agresiva de proceder con estos equinos acostumbrados a vivir en libertad en los montes el resto del año. Para este saneamiento emplean una pasta oral, por su eficacia, que fue uno de los pocos cambios que se introdujeron.

En la Rapa se le corta la crin a los equinos y se sanean, en un procedimiento tradicional para evitar daños al animal

La Rapa es una de las actividades principales y más conocidas en la gestión de estos caballos al ser el momento en el que se da control de gran parte de ellos. A la vez, la Rapa, que este año se celebra entre los días 5 y 9 de julio, se convirtió en toda una gran fiesta, catalogada de Interés Turístico Internacional, en la que de siempre se implicó toda la parroquia y que ganó adeptos foráneos año a año para presenciar esa confrontación de fuerza entre los aloitadores y los caballos. Pero al margen de la rapa, la gestión de estos caballos salvajes prosigue durante todo el año.

Las manadas de caballos

Varios cientos de yeguas y caballos viven en libertad en montes de A Estrada, Cerdedo-Cotobade, Campo Lameiro y Cuntis en unas 3.000 hectáreas de terreno pertenecientes la mitad de ellas a la Estrada y el resto repartidos en manos de varias comunidades de montes del resto de los ayuntamientos. A falta de que realicen un censo para concretar el número de animales, este año cuentan con diez manadas de yeguas con macho que viven muy dispersas en estos montes. Calculan que son alrededor de 350 ejemplares, cerca de un centenar menos que el año pasado, debido a las bajas sufridas por la falta de alimento y un largo invierno.

Una de las yeguas rescatadas este año en el monte, que no podía ni mantenerse en pie.

Una de las yeguas rescatadas este año en el monte, que no podía ni mantenerse en pie.

Buena parte de la cabaña equina de Sabucedo pertenece a la asociación, se conoce como la cabaña de O Santo, donados muchos de ellos por propietarios ante los cambios de normativa que obligan a identificarlos con microchip y tener un seguro. “Desde la asociación ya comenzamos a colocarle el microchip en el 2000, antes de que fuera obligatorio, pero no resulta un sistema realmente efectivo para identificar a los animales que están en libertad, ya que hay que tenerlos en una manga para poder pasarle el lector y saber si tienen dueño, con lo que muchas veces implica que tengan también otra marca visual”, detalla el presidente de la asociación.

La escasez de alimento, por la falta de limpieza del monte y la dureza de este invierno redujo el número de equinos

Apenas comercializan con estos caballos, puesto que carecen de carta que los catalogue como pura raza gallega, pese a sus esfuerzos por mantener la raza tradicional. Los precios son realmente bajos. “Llegaron a venderse caballos por 80 o 50 euros”. Solo venden los machos enteros, una vez al año cuando pasan de los doce meses. Se quedan los machos más jóvenes, que nacieran en ese año y uno o dos ejemplares de más edad, para garantizar la renovación. “Lo hacemos por tener un control de la población”, puntualiza.

El manejo de las manadas también implica que en ocasiones tengan que introducir un macho en el grupo al detectar que no hay. Suelen hacerlo al comienzo de la época de celo de las yeguas. Suben al monte por dos hembras que dejarán con uno macho durante cerca de un mes en uno de los dos cierres de mayor tamaño de los que disponen para que se vayan adaptando antes de que regresen al monte. Un procedimiento que suele ser efectivo, aunque este año no funcionó como esperaban con dos de esas manadas.

Escasez de alimento

Este año la falta de alimento, derivado en gran medida por la falta de limpieza del monte y las condiciones meteorológicas adversas de este invierno, hicieron que descendiera el número de equinos en los montes. “Veníamos de un verano muy seco que arrasó con buena parte del alimento y el invierno fue muy largo, con mucha lluvia, por lo que no tenían zonas donde procurar comida”, explica Bazal. Muchos caballos no consiguieron sobrevivir pese a los esfuerzos de los miembros de la asociación que rescataron en el monte varios muy débiles. “Con el frío y la lluvia se paralizan y ni comen, quedan entumecidos, lo que dificulta incluso localizarlos”, detalla Bazal.

Ante la falta de alimento, este año adquirieron hierba seca. “También probamos con paja, pero casi no la comen y ante tanta escasez acabamos comprando rollos de hierba seca a 45 euros”, recuerda Bazal. Por eso, este año ya contemplan adquirirla con anterioridad aunque ante la falta de unas instalaciones donde poder guardarla deberán plastificarla.

Yeguas que entraron en una finca particular

Yeguas que entraron en una finca particular

“La situación del monte es tan mala que este año llegaron a bajar a los pueblos manadas enteras”, reconoce Bazal

Las condiciones adversas también motivaron que este año se multiplicara la retirada de reses de muchos de los pueblos próximos, donde llegaban en procura de cobijo y comida y remataban causando daños en huertos y fincas. En estos casos, ante los avisos de los vecinos, se acercan a recoger los animales que permanecen durante algunos días en uno de los dos cierres de 45 hectáreas de los que disponen, antes de llevarlos de nuevo al monte. “La situación del monte es tan mala que este año llegaron a bajar manadas enteras a los pueblos”, reconoce Bazal.

Esta labor es otra de las que más esfuerzo continuado implica para el colectivo, ya que en ocasiones las alertas son case continuas. “Intentamos ir a sacar los animales lo más rápido posible”, reafirma Bazal. Sin embargo, en alguna ocasión las incursiones en fincas se saldaron con la muerte del animal por disparos, segundo rebelan desde la asociación, como aconteció en varias ocasiones en Campo Lameiro.

Cabalo-Sabucedo-morto-

Cierre perimetral

Por eso, ante estas reiteradas incursiones de los caballos a los pueblos próximos, desde la asociación contemplan un ambicioso proyecto para realizar un cierre perimetral de las 3.000 hectáreas y reducir así los daños. Una iniciativa para la que buscan el apoyo de la Xunta. Por el momento el proyecto les fue traslado ya a algunos propietarios y comunidades de montes que lo respaldaron mientras otras comunidades de montes inicialmente no se mostraron partidarios de la propuesta.

Desbroces para procurar alimento a la yeguada

En los últimos tiempos, desde la asociación están realizando desbroces del montes para garantizar zonas donde los caballos puedan contar con alimento, escapar del lobo y cobijarse de la lluvia. Con fondos propios asumieron la limpieza de unas 40 hectáreas pero buscan al menos limpiar un 10% del monte donde se encuentran los equinos. “Hay zonas en las que los tojos alcanzan cerca de 4 metros de altura, y que también suponen un alto riesgo de incendio”. Por eso trasladaron esta petición ya hace meses a la Consellería de Medio Rural y al Ayuntamiento. “Le propusimos que en vez de pagar los desbroces de esas 300 hectáreas hubiera un tractor y una persona dedicada a estos trabajos, lo que permitiría también que alguien a diario estuviera en el monte y contribuyera a tener más localizadas las manadas”, detalla Bazal que describe la despoblación de la que tampoco escapa esta parroquia del rural gallego.

Nuevas tecnologías para el manejo

Al margen de estas iniciativas, desde comienzos de año se puso en marcha un proyecto de seguimiento de los caballos con GPS y drons. Una iniciativa de colaboración con la Universidad de A Coruña, el Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo y la empresa 3EDATA. Esta propuesta tiene como principal objetivo facilitar el manejo de las manadas y reducir los daños en cultivos y en la red viaria -estos últimos cada vez menos frecuentes-. Es una propuesta que cuenta con financiación europea y que comenzó a forjarse ya a principios del verano pasado con un grupo operativo integrado por diferentes colectivos a favor de la continuidad de estas poblaciones de caballos salvajes en el monte.

A lo largo de estos primeros meses ya pudieron comprobarse los resultados del empleo de estas tecnologías. La utilización de gps permitió conocer las zonas de incursión de las manadas y facilita su localización. Aunque ahora el primer gps que fue colocado ya no está funcionando puesto que estuvo emitiendo su posición con demasiada frecuencia y agotó las baterías antes del año, cuando estaba previsto sustituirlas. Un problema que ya atajaron para los nuevos gps que colocarán en la Rapa a otros 19 animales, para contar con dos por manada.

Uno de los animales con gps.

Uno de los animales con gps.

También probaron ya el empleo del dron pensado tanto para la localización de las manadas como para facilitar el manejo. Por ahora, a falta de más sesiones en las que ir perfeccionando la utilización de este aparato, en las primeras experiencias resultó difícil tanto localizar las manadas, que se camuflan entre la vegetación como realizar el manejo, por lo que incluso valoran incorporar sistema de visión térmica para mejorar estos aspectos.

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