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La Consellería de Medio Rural acaba de hacer balance en su último boletín agrometeorológico de como fue el año 2017 para las enfermedades del viñedo en Galicia, una campaña con poca incidencia de las enfermedades fúngicas debido al tiempo seco.
Sin embargo, desde Medio Rural advierten de que en esta pasada campaña “hay que destacar la presencia de dos plagas emergentes que, aunque localizadas de momento en focos determinados, deberán ser vigiladas en los próximos años por el riesgo de que supongan mayor afectación al cultivo”.
“Se trata del Melazo (Pseudococus ficus), que está siendo vector del Virus del Enrollado (GLRaV-3) en algunas explotaciones, principalmente en Pontevedra en la zona de O Rosal y Condado, y que provoca disminución en la cosecha y mala maduración de la uva; y del díptero cecidómido Janetiella oenephila, del que cada vez se detectan más focos en todas las DDOO en viñedos próximos la zonas forestales”, explican los técnicos de Medio Rural
Mayor incidencia de la Yesca
Por lo demás, con carácter general destacan que “el hecho de ser un año más seco de lo habitual facilitó la reducción de los problemas fúngicos habituales de una campaña normal en todas las DD.OO. y, por consiguiente, la disminución en el número de tratamientos”.
Así, la más endémica de ellas, el Mildiu (Plasmopara viticola), “apenas produjo daños” y el Oídio (Uncinula necator) y la Podredumbre gris (Botritis cinerea) “tampoco tuvieron especial incidencia”.
Sin embargo, los técnicos de Medio Rural advierten de que “las elevadas temperaturas sí provocaron un mayor colapso vegetativo debido a las enfermedades de la madera, especialmente a las apoplejías del Complejo Yesca”.
Estas enfermedades de la madera, que no tienen en la actualidad tratamientos curativos, exigen un buen manejo por los viticultores basado en el marcaje de las plantas afectadas en el ciclo vegetativo para, en la parada invernal, adoptar medidas terapéuticas preventivas.
Plagas
En lo relativo a las plagas, desde la Xunta destacan que “únicamente fue necesario el control de la segunda generación de la Polilla del racimo (Lobesia botrana) a principios de verano, siendo los tratamientos con insecticidas bioracionales los más empleados”.
Entre los ácaros con presencia habitual, principalmente Araña roja (Panonychus ulmi), acariosis (Calepetrimerus vitis Nal) y erinosis, “no fue necesario su control específico, aunque la incidencia de erinosis fue especialmente elevada”.
Por último, desde Medio Rural señalan que “la incidencia del Mosquito verde (Empoasca vitis) y del, también cicadélido, Zygina rhamni por lo general tampoco alcanzó los umbrales de tratamiento que justificaran la necesidad de aplicaciones fitosanitarias”.
Bugallas de Janetiella pola face_da folla da vide. Foto: Estación Fitopatolóxica do Areeiro.
