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Las islas Azores, un archipiélago que está en medio del Atlántico, a unos 1.500 kilómetros de Lisboa, es el sueño de las vacas hecho realidad. El clima de las islas resulta ideal para el crecimiento de los pastos, pues las lluvias son frecuentes y la temperatura apenas baja de los 10º en invierno, quedándose en máximos de unos 27º en verano. Tales condiciones llevan a que la práctica totalidad de las explotaciones lácteas mantengan los animales día y noche en los pastos durante todo el año.
En unas islas que producen el 34% de la leche de Portugal, más de 600.000 toneladas al año, las granjas que disponen de establos y que confinan al ganado en el interior se cuentan con los dedos de las manos. Un grupo de una veintena de ganaderos gallegos que trabajan principalmente en ecológico o en pastoreo está visitando estos días ganaderías y cooperativas de las islas con el objetivo de conocer su sistema de trabajo e intercambiar experiencias. El viaje está organizada por Xan Pouliquen, ingeniero agrónomo y asesor técnico de explotaciones.
De las 550 granjas de Isla Terceira, más de 400 usan un sistema de ordeño móvil, que acompaña la rotación del ganado por las parcelas de pasto
El manejo de los animales en las Azores se basa en la rotación del rebaño por las parcelas de pasto de cada explotación, cerradas en su gran mayoría con muros de piedra volcánica, que en su día fueron extraídas de las propias tierras agrarias. Con el objetivo de evitarle grandes desplazamientos diarios a los animales, una gran parte de las ganaderías optó por sistemas de ordeño móvil, que desplaza de finca a finca, siguiendo la rotación de las vacas.
En la isla Terceira, la segunda mayor del archipiélago, de las 550 explotaciones existentes, más de 400 trabajan con un sistema de ordeño móvil, en tanto el resto cuenta con salas de ordeño fijas. La alimentación se maneja en cada ganadería en función de las características de las tierras que tiene , pues dentro de las Azores hay microclimas que propician por ejemplo mayores o menores sequías en verano.
Ganaderos gallegos en la visita a una granja en la isla de San Miguel.
Alimentación
La expedición gallega está conociendo granjas que trabajan sólo con pasto y un suplemento de concentrado todo el año, y otras que tienen que echar mano de silo de hierba en parte de los meses o que optan también por cultivar una parte de las tierras para la elaboración de silo de maíz. Hay además un grupo de nueve ganaderos en la isla Terceira, socios de la cooperativa Unicol, que está iniciando la transición a la ganadería ecológica, por lo que resultó de mucho interés para todos ellos intercambiar experiencias con el grupo de ganaderos y ganaderas de Galicia que participa estos días en la visita a las Azores.
Más allá de las grandes diferencias en el clima, duración de los pastos y ordeño, las ganaderías de las Azores y de Galicia comparten enfoques comunes sobre el trabajo con el ganado. Otra coincidencia está en dos de los grandes problemas que tienen las granjas en las Azores, similares a los gallegos. Su factor crítico es la falta de tierra, que dispara los precios de las rentas, y el segundo gran problema es la lejanía de las Azores con los grandes centros de consumo, en el Portugal continental.
Campo Galego está acompañando estos días la visita de la expedición gallega y próximamente publicará una serie de reportajes sobre las ganaderías y cooperativas que se están visitando en el marco del viaje, que comenzó el pasado domingo y se prolongará hasta mañana miércoles.
Imagen de grupo de la expedición gallega.
