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Caixa Rural Galega ha celebrado en los últimos días su asamblea general, con la presencia del Consejo Rector de la cooperativa de crédito, presidida por Manuel Varela, y los representantes de las Juntas Preparatorias celebradas durante estas últimas semanas en las localidades de Allariz, Meira, Vigo, A Coruña y Lugo.
El punto más relevante del orden del día fue la aprobación de las cuentas del ejercicio 2022, de las que destaca un beneficio neto que alcanzó cerca de 9 millones de euros, lo que supone un incremento del 40% respecto del año anterior y una cifra record para la Entidad con sede en Lugo. Este incremento es fruto de la mejora de márgenes respecto a años anteriores, en los que los tipos de interés negativos penalizaban de manera significativa las cuentas de resultados del sector.
Las cuentas recogen unos activos que alcanzan cerca de dos mil millones de euros y que suponen un crecimiento algo superior al 12% respecto del año anterior. Los depósitos de clientes superan los mil setecientos millones de euros y la inversión crediticia alcanza 825 millones de euros, con incrementos para ambas partidas del 14% y del 8% respectivamente.
La morosidad cerró el ejercicio en el 2,82%, algo superior a la del ejercicio anterior, pero de manera muy contenida teniendo en cuenta la desaceleración económica que experimentó el ejercicio y las incertidumbres que aportaban la guerra de Ucrania y los precios energéticos a lo largo el ejercicio. La ratio de solvencia alcanza el 15,70% cumpliendo, como en años anteriores, los requerimientos del regulador e incrementándose en cerca de medio punto respecto del ejercicio precedente.
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El Presidente de la Entidad recordó que asistimos en los últimos años a un retroceso continuo de oficinas bancarias, sobre todo en los municipios más pequeños, debido a la digitalización de los servicios bancarios. Pero en este contexto la denominada brecha digital está dificultando el acceso a servicios elementales a un amplio sector de la población, lo que provocó movimientos para reclamar un mejor acceso a los servicios bancarios básicos. En este contexto, la entidad continúa con su política de mantener el servicio prestado por su red, como viene siendo habitual hasta ahora.
Destacó que el año 2022 fue de más a menos en cuanto a la evolución de indicadores económicos, aunque quedó esquivada la recesión. El año experimentó una escalada de precios preocupante que trajo pérdidas importantes de poder adquisitivo. Además, el año 2022 fue el del giro de la política monetaria del BCE, trayendo una subida de tipos de interés hasta niveles de 2008, lo que añadió tensión las economías de muchas familias y empresas.
En relación al futuro, la Entidad espera que el año 2023 será difícil por la desaceleración económica, la inflación y la subida de tipos, además de las incertidumbres que siguen infundiendo la guerra de Ucrania. Con todo, confía en que sea otro buen ejercicio si la morosidad sigue comportándose razonablemente bien. Para finalizar, y en nombre del Consejo Rector, Manuel Varela trasladó un especial agradecimiento a los empleados por su esfuerzo.
