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«Aquí está el trabajo de toda una vida y de toda una familia. Esto era una explotación de mis padres, en el año 81, cuando me incorporé, había 8 vacas», recuerda Manuel Álvarez, que a sus 59 años y con el apoyo de su hijo y su nuera sigue al frente de esta ganadería del ayuntamiento asturiano de Tineo que se ha modernizado para afrontar con garantías el futuro.
Pero Manuel es de esos ganaderos vocacionales que creen que la tecnología ayuda pero no puede sustituír a las personas y por eso mantiene las dos máximas con las que siempre ha guiado a su explotación: confort para los animales y alimentación de calidad.
El confort de las vacas no está reñido con el confort de los ganaderos, prueba de ello son los robots
Esa es la clave, a su juicio, de la producción de leche. Por eso la nave primitiva con la que empezó hace 26 años, y que sigue hoy en pleno funcionamiento, ha sido reestructurada por completo en estos últimos años, en los que ha reformado los cubículos y ampliado los patios. Algunas obras han sido para corregir errores iniciales: «la peor inversión que he hecho fue en su día comprar ventanas y puertas cuando hice la nave, gasté 2 millones de pesetas y 10 años después ya había sacado todas las ventanas y las puertas», cuenta. «Antes no se tenía tanto en cuenta el confort y el bienestar de la vaca. Nosotros aquí buscamos ese confort para los animales, aunque eso no está reñido con el confort de los ganaderos, prueba de ello son los robots», afirma.
La peor inversión que he hecho fue en su día comprar ventanas y puertas cuando hice la nave, gasté 2 millones de pesetas y 10 años después ya había sacado todas las ventanas y las puertas
Las instalaciones se completan hoy con otra nave de producción e instalaciones para las vacas secas, de reciente construcción. «No tenemos sitio para tener postparto, pero separamos a las primerizas del resto, contamos con dos naves para leche y tenemos en cada una un lote diferente, en una nave primerizas y en la otra multíparas», explica.
El establo principal fue construido en 1993 pero ha sido reformado en busca de mayor confort para las vacas
El énfasis en los cuidados, que son en muchos casos personalizados y se adaptan a las necesidades de cada animal, hace que logren longevidades importantes que incluso han aumentado con la introdución de los robots de ordeño en la granja. «En dos años, desde que hemos puesto los robots, hemos pasado de una media de duracón de 2,5 años a 2,9», indica Manuel.
Con la introducción de los robots han aumentado la longevidad de los animales y cuentan con varias vacas en producción que sobrepasan los 100.000 kilos vitalicios
Baldomero Aneta Alan es la abuela de esta ganadería. Con casi 13 años e hija de un toro de monta, esta vaca va por el décimo parto con más de 130.000 kilos de leche producidos. «Es el animal que más ha producido en esta granja, goza de todos los privilegios y se merece morir en la cuadra», afirma su dueño. Como ella, hay otras tres vacas centenarias en el establo, que también pasan de los 100.000 kilos de producción vitalicia.
Compran 1.400 toneladas de maíz
Han ensilado en bolas parte del maíz comprado para usar en verano
La segunda de las premisas que Manuel busca en su ganadería es una buena alimentación. «Yo quiero forrajes de calidad porque de un buen maíz y un buen raigrás a un mal maíz o un mal raigrás puede haber 3 litros diarios por vaca de diferencia en la producción y el trabajo y el resto de gastos son los mismos», razona.
La ración de producción de esta ganadería contiene 20 kilos de silo de maíz, 14 de silo de raigrás, 1 kilogramo de paja, 8 de concentrado (más el punteo del robot) y 2 de alfalfa. Para garantizar la calidad del ensilado de maíz que usan en la ración en Baldomero SC han optado por comprar la materia prima.
Producir maíz no es barato en ningún sitio y de esta forma estamos asegurando la producción. Lo compramos por debajo de 6 céntimos/kilo
«Producir maíz no es barato en ningún sitio y de esta forma estamos asegurando la producción. Si lo siembras no lo aseguras», justifica. «Aunque el precio oscila en función de la producción que haya ese año, compro siempre por debajo de 6 céntimos el kilo», indica.
El último año compraron 1,4 millones de quilogramos de maíz, que trajeron de Navia y de la finca que Alimerka posee en Villaviciosa. Fueron un total de 60 tráilers que ensilaron en la explotación, tanto en silos de zanja como también una parte, la que no les cabía en la pila, en bolas. «Para el verano es mejor, porque no se calienta. El único problema es el coste. Fueron unos 10.000 euros a mayores las bolas que hicimos este año», explica.
Silo de hierba con el 18% de proteína
Han introducido animales de raza angus en las 30 hectáreas de pastos no cultivables que poseen
Baldomero SC dispone de una superficie total de 70 hectáreas de terreno, aunque les resultan insuficientes porque menos de la mitad son cultivables. «Que podamos trabajar solo son 32 hectáreas, aunque con un montón de fincas. Llevamos un pueblo entero, Ese de San Vicente, pagamos renta a todos los vecinos, y llevamos muchas parcelas de monte de jubilados, pero encontrar aquí base territorial mecanizable no es fácil», asegura Manuel.
Renovamos 15 hectáreas más o menos todos los años y pasamos tres días enteros cerrando para el jabalí
Esas características de minifundio y difícil orografía de su superficie agraria hacen que no siembren maíz. «No echamos maíz porque para eso hai que tener fincas grandes. Echamos raigrás en las 32 hectáreas y renovamos cada año la mitad. Levantamos 15 hectáreas más o menos todos los años y pasamos tres días enteros cerrando para el jabalí», explica.
Maquinaria en común con otras 5 explotaciones
El año pasado obtuvieron 800 toneladas de raigrás con el 18% de proteína, «que también vale dinero», afirma. «Si echas maíz tienes que sacrificar eso porque la finca que produce maíz no produce ese raigrás», razona.
Esta explotación asturiana comparte la maquinaria con otras 5 ganaderías de la zona a través de SAT Trébol, creada con este fin. «Casi todo el trabajo agrícola lo hacemos nosotros, tenemos maquinaria en común entre 5 ganaderos», explica Manuel. «Eso nos permite tener más maquinaria y reducir costes. Tenemos abonadora, sembradora y rulo y trabajamos día y noche cuando hacemos la siembra del raigrás, por ejemplo», añade. El último tractor que compraron en Baldomero SC tiene ocho años y acumula ya más de 8.000 horas de trabajo.
Con tres de esos ganaderos que comparte maquinaria, Manuel quería montar también un centro de recría en conjunto, pero el proyecto no salió adelante por non encontrar un lugar idóneo en el que hacer las instalaciones, así que «cada uno nos tuvimos que buscar la vida por nuestra cuenta», dice.
Sin instalaciones para la recría
Tras 15 días en boxes las terneras son enviadas al Rancho Las Nieves de Zaragoza
La falta de instalaciones para hacer la recría en la propia granja empujó a Manuel a externalizar esta parte del proceso de reemplazo necesario de animales de la explotación. «No tenemos instalaciones para recría, no tenemos sitio para ellas y nos dan mucho trabajo. Por eso las mandamos al Rancho Las Nieves de Zaragoza desde hace dos años, porque sino tendríamos que hacer una inversión importante. La orografía aquí es complicada, sólo la cimentación de la nave de producción de hace 20 años costó más que la nave entera en otros sitios y con la nave de recría que necesitaríamos ahora igual. Por eso preferimos ordeñar un poco más y sacar de esa forma para pagar la recría fuera», cuenta.
Tendríamos que hacer una inversión importante en una nave para las novillas. Por eso preferimos ordeñar un poco más y sacar de esa forma para pagar la recría fuera
Baldomero SC mantiene en estos momentos 83 animales en el centro de recría privado de Zaragoza. Las terneras se marchan con 15 días de vida, en los que extreman los cuidados neonatales en los boxes («limpiar y desinfectar los boxes es fundamental cada vez que se saca un ternero», afirma Manuel) y regresan entre los 7 y los 7 meses y medio de preñez para que dispongan de 2 meses hasta el parto para hacer la adaptación en Tineo.
Tienen un toro que usan como semental en las repetidoras
Inseminan con sexado a todas las primerizas y con azul belga a las vacas. «Miramos mucho la facilidad de ordeño porque con el robot es básico. Una vaca o un toro duro de ordeño los penalizamos. Estuvimos muy justos, al límite de la capacidad de los robots cuando sólo teníamos dos y no podíamos permitirnos el lujo de tener una vaca que tarda 14 minutos en ordeñarse», argumentan. Cuentan además con semental para las repetidoras. «A mi el toro es el animal que más dinero me deja cada año, porque empreña todos los años entre 12 y 14 vacas», razona Manuel.
Vacas secas: de pastoreo a ración
Hasta abril de 2018 Manuel tenía en el pasto tanto a las novillas como a las vacas secas. Dedicaba para eso 30 de las 70 hectáreas de superficie de las que dispone la ganadería, aquellas que non sirven para ser labradas. Pero al empezar a enviar la recría al Rancho Las Nieves también adoptó otra decisión a respecto de las vacas secas, a las que construyó una instalación para tenerlas a cubierto.
Las vacas pasan solo 45 días secas y tienes que alimentarlas bien si quieres tener leche. Desde que están con ración noto que paren mejor y tienen un pico de lactación más alto
«Ahora están pocos días secas, sólo 45 días, y tienes que alimentarlas bien si quieres tener leche, por eso ahora las tenemos con ración», explica. Su alimentación incluye 5 kilos de pienso de preparto, 10 kilos de raigrás, 7 de paja y 2 de avena.
Instalaciones para las vacas secas, donde son alimentadas con silo de hierba, paja, avena y pienso de preparto
Aunque Manuel reconoce que «tener a las vacas secas en el prado era muy fácil, pero ahora están mejor y tienen más capacidad de digestión, noto que paren mejor y tienen un pico de lactación más alto», afirma.
En las fincas que hasta ahora pacían las novillas y las vacas secas mantiene de momento dos lotes de recría («dejé en casa dos grupos de terneras porque tenía alguna jersey y en el Rancho Las Nieves te penalizan si non crecen según los índices que tienen, que son para frisonas», explica), algún caballo de montura y animales de raza angus (tres vacas con sus crias y tres machos cebados para bueyes). Son pruebas que está haciendo, pero son 30 hectáreas de terreno y Manuel reconoce que no sabe todavía lo que hará al final con esas fincas.
«El robot funciona si funciona el ganadero, y las amamantadoras igual»
Instalaron los dos primeros robots hace dos años debido a la escasez de mano de obra
Baldomero SC contaba hasta hace dos años con una sala de ordeño de sólo 7 puntos. Tenía 26 años pero la habían modernizado. «Estaba bien, pero echaba todos los días 7 horas ordeñando, eran muchas horas», admite Manuel. Así que han optado por sustituir a su vieja sala por tres modernos robots de ordeño, empujados por la dificultad para encontrar mano de obra.
«Nos tiramos a los robots hace dos años por falta de mano de obra. Tuvimos un empleado durante siete años que vivía aquí con su mujer porque les ponemos casa y ahora tenemos otro inmigrante senegalés con el que también estamos muy contentos. Si el empleado vale hay que pagarle, pero aún así non encuentras», lamenta.
Yo no quiero medias de 35 litros con el robot, esa media ya la tenía en la sala, yo quiero medias superiores a 40 litros con el robot y con esa diferencia es con la que vas a pagar el robot
Mamadou Ba es «como uno más en casa», afirma Manuel. «Pero necesitaba otro como él porque la subvención que recibimos para modernizar la granja nos obliga y porque, la verdad, nos hace falta», insiste. Ahora mismo trabajan en la granja Mamadou, Manuel, su hijo (que también se llama Manuel y que se incorporó en 2007) y su nuera Lara. Su hija Lorena vive en Oviedo y echa una mano los fines de semana y su otra hija, Sandra, que también estuvo vinculada a la explotación, ahora vive en Menorca. Su mujer, Oliva, está ya jubilada.
«Todos en la familia, yo, mi mujer y nuestros tres hijos, hemos estado vinculados a la ganadería. En Tineo hay vacas y poco más, de lo que vive este concejo es de las vacas y el día que se llena la villa es cuando los ganaderos vamos a comprar», asegura Manuel, que reivindica su oficio, aunque, admite, «una cosa es que te guste y otra que sea rentable».
Desaturar los robots
Como todas las ganaderías que incorporan robots de ordeño, Baldomero SC ha tenido que hacer frente a una importante inversión que esperan rentabilizar con un aumento de producción motivado tanto por el incremento en el número de animales como en su mayor productividad individual.
«Hai ganaderos que no logran sacar todo el jugo al robot porque el robot funciona si funciona el ganadero y las amamantadoras igual. Yo no quiero medias de 35 litros con el robot, esa media ya la tenía en la sala, yo quiero medias superiores a 40 litros con el robot y con esa diferencia es con la que vas a pagar el robot», afirma.
Cuentan en este momento con 155 vacas en ordeño pero la Consejería les obliga a alcanzar las 170, para lo que han tenido que instalar un tercer robot
Hace seis meses instalaron el tercer robot para lograr desaturar los dos que colocaron inicialmente. «Pusimos los robots hace dos años con la idea de tener 130-140 vacas pero la Consejería de Agricultura del Principado nos fija que tenemos que tener 170 vacas. Esa ha sido la razón por la que tuvimos que poner el tercer robot. No era nuestra intención crecer, pero nos obligan para poder justificar la subvención del Plan de Mejora. La Administración se basa en criterios y tablas viejas y por más que les explicas que esos baremos de producción por vaca no son los de hoy en día no te hacen caso. Poco sabe de vacas el que solo las ve desde detrás de una mesa de despacho», se queja Manuel.
Al saturar los robots bajas a la producción porque el día tiene 24 horas y no da para más. Cuando teníamos sólo 2 robots vendíamos menos leche con 150 vacas que con 135
Baldomero SC cuenta en este momento con 315 cabezas, 155 de ellas en ordeño y están aumentando hasta completar el número de vacas exigido por el Principado en el tercer robot instalado, aunque no quieren sobrecargar las unidades de ordeño, dada su experiencia. «Al saturar los robots bajas a la producción porque el día tiene 24 horas y no da para más. Nosotros teníamos 41 litros de media al instalar los dos robots iniciales pero a medida que íbamos aumentando animales fuimos bajando producción hasta llegar a 39 litros cuando estábamos con 151 vacas en ordeño en 2 robots. Vendíamos menos leche con 150 vacas que con 135 y para hacer sitio teníamos que secar a todas las vacas que bajaban de 25 litros», explica.
Gran campeona nacional en el año 1999 en Silleda
Manuel acude con su ganado a concursos morfológicos desde hace 30 años. Comenzó viajando con sus vacas cuando su hija Sandra era pequeña. «Gumersindo De la Riera es el técnico que lleva alimentación y reproducción de toda la vida en nuestra ganadería y el fue el que nos inició en los concursos», recuerda.
La base principal de una ganadería de leche es producir litros de leche, los más posibles, y producirlos lo más barato posible. Los concursos son un hobbie, aunque para producir leche también necesitas una buena ubre y unas buenas patas
Aunque tiene claro que «la base principal de una ganadería de leche es producir litros de leche, los más posibles, y producirlos lo más barato posible» y que «los concursos son un hobbie», argumenta que «están relacionados también con la producción de leche porque una vaca de concurso necesita una buena ubre y buenas patas y para producir leche también, porque de ese modo te estás asegurando más producción y más longevidad», razona.
Baldomero Aneta Alan, la abuela de la granja con 10 partos y más de 130.000 litros producidos
En 1999 Manuel logró con su vaca Baldomero Tania Lee el título de Novilla Gran Campeona Nacional en el concurso celebrado en la localidad gallega de Silleda y hace tres años acudieron a Italia donde ganaron una de las secciones con una de sus terneras.
Pero en esta ganadería han dejado un poco de lado en los últimos años los concursos para centrarse en los cambios que están introduciendo para la modernización y redimensionamiento de la explotación. «Sólo seguimos yendo a los concursos de Tineo y Llanera, los de aquí al lado, porque ir a un concurso te cuesta un pastizal y también porque antes lo pasábamos muy bien y lo de menos era ganar, pero ahora hay cuatro que lo quieren ganar todo y se ha convertido ya casi en una profesión para ellos y ya no es divertido», argumenta.
Socio fundador de Central Lechera Asturiana
El Prado es un lugar pendiente y de difícil acceso
Socio fundador de Central Lechera Asturiana, Manuel afirma que «las condiciones para tener vacas en Galicia son fantásticas, lástima que no tuviérais otras cosas» y aunque es crítico con algunas de las decisiones tomadas por las cooperativas, destaca su función y su valor para el ganadero.
«Nosotros merecíamos un premio por producir leche aquí», asegura. El Prado, el lugar donde se encuentra su ganadería, no es un sitio de fácil acceso. «Todo lo que sacas de aquí o entra aquí es difícil, viene por una carretera estrecha, pendiente y con curvas», describe. Tanto que llegar al atardecer con alguno de los 60 tráilers de maíz para ensilar que compraron el año pasado se convirtió en una auténtica odisea.
Las condiciones para tener vacas en Galicia son fantásticas, lástima que no tuviérais otras cosas. Antes el ganadero pensaba que el enemigo era el vecino, hoy te ves sólo. Es muy triste
Desde su dilatada experiencia como ganadero, Manuel reflexiona sobre el futuro del sector. «Dentro de 10 años se habrán acabado los problemas de purines y falta de base territorial porque muchas explotaciones actuales habrán cerrado. En esta parroquia de Callada yo conocí más de 30 ganaderías, una en cada casa y hoy queda una de carne y 5 de leche, pero sólo esta con relevo generacional. Tres de ellas se jubilarán en el plazo de 5 años. En todo Tineo pasa lo mismo, hay 300 ganaderías pero pocas con relevo y la media de edad de los ganaderos en Asturias es de 60 años. Es muy triste, antes el ganadero pensaba que el enemigo era el vecino, hoy te ves sólo», concluye.
