Baroña, la comunidad de montes que implica a sus vecinos

La resina, el ganado en el monte o la micología son algunos de los aprovechamientos que realiza la comunidad de montes de Baroña, en Porto do Son. Conocemos cómo trabajan para contar con un monte multifuncional en el que además desarrollan un uso social y cultural

Baroña, la comunidad de montes que implica a sus vecinos

Labores de resinado en una de las masas de pinos de la Comunidad de Montes Vecinales de Baroña.

En la parroquia de Baroña, en Porto do Son (A Coruña), la Comunidad de Montes gestiona unas 875 hectáreas de terrenos vecinales. En los últimos años están impulsando un aprovechamiento multifuncional del monte, donde los rendimientos de esta masa forestal vayan más allá de la madera. En la actualidad es una de las comunidades de montes de Galicia que se mantiene más activas, promoviendo también actividades sociales, comerciales y culturales en sus bosques.

«Buscamos la implicación de todos los vecinos en el monte y para eso no bastaba con que mantuviésemos un aprovechamiento forestal, precisábamos buscar otros usos y beneficios intangibles para que los comuneros se sintiesen vinculados con su monte», explica Ovidio Queiruga, que lleva como presidente de la comunidad de montes casi 11 años.

«Precisábamos buscar otros usos, a parte del forestal, para que los comuneros se sintiesen vinculados con su monte»

Aprovechamiento resinero de los pinos, diverso ganado en el monte, un coto micológico o un colmenar son algunos de los proyectos que están impulsando y que comienzan a traducirse también en rendimientos económicos para los 184 comuneros que conforman la entidad vecinal. Además, su trabajo en el monte deja también beneficios a los visitantes y vecinos de la zona que se acercan a estos espacios naturales.

Desbroces-CMV-Baronha

Los trabajos de silvicultura son una de las labores que afrontan desde la comunidad de montes.

Crear empleo en el monte

Con un presupuesto anual que se sitúa entre los 250.000 y los 280.000 euros, derivados también de la instalación de dos parques eólicos y de un puesto de vigilancia de Salvamento Marítimo, que suponen un 35% de los ingresos;  la comunidad de montes lleva años apostando por la creación de empleo vinculado al monte. «Invertimos los beneficios en el monte y en crear empleo, como ya hicieron las anteriores directivas. Siempre ha sido una prioridad», detalla Queiruga.

La comunidad de montes emplea a 10 personas durante todo el año

Comenzaron empleando a dos trabajadores y hoy cuentan con una cuadrilla de 10 personas que se centran tanto en trabajos de silvicultura como en el cuidado del ganado. Además, las perspectivas son seguir contratando más personal en cuanto vayan incrementando el número de cabezas de ganado caprino y vacuno. «Es cierto que nosotros tenemos una importante fuente de ingresos en el monte con los parques eólicos y con el puesto de vigilancia, pero aun así estamos intentando que el monte también produzca otros beneficios a los vecinos», indica.

Alternativas a la tala de las masas forestales

En los terrenos vecinales cuentan con una importante masa forestal, casi el 60% está repoblado con pino, de la variedad pinus pinaster, a los que se suman también un pequeño eucaliptal, situados ambos en las zonas de mayor altitud, donde otras especies tienen dificultades para salir adelante. «En las zonas altas, los suelos son muy ácidos y rocosos, con lo que estamos muy limitados para introducir otras especies, por lo que continuaremos con el pino», explica Queiruga.

«Los planes forestales están muy enfocados a una producción forestal y casi van en contra de un monte multifuncional»

El año pasado aprobaron el tercer Plan Forestal de la comunidad, una herramienta que no está resultando muy operativa para la comunidad. «Los planes forestales están muy enfocados a una producción forestal y casi van en contra de un monte multifuncional como el que nosotros queremos», explica. Tampoco están siguiendo las recomendaciones de los turnos de tala previstas por el precio que le ofrecen de la madera de pino. «Tras el cierre de la industria transformadora en la comarca, ya casi no quedan aserraderos en el Barbanza; y el precio de la madera de pino se ha depreciado mucho en la zona», detalla, al tiempo que recuerda el gran potencial que tenían en el área costera con la fabricación de cajas para el pescado. Este bajo precio ha motivado que en los últimos 5 años solo hayan hecho las talas de obligado cumplimiento en las franjas de seguridad o aquellas que son necesarias para la mejora de la masa forestal, como podas o claras.

Prefieren posponer las talas finales esperando que la cotización de la madera se recupere. «No puedes terminar vendiendo una masa de 30 años por unos precios que ni se quiere compensan los gastos que ocasiona volver a plantarla», critica. En la masa forestal cuentan, además, con el sello de certificación PEFC y esperan conseguir próximamente el FSC.

Esperan que el precio de la madera de pino se recupere para realizar las talas finales.

En vez de las talas, en los últimos años procuraron un aprovechamiento resinero para la masa forestal de pino y se han convertido en los primeros productores de resina de Galicia. Este es el tercer año que llevan a cabo esta práctica en unos 16.000 pinos con los que esperan conseguir unas 50 toneladas de resina, superando a las más de 40 toneladas que el año pasado enviaron para la planta de Resinas Naturales, situada en Segovia. «Al tercer año es cuando el pino comienza a producir en gran cantidad, ya que en los primeros años los árboles se retraen», concreta.

Son el primer productor de resina de Galicia. Este año esperan recoger unas 50 toneladas de resina en 16.000 pinos

A la par del aprovechamiento resinero, tanto en las masas de pino como en zonas de frondosas han habilitado un coto micológico. «Delimitamos y registramos unas 100 hectáreas de monte para fomentar la producción micológica», apunta Ovidio. Mientras que para los comuneros su acceso es gratuito, el resto de personas que quieran recoger setas en este espacio deben contar con un carné de recolector de setas, que tiene un coste anual de 10 euros y que permite acceder en la temporada. «Lo recaudado con esta cuota se reinvierte en el propio coto, como en la reparación del cierre o en tratamientos de micorrizado para favorecer el crecimiento de setas», detalla. En estos montes abundan los boletus y el níscalo, pero también hay otras especies como la lengua de vaca o la cantarela.

La delimitación del coto micológico se encuadra dentro de un proyecto más ambicioso que pretende la comercialización de las setas de manera deshidratada, que aún está pendiente de desarrollar en los próximos años. A la par, ya han llevado a cabo rutas micológicas para divulgar el conocimiento de las especies con mayor presencia.

La comunidad cuenta con un rebaño de más de un centenar de caballos que viven en los montes.

El ganado en el monte

La comunidad de montes también lleva años contando con una manada de caballos que contribuye al mantenimiento del monte. Los primeros animales de pura raza gallega llegaron a Baroña en el 2008. «La vegetación que más abundaba en nuestros montes eran los tojos, por eso nos decidimos a inicialmente meter caballos», apunta Ovidio. En estos años han ido sumando al rebaño también caballos de vecinos que ya no podían seguir a cuidándolos y hoy en día la mayor parte de los 120 animales que tienen son mestizos, aunque la Asociación de Criadores de Caballo de Pura Raza Gallega (Puraga) ha acreditado que cuentan con 35 caballos de pura cepa.

«En la Sierra del Barbanza siempre hubo lobo, tenemos que convivir con él»

Para facilitar el manejo del ganado tienen cierres electrificados y van cambiando los animales de zona para asegurarle alimento durante todo el año y que se mantengan sólo con lo que produce el monte. Así, optimizan el aprovechamiento de la vegetación que los caballos hacen, consiguiendo que limpien más. Además, con este sistema de rotación intentan reducir los riesgos de ataques de la fauna salvaje. «En la Sierra del Barbanza siempre hubo lobo, tenemos que convivir con él», indica. Por este motivo, cuando hay cría traen los caballos para zonas más bajas para intentar reducir los ataques a los potros. «Tenemos siempre algunas bajas, pero por el momento son asumibles», detalla.

Este sistema, que no supuso una gran inversión, les permite reducir el riesgo de accidentes en carreteras con los caballos así como que estos causen daños con incursiones en fincas. «Por el momento nunca hemos tenido accidentes con nuestros caballos, pero de pasar cuentan con un seguro, además de estar identificados con una chapa para que todo el mundo sepa que son de la comunidad de montes», detalla.

Cuentan con unos 120 caballos en el monte y este año comenzarán a comercializar chorizos de carne de potro

Mientras que las hembras las emplean para recría, los machos los comercializan. En los últimos años también comenzaron a sacrificar algún ejemplar para degustar en juntas de los comuneros. «Al principio había muchas reticencias al consumo de esta carne, pero ahora va ganando aceptación», explica. También comenzaron a elaborar chorizos de carne de potro que este año comercializarán. Esperan también elaborar otros embutidos, pero la tramitación de las licencias está siendo dificultosa. «La Xunta no hace diferencias para pequeñas industrias, tanto le da que sólo vayas a poder elaborar 1.000 chorizos que que hagas 3.000 al día, con lo que la tramitación burocrática es muy complicada para los pequeños», indica.

Junto con los caballos, en el monte tienen también, desde el año pasado, un rebaño de 75 cabras y esperan llegar a contar con cerca de 150 animales. Por el día, el ganado está custodiado por perros mastines, mientras que a la noche permanece estabulado en establos que fueron acondicionados por el personal de la mancomunidad utilizando edificaciones abandonadas o en desuso. «Aprovechamos antiguas instalaciones que ya estaban en el monte dándole una nueva utilidad», detalla. Para complementar la alimentación del ganado han sembrado maíz del país ecológico. «Procuramos una crianza tradicional y ecológica, sin químicos, para conseguir una carne de calidad», apunta. La comunidad pertenece también a la Asociación de Criadores de Ovino y Caprino de Galicia

Han introducido cabras para conseguir reducir la vegetación en algunas zonas y este año también incorporaron vacas cachenas

Esta primavera también incorporaron un pequeño rebaño de vacas cachenas donadas por una comunidad de montes de Ribadeo, que evidencia la colaboración que existe entre estas entidades. «Ellos están ahora comenzando con otro aprovechamiento de los montes centrado en la cría de cerdo celta por lo que ya no precisan ese ganado vacuno por el tipo de vegetación que tienen y nos han dado 6 vacas y 1 buey», explica.

Cachenas-CMV-Baronha-

Están preparando nuevas zonas de pastizales para el ganado vacuno.

En el plan silvopastoral desarrollado por la comunidad de montes de Baroña ya habían programado la introducción de diferente ganado en función de cómo fuese transformándose la vegetación. «Ahora tenemos más zonas de pastizales, por lo que ya podemos ir introduciendo ganado vacuno», argumenta.

Hace dos años también incorporaron un colmenar, después de realizar unas jornadas divulgativas para acercar la apicultura a los vecinos. Comenzaron con unas 15 colmenas y ahora se sitúan en las 30. Por el momento, el colmenar tiene como finalidad potenciar la polinización en vez de estar orientado a una producción melífera, por lo que la miel que recogen la reparten entre los comuneros, aunque no descartan hacerlo en un futuro.

La lucha contra el fuego en el monte: silvicultura y vigilancia

Uno de los aspectos que más preocupa en la gestión de las comunidades de monte es la prevención de fuegos forestales y, en su caso, están haciendo importantes esfuerzos en varias líneas de trabajo que buscan no sólo proteger las masas forestales sino los núcleos de viviendas. Así, la parroquia cuenta con una zona productora, situada en las zonas de mayor altitud, y un espacio de conservación de la vegetación autóctona en las cercanía de las aldeas.

Además, están trabajando para incrementar los cortafuegos para conseguir mejorar la protección que ofrecen en caso de fuegos. «En los montes del Barbanza, con la incidencia del viento del noreste, las franjas de protección de 20-25 metros no son efectivas para frenar el avance del fuego, sólo para proteger los equipos de extinción», explica Queiruga. Por este motivo están trabajando para contar con dos grandes cortafuegos naturales de entre 50 y 100 metros de ancho, proyectando una discontinuidad horizontal que sea más efectiva.

Preparan 2 grandes cortafuegos naturales que contribuyan contra el avance de los fuegos y cuentan con una patrulla vecinal de vigilancia

Uno de estos cortafuegos serán pastizales que prepararán este mismo año para incrementar el alimento para el ganado y mediante un convenio con la Xunta, por lo que será la empresa Tragsa la que se encargue de prepararlo. El otro cortafuegos natural está situado siguiendo el trazado de la línea de alta tensión que transcurre por la parroquia. «Aprovechamos la franja de seguridad que hay en estas líneas y llegamos a los 50 metros con la plantación de frondosas», detallan desde la comunidad de montes.

Cuentan con diversa maquinaria pesada para afrontar los trabajos de silvicultura en las masas forestales.

En la prevención del fuego, cuentan también con una amplia red de puntos de agua para afrontar la extinción. Además, en los últimos años también activaron una vigilancia vecinal de los montes en el período estival. Coordinados con el Distrito IV del Barbanza y con las Fuerzas de Seguridad del Estado, organizan turnos de patrullas por el monte que se prolongan hasta el otoño, ya que en los meses finales del verano se incrementa el riesgo de fuegos. «Es una herramienta disuasoria, ya que cuanta más gente haya por el monte menos probabilidad hay de que los enemigos del monte vengan a prenderle fuego», apunta.

Los trabajos de silvicultura del monte que realizan desde la comunidad también son fundamentales en estas tareas de prevención. Cuentan con maquinaria pesada como tractor, grúa, desbrozadoras o retroescavadora que le facilitan la gestión del monte. Entre los trabajos de silvicultura y las vigilancias consiguieron que los incendios estén teniendo una baja incidencia en sus montes en los últimos años. Uno de los últimos fuegos que se produjo en la zona fue el que se inició en el Castro de Baroña en el 2017 y que arrasó unas 1.000 hectáreas en Porto do Son, pero que en los montes de Baroña sólo se quemaron unos 2.000 metros cuadrados. «En ese caso, los vientos del noreste llevaron las llamas hacia los montes limítrofes, por eso no ardió más aquí», detalla.

Proponen actividades lúdicas en el propio monte para acercar a los vecinos a estos espacios.

El valor cultural y social del monte

Los montes de Baroña son además un espacio donde se localizan numerosos restos arqueológicos. Al margen del propio Castro de Baroña, se contabiliza un gran número de petroglifos, un atractivo que también están fomentando desde la comunidad de montes. «Hace años los restos arqueológicos se veían como algo negativo por parte de muchos de los comuneros, por las limitaciones que provocan en el uso del monte, sin embargo estamos trabajando en su puesta en valor y ya se están viendo como algo positivo por la mayoría», concreta Queiruga.

Este cambio lo han conseguido acercando el conocimiento sobre estos restos a los vecinos tanto con rutas arqueológicas como con la publicación de un libro-guía sobre los petroglifos de la parroquia editado por la comunidad de montes y que contribuye a difundir este patrimonio. «Muchos comuneros pasaron de no saber de la existencia de estos restos y no valorarlos a querer mostrárselos a sus nietos», explican desde la comunidad de montes.

«Muchos comuneros pasaron de no saber de la existencia de estos restos arqueológicos y no valorarlos a querer mostrárselos a sus nietos»

Así, esta transformación sobre el papel de la conservación de los restos arqueológicos propició también una estrecha colaboración con Patrimonio para la catalogación de los nuevos hallazgos que se van produciendo. Con todo, en la zona aún se producen episodios puntuales donde se pone en riesgo este patrimonio, como una saca de madera con vehículos pesados en un de los acceso del Castro de Baroña que se denunciaba en días pasados. «No se trata de que la gente que tiene madera en esa zona no pueda cortarla, ni venderla, sólo es preciso hacerlo de la manera adecuada para evitar los daños en el patrimonio», explica Queiruga.

Roteiro-nocturno-CMV-Baronha

Las rutas nocturnas para conocer los petroglifos son algunas de las actividades que organizaron en los últimos años para difundir el patrimonio de la parroquia.

Además de la conservación de los restos arqueológicos, desde la comunidad de montes también afrontaron la excavación de los restos de una antigua capilla y la restauración de 7 molinos de agua en el río Santomé. «El año pasado celebramos allí la primera feria de artesanía y oficios tradicionales, con la intención de acercar la gente a esta zona del monte y que se recuerden las historias vividas en otros tiempos, cuando los molinos estaban en funcionamiento», apunta.

Al margen de estas iniciativas, la comunidad se ha convertido en un dinamizador de la vida social y cultural de la parroquia de modo que se organizan un amplio abanico de actividades solicitadas por los comuneros. Además, llevan a cabo acciones de colaboración con el Ayuntamiento de Porto do Son y con diferentes colectivos como los cazadores del Tecor de Porto do Son, para fomentar la mejora cinegética con la creación de biotopos de conejos y faisanes, así como con clubes de ciclismo y senderismo de la zona o con la comunidad educativa y entidades de cuidado de personas con discapacidad. «Para nosotros es muy importante que todo el mundo esté implicado con nuestros montes», concluye Queiruga.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Solicitamos su permiso para obtener datos estadísticos de su navegación en esta web, en cumplimiento del Real Decreto-ley 13/2012. Si continúa navegando consideramos que acepta el uso de cookies. OK | Más información