Buenas prácticas en el manejo de las enfermedades de la madera de vid

Un proyecto europeo, Winetwork, en el que participa el Instituto Galego de Calidade Alimentaria, inicia la divulgación entre los viticultores de recomendaciones para controlar las enfermedades de la madera

Publicidade
Buenas prácticas en el manejo de las enfermedades de la madera de vid

Conferencia internacional sobre enfermedades de la madera en Sergude.

Las enfermedades de la madera de vid vuelven a surgir en los últimos años como un problema a tener en cuenta por los viticultores. La prohibición de productos fitosanitarios como el arsenito sódico, cambios en el manejo del cultivo, con una mayor mecanización y más heridas, o la aparición de nuevas estirpes de hongos son algunos de los factores que explican el incremento de la virulencia de las enfermedades de la madera. No hay varitas mágicas para erradicarlas, por lo que las buenas prácticas en el manejo del viñedo resultan claves para convivir con el problema.

Un proyecto europeo, Winetwork, en el que participa el Instituto Galego de Calidade Alimentaria (Ingacal), está promoviendo la transferencia de conocimiento a los viticultores para una mejora del control de las enfermedades de la madera, tales como la yesca, la eutipiosis, la enfermedad de petri, el pie negro o las Botryosphaeria .

En el marco del proyecto, se celebró días atrás en Sergude (Boqueixón) una conferencia internacional con presencia de investigadores, viticultores y técnicos. La iniciativa también aborda la prevención de la flavescencia dorada, un problema ya presente en Portugal.

Resumimos a continuación algunas de las cuestiones sobre las enfermedades de la madera que se apuntaron en las jornadas, así como las recomendaciones de buenas prácticas que se están difundiendo en el marco del proyecto.

Plantación del viñedo
– Elija patrones menos susceptibles a las enfermedades de la madera de vid. Para patrones, se recomiendan VR039-16 y ‘Freedom’ o cruces de ‘Vitis riparia’ X ‘Vitis berlandieri’: SO4 161-49 y 420A.

– La mejor orientación es la sur, preferiblemente en zonas altas de ladera, donde los vientos mantienen bajos niveles de humedad.

– Prepare el suelo adecuadamente, evitando la compactación y facilitando la circulación del aire y el agua, así como la actividad microbiana.

– Use material de plantación certificado y evite daños en el sistema radicular, asegurándose de que las raíces queden orientadas correctamente. Se recomienda tratar las raíces antes de plantar con soluciones de Trichoderma para favorecer la resistencia de la planta a los patógenos.

– Evite altas densidades de plantación para limitar la incidencia de las enfermedades de la madera.

Termoterapia en viveros
Para reducir el nivel de patógenos en planta nueva, se recomienda que los viveros hagan tratamientos del material de propagación con agua caliente. Está comprobado que la termoterapia a 53ºC durante 30 minutos no afecta a los parámetros de calidad de la producción y que contribuye a reducir la tasa de infección de la madera.

El sistema no es muy popular entre los viveros europeos, pues menos de un 30% lo utiliza, pero es recomendable, no sólo frente a las enfermedades de la madera, sino para prevenir la flavescencia dorada, para la que se recomiendan tratamientos de 50ºC durante 45 minutos.

Poda
Las heridas de poda constituyen un punto de entrada de los hongos de las enfermedades de la madera de vid (EMVs), en tanto que los restos de poda, la madera muerta y las cepas sintomáticas representan una fuente de inóculo fúngico. El manejo preventivo de las EMVs es clave, pues cuando aparezcan los primeros síntomas, el mal ya estará ampliamente extendido en la planta.

– La poda debe hacerse en periodos secos. A ser posible, tiene que hacerse a principios del otoño o a finales del invierno, cuando las temperaturas son más altas, para minimizar las nuevas infecciones y mejorar la cicatrización.

– Inmediatamente después de la poda, se recomienda la aplicación de un tratamiento preventivo. Los mástic y los fungicidas biológicos o químicos son eficaces como tratamientos preventivos.

– Los fungicidas químicos tienen un efecto inmediato de protección, pero escasa persistencia, en tanto los tratamientos de pulverización con Trichoderma precisan de tiempo para colonizar las heridas pero tienen efecto durante meses. Ensayos realizados en Canadá concluyeron que la Trichoderma reduce un 40% las posibilidades de infección a las 24 horas y ya un 80% siete días después de su aplicación.

– La pulverización de las heridas de poda, siempre que se use un elevado volumen de agua, es tan efectiva como los tratamientos mediante brocha.

– Las plantas con síntomas de enfermedades de la madera son una fuente de inóculo. Para prevenir nuevas infecciones, restos de poda y cepas muertas deben ser eliminadas del viñedo.

– Los sistemas de conducción y los métodos de poda pueden minimizar la penetración de los hongos y el riesgo de infección. Uno de los sistemas que se aconseja es el Guyot-Possard, que busca mantener las rutas de la savia de un año para otro por medio de un tipo de poda que tiende a situar las heridas en la parte superior del cordón.

– Se deben evitar las grandes heridas y los cortes de renovación.

– Las plantas con síntomas es preciso podarlas por separado y desinfectar las herramientas de poda -por ejemplo, con agua oxigenada- entre cada vid.

– En Canadá, se mide la presencia de esporas de hongos en el ambiente para valorar cuándo hay más y cuándo resulta más conveniente hacer la poda, según detalló en la conferencia internacional el investigador José Ramón Urbez (Departamento de Agricultura del Gobierno de Canadá): “En las condiciones de Canadá, la mayor presencia de esporas se da entre marzo y el otoño. Hay que valorar las condiciones de las esporas en cada zona y pensar si adelantando la poda, la herida puede cicatrizar lo suficiente o si aplicándoles un producto, se puede lograr la suficiente protección”.

Manejo del suelo y del agua

– Evitar el exceso de riego y encharcamientos, así como el estrés hídrico.

– Un aspecto clave en la prevención es tener un suelo bien estructurado, donde aire y agua circulen con facilidad. El laboreo del suelo debe limitar la compactación del terreno.

– Evitar el excesivo vigor de las plantas, limitando la fertilización nitrogenada.

– Mantenga un buen contenido de materia orgánica, preferentemente por medio de la aplicación de compost o fertilizantes orgánicos.

– El uso de cubiertas vegetales y permanentes entre filas contribuye a equilibrar la disponibilidad de nutrientes y a mejorar la estructura del suelo.

Prácticas de renovación del tronco

– La limpieza del tronco es una técnica que consiste en eliminar madera muerta del tronco y de los brazos, pues dificulta y altera la circulación de la savia.

– El reinjertado sobre el portainjerto o sobre la variedad es otra técnica que permite aprovechar el sistema radicular de la planta, eliminando la parte aérea afectada.

– En casos extremos, se puede proceder también a la renovación del tronco, reemplazando el tronco infectado por uno nuevo a partir de un chupón que surja de la variedad de la base del tronco.

Control biológico para prevenir infecciones

Las heridas de poda suelen permanecer susceptibles a la entrada de patógenos hasta 3-4 meses. Para prevenir la infección de las heridas, una posibilidad consiste en la aplicación de hongos del género Trichoderma, que demostraron ser efectivos en la contención de las infecciones.

– La aplicación del tratamiento debe hacerse lo antes posible después de la poda. La temperatura debe superar los 5-10 grados centígrados, pues la Trichoderma es vulnerable al frío. Se debe evitar la aplicación en un periodo de fuertes lluvias, pues el agua podría arrastrar las esporas antes de la colonización de las heridas.

– Antes de un tratamiento con Trichoderma, conviene limpiar muy bien el tanque del pulverizador con el fin de eliminar residuos de fungicidas que podrían desactivar las Trichoderma. La aplicación se puede hacer con pulverizador, mochila o mediante brocha.

– Para la eliminación de patógenos en el suelo, que pueden entrar a través de las raíces, también se demostró como uno de los métodos más efectivos la biofumigación, según explicó David Gramaje, del Instituto de las Ciencias de la Viña y el Vino (La Rioja), en la conferencia celebrada en Sergude. Un posible método de biofumigación consiste en la plantación de mostaza blanca (Sinapis alba) y en su posterior trituración e incorporación al suelo.

José Luis Bartolomé, Bernardo Estévez y Manuel Neira, en la mesa redonda.

José Luis Bartolomé, Bernardo Estévez y Manuel Neira, en la mesa redonda.

Tres experiencias en la viticultura gallega

La conferencia internacional sobre las enfermedades de la madera de vid contó con una mesa redonda en la que se expusieron tres casos prácticos de control de las enfermedades de madera de vid en Galicia. Hablaron en la mesa Manuel Neira, de Finca Vilerma (Ribeiro, Ourense), Bernardo Estévez (Ribeiro, Ourense) y José Luis Bartolomé, de la Oficina Agraria de Valdeorras y asesor de la bodega Godeval.

La intervención de Manuel Neira, de Finca Vilarma, se centró en detallar su trabajo con cepas viejas afectadas por enfermedades de la madera. La colocación en las cepas de tacos de Trichoderma es uno de los sistemas con los que comenzó a trabajar en los últimos años y al que en principio le ve buenos resultados. La limpieza de la madera muerta y la realización de injertos en pies con una parte aérea no recuperable son otras de las prácticas de las que mostró imágenes.

Manejo preventivo
Bernardo Estévez, un viticultor que trabaja en biodinámico, dedicó su ponencia a explicar aspectos del trabajo en el viñedo que pueden contribuir a reducir la aparición de enfermedades. Entre las cuestiones que abordó Estévez, figura el cuidado del suelo, mediante la incorporación entre filas de acolchados de materia orgánica, como tojo picado o restos de monte. Otra posibilidad para el suelo pasa por el cultivo de leguminosas en viñas nuevas, pues las leguminosas contribuyen a fijar carbono y nitrógeno en el suelo.

En la experiencia de Bernardo Estévez, los marcos de plantación estrechos, que reducen la insolación del suelo, son peores para las enfermedades de la madera como la eutipiosis. También recomendó la aplicación de un caldo sulfocálcico en otoño-invierno y el uso de extractos hidroalcohólicos de ajo y de eucalipto. Con esos tratamientos, Estévez destacó que logró erradicar la excoriosis de una plantación vieja de mencía que presentaba serios problemas.

Ensayos en Valdeorras
La mesa concluyó con José Luis Bartolomé, que dio cuenta de los ensayos que está haciendo Godeval para prolongar la vida útil de las vides afectadas por yesca en una parcela de media hectárea. El trabajo se inició en el año 2013, con la colocación de tacos de Trichoderma en las cepas afectadas. El sistema se demostró eficaz tanto para reducir la incidencia de daños como el número de cepas con síntomas, si bien en años propicios para enfermedad, como el 2016, los beneficios fueron menores.

Godeval está implementando ahora un ensayo nuevo, en el que comparará el uso de fitosanitarios químicos, en mástic y pulverización, con el uso de Trichoderma en tacos y con la aplicación de Trichoderma en pulverización.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Solicitamos su permiso para obtener datos estadísticos de su navegación en esta web, en cumplimiento del Real Decreto-ley 13/2012. Si continúa navegando consideramos que acepta el uso de cookies. OK | Más información