José Luis Videira es un cosechero de O Hío (Cangas) encuadrado en la IXP Ribeiras do Morrazo, que fue reconocida a nivel europeo en enero de 2018. Trabaja una finca de 7.500 metros cuadrados, tras unir 27 parcelas, y orientó sus viñedos principalmente al albariño y al loureiro, allí llamado espadeiro. Su vino Quereres do Hío suele obtener buenas puntuaciones, en torno a los 93 puntos, de un afamado crítico de vinos norteamericano, Robert Parker.
¿Cuál es la historia del viñedo en O Hío y tu tradición con la viticultura?
Mi tradición es familiar, pero comencé a nivel profesional a partir de 1998, que fue cuando reestructuré estas fincas. Aquí ya había viñedo, eran viñedos antiguos de la gente nativa del barrio, que podían tener una altura de 70 cm y tipo parra. Yo fui comprando por parcelas y reestructurando todo en espaldera; de hecho, aún no he terminado ese proceso, estoy eliminando algunas filas que quedaban muy estrechas para hacerlas más anchas y poder mecanizar el viñedo.
La tradición local siempre fue de albariño con espadeiro, que es una variante del loureiro, que se distingue un poco en la uva y la piel. Los vinos más conocidos de la zona históricamente eran O Hío y Soutomaior, eran los albariños más conocidos de la zona desde hace mucho tiempo.
¿Qué variedades trabajas y por qué elegiste estas variedades?
Principalmente albariño y espadeiro porque eran las que se trabajaban aquí de toda la vida. El 85% es albariño, seguido por el loureiro o espadeiro, y después un poco de treixadura y caíño blanco, un 3%, que le da otra viveza y aguja al vino blanco.
La tradición de aquí era hacer albariño o loureiro (espadeiro). Yo introduje las otras variedades. Mi intención es mantener la tradición y recuperar todo lo que se hacía antiguamente, por eso introduje la madera en las barricas. Tinto tengo poco, sobre todo con uvas de caíño tinto, sousón y mencía.
Hablabas antes de la tradición en la comarca de los vinos de O Hío y Soutomaior, zonas que ahora ya están amparadas por la IXP Ribeiras do Morrazo. ¿Qué destacarías de la línea de trabajo de la Indicación?
Me gustaría destacar que lo que pretendemos con la IXP es potenciar las tradiciones de cada zona. Porque la IXP comienza en Poio y finaliza en Cabo Home, pasando por Pontevedra, Redondela y todo O Morrazo. Entonces, lo idóneo es que cada uno intente vender el producto de la zona, sin mezclar uvas de distintas zonas. Recuperar los viñedos y las formas de hacer las cosas tradicionales, hablando con la gente, recuperar las tradiciones antiguas.
A nivel de viñedos, en O Morrazo tenéis también una tradición singular en algunas zonas, de viñas asentadas en la arena…
Cierto, en las zonas de Donón y Viñó (Cangas) hay viñedos asentados sobre arena. Las viñas se hacían bajitas para que el calor del sol del día fuera absorbido por la arena, que por la noche reflejaba ese calor para mantener las uvas en condiciones óptimas.
En nuestro caso, aquí en O Hío la tierra es vegetal, pero a poca profundidad, unos 80 centímetros, tenemos otro tipo de tierra más arenosa, tipo xabre. Estamos también a la orilla del mar y se nota mucho su cercanía, sobre todo cuando hay temporal se percibe el yodo marino.
En cuanto a la sanidad de los viñedos durante la campaña, ¿cómo es la situación en la zona?
Aquí el principal problema es el mildiu, pasamos de no tener nada a de repente tener mucho. Lo único que hacemos son medidas preventivas, estar muy pendientes de la viña, especialmente con la vegetación, tratamos de que haya mucha ventilación y así conseguimos librar la temporada con 11-12 aplicaciones de fitosanitarios, diría que la mitad que en otras zonas.
¿Cómo ha influido la puesta en marcha de la IXP Ribeiras do Morrazo en la comarca?
Había bodegas que ya estaban trabajando en la IXP antes de que existiera, pero no podían etiquetar el vino como IXP, era una pena porque tenían que etiquetar vinos de calidad como vinos de mesa, sin decir el tipo de uva que era ni nada. Ahora ya no son vinos de mesa, sino vinos de la IXP Ribeiras do Morrazo, y están ganando premios y pueden competir con cualquier otro vino.
En tu caso, ¿cómo fue el proceso de poner en marcha la bodega?
Esto tiene una historia larga detrás. Antes hacía furancho con otros 46 furancheiros en Cangas. En Redondela y Bueu había otros tantos. Con el bipartito, los furanchos pasaron de estar regulados con ordenanzas municipales a aplicar un decreto nuevo de turismo a nivel de Galicia. En aquel momento intentamos explicarles a las administraciones que no podíamos cumplir siempre la normativa de turismo, y después de varias reuniones conseguimos que se creara un decreto específico para los furanchos.
En aquel momento intentamos entrar en la denominación Rías Baixas, tuvimos varias reuniones pero no lo consideraron oportuno ni nos dieron explicaciones. Entonces pusimos en marcha la IXP, estando yo de presidente de los furancheiros de Pontevedra, con el apoyo de la directiva, y fue un trabajo largo y costoso. Tuvimos que contactar con profesionales para hacer el expediente y después de 2-3 años fue cuando definitivamente salió aprobada la IXP Ribeiras do Morrazo. Entonces, decidí dejar el furancho y montar la bodega, que fue una tramitación que también me llevó su trabajo, pero ya está en marcha desde hace 4 años.
¿Cómo son los vinos que elaboras?
Lo que más elaboro es el albariño, mezclado con treixadura, loureiro y caíño blanco. Lo hago de forma tradicional en acero, controlando las fermentaciones.
Después tengo otro en barrica, que es albariño con loureiro, y ese ya lleva más tiempo de proceso, lleva mucho más tiempo de maceración. Con ninguno de los dos acelero las fermentaciones, quiero que todo se haga por proceso natural controlado.
Hacemos dos marcas, la de albariño elaborado en acero, que es “Quereres do Hío”, y el que macera en barrica de roble francés es “Quereres de Breobreo”.
Obtuviste una alta puntuación de Robert Parker en Quereres do Hío. ¿Cómo fue el proceso y cómo valoras esa alta puntuación?
En 2018, antes de ser aprobada la IXP, ya Robert Parker nos dio 93 puntos en el “Quereres do Hío”. Este año no llegué a tiempo para enviarle las botellas para las catas.
También salimos en la Guía de Vinos de Galicia que edita Luis Paadín en A Coruña, con una plata en el “Quereres do Hío” y un oro en el “Quereres de Breobreo”, estamos a la espera de los resultados de este año.
La repercusión de la puntuación de Robert Parker es notable a nivel de demanda del vino, tuvo más salida y la gente pregunta más por nuestro vino. Es cierto que cuesta introducirlo en el mercado igualmente, pero poco a poco vamos avanzando.
Es destacable que como no usamos levaduras, el vino es totalmente natural y varía de un año a otro en función de la meteorología.
Nos orientamos al mercado local y provincial, hostelería, tiendas y algún cliente personal de venta directa. Esporádicamente enviamos alguna caja fuera, pero no podemos expandirnos mucho porque tenemos una producción muy limitada.