Cambios que se prevén a partir del 2023 en la normativa de aplicación de purines en España

El próximo año está previsto que por fin el Minsterio de Agricultura apruebe definitivamente el “Real Decreto por el que se establecen normas para la nutrición sostenible en los suelos agrarios”. Los cambios que se prevén fueron explicados en una jornada técnica en el Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo (CIAM). Son estos...

Después de casi tres años de tramitación, en 2023 está previsto que se apruebe y entre en vigor el “Real Decreto por el que se establecen normas para la nutrición sostenible en los suelos agrarios”, una normativa con la que el Ministerio de Agricultura regulará en toda España la aplicación de purines y estiércoles de origen ganadero con el objetivo de reducir las pérdidas de nitrógeno tanto al aire como al agua, y los problemas de contaminación que esto supone.

Los cambios que implicará esta normativa para los ganaderos fueron detallados este viernes en la jornada “Mejoremos la sostenibilidad de las explotaciones con buenas prácticas en la gestión del purín”, organizada por el Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo (CIAM).

Precisamente, la investigadora del CIAM, Isabel García Pomar, fue la encargada de explicar las importantes modificaciones que va a suponer esta normativa, dado que el Ministerio de Agricultura declinó la invitación para participar en la jornada.

A pesar de que el texto del Real Decreto no es aún definitivo, los cambios que se prevén en el mismo serán menores. A grandes rasgos estas son las principales novedades:

-Será obligatorio que todas las explotaciones dispongan de un plan de abonado, con un cálculo de nutrientes que es preciso emplear, tanto de origen orgánico como mineral, en función de cada cultivo y de las analíticas de suelo. El cálculo de las necesidades de nutrientes podrá realizare a través de herramientas informáticas avaladas por los organismos competentes de las Comunidades Autónomas, en el caso de Galicia la herramienta RAX.

El Ministerio de Agricultura tiene previsto publicar unas guías prácticas de fertilización de cultivo o grupos de cultivos.

-Se prohíbe aplicar purín o estiércol en terrenos helados, con nieve, encharcados, o en períodos de precipitaciones torrenciales.

-La maquinaria de aplicación debe estar calibrada y en buen estado.

-Se prohíbe aplicar el purín con plato, abanico o cañón, excepto en los terrenos con pendientes superiores al 10%, donde solo se podrán aplicar purines producidos en la propia explotación. En estos terrenos tampoco se podrá aplicar purín en situaciones de elevadas temperaturas -para evitar la evaporación de nitrógeno a la atmósfera-, períodos que deberán ser definidos por las CCAA.

-Tampoco habrá limitaciones a la aplicación del purín con sistema de plato o abanico cuando más del 50% de la superficie de la explotación tenga más del 10% de pendiente o tenga menos de 2 hectáreas de base territorial.

-El purín o estiércol deberá ser enterrado en menos de 12 horas desde su aplicación, excepto cuando se realice sementeira directa, en agricultura de consevación o cuando se aplique en pastos.

-Se podrá aplicar en tierras sin cultivo, en pastos con un mínimo de 21 días antes del pastoreo o siega. En el resto de cultivos forrajeros habrá que esperar desde que se aplica un mínimo de 2 meses antes de la cosecha o 21 días si no hay contacto con las partes comestibles del cultivo.

-No se podrá aplicar purín o estiércol a menos de 5 metros de ríos, riachuelos, lagos, costa marina, playas, captación de agua para consumo humano, pozos y fuentes. Las CCAA pueden establecer distancias superiores.

-Se deberá emplear como mínimo una de las siguientes medidas de mitigación de emisiones:

. Sistema de bandas con mangueras o tubos rixidos
. Sistemas de bandas con discos o firmes
. Inyección
. Estiércol sólido enterrado en menos de 4 horas desde su aplicación
. Aplicar productos que inhíban la nitrificacion
. Cualquier medida avalada técnicamente y reconocida por las CCAA

El plan de abonado:

-Debe realizarse a partir de 1 de septiembre del 2024.

-Estarán exceptuadas del plan de abonado las explotaciones de menos de 10 hectáreas de superficie de secano o con pastos y cultivos forrajeros para autoconsumo.

-Deberá anexarse al cuaderno de explotación

-Será obligatorio realizar una analítica de suelo, como mínimo, cada diez años en secano y cada 5 años en fincas en regadío.

-Se obligará a tener análisis de la composición del purín o estiércol para determinar su valor fertilizante. En explotaciones que generen menos de 10.000 metros cúbicos de purín al año deberán tener una analítica anual, y las que superen este umbral deberán realizar 2 análisis anuales, determinando, cuando menos los valores de nitrógeno, fósforo y potasio, así como el porcentaje de materia orgánica del purín o estiércol.

La analítica deberá ser de laboratorio, o de programas de cálculo reconocidos oficialmente por las autoridades de las CCAA. También hay posibilidad de cumplir esta medida mediante conductímetros instalados en la cuba de purín o en la propia fosa.

-En el plan de abonado deben determinarse los momentos y las cantidades de aplicación de nutrientes.

-Las necesidades de abonado vendrán determinadas por hojas de cultivo (recinto o conjunto de recintos con un cultivo o con una rotación de cultivos), que en el caso del vacuno de leche de Galicia y de la Cornisa Cantábrica son:

.Pastos: Cálculos por 1 año
.Monocultivo de maíz
.Pradera de 2 a 4 años
.Cultivo de invierno rotando con maíz
.Pradera durante 3 o 4 años y luego cultivo de maíz
-Cultivo de invierno rotando con maíz, y posteriormente sin rotación hasta la nueva siembra de maíz.

-Se determinará en el plan de abonado las necesidades de nutrientes en función del cultivo y del rendimiento medio de la zona.

-En 5 años consecutivos no se podrá  sobrepasar los aportes efectivos calculados en un 10% en el caso del nitrógeno y en un 20% como máximo en el caso del fósforo y del potasio.

“Con 2,5 UGM de vacuno por hectárea no precisaríamos comprar abonos de fósforo y potasio”

Isabel García Pomar recordó que el principal problema en Galicia “es que las fosas no están dimensionadas y cubiertas para almacenar bien el purín para aplicarlo cuando los cultivos lo precisan”. En este momento, las explotaciones que precisan de autorización ambiental integrada para construir un establo o realizar una ampliación deben tener capacidad de almacenamiento del purín para un período mínimo de 6 meses.

En este sentido, la investigadora del CIAM estimó que “con 2,5 UGM por hectárea una ganadería de vacuno de leche tendría cubierta las necesidades de fósforo y potasio para fertilizar su tierra, teniendo que comprar solo Nitrógeno para complementar el purín, una necesidad de abono químico que sería aún menor si aplicara el purín en condiciones óptimas”.

Por su parte, Juan Castro Insua, también investigador del CIAM, fue más allá y calculó que “los agricultores y ganaderos de Galicia podrían ahorrar anualmente 100 millones de euros en compra de fertilizantes químicos con una buena gestión de los purines ganaderos, aprovechando bien los recursos de la explotación”.

Además, el investigador aprovechó para criticar el “castigo” que se impone desde el Gobierno Central al sector de vacuno de leche con esta y otras normativas. “El sector ganadero más afectado en España por las reducciones de las emisiones de amoníaco de aquí al 2030, teniendo que bajarlas en un 45%, es el vacuno de leche, que sin embargo representa solo el 8% de las emisiones, mientras que el porcino que representa un 25% de las emisiones de amoniaco solo lo tendrá que hacer en un 8%”, advirtió.

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