El éxito de la campaña de maíz está sometido cada año a una serie de imprevistos, principalmente meteorológicos, que generan incertidumbre en las granjas. Por ello es importante tomar las mejores decisiones en la planificación de la campaña. Eso nos ayudará a mantener una estabilidad en rendimientos y calidades de la cosecha. Repasamos con el equipo técnico de CLUN los principales factores a tener en cuenta.
¿Qué variedades de maíz recomiendan sembrar esta campaña, en función de las comarcas y condiciones meteorológicas?
La dispersión geográfica de las granjas de CLUN, desde Costa da Morte hasta el occidente asturiano, junto con las diferencias climáticas y de suelos de unas zonas a otras, llevan a que tengamos que disponer de un amplio catálogo de variedades para dar respuesta a las demandas de nuestros socios. Piensa que en algunos casos hay zonas que presentan el doble de pluviometría anual con respecto a otras. Desde el departamento de Servicios Agronómicos de CLUN nos enfocamos en recomendar para cada caso las variedades que reportan mayor productividad en función de la zona y el manejo previsto.
Lo verdaderamente importante es centrarse en la elección del ciclo adecuado a cada zona, en base a la integral térmica
Es por ello que no trabajamos con una única marca de semillas, sino que tratamos de confeccionar un catálogo CLUN con lo que mejor se nos adapta de cada casa comercial.
La experiencia de nuestros técnicos, los datos históricos de rendimiento y los ensayos de variedades que hacemos cada año en diferentes zonas de Galicia son sin duda el soporte más valioso para una elección acertada.
De todas formas, y aún a sabiendas de las diferencias productivas y de calidad de unas variedades a otras, lo verdaderamente importante es centrarse en la elección del ciclo adecuado a cada zona, en base a la integral térmica. De poco nos sirve una variedad muy productiva que no llegue a madura en el momento de la cosecha.
Por todo ello, un dato muy importante a la hora de elegir la variedad es la fecha de siembra, junto con la integral térmica de la zona.
La pasada campaña fue especialmente dura, tanto para sembrar como para la cosecha, debido a los temporales. ¿Cómo influirá en las decisiones para este año?
El año medio está muy definido en cada comarca, luego es cierto que el año medio es aquel que nunca ocurre y por lo tanto siempre vamos a tener años extraños, como sucedió en 2024.
No podemos planificar en base a cómo ha sido el año pasado, porque es casi seguro que no se repetirá este año. Sí es cierto que en los últimos años y alentados por el buen tiempo que solía haber en septiembre y octubre, así como por las siembras cada vez más tempranas, está aumentando el uso de ciclos largos, en algunos casos demasiado largos, ya que cuando nos viene un año lluvioso y con poca temperatura los ciclos no son capaces de llegar a la madurez y nos vemos obligados a cosecharlos cuando la espiga todavía no está en su momento óptimo.
Esto supone una pérdida importante de energía por hectárea y lo que es peor, un ensilado menos denso energéticamente y por lo tanto menos adecuado para las vacas de alta producción, como son la mayoría de las que tenemos hoy en nuestros establos. Es importante la cantidad, pero ojo, no en detrimento de una menor calidad, y en algunas ocasiones con estas prácticas de querer encajar ciclos más largos de lo debido, nos llevan a una pérdida de energía/kg de materia seca de ensilado.
Está aumentando el uso de ciclos largos, en algunos casos demasiado largos, ya que cuando nos viene un año lluvioso y con poca temperatura los ciclos no son capaces de llegar a la madurez
Y por otro lado, ciclos largos nos llevan a cosechas tardías y en ocasiones a mayor dificultad para implantar el cultivo de invierno.

Cosecha de maíz en el CAVI. / Archivo.
El vigor inicial de la variedad al plantar, su digestibilidad en el rumen, la precocidad o la resistencia a las plagas del maíz forrajero… ¿Cómo abordan desde Clun tantos condicionantes?
Muchos de los condicionantes a la hora de realizar una correcta selección de la semilla de maíz forrajero quedan resueltos con la elaboración de un catálogo con variedades comerciales adecuadas a las diferentes realidades edafoclimáticas de nuestro ámbito de trabajo.
Partiendo de esa base, el siguiente paso sería analizar cuáles son las necesidades que el socio busca satisfacer, teniendo en cuenta los condicionantes clásicos, como pueden ser nivel de fertilidad del suelo, altitud, integral térmica, fecha de siembra, posibilidad de encharcamiento, incidencia del viento…
De entre el grupo de variedades que puedan encajar en los criterios agronómicos antes mencionados, afinaríamos la selección siguiendo criterios nutricionales, en coordinación con los técnicos de nutrición de la cooperativa, ya que de poco sirve un maíz excepcional en aspectos como digestibilidad de fibras si no conseguimos que se desarrolle adecuadamente en la zona en la que se va a sembrar.
¿Qué peso tiene el adecuado laboreo en el éxito de la cosecha? ¿Disponen de máquinas especializadas en Clun? Dicen que la sembradora es el 50% de una buena siembra.
El laboreo del terreno es un punto crítico para el correcto desarrollo vegetativo de la planta de maíz. Dependiendo de la zona, podemos emplear un método u otro en función del cultivo previo a la implantación del maíz. Por ejemplo, en los terrenos que no se rotan y siempre que la pedregosidad del terreno nos lo permita, creemos muy recomendable el uso de aperos que actualmente no son muy utilizados en nuestra zona, como son los cultivadores.
Con ello conseguimos varios objetivos, como son el mantenimiento de la estructura del suelo, evitando la creación de suelas de labor, mejorando además la tasa de infiltración de agua, así como la reducción del coste del laboreo por hectárea, disminuyendo por ende la huella de carbono de nuestras explotaciones.
Cuando no sea posible, la clásica labor del arado de vertedera es un valor seguro a la hora de preparar el suelo, siempre que esta se realice con las condiciones de humedad adecuadas, ya que es habitual que cuando el tiempo es lluvioso y “no sirve” para otro tipo de tareas, se aproveche para arar las tierras, esto trae graves problemas de destrucción de estructura del suelo, sobre todo en suelos con elevado porcentaje de arcilla.
Creemos muy recomendable el uso de aperos que actualmente no son muy utilizados en nuestra zona, como son los cultivadores
En varias delegaciones de CLUN disponemos de equipos de siembra de altas prestaciones, al amparo de las nuevas tecnologías de la “agricultura 4.0”, además de convenios con empresas de servicios agrícolas especializadas.
Sobre los fertilizantes, ¿miden previamente la fertilidad del suelo?
La principal herramienta con la que trabajamos son las analíticas de fertilidad de suelo, aunque en los últimos años, para detectar deficiencias en microelementos, realizamos análisis foliares más especializados que nos permiten afinar a la hora de realizar futuros tratamientos correctivos, ya sea a nivel de suelo o bien a nivel de cultivo mediante aplicaciones foliares.
Para el abonado base, los técnicos de CLUN se apoyan en herramientas como FERPLAN, desarrollada por Delagro, que nos permite, partiendo de una analítica de tierra y del manejo de los purines de las explotaciones, realizar una recomendación de abonado a la carta que permita satisfacer las necesidades del cultivo. En base a todo ello proponemos un fertilizante con una fórmula “a la carta” para complementar de forma precisa las necesidades detectadas.
Seleccionar la densidad correcta, profundidad homogénea, regular la sembradora y la velocidad correcta del tractor, elegir el momento de temperatura más idóneo… ¿qué otros condicionantes y necesidades destacan en la siembra del maíz?
En la siembra de maíz hay varios aspectos clave que no se deben pasar por alto, destacaríamos los siguientes:
Primeramente, se tiene que preparar un buen lecho de siembra, para ello se debe elegir el método adecuado para su preparación, desde gradas de discos rápidas, gradas rotativas o fresadoras, siempre en función del grado de humedad del suelo y de la calidad de la labor previa. El tamaño de los agregados del suelo no debe ser elevado, ya que la semilla podría depositarse entre espacios vacíos y ello dificultaría su germinación.
Para una nascencia homogénea del maíz, la velocidad de siembra no debe de ser muy elevada
La profundidad de la siembra es otro pilar básico y para ello, a parte del estado del suelo en el momento de la siembra, hay que ver cuál es el pronóstico meteorológico al menos a una semana vista, ya que la presencia o no de precipitaciones, así como la temperatura ambiente van a determinar una correcta y homogénea nascencia. Posicionaremos la semilla más superficialmente cuando haya previsión de lluvias, y más profunda cuando se prevean episodios secos.
Ligado a lo anterior, conviene destacar que, para una nascencia homogénea del maíz la velocidad de siembra no debe de ser muy elevada (aconsejamos no pasar de los 12km/h) ya que, a pesar de que las actuales sembradoras de alto rendimiento sitúan la semilla con una elevada precisión en la hilera en el plano longitudinal incluso a altas velocidades, cuando esta es elevada la variabilidad en la profundidad de la colocación de la semilla sí que es más amplia, lo que trae consigo diferencias en el tiempo de nascencia que, a la larga, condicionarán un desarrollo inferior de las plantas que tardaron más en salir a la superficie.

Parcela de maíz en la Mariña lucense. / Archivo.
¿Son fáciles de gestionar los maíces Hdi, de alta digestibilidad?
Es evidente que trabajamos con rumiantes y que estos tienen la capacidad, gracias a las bacterias del rumen, de extraer energía de la fibra, algo que los monogástricos no pueden. Entendiendo esto, y sabiendo que no toda la fibra es digestible, es sencillo entender que este tipo de variedades seleccionadas por la mayor digestibilidad de las fibras son un avance en cuanto a buscar ensilados más energéticos.
Las variedades seleccionadas por la mayor digestibilidad de las fibras son un avance, pero tienen una parte negativa: su menor contenido en lignina lleva a que tumben más con fuertes vientos
Pero como siempre, todo lo bueno tiene parte negativa, y en este caso también. Generalmente la mayor digestibilidad viene dada por un menor contenido en lignina (que es indigestible incluso para los rumiantes), pero claro, la lignina es la base de la consistencia del tallo y es un pilar importante para que la planta se mantenga en pie, incluso en situaciones adversas de viento.
En las últimas décadas, la selección genética ha avanzado mucho en la resistencia al encamado de las plantas, y dada la zona en que nos movemos, con fuertes vientos en determinadas épocas del año, debemos tener especial cuidado de que lo que mejoramos por el lado de la digestibilidad no lo empeoremos porque las plantas se tumben y por lo tanto no podamos aprovecharlas. De esto tenemos un buen ejemplo en algunas zonas de la Mariña Lucense en esta última campaña.
“Estamos en una evolución de agricultores con vacas a ganaderos con tierras”
¿Siguen delegando las granjas la producción de forrajes en el Centro de Alimentación de Ganado Vacuno (Cavi) de Barreiros? ¿Cuántos cooperativistas lo usan?
El CAVI es un sistema más, y afortunadamente en nuestra zona no es el único, por lo que los ganaderos que deciden estar en el sistema es porque lo ven como una solución a sus necesidades, que pueden ser muy diversas: falta de superficie, falta de mano de obra, dificultad para obtener buenos ensilados, decisión de no hacer inversiones en silos ni en maquinaria, etc.
Todo esto apunta a que será un sistema que en el futuro aumentará su demanda y las ganaderías se dedicarán cada vez más a atención al ganado y externalizarán las labores agrícolas. Es algo que viene aconteciendo en los últimos años y creemos que irá a más. Nuestras ganaderías se están pasando de ser “agricultores con vacas a ser ganaderos con tierra” y este es un matiz muy importante que está catapultando a la ganadería de leche gallega a lo más alto del pódium europeo.