Campaña vitícola 2019, petición de contratos y mayor control de los rendimientos

Los vocales de Unións Agrarias en los Consejos Reguladores de las denominaciones de origen demandan la implicación de Medio Rural para el establecimiento de contratos multianuales en la compra venta de uva

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Campaña vitícola 2019, petición de contratos y mayor control de los rendimientos

Rueda de prensa de Unións Agrarias con vocales y responsables de la organización en cada denominación.

Las lluvias y tormentas que se dieron en el viñedo en la época de floración y en las últimas semanas hacen prever que el 2019 no será un gran año en la mayoría de las denominaciones de origen. Con la perspectiva de una cosecha limitada y de una demanda alta por la uva, los vocales de Unións Agrarias en los Consejos Reguladores de las denominaciones de origen mantuvieron hoy una reunión en Santiago para consensuar propuestas comunes. Su objetivo, contratos multianuales y mayor control de los rendimientos por parcela en las cinco denominaciones de origen gallegas.

Tras la reunión con sus vocales, el secretario general de Unións Agrarias, Roberto García, expuso las demandas comunes. Son cuestiones que la organización agraria viene demandando de tiempo atrás, aunque con escaso éxito.

Contratos
Una primera cuestión es el establecimiento de contratos escritos entre viticultor y bodega, con precios fijados y plazos de pago a 30 días, «tal y como exige la ley», señala García. «Ahora mismo tenemos contratos de adhesión, que el viticultor firma sin precio o con precio en blanco, y hay casos de viticultores que aún no cobraron la uva del año pasado», cuestiona el secretario general de Unións, que compareció en rueda de prensa acompañado de los vocales de Unións en las distintas denominaciones.

Unións considera que esta campaña, en la que se prevé una demanda alta para las uvas, es una buena oportunidad para que bodegas y viticultores negocien compromisos multianuales que les den estabilidad y seguridad a ambas partes. García pide la intervención en la materia del conselleiro de Medio Rural, José González, «que presume de ser conocedor del sector». «Lo tiene muy fácil si decide priorizar en las ayudas a las bodegas que apuesten por contratos con los viticultores», subraya García.

Unións desarrollará reuniones con los viticultores en las distintas denominaciones y valora medidas de presión si no se establecen mesas de negociación en pie de igualdad antes de la vendimia.

Controles de rendimientos
La segunda cuestión que preocupa a Unións es el control de rendimientos en las denominaciones de origen. «Hasta ahora el único control que se hace es en las bodegas. Se controla que las bodegas no procesen más uvas que las marcadas por el cupo de rendimiento de cada denominación, pero no se hacen controles de campo de las parcelas», advierte Roberto García.

La organización agraria se teme que la ausencia de controles de campo esté derivando en algunas campañas en la entrada de uva foránea. «En campañas de poca uva, como la actual, mucho nos tememos que las bodegas estén comprando uva de fuera, con el consiguiente perjuicio para los viticultores y para las propias denominaciones», cuestiona Roberto García.

Unións pide que se establezcan controles aleatorios de rendimientos de las parcelas, a fin de comprobar que los rendimientos que declaran las bodegas se corresponden con los reales. Es una cuestión que se puede determinar «con bastante exactitud» -dicen- en función del tipo de cultivo (emparrado, espaldera), de la densidad de las cepas, de las variedades y del desarrollo de las plantas. «Nuestros vocales no aprobarán ningún balance de cosecha sin tener acceso antes a toda la información de los rendimientos y parcelas de cosecha declaradas por cada bodega», advierte Roberto García.

A mayores, para el caso de la DO Rías Baixas, abogan por el establecimiento de rendimientos diferenciales en función de la subzona y del tipo de cultivo, pues alegan que «no tiene sentido mantener los mismos rendimientos en Cambados que en el Rosal, cuando son dos zonas muy distintas».

Esa situación lleva a que en años de buenas producciones, en algunas zonas muy productivas parte de los viticultores decidan vender en B la cosecha que excede de los rendimientos autorizados. Unións reconoce que hay que ponerle freno a esas prácticas pero pide también una normativa más realista.

En años de cosecha peor, como se espera que sea la actual, el peligro viene de la entrada de uva de fuera, una práctica que la organización sospecha que se está haciendo con bastante impunidad en algunas denominaciones, sin un idóneo control de la Administración.

Ayudas para reestructuración
Un tercer punto por el que apuesta Unións es el de centrar los apoyos públicos en los pequeños viticultores. «En Galicia hay 15.000 viticultores que tienen menos de 2 hectáreas y alrededor de 500 con más de 2 hectáreas. Pedimos que los apoyos vayan para los que tienen menos de 2 hectáreas o entre 2 y 5 hectáreas. Estamos en contra de que se apoyen las plantaciones de las grandes bodegas, sin garantía de compra de la uva a los pequeños viticultores, que son los que mantienen la actividad en el rural», señala Roberto García.

Controles de la Seguridad Social
Desde Unións muestran también preocupación por los controles que se están haciendo en distintas comarcas de Galicia sobre la cotización a la Seguridad Social y las declaraciones a Hacienda de los viticultores. Unións anuncia contactos con la Administración para buscar acuerdos que solucionen el problema.

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