Casa Xan (Adá, Chantada) es una de esas ganaderías que puede presumir de contar con relevo generacional, que tanto problema supone para el mantenimiento de las ganaderías en la actualidad. Esta granja familiar está regentada por José Luis Rodríguez, su mujer María Dolores Tumebeiro y su hijo Juan Rodríguez, quien se incorporó en el 2016.
«Nací aquí, crecí aquí y mi futuro, por el momento, me lo imagino aquí», así de contundente es Juan, quien tiene claro que seguirá apostando por la ganadería familiar. Al igual que su padre, afirma que el aprendizaje ya lo hizo desde pequeño, «al crecer entre las vacas y ayudar desde siempre ya vas aprendiendo todo». Aun así, hizo los estudios necesarios para ponerse al frente de la explotación en la que se ve, «por lo menos, en los próximos años, luego en un futuro más lejano ya se verá cómo va el sector y si esto sigue siendo rentable».
Ante la situación del sector, en la que el relevo generacional está siendo un problema que provoca el cierre de numerosas explotaciones, Juan anima a la juventud a que se incorpore a las explotaciones familiares. «No voy a negar que ser ganadero es complicado, hay que dedicarle horas para mantener una explotación, pero también resulta un trabajo reconfortante». A esto, añade que la rutina diaria cambió mucho de cuando sus padres comenzaron a ahora, «pero aun así requiere de muchas horas. Es cierto que, en nuestro caso, con el robot nos cambió la vida, porque no tenemos esas horas de ordeño, pero siempre hay que hacer».
«Este trabajo requiere de horas, pero es reconfortante. Si sigue siendo rentable, me veo aquí muchos años»
Una ración unifeed al día
La ganadería cuenta con unos 140 animales en total, de los cuales 65 están en ordeño; el resto son vacas secas y recría. Su producción media se encuentra en los 40 litros por vaca y día, con unas calidades medias de 3,25 % de proteína y 3,90 % de grasa. En cuanto al recuento celular se sitúa, por lo general, por debajo de las 130.000 células somáticas. En el pasado año, entregaron a la cooperativa AIRA, que es la entidad que les recoge la leche, un total de 807.322 litros.
La incorporación del robot fue lo mejor que pudimos hacer, mejoramos en calidad de vida nuestra y de los animales
En cuanto a la base territorial, disponen de unas 32 hectáreas en las que hacen rotación de maíz y hierba cada dos años. En concreto, siembran 13 hectáreas de maíz, en las que recogen un promedio de 60.000 kg por hectárea. En cuanto al ciclo de maíz que emplean, indica que varía en función del año de 270 a 350, en este, por ejemplo, están sembrando de 270.
En la hierba, realizan «las cortas que podemos, de 2 a 4». El ganadero señala que a pesar del problema que hay con la organización territorial, «tenemos las fincas a 1 km, como muy lejos, de la ganadería, y eso facilita las labores». Y en cuanto a la extensión considera que es suficiente, «pero si fue un año malo de forrajes compramos paja y heno a mayores».
José Luis apunta que para la alimentación de las vacas apuestan por silo de maíz, hierba y concentrado. En concreto, la ración de las vacas de producción está compuesta por: 16 kg de maíz, 23-24 kg de hierba, 0,5 kg de hierba seca y 8,5 de mezcla. Esta ración unifeed está hecha por el equipo de AIRA, que se la acerca una vez al día.
Robotización y mejoras tecnológicas
La granja lleva toda la vida en funcionamiento, como afirma José Luis «yo no necesité ningún curso, ya que nací aquí y me formé desde bien pequeño». Cuando empezó, el número de animales era mucho menor «y poco a poco, fuimos creciendo, comprando más terrenos y también más animales hasta llegar a como estamos hoy».
Desde hace seis años, su profesionalización y mejora en la calidad del trabajo los llevó a incorporar el robot: «Fue lo mejor que pudimos hacer, es una gran inversión, pero merece la pena por la calidad de vida nuestra y también por los animales». Con la finalidad de potenciar el bienestar animal también incorporaron los collares para la detección de celos, «que es muy recomendable» por la información que les ofrece.
Asimismo, cuentan con el arrimador de comida y unas instalaciones muy ventiladas, con cortinas que suben y bajan según la temperatura para «ofrecerle a los animales el mayor bienestar».
No buscamos crecer más, ahora mismo estamos bien con el número de animales que tenemos
Su objetivo es «mantenernos como estamos», siempre cuidando la genética «porque es muy importante cuando dispones de un robot», indica el ganadero y añade que «si tienes animales que no son funcionales, no le sacas el rendimiento al robot». En cuanto a producción considera que no necesitan aumentar más. Asimismo, Juan resalta que si hubiesen querido ampliar necesitarían más instalaciones y «ahora mismo no tenemos espacio para hacer las ampliaciones». Ambos coinciden en que así «estamos muy bien».
Buena genética
Desde la llegada del robot a la explotación, en casa Xan tienen claro que la facilidad de ordeño es uno de los requisitos a tener en cuenta para escoger un toro. «Además, miramos las células somáticas, las ubres y las patas, sin descuidar las producciones y las calidades». Trabajan con el plan de acoplamiento de CONAFE y emplean semen probado o genómico de Xenética Fontao.
En esta ganadería la edad de la primera inseminación de las novillas está en 14-15 meses y el promedio de inseminación por preñez en 1,5, con un intervalo entre parto de unos 395 días. El promedio ICO registrado se sitúa en 1190-1200 y el número de partos por rebaño en los 3,5-4.
Confianza en AIRA
José Luis destaca la importancia que tiene la relación con la cooperativa. «Llevamos toda la vida en AIRA, vivimos el período de la integración y para nosotros es muy satisfactorio seguir con ellos. En un mismo espacio podemos encontrar soluciones a todo, desde temas agrícolas a genéticos e incluso en la recogida de la leche».
En esta ganadería, además de contar con diversos servicios técnicos de la cooperativa y con el apoyo de su maquinaria agrícola para la recogida del maíz, disponen del sistema de gestión de alimentación para el ordeño robotizado. Se trata de un sistema desarrollado por el equipo técnico de AIRA que presta atención a diferentes parámetros (producción, tiempos de ordeño, eficiencia de la máquina en base a litros de leche por minuto, etc.) y ajusta la mezcla unifeed que se debe aportar. «Esto nos permite hacer raciones más ajustadas para los animales. Revisan los técnicos y nos ayudan a hacer un mayor control».