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Los números avalan el progreso y la confianza existente en el principal organismo encargado de controlar, amparar y certificar la Miel de Galicia. En lo que llevamos transcurrido de 2020, la IGP cuenta ya con un importante incremento en el número de altas en el registro de instalaciones con respecto a años anteriores, así como un ascenso en el número de apicultores que apuestan por esta actividad como un modo de vida sostenible, tanto a nivel profesional, como complemento de la renta.
Concretamente, la IGP suma dos nuevas instalaciones con certificado de producto y siete nuevas pendientes para incorporar con el certificado en esta cosecha. A falta del recuento final al rematar este año, las cifras ya marcan un ascenso notorio, rozando los 300 apiculores y las 50.000 colmenas en toda Galicia, situándose como la indicación geográfica que más inscritos, más colmenas y más miel certifica a nivel nacional y europeo.
Miel de excelente calidad, aunque más escasa
En cuanto a la cantidad de miel certificada, desde la IGP informan de que “la campaña de recogida de miel en nuestro territorio confirmaba los pronósticos iniciales: las condiciones meteorológicas desfavorables propiciaron un descenso en la producción con respecto a la cosecha de 2019 (en el que se habían certificado 659 toneladas de este producto, de los cuales 352 toneladas se comercializaron con la contraetiqueta de Miel de Galicia)”.
En este sentido, para 2020 se espera que la cantidad de miel contraetiquetada se mantenga; y que lo que se vea reducido, debido a la mala producción de esta cosecha, sea la comercialización de los productos elaborados que emplean la Miel de Galicia como ingrediente para su valorización, o sobre todo la comercialización a granel.
En este año atípico, la climatología acabó por pasar factura a los apicultores gallegos, dadas las abundantes lluvias registradas durante la primavera, principalmente en zona de costa, que poco ayudaron a la floración. Situados ya en verano, el tiempo tampoco acompañó, con un calor extremadamente seco y fuertes vientos que terminan por resecar toda la floración. La cuantificación de este descenso podrá confirmarse a finales del año, con todas las declaraciones de producción entregadas por los apicultores.
Un producto de confianza que se traduce en una creciente demanda
Si en algo se incide siempre desde el Consejo Regulador de la IGP, es en la importancia de buscar la contraetiqueta Miel de Galicia, Indicación Geográfica Protegida a la hora de adquirir este producto en el mercado. “Una garantía de que estamos ante una miel de origen cien por cien gallega, sometida a los más rigurosos controles tanto sanitarios como de calidad. Una joya gastronómica con un aporte nutricional superior a las demás, ya que posee el mayor contenido en minerales y vitaminas registrado. Sin duda, algo que no pasó inadvertido para los consumidores que vieron en la Miel de Galicia un producto a incluir en la cesta de la compra, sobre todo en tiempos de pandemia, como ayuda para reforzar el sistema inmunológico”, destacan desde el consejo regulador de la IGP.
Así se registraba un incremento de hasta un 50% en las ventas de las envasadoras de mayor tamaño, y por tanto en la solicitud de contraetiquetas por parte de estas marcas que llegan a mercados fuera de la comunidad.
Dado que la producción de este año es más escasa de cara a hacer frente a la demanda del 2021, y que esto producirá un previsible aumento del precio de la miel en origen, desde el Consejo Regulador piden la colaboración de los consumidores a la hora de seguir confiando en la Miel de Galicia en el momento de hacer la lista de la compra.
“De este modo, no sólo se estarán protegiendo como consumidores, sino también colaborando con los apicultores locales, apoyando al campo gallego, manteniendo la biodiversidad y apostando por un codiciado producto que compite en calidad diferenciada en el mercado de la miel a nivel mundial, donde tiene una muy buena aceptación y posicionamiento”, subrayan.
