Cinco consejos para reducir los costes de abonado

Hacer frente a los altos precios de los fertilizantes sin comprometer la viabilidad de las explotaciones requiere este año de una planificación idónea. Conocer las necesidades nutricionales de los cultivos y el estado agronómico de la tierra, ajustar la composición y las dosis a aplicar en función de la climatología, corregir el pH del suelo y aprovechar el valor del purín y el estiércol se presentan como elementos clave

Con los precios de los fertilizantes químicos por las nubes ofrecemos, con la ayuda de técnicos del CIAM y del Inorde, algunas recomendaciones para tratar de evitar que los costes de abonado de este año se disparen. El objetivo: reducir insumos sin que la productividad se vea comprometida.

Una mejor planificación de la gestión de nutrientes también puede servir para sentar las bases para afrontar los retos de sostenibilidad que se avecinan

Además, la reciente publicación por parte del Ministerio de Agricultura del nuevo Decreto de nitratos y la introducción en la condicionalidad reforzada de la nueva PAC 2023-2027, dentro de las buenas prácticas agrarias y medioambientales, del deber de cumplir con el inminente Decreto de nutrición sostenible de suelos agrícolas, añaden nuevos elementos legales que van a afectar a la forma de abonar y que van requerir de un mayor control sobre los productos y la manera de utilizarlos.

En este contexto, estos son algunos consejos básicos para la optimización del abonado:

1. Analítica de suelo

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Servando Álvarez es el director técnico del Inorde, el Centro de Desarrollo Agroganadero ubicado en Xinzo de Limia dependiente de la Diputación de Ourense. Cada año hacen unas 3.500 analíticas de suelo, gratuitas para los productores de la provincia de Ourense.

Servando defiende la utilidad de estos muestreos a la hora de planificar la estrategia de abonado. “Si en otros años es recomendable, un año como este, por los precios de los abonos y el nuevo decreto del Gobierno, es imprescindible contar con una analítica de suelo, que más que una herramienta, se está convirtiendo en un requisito para poder labrar”, asegura.

No es solo lo que puedes ahorrar, sino el mal que puedes evitar, ya que sin muestreo del terreno corres el riesgo de sobreabonar en algunos componentes, lo que va a ser contraproducente para el propio cultivo

Contar con un análisis del suelo es útil, dice, tanto para saber las necesidades del cultivo, y, por tanto, conseguir un posible ahorro de la cantidad de abonado tanto en kilos brutos por hectárea, como en el propio equilibrio de los distintos componentes, porque “sin ella corres el riesgo de sobreabonar en algunas cosas, lo que va a ser contraproducente y va a incidir en los desórdenes en el cultivo, algo que luego va a costar reparar”, explica.

En el caso de la patata, uno de los cultivos habituales en su zona de trabajo, “si haces un abonado muy alto en nitrógeno, la planta va a estar viciosa y la va a atacar más el mildiu; además puedes caer en desórdenes nutricionales, como el corazón hueco”, detalla. Es decir, mediante el muestreo del terreno, “ya no es solo lo que ahorres, sino el mal que puedes evitar al propio cultivo”, dice.

2. Abonado en cobertera

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Prácticas como los abonados de cobertera, que permiten una distribución gradual del fertilizante a lo largo del ciclo de cultivo y, por lo tanto, adaptarlo a factores como su crecimiento o la climatología, se han ido abandonando en los últimos años a favor de los abonados de fondo, aplicados en el momento de la siembra.

Los agricultores hacen abonado de fondo por comodidad, pero sería muy beneficioso recuperar las coberteras, que permiten adaptarse mejor a las necesidades del cultivo

“Los agricultores prefieren hacer un único abonado de fondo que cubra todas las necesidades del cultivo, porque con esto evitan ir más veces a la finca y ahorran en horas de trabajo de la maquinaria”, argumenta Servando, que opina que “si esto en un año normal no es recomendable, en un año como este menos, tanto por los precios como por la climatología”.

Si sigue este tiempo seco, sin llover, el estrés hídrico del cereal va a ser elevado y por mucho que abones no vas a lograr mejores resultados

“No puedes controlar el tiempo y puedes provocar contaminación difusa y pérdida de abonado”, indica. “Si cuando siembras el cereal echas todo el nitrógeno en fondo y sigue este tiempo seco, lo más probable es que los cultivos no den tirado y malgastes una parte del abono, porque por mucho que abones el cultivo no va a salir porque el factor limitante en años secos como este es la parte de la climatología. Sin embargo, si te planteas hacer varias coberteras durante el ciclo del cultivo puedes ir adaptando mejor las dosis a esas necesidades y si cambia el tiempo y llueve puedes abonar un poco más porque el techo del cultivo es más alto, pero si no, en junio el estrés hídrico va a ser alto y por mucho que abones no vas a lograr mejores resultados”.

3. Riego por goteo

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Siempre y cuando el cultivo lo soporte, el director técnico del Inorde recomienda otras formas de fertilizar como por ejemplo a través el riego por goteo. “Estaría dentro de lo que es la agricultura de precisión, porque te permite el control total y absoluto tanto del abono que empleas como de la cantidad de agua”, argumenta.

Es una manera de garantizar máximas producciones sin depender del tiempo y de optimizar el uso de fertilizantes

Para cultivos como cereal o forraje de hierba no sería útil, considera, pero para huerta o patata sí, por lo que defiende que “debería estar más extendido”. “Es una manera de garantizar máximas producciones sin depender del tiempo y de optimizar el uso de fertilizantes”, dice.  

4. Encalado

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“En muchos casos la mejor fertilización que puedes hacer es un buen encalado”, asegura Servando. Además, dice, “en este momento es el abonado más económico, porque los cales no han experimentado ese incremento desmesurado de precio que estamos viendo en el nitrógeno o en los fosfatos”, explica.

El encalado es el abonado más barato y al que más rápido le ves rendimiento

“En los suelos ácidos predominantes en Galicia muchos nutrientes no se van a liberar, sobre todo el fósforo, porque por debajo de un pH de 6 no se solubiliza, por lo que lo idóneo sería mantenerlo en el 6 o 6,5”, indica. “En la patata o en los arándanos no sería recomendable, pero para todo el resto de cultivos (hierba, maíz, viña, cereal, olivo) sí”, aclara.

Si quieres producir cantidad un ajuste del PH que se acerque a la neutralidad ayuda a que los cultivos aprovechen mejor los nutrientes esenciales

En el caso de la patata, que prefiere los suelos ácidos, se trataría de elevar lo máximo posible el pH del suelo para incrementar la producción pero sin pasarse para no provocar afectaciones en el cultivo, provocándole la alteración de la Sarna Común, que es una bacteria que afecta a la piel de la patata y es difícil de solucionar. “No afecta a la calidad del producto pero sí a la vista. La variedad Kenebec, que tanto nos gusta en Galicia, es muy sensible a esa alteración, que provoca una depreciación en el mercado”, indica Servando.

A la patata no le gusta el pH alto, es contraproducente, igual que en los arándanos, pero para el resto de cultivos es recomendable encalar. Pero si tienes una rotación en la que entre la patata no te puedes permitir subir el PH del suelo

Se quieres producir cantidad un ajuste del PH que se acerque a la neutralidad ayuda a que los cultivos aprovechen mejor los nutrientes esenciales, aunque los micronutrientes (hierro, boro) se absorven mejor con los pH que tenemos en las tierras gallegas, eso se nota en la calidad y es una de las razones del sabor de nuestros productos”, afirma.

5. Aprovechamiento de los abonos orgánicos

SOUTO FRADE SC (Taboada) balsa purin

“Se puede ahorrar una gran cantidad de abono químico haciendo una buena gestión del purín y del estiércol. Nosotros tenemos explotaciones de vacuno de leche que tienen tierra y pueden reciclar el abono orgánico en un claro ejemplo de economía circular”, defiende Xoán Castro Insua, investigador del CIAM, que recomienda a los ganaderos “guardar el purín en invierno para usarlo en primavera”.

Según los balances del Ministerio de Agricultura, en Galicia sobrarían 17.000 toneladas de nitrógeno químico y eso quiere decir, insiste Xoán Castro, “que si aprovechásemos bien el purín podríamos ahorrar cada año buena parte de esas 17.000 toneladas y de este modo podemos tener en la mano una solución para los altos precios de los fertilizantes químicos”, asegura.

En la página web del CIAM pueden encontrarse recomendaciones para el abonado con purín

En la página web del Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo pueden encontrarse recomendaciones prácticas para el encalado y el abonado con purín a través de aplicaciones gratuitas para realizar el cálculo de necesidades de los distintos cultivos.

Xoán Castro hace hincapié en las buenas prácticas y la aplicación correcta a través de maquinaria idónea que, por un lado, minimice las pérdidas de poder fertilizante de los abonos orgánicos y, por otro, dé cumplimiento a los requisitos legales que se avecinan y que, en muchos casos, no tienen en cuenta las características y condiciones agronómicas de Galicia, advierte. “En A Limia es tan triste que se está echando abono químico a las patatas por miedo a las multas por echar estiércol, porque no les dejan hacer acopio del estiércol en las parcelas”, ejemplifica.

El purín hay que echarlo en el momento idóneo y lo que tienen que hacer las explotaciones gallegas de leche y de carne es guardar el purín en invierno para usarlo en primavera

Considera que los análisis de nitratos “dan datos preocupantes porque están aumentando mucho en algunas zonas”, aunque Galicia no cuenta por el momento con ninguna zona declarada afectada por esta contaminación. “Está subiendo la concentración en algunas zonas, en muchos casos por el incremento de granjas de pollos y porcino en algunas zonas de leche, como en O Deza, en la comarca de Sarria y en la de Lugo, lo que está provocando el incremento de la carga ganadera en estos lugares», indica.

Está subiendo la concentración de nitratos en comarcas como O Deza porque las granjas de pollos y porcino sumadas a las de vacuno de leche están incrementando la carga ganadera en la zona

Con todo, no ve un problema de excedente de purines, sino de déficit de gestión. “En Galicia no sobra purín ni sobra el estiércol, lo que falta es capacidad de almacenamiento. Y lo que tienen que hacer las explotaciones gallegas de leche y de carne es guardar el purín en invierno para usarlo en primavera, para así echarlo en el momento idóneo. Pero el problema es de almacenaje en muchos casos”, indica.

En Galicia no sobra purín ni sobra el estiércol, lo que falta es capacidad de almacenamiento

Del mismo modo, afirma que sería posible dar salida al purín generado por ganaderías sin tierra, como las de pollos o cerdos, poniendo a producir superficies ahora abandonadas. “La solución no son las plantas de tratamiento que se proponen, que es un modelo perverso e ineficiente. La zona que bordea A Limia concentra el 50% de la superficie de incendios de Galicia, donde se podría hacer pastoreo extensivo para evitar los fuegos y al mismo tiempo fertilizar esas praderas con el purín de las granjas de cerdos”, propone.

En Irlanda no hay tierra disponible, pero aquí tenemos un montón de superficie abandonada y podemos sembrar maíz, que es un cultivo que necesita mucho nitrógeno y al que le va muy bien el purín

Esta solución de apostar por el pastoreo y la ganadería extensiva está causando sin embargo altos índices de contaminación por nitratos en otros países, aunque Xoán Castro considera que esos problemas no se darían en Galicia. “En Irlanda no hay tierra disponible, pero aquí tenemos un montón de superficie abandonada, además, nosotros tenemos una situación más favorable que los irlandeses, porque ellos echan mucho nitrógeno en las praderas, y nosotros tenemos la posibilidad de echar también maíz, que ellos no pueden porque les falta sol. De esa manera nosotros podemos aprovechar mejor el purín en el maíz, que es un cultivo al que le va muy bien. En ese sentido, somos privilegiados porque podemos poner un cultivo de verano que necesita mucho nitrógeno”, dice.

Cómo Irlanda ha cambiado su modelo de fertilización desde los abonos químicos a los orgánicos

vacun carne irlanda apaisado

Irlanda es un país semejante a Galicia en su climatología y en su vocación lechera y cárnica que en los últimos años ha afrontado un cambio de modelo de abonado. Acuciados por problemas de contaminación por nitratos y por un endurecimiento en la legislación al respeto, los ganaderos irlandeses han mudado sus prácticas de fertilización, con una reducción de los aportes químicos y un mejor aprovechamiento de las enmiendas orgánicas, una experiencia que puede ser útil en Galicia.

El Teagasc es el organismo público irlandés encargado del asesoramiento a los agricultores y ganaderos y uno de los artífices del espectacular incremento de la producción lechera del país desde el final de las cuotas lácteas en el año 2015.

Hace unos días publicaba en su página web un artículo con recomendaciones para enfrentar la actual situación de carestía en los fertilizantes en el que advertía a las explotaciones del panorama para este año 2022: “precios de fertilizantes extremadamente altos y posible escasez en el suministro”.

El Teagasc recomienda esta primavera limitar la compra de fertilizantes, cultivar pasto para alimentar el ganado y proteger la fertilidad del suelo de cara a los próximos años

Para hacer frente a esta situación, insisten los técnicos del Teagasc, “la planificación es esencial para garantizar que los cultivos y los animales sean alimentados a un coste razonable”. Con este objetivo, su enfoque para este año pasa por “limitar la compra de fertilizantes, cultivar pasto para alimentar el ganado y proteger la fertilidad del suelo de cara a los próximos años”.

La crisis de precios del 2008

No es la primera vez que una subida de precios desestabiliza el mercado. El Teagasc comienza recordando las consecuencias de la última alza de cotizaciones de los abonos químicos. “El aumento de precios de los fertilizantes a finales de la década pasada (2008 y 2009) llevó a una gran merma en su uso por parte de las granjas irlandesas”, asegura.

Los agricultores irlandeses reaccionaron al alza de precios y al endurecimiento de la normativa de nitratos reduciendo drásticamente la aplicación de fósforo y potasio, lo que llevó a una fuerte caída de la fertilidad del suelo

Los agricultores reaccionaron a los altos precios y al incremento de la regulación (nuevas normativas de nitratos) reduciendo drásticamente sus aplicaciones, particularmente de fósforo y potasio. “Esto llevó a una caída drástica en la fertilidad del suelo que pasamos la última década tratando de revertir”, indica.

Reducir el desperdicio de nutrientes

La primera recomendación que hace el organismo público de asesoramiento a los agricultores y ganaderos irlandeses es no abonar de más, definiendo el “desperdicio de nutrientes” como “consumir, gastar o emplear inútilmente o sin retorno adecuado”. “Ante el precio y la disponibilidad de fertilizantes para 2022 evitar el desperdicio es absolutamente fundamental”, argumenta.

Es imposible planificar de manera efectiva sin conocer el estado del suelo a través de muestras recientes

Para lograrlo, resulta indispensable, dice, conocer la fertilidad del suelo. “Es imposible planificar de manera efectiva sin conocer el estado del suelo a través de muestras recientes”, afirma. En el caso irlandés, además, “existen grandes variaciones entre fincas, de las dedicadas a ensilado a las áreas de pastoreo”, explican.

Maximizar el poder fertilizante del purín

“La clave este año es usar el purín en el lugar correcto, en el momento correcto y con la tasa de aplicación correcta, por lo que deben usarse las analíticas de suelo para identificar las parcelas con menos fósforo y potasio para destinarlo a ellas”, aseguran los técnicos irlandeses.

Además, dicen, “a menos que sea absolutamente necesario, el purín no debe esparcirse en enero, ya que en esta época del año la demanda de absorción de nutrientes de la pradera es muy baja”. “Siempre que sea posible debe usarse desde finales de febrero hasta principios de abril para maximizar su beneficio para el crecimiento de la hierba y evitar pérdidas hacia el medio ambiente”, aclaran.

La clave este año es usar el purín en el lugar correcto, en el momento correcto y con la tasa de aplicación correcta

También recomiendan conocer mediante analíticas el valor fertilizante del purín disponible, tanto en cuanto a materia seca como a nutrientes (N-P-K) y aplicarlo mediante sistemas de bajas emisiones, como inyectores o tubos colgantes, “que maximizan la disponibilidad de nitrógeno hasta un 50% en comparación con el esparcido mediante plato o abanico”. Finalmente, también aconsejan “guardar purín suficiente para las praderas destinadas a ensilado, que tienen la mayor tasa de eliminación de nutrientes”.

Usar solo abono químico en condiciones idóneas

El Teagasc aconseja aplicar cal para lograr un pH óptimo en todas las fincas, “lo que mejorará la disponibilidad y la eficiencia de las aplicaciones de fertilizantes químicos y de nitrógeno y fósforo orgánicos”.

Así mismo, dice, “una de las mejores formas de evitar el desperdicio del fertilizante químico y pérdidas de nutrientes al aire y al agua es esperar a que la temperatura del suelo supere los 5,5 grados centígrados y la humedad del suelo y la climatología sean las adecuadas para el crecimiento de los cultivos”.

Debido a los altos precios de este año, se puede tomar la decisión y posponer aplicaciones adicionales hasta que los precios bajen un poco

En el caso de las praderas, en suelos con baja fertilidad aconsejan aplicar un compuesto químico con alto contenido en fósforo y potasio en el mes de marzo en aquellas fincas donde no se haya echado purín para impulsar así el crecimiento de la hierba y hacer una pasada adicional en los meses de mayo y junio.

Debido a los altos precios de este año, los técnicos irlandeses recomiendan “utilizar sabiamente el fertilizante químico, concentrándose en alimentar el cultivo de este año y al menos mantener los niveles de fertilidad del suelo para el próximo año”, aunque en función de las reservas de nutrientes que tengamos en el suelo, “se puede tomar la decisión de posponer las aplicaciones adicionales destinadas a mejorar la fertilidad del suelo hasta que los precios bajen un poco”, dicen.

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