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El comedero es junto con la sala de ordeño y las camas uno de los tres lugares clave de una ganadería de vacuno de leche, pues no sólo es donde las vacas reciben el alimento -que representa alrededor del 60% de los gastos de una explotación- sino que también puede ser una fuente de problemas de salud en caso de realizar un mal manejo del mismo.
Para analizar cuáles son los aspectos claves a tener en cuenta, el Centro de Promoción Rural EFA Fonteboa organizó esta semana una charla online a cargo de Sara Gracia Carbajo, responsable del Servicio Técnico Comercial de la cooperativa Xallas Santa Comba SCG.
He aquí los aspectos básicos que se deben tener en cuenta:
-Ubicación del comedero: El comedero debe estar en una árela en la que no incida ni el sol ni la lluvia, pues provocarían problemas de calentamiento y conservación de la comida.
-Materiales: El comedero tiene que ser una zona que esté limpia. Para que nos resulte sencillo limpiarlo y no se incrusten restos de comida podemos utilizar superficies como acero inoxidable, plaqueta, pinturas plásticas…etc. No se aconseja el cemento, pues los ácidos de la comida lo irán degradando e incrustándose restos en los poros que acabarán provocando malos olores y problemas de conservación de la comida.
-Dimensiones recomendadas: Lo ideal es que haya un hueco por animal en la cornadiza, para que se registre menos competencia por acceder al pesebre. Como máximo, nunca debería haber más de un 30% más de vacas que cornadizas.
El ancho de comedero por animal debe ser de alrededor de 70 centímetros, en el caso de cornadizas autotrabantes, y de unos 80 centímetros en el caso de comederos libres sin trabantes.
El comedero debe estar a una altura de unos 30 centímetros con respecto a las pezuñas de las vacas, para imitar la postura en la que el animal pasta.
Por lo que respecta al ancho, debería ser de 100 centímetros como mínimo, para evitar problemas de acumulación excesiva de comida, que acabaría desbordando y cayendo.
-Más espacio en el comedero, menos competencia, menos problemas de salud: Las vacas son animales muy jerárquicos, con unos que asumen el rol de dominantes y codominantes y otras subordinadas. Las vacas recién paridas, enfermas, primerizas o novillas serán las que tengan más problemas de acceso al comedero en caso de que no haya espacio bastante para todos los animales.
Eso provocará que coman menos, fuera de hora, rápido…lo que derivará en problemas como cetosis, menor fertilidad…etc.
-Mejor suministrar la comida por la mañana y por la tarde: Lo ideal es que se suministre comida fresca cuantas más veces se pueda mejor. Así, si hacemos el carro a la mañana y a la noche esa comida fresca será más apetecible y el animal comerá más.
“Muchas veces sólo se hace el carro una vez al día, y el problema de eso es que la comida está más babeada, en verano se seca más la superficie…etc. Es decir, la mezcla cada vez es menos apetecible para el animal. Por eso es recomendable hacer el carro dos veces, sobre todo en las épocas de estrés por calor, cuando baja la ingesta”, destaca Sara Gracia.
El arrimado frecuente de la comida también es muy importante porque las estimulamos a acercarse al pesebre.
-¿Cuanta comida debe sobrar en el comedero?: No debe sobrar mucha cantidad de comida, pues de ser así tendríamos un problema económico debido al mal estado de la comida o a que suministra en exceso. Lo normal es que por cada 50 vacas sobre una carretilla de comida, que normalmente se aprovecha para la recría o vacas secas, aunque eso no es lo recomendable, pues suele estar en peor estado de conservación.
La comida que sobre en el pesebre debería ser lo más parecida en composición a la que le echamos en el comedero, pues nos indicaría que las vacas no escogen ingredientes.
