Claves para el cultivo del altramuz en Galicia

Conocemos los cultivos experimentales realizados en el Ciam y las recomendaciones a tener en cuenta a la hora de sembrar, manejar y cosechar esta leguminosa, considerada una especie mejorante de los suelos y a tener en cuenta para la nueva PAC

Claves para el cultivo del altramuz en Galicia

Plantación de altramuz realizada por el Ciam.

La subida de los costes de los forrajes y piensos sumado a la preocupación por incorporar cultivos forrajeros con los que reducir los gastos de las ganaderías y el impacto ambiental están abriendo la puerta tanto a nuevas especies como a algunas que ya se habían cultivado en Galicia, pero que habían ido quedando en desuso. El altramuz (Lupinus) es una de las alternativas que se está valorando y sobre las que trabajan en el Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo (Ciam), en A Coruña, con el objetivo de ofrecer las claves sobre su cultivo a los productores que deciden apostar por ella.

El altramuz tiene un alto contenido en proteína, de entre el 30 y el 50% en especies como el Lupinus albus, conocido como altramuz blanco. Este es uno de los ejes que puede impulsar la recuperación de su cultivo en España, ya que además de ser una fuente de proteína para alimentación animal, la nueva PAC contempla ayudas para la producción sostenible de proteínas de origen vegetal, con aportaciones que pueden llegar a ser de entre 80 a 100 euros por hectárea y sin tener que emplear semilla certificada.

El altramuz se presenta como una fuente de obtención de proteína vegetal y que también tiene en cuenta la nueva PAC

La nueva PAC y los ecorrégimenes también buscan favorecer la rotación de los cultivos, introduciendo especies mejorantes como las leguminosas y en las que se incluye el altramuz, lo que puede suponer un pago de más de 80 euros por hectárea. “El altramuz tiene raíces profundas y pivotantes, que le permiten tener una alta resistencia a la sequía. Emplearlo como abono verde permite mejorar en gran medida a capacidad de infiltración de la tierra”, explicaba el ingeniero agrónomo del Ciam Luis Urquijo durante su participación en las jornadas sobre este cultivo organizadas por el propio centro y que tuvieron lugar en Lalín (Pontevedra).

Del altramuz puede aprovecharse tanto su grano, para alimentación humana o animal; como toda la planta, para abono verde o forraje. El altramuz es también un aliado para la recuperación de suelos erosionados. El precio medio del cultivo de este grano en 2022 se estimó en 450 euros por tonelada, duplicando casi su valor con respeto del 2010, cuando rondaba los 230 euros, según los datos manejados desde el Ministerio de Agricultura.

Gráfico. Evolución del precio del altramuz en España entre los años 2009 y 2019. Fonte: MAPA.

Gráfico. Evolución del precio del altramuz en España entre los años 2009 y 2019. Fuente: MAPA.

¿Una alternativa para Galicia?

Aunque el altramuz se ha cultivado en zonas de Lugo, su presencia es mínima en Galicia e incluso se ha reducido mucho desde los años 60 en regiones como Extremadura, Andalucía o Castilla y León, principales productores españoles y donde se había cultivado desde los años 30. Esta reducción de la superficie dedicada a su cultivo se debió en especial al bajo precio de la soja, que pasó a convertirse en una alternativa más rentable en la alimentación. Sin embargo, el incremento del valor que experimentaron los cereales como la soja en el último año, derivado de la guerra de Ucrania, vuelve a poner sobre la mesa al altramuz.

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Granos de altramuz.

Uno de los aspectos por los que se presenta como una alternativa a producir en Galicia es su alta tolerancia a las heladas (entre -6º y -9º), aunque como recuerda Urquijo, durante la floración es más sensible. La temperatura de crecimiento óptima se sitúa entre los 15º y los 25º. Además, tampoco requiere gran aport de agua, lo que permite que se pueda cultivar en zonas con una pluviometría mínima de unos 350 milímetros al año, precisando el mayor aporte durante la floración y el cuajado de las vayas. Así, segundo apuntan desde el Ciam en base a diferentes estudios realizados por otros investigadores, para un rendimiento de unas 4 toneladas por hectárea se precisarían entre 400 y 500 milímetros de agua al año, una cantidad muy por debajo del registrado en todas las localidades gallegas.

Además es una especie que se adapta a diversos suelos, en especial se da en suelos ácidos o neutros, por lo que también resulta viable de cultivar en Galicia.“Es un cultivo que también está adaptado para suelos pobres y dependiendo del pH de la tierra puede emplearse una especie u otra”, detalla el investigador. Así, el altramuz amarillo (Lupinus luteus) se da bien en suelos más ácidos y pobre, pero tiene menor resistencia a las heladas y al frío que otras variedades. Mientras, el altramuz blanco (Lupinus albus) requiere suelos más fértiles y menos ácidos.

En función de la zona en la que se cultive y del tipo de suelo que haya es recomendable emplear una especie u otra, y realizar la siembra en primavera o en otoño

Esta leguminosa suele sembrarse en otoño, y a finales de febrero se produce la floración, que durará hasta mayo. “También se están logrando buenos resultados con siembras primaverales realizadas en aquellas zonas más frías”, explica Urquijo. En función de cuándo se realice la siembra también varía la cantidad de semilla a utilizar. En las siembras de invierno, en zonas cálidas, se recomienda emplear unas 20 plantas por metro cuadrado. Mientras, si la siembra se realiza en primavera, en zonas frías, se incrementa el número de semillas hasta las 50 plantas por metro cuadrado. El investigador también recomienda que la tierra esté bien arada, para evitar la costra superficial que puede dificultar la germinación.

También recomiendan realizar la siembra a una profundidad de entre 1 y 5 centímetros y dejar una distancia entre hileras de entre 15 y 60 centímetros. Urquijo también apunta que para lograr un rendimiento de entre 3 a 4 toneladas por hectárea suele ser habitual realizar un abonado de 0-60-80 (N – P2O5P2o5- K2O). La maduración del grano estará condicionada por las altas temperaturas y la seca.

La rotación de cultivos como el trigo, la colza o la patata contribuye a una producción más sana al reducir la incidencia de Antracnosis, principal patología

Uno de los mayores problemas de este cultivo en Galicia parece ser la Antracnosis, que aparece diseminada en la siembra y acaba causando podredumbre en la planta y en el fruto. Uno de los métodos para reducir la incidencia de esta dolencia fúngica es usar semilla libre de patógenos y producida en regiones secas o semiáridas, y contar con semilla certificada. Otro método es la rotación de cultivos. “Hacer una rotación de cultivos como altramuz, trigo o centeno, colza y patatas es una manera de reducir la incidencia de este patógeno”, explica el ingeniero agrónomo.

Con todo, en todas las siembra realizadas en el Ciam no tuvieron que echar mano de fungicidas. Tampoco emplearon herbicidas para el control de hierbas de competencia puesto que fue un ensayo ecológico y hicieron un control mecánico con grade de púas, un método que le sirvió para su control. “Es recomendable pasar la grade cuando la planta tiene unas 8 hojas, es decir con una planta de 3 meses, ya que de hacerlo antes, se termina por arrancar un importante número de plantas, ya que aún son muy pequeñas”, detalla el investigador.

Instante de la intervención del ingeniero agrónomo, Luis Urquijo en las jornadas celebradas en Lalín.

La experiencia del Ciam

En el Ciam ya habían llevado a cabo pruebas para incluir el altramuz en las rotaciones con otros cultivos de grano en el año 1993 y en el 2013. Más recientemente iniciaron un estudio en rotación con el trigo Rumbo durante la campaña 2019- 2020, sin emplear abono, herbicidas o fungicidas. Consiguieron un rendimiento de 4 toneladas por hectárea y una calidad de proteína de 39,5%. “Alternar en ese terreno con el altramuz permitió lograr un rendimiento del trigo superior, en concreto de 1.100 kilos más, consiguiendo un incremento del 48% si se compara con monocultivo de trigo”, explica el ingeniero agrónomo.

Alternar el altramuz con el trigo les permitió incrementar la cosecha de trigo casi un 50% que el monocultivo del cereal

Ya durante la campaña 2021- 2022 realizaron pruebas con el altramuz blanco alternando con tres variedades de trigo: Rumbo, Estoril y Orden Dorado, sin tampoco abonar, emplear herbicidas ni fungicidas. Además realizaron siembras tanto en octubre, como en febrero y marzo. De las tres variedades, los mejores resultados los alcanzó la variedad Rumbo, sembrada a mediados de octubre. En concreto, con esta variedad de altramuz se consiguió un rendimiento de 3.109 kilos por hectárea, con un aporte de proteína del 40,6% y sin casi incidencia de antracnosis (6,5%), mientras que en otras variedades y fechas esta afección llegó a ser del 31 o 20 %, en el caso del Estoril.

Tabl

Resultados de producción del 21-2022.

Así, como destaca Urquijo, en base a las investigaciones realizadas, esta es una alternativa a tener en cuenta en Galicia. “El altramuz tiene un alto potencial productivo en Galicia, de entre 2 a 4 toneladas por hectárea, y un alto porcentaje de proteína (entre un 38 y un 42%), además de mejorar el suelo y su fertilidad”, destaca el ingeniero agrónomo.

Participantes jornada Altramuz _CIAM_Lalin

Instante del debate que cerró las jornadas sobre el altramuz celebradas en Lalín, en el que participaron parte de los ponentes.

 El altramuz, desde distintos ejes

En las jornadas también se abordaron otros aspectos sobre el altramuz que resultan de interés a la hora de valorar su cultivo en Galicia. Así, el investigador Fernando Almeida ratificó los buenos resultados que ofrece para combinar con cultivos como el trigo, en base a las investigaciones que llevó a cabo, logrando también mejores resultados con esta leguminosa que con el monocultivo del cereal.

Por su parte, José Manuel Mateos-Cañero, un destacado conocedor del cultivo del altramuz por los años que lleva comercializando esta semilla, apuntaba el potencial de esta leguminosa. “Del altramuz se aprovecha todo, y aunque ha sido despreciada, en zonas de Galicia puede llegarse a conseguir un 40% de aporte de proteína”.

A la hora de valorar el cultivo de altramuz, Extremadura se convierte en un referente, no solo por la importancia que ha tenido allí esta leguminosa sino porque allí están desarrollando el único programa de mejora realizado en España y cuentan con un banco de germoplasma con más de 2.000 ecotipos, de los cuales más de 150 proceden de Galicia, tal y como señalaba Antonio García, uno de los investigadores del Centro de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de Extremadura (Cicytex) donde se desarrollan estos trabajos y que también participaron en las jornadas con una conexión por videoconferencia.

Abrir la puerta a un aprovechamiento del grano del altramuz en Galicia destinado a la alimentación animal es uno de los objetivos que los ponentes y asistentes consideran fundamental. En este sentido, desde Piensos del Sil, Manuel Fernández apuntaba la viabilidad del empleo de este grano para la elaboración de raciones y fórmulas de pienso, pero el reto pasa por conseguir una oferta estable de este grano para que se pueda comenzar a valorar en firme por parte de las industrias.

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