Claves para el tratamiento de las principales plagas del viñedo

La ingeniera agrónoma Nuria de Prado Ordás, de la Estación de Avisos Agrícolas del Bierzo, ofrece algunas recomendaciones para detectar y atajar afecciones como el Mildiu, Oído, Botritis o la Polilla del racimo

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Claves para el tratamiento de las principales plagas del viñedo

Viñas de Mencía afectadas por Mildiu. // Foto de archivo.

Buena parte de las plagas que afectan al viñedo hoy en día llevan siendo una amenaza desde hace años, en algunos casos como el Oídio, una enfermedad originaria de América del Norte, ya se detectó en Europa en 1845. Pero, la evolución de las plagas a lo largo de los años es constante y también se va modificando su tratamiento.

Los nuevos conocimientos que se van teniendo de ellas, la introducción de nuevas especies en los ecosistemas, el cambio de variedades, las nuevas técnicas de control que alteran los ecosistemas o el cambio climático son algunos de los factores que señaló como determinantes para la evolución del tratamiento de las plagas del viñedo la ingeniera agrónoma Nuria de Prado Ordás, de la Estación de Avisos Agrícolas del Bierzo, durante su participación en la jornada de Asesoramiento en Gestión Integrada de plagas organizada desde el Servicio de Explotaciones Agrarias de Ourense. “La investigación en umbrales de tratamiento y métodos de control debe ir aparejada con dicha evolución”, reivindica la especialista.

“La investigación en umbrales de tratamiento y métodos de control debe ir aparejada con dicha evolución”

Mildiu, Oídio, Botritis o la Polilla del racimo fueron algunas de las patologías en las que se centró De Prado y sobre las que aportó información en cuanto a la lucha integral que se está realizando desde el centro especializado de León. La especialista incide en la importancia de la detección de las plagas y la necesidad de ajustar el tratamiento a la fase en la que se encuentre, para lograr una mayor efectividad.

Detectar el Mildiu

A la hora de detectar los ataques del Mildiu pueden constatarse infecciones primarias o secundarias en base a las condiciones meteorológicas y el estado de la viña. Las infecciones primarias suelen aparecer con temperaturas alrededor de los 11 grados y unas condiciones de humedad de 11 litros por metro cuadrado. Es necesario que la viña tenga brotes de al menos 11 centímetros, y que haya oscuridad: las infecciones primarias solo se producen por la noche. Aunque, como matiza De Prado, estas son indicaciones orientativas, ya que las infecciones primarias pueden aparecer con temperaturas mucho más bajas, puesto que en El Bierzo han detectado Mildiu incluso con 4ºC y con lluvias también muy inferiores a los 11 litros por metro cuadrado.

Aunque las infecciones primarias suelen ser más frecuentes cuando aparecen los botones florales separados, pueden producirse desde que los racimos son visibles hasta el envero. Mientras, las infecciones secundarias aparecen al registrarse lluvia o alta humedad por más de 2 horas y una temperatura de entre 10 y 30 grados.

Tratamientos contra el Mildiu

La prevención es clave para enfrentarse al Mildiu, por eso es recomendable recurrir a fungicidas de contacto antes de que se produzca la infección. Una vez que se produce la penetración del hongo en la planta, el micelio del hongo comienza a crecer y a invadir el tejido vegetal. En esta fase, sólo es posible detener el crecimiento del Mildiu con tratamientos curativos, a base de fungicidas sistémicos y penetrantes. Pero hay que tener en cuenta que estos tratamientos solo son eficaces durante los dos primeros días transcurridos desde que penetra el hongo en la planta (momento de la infección). Después ya el micelio está demasiado extendido para que los fungicidas puedan detener su crecimiento. 

Pasados esos dos primeros días, en los siguientes días de fase de crecimiento del hongo dentro del tejido de la vid, no es eficaz aplicar tratamientos

Durante la fase de crecimiento del hongo dentro del tejido de la vid, que puede durar entre 8 y 20 días, no es eficaz aplicar tratamientos. Mientras, transcurrida esta fase, cuando los síntomas se manifiestan y aparecen manchas en las hojas, pelusilla en el envés de las hojas, los racimos, en flor, o en recién cuajados es momento de aplicar tratamientos antiesporulantes.

En el caso del Mildiu, la prevención es fundamental. “Se debe tratar cuando hay condiciones de riesgo, pero en todo caso en el Bierzo debemos tratar preventivamente para proteger el racimo desde que aparecen los botones florales separados hasta el envero”, detalla la ingeniera agrónoma.

Principais características dos grupos de produtos para o tratamento do mildiu.

Principales características de los grupos de productos para el tratamiento de Mildiu.

En cuanto a los tratamientos químicos del Mildiu, De Prado apunta soluciones para un manejo en ecológico del viñedo que incluyen desde el aceite de naranja al hidróxido cúprico o el óxido cuproso.

Contro quimico del mildiu

Tratamientos para el control químico de Mildiu, en convencional y ecológico.// Fuente: Registro de Productos Fitosanitarios del Ministerio de Agricultura.

De Prado recuerda que para renovar los tratamientos fungicidas deben darse condiciones de infección y el tratamiento anterior debe haber perdido la efectividad. En los tratamientos sistémicos esto ocurre al cabo de 14 días (aunque varía según el producto), mientras que los fungicidas de contacto persisten 10-12 días si no son lavados por lluvias y para ello deben producirse precipitaciones de más de 12-15 litros por metro cuadrado. La experta recomienda la instalación de un pluviómetro en la parcela para poder conocer mejor la lluvia registrada y saber en qué momento repetir el tratamiento.

El Oídio

La brotación de la viña es el período crítico para la aparición de Oídio (Erysiphe necator), un hongo ectoparásito que surge cuando se registran temperaturas de entre 25 y 28 grados combinadas con humedad. “La humedad ambiental influye en la germinación de las conidias del hongo, pero el agua libre les molesta. También se desarrolla mejor en zonas sombreadas”, detalla la ingeniera agrónoma.

El Oídio puede suponer una amenaza para el viñedo hasta que la uva alcanza los 8 grados brix de madurez. Los primeros síntomas se detectan en hojas y racimos, por eso es fundamental revisar las cepas, en especial las variedades y plantas más sensibles. Entre las variedades cultivadas en El Bierzo, las más sensibles al oídio son el Tempranillo y la Doña Blanca.

“El tratamiento más eficaz para la sanidad de la viña en cuanto a oídio es una buena aireación”

“El tratamiento más eficaz para la sanidad de la viña en cuanto a oídio es una buena aireación. Todo lo que facilite la aireación de la vegetación y los racimos y conseguir que los tratamientos cubran bien los racimos es fundamental”, explica De Prado. Por eso, es recomendable evitar el exceso de vigor, realizar poda en verde, así como llevar a cabo deshojados y desnietados de las cepas. También aconsejan colocar los pámpanos en la espaldera y tener en cuenta la orientación de las plantaciones para favorecer la ventilación y aireado de las plantas.

En cuanto a los tratamientos para atajar el oído, es necesario ajustar el tratamiento al estado fenológico del viñedo. Así, durante la brotación y la floración es recomendable utilizar tratamientos penetrantes o sistémicos. Mientras que, cuando el racimo está en grano guisante y durante el envero será más adecuado emplear azufre.

Para minimizar la aparición de resistencia a los tratamientos es importante utilizar fungicidas de diferentes familias químicas

Además, la especialista incide en la importancia de utilizar fungicidas de diferentes familias químicas para minimizar la aparición de resistencias por parte de estos patógenos a los tratamientos. En estas soluciones también resulta vital tratar todas las calles del viñedo para que la aplicación cubra por completo todos los racimos.

Tratamentos para o control químico do Oídio.

Tratamientos para el control químico de Oídio. //Fuente: Registro de Productos Fitosanitarios del Ministerio de Agricultura.

En los viñedos en ecológicos, la ingeniera agrónoma apunta además tres opciones de tratamientos: utilizar carbonato hidrógeno de potasio (bicarbonato potásico), recurrir a la lucha biológica y emplear el hongo Ampelomyces quisqualis, parásito del oídio; o aplicar azufre. En este último caso, es muy importante que la temperatura media a la hora de aplicar el tratamiento se encuentre entre los 18 y los 30 grados, ya que con temperaturas más elevadas con el azufre se produce fitotoxicidad.

Polilla

Pupa de Polilla del racimo. //Foto. Estación de Avisos Agrícolas del Bierzo.

Polilla del racimo

Otra de las plagas que afecta al viñedo es la conocida como Polilla del racimo (Lobesia botrana). Esta plaga puede tratarse con insecticidas ovicidas o con larvicidas, dependiendo de la fase de desarrollo de esta mariposa. Hay que tener en cuenta que cuando el insecto se encuentra protegido por las propias uvas, el tratamiento resultará poco efectivo.

Una de las alternativas en los tratamientos pasa por emplear difusores de confusión sexual para evitar la reproducción de los ejemplares. Las trampas de feromonas, que utilizan como reclamo y atrayente para la polilla sirven para hacer un seguimiento de la plaga y conocer la incidencia que está teniendo en el viñedo.

En la lucha contra la Polilla del racimo pueden emplearse trampas de feromonas así como métodos biológicos e introducir un depredador natural

Al emplear confusión sexual los difusores deben colocarse antes del primer vuelo del insecto. Además, deben situarse en superficies amplias para que resulten eficaces y reforzando los bordes del viñedo. También se puede optar por emplear la feromona pulverizada.

Otra de las opciones para atajar la polilla es la lucha biológica e introducir un insecticida natural como es el Bacillus thuringiensis.

Botritis

Entre las principales afecciones del viñedo se encuentra la Botritis (Botrytis cinera) que aparece cuando las temperaturas se sitúan entre los 15 y 20 grados y se producen lluvias o una humedad relativa del 90%. Las heridas en las uvas causadas por la incidencia de otras plagas como el Oídio o la Polilla o por otras causas como el granizo son factores de riesgo para que se produzcan daños por Botritis. La infección en primavera suele aparecer en las hojas mientras que, en verano los daños se concentran en el racimo.

Del mismo modo que con el Mildiu o el Oídio, en la Botritis el seguimiento de las condiciones climáticas es fundamental y la prevención es determinante para frenar el ataque del hongo. Mantener la viña aireada, como ocurre con el Oído, es una de las medidas más eficaces para garantizar la sanidad del viñedo. Así, De Prado incide en la importancia de realizar aireados, deshojados y despuntes que favorecen la aireación. “Debe evitarse el exceso de vigor de la planta y si se mantienen las calles enherbadas, es preciso desbrozar con frecuencia”, apunta.

Eliminar otras plagas como el Oídio o la Polilla es una manera de reducir la incidencia de Botritis en el viñedo ya que pueden contribuir a su aparición

Una de las formas para reducir la incidencia de Botritis es atajar otras plagas que puedan desencadenarla, como la Polilla o el Oídio. De Prados también recomienda alternar en el uso de familias químicas y respetar escrupulosamente el plazo de seguridad de la última aplicación.

Deshojar el viñedo en espaldera es una medida para reducir el riesgo de Botritis al tiempo que no se reduce el grado alcohólico en cosecha.

Control químico de Botritis en ecológico y convencional.

Control químico de Botritis en ecológico y convencional. //Fuente: Registro de Productos Fitosanitarios del Ministerio de Agricultura.

Black Rot

Otra de las patologías de la viña es el Black Rot (Guignardia bidwellii), que aparece tras registrarse lluvias y temperaturas de alrededor de 27 grados. “A temperaturas inferiores o superiores se precisan períodos de humedad más largos para que se produzca la aparición de Black Rot”, detalla De Prados. Así, con temperaturas por encima de 32 grados ya no se produce la infección.

Los fungicidas autorizados para tratar el Black Rot son Ametroctradim y metiram, Azoxistrobin, Difenoconazol, Fenbuconazol, Folpet, Kresoxim-metil, Mancoceb, Miclobutanil, Tebuconazol y Tebuconazol con trifloxistrobin.

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