Claves para mejorar el cebo de terneros

Resumen de la ponencia de María Devant y Álex Bach, investigadores del IRTA de Cataluña, dentro del III Jornada Fedna-Anembe sobre nutrición de rumiantes, celebradas recientemente en Madrid.

Claves para mejorar el cebo de terneros

Terneros en un cebadero

La Asociación Nacional de Especialistas en Medicina Bovina (Anembe) celebró recientemente en Madrid una jornada técnica sobre nutrición de rumiantes, en la que destacados expertos a nivel nacional e internacional expusieron los últimos estudios para optimizar la ingesta y el aprovechamiento del forraje y del pienso por el ganado vacuno criado en sistemas intensivos.

En este sentido, María Devant y Álex Bach, investigadores del Departamento de Producción de Rumiantes del IRTA, centro público catalán de referencia en España, ofrecieron unas recomendaciones prácticas para mejorar el cebo de becerros.

El punto de partida es que los terneros que realizan un mayor número de comidas al día, medidas como acercamiento al pesebre, en menores cantidades y con una menor velocidad de ingesta son los que presentan mayor crecimiento y menores problemas de acidosis ruminal. Por eso, es preciso facilitar al máximo el acceso al comedero de los becerros, con una superficie del mismo adecuada al número de animales, y evitar que no haya pienso en los comederos.

A continuación ofrecemos algunas de las recomendaciones prácticas de manejo en cebaderos que ofrecieron los expertos del Irta:

Edad: en novillos es preciso que dispongan de más bocas en el comedero

Los becerros jóvenes tienen una velocidad consumo de alimento menor y existe la facilitación social, es decir comen mejor cuando están en grupo. Por eso, cuando los terneros aún son jóvenes es preciso que dispongan de más bocas en el comedero.

Fotoperíodo: cuantas más horas de luz mejor es el consumo de pienso.

Las horas de luz influyen en la cantidad y en cómo come un becerro. Esto parece que puede deberse a que al alterar el número de horas de luz cambia también el perfil hormonal del animal, en concreto las hormonas prolactina y gonadotropinas. Es decir, a más horas de luz más visitas del ternero al comedero y menos cantidad de comida ingerida por visita, y por lo tanto mayor eficiencia alimentaria y fermentaciones ruminales menos agresivas.

En este sentido, en algunos cebaderos en otoño y en invierno instalan iluminación para elevar las horas de luz hasta las 16 diarias y así mejorar el crecimiento de los becerros.

Competencia en el comedero: menos visitas y aumenta la velocidad de consumo

Está comprobado que si se reduce la relación entre el espacio en el comedero y el número de animales se reduce el número de visitas y aumenta la velocidad de consumo y el porcentaje de animales con fermentaciones acidóticas (con un PH ruminal superior a 5,8).

Se recomiendan piensos con más grasa y más almidón

Un estudio concluyó que al aumentar la concentración energética del concentrado de 3.23 a 3.43 Mcal de energía metabolizable por kilogramo mediante la suplementación con aceite de palma (comparando un porcentaje del 2,6% frente a otro del 5,2%), descendió el consumo diario de pienso al reducir el tamaño de las comidas. En este sentido, puede ser una buena estrategia para reducir los riesgos de episodios de acidosis ruminal.

También se contrastaron dos piensos isoenergéticos pero con diferentes niveles de almidón y de grasa: uno con un 51% de almidón y un 5,7% de grasa frente a otro con un 41% de almidón y un 7,2% de grasa. Se observó que durante las 6 primeras semanas, cuando el nivel de almidón fue más bajo y el de grasa más elevado la velocidad de consumo y el tamaño de la comida también se redujo, bajando el consumo diario, y al final del estudio los kilogramos canal también descendieron respecto al otro pienso con más almidón y menos grasa.

En este sentido, las conclusiones de los investigadores del Irta son que “una adaptación a piensos con más grasa pero también con más almidón parece que son necesarios para por una parte evitar los descensos de consumo pero beneficiarse de las mejoras que supone que el becerro como a menos velocidad”, en cuanto a mayor eficiencia en el aprovechamiento del alimento y menos riesgos de acidosis ruminal.

Importancia de la calidad del granulado del pienso y del tamaño medio de la harina

Otro aspecto que se estudió fue cómo influye la forma de presentación del pienso en la conducta alimentaria de los becerros de cebo. En este sentido, se comprobó que al reducir la calidad del granulado de un 98% a un 95-80% de durabilidad -por tanto con más gránulos rotos- aumentó la duración de la comida de los terneros y también el tamaño de la comida. Además, se redujo la velocidad de consumo, el número de visitas al pesebre y el consumo diario total de pienso. Todo esto se debe la que el animal prefiere el granulado de buena calidad y hace selección. Y si el becerro selecciona el pienso, suele desperdiciar más, pero además aumenta el tiempo de ocupación del pesebre sin aumentar el consumo, pudiendo reducirse el consumo y el crecimiento.

En este sentido, las recomendaciones de María Devant y de Álex Bach son que “hay que evitar piensos con mala calidad y durabilidad del granulado, y en caso de que no se pueda evitar, el ganadero debería aumentar el espacio y el acceso al comedero para evitar descensos en el consumo de pienso”.

Por otra parte, en el Irta también estudiaron como influye el tamaño de la harina. En este sentido, concluyeron que al reducir el tamaño medio de la harina de 1,21 mm a entre 0,9 y 0,87 milímetros, con la harina muy fina al animal le lleva más tiempo comer. Por eso, hay que tener en cuenta el espacio y el acceso al comedero, para que no sea un factor limitante.

Uso de aditivos en el pienso

Otro trabajo de investigación llevado a cabo en el Irta también concluyó que la adicción de levaduras vivas en la alimentación de los terneros aumentó el número de visitas al comedero, redujo el tamaño de la comida y la velocidad de consumo.

También en otro estudio se detectó que al añadir flavonoides en la ración se redujo el porcentaje de comidas con un tamaño superior a 750 gramos, también bajó la velocidad de consumo y se observaron rúmenes más sanos en el matadero. A este respecto, se cree que la suplementación con flavonoides puede regular el PH ruminal, aumentar la producción de ácido propiónico y/o ejercer un efecto directo sobre los mecanismos de regulación de la conducta alimentaria de los becerros.

Es decir, para los investigadores del Irta “ambos aditivos -levaduras y flavonoides- ejercen un efecto directo sobre la conducta alimentaria, al reducir la velocidad de ingesta y/o limitar el tamaño de la comida, disminuyendo así el riesgo de acidosis ruminal.

Por eso, concluyen que “en situaciones donde hay un manejo no deseable (competencia en el comedero, escaso aporte de paja y/o que no haya concentrado en el comedero) podrían ayudar a evitar acidosis subclínicas o empeoramientos de la eficiencia”.

Conclusiones:

En este sentido, las recomendaciones de los investigadores del Ira serían para el cebo de becerros alojados en corrales de 20 animales. Estiman que el comedero debería estar libre el 30% del tiempo durante el día para asegurar que no se limita el acceso y/o que se provocan velocidades de consumo elevadas, de más de 110 gramos por minuto. En la práctica es difícil saber si los comederos están limitando el consumo en la fase de crecimiento, pero un buen indicativo sería observar los becerros por la mañana, cuando hay el mayor consumo, y asegurarnos de que hay una boca libre en el comedero y también de que no hay animales que esperan de comer.

Como recomendaciones:

-La relación entre número de bocas del comedero con animales con granulado, en comederos corridos debe ser de 4:20, para ello se debe regular la cantidad para evitar que seleccionen y que haya desperdicio. En comederos de tipo túnel la relación debe ser 1:16.

-En cuanto a la relación del número de bocas del comedero con becerros con harina, en comederos corridos en fase de crecimiento debe ser 5:20 y en acabado de 2:20. Como se ceban en una fase única, se debe regular la cantidad para evitar que seleccionen y el desperdicio. En comederos tipo túnel, la relación aconsejada es de 1 boca por cada 16 animales.

 

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