El Centro de Formación y Experimentación Agroforestal (CFEA) de Monforte de Lemos organiza desde hace dos años cursos de iniciación a la apicultura que sirven de toma de contacto con el sector a aquellas personas que buscan dedicarse, bien profesionalmente, bien de manera aficionada, a la producción de miel o enjambres.
En la jornada celebrada a comienzos de abril, correspondiente a la parte práctica de los cursos celebrados el pasado otoño, se trató de transmitir la importancia de, por una parte, la necesidad de realizar una revisión exhaustiva de las colmenas a inicios de la temporada apícola y, por otra parte, de aplicar un método de división de colmenas sencillo y que esté al alcance de todos los públicos.
Escoger el momento
En cuanto a la revisión de las colmenas a inicio de temporada, cabe resaltar que el momento de su realización puede variar considerablemente de unas zonas a otras de Galicia, pudiendo haber hasta casi dos meses de diferencia entre la zona del Val Miñor (una de las más madrugadoras de la comunidad) y las zonas ubicadas a más de 1.000 metros de las montañas orientales de las provincias de Lugo y Ourense.
El momento de la realización de la primera revisión puede variar considerablemente de unas zonas a otras de Galicia en función de la altitud y la climatología del lugar
Por establecer una fecha de referencia, para el CFEA de Monforte de Lemos (340 m de altitud) y, según las temperaturas históricas inscritas en Meteogalicia, esta primera revisión puede llevarse a cabo entre finales de enero y principios de febrero. Por ejemplo, en este año 2021, la primera revisión pudo llevarse a cabo el 28 de enero, día en el que se alcanzó una máxima de 18,5ºC al mediodía, temperatura más que suficiente para poder abrir las colmenas y verificar ya los comienzos de la actividad propia de un enjambre sano y vigoroso.
Analizar de fuera hacia dentro
Una vez escogido el momento idóneo para la realización de la primera revisión, los aspectos más relevantes a tener en cuenta a hora de revisar una colmena a inicios de año son, por orden:
1) Aspecto general exterior de la colmena
Desde un punto de vista material se observará ausencia de defectos en la colmena, tales como fondo en mal estado o agujereado, pintura perdida, colmena no estable por haberse movido de sus apoyos, CEA de la explotación borrado o ilegible, manchas en la fachada de la colmena que pueden ser indicativas de enfermedades, etc…
2) Actividad de la piquera
Se deberá apreciar, en un día soleado, la entrada de abejas con polen, lo cual será un buen indicativo, pues nos estarán diciendo que la colmena ha despertado y empezado ya a trabajar tras el parón invernal, que hay floración y que, muy posiblemente, tengamos cría en el interior.
A la hora de hacer la revisión, se dejarán para el final aquellas colmenas que presenten nula o poca actividad en la piquera por ser sospechosas de estar muertas o enfermas
Por medio de la observación se podrán apreciar las diferencias de actividad entre unas colmenas y otras dentro de un mismo apiario. Se dejarán para el final aquellas que presenten nula o poca actividad en la piquera por ser sospechosas de estar muertas o enfermas. De la observación de la piquera obtendremos también otra información relevante, como por ejemplo signos de enfermedad: muchas abejas muertas delante de la piquera o manchas de diarrea.
3) Niveles de varroa
Se recomienda situar en un 10% de las colmenas del apiario fondos sanitarios para poder hacer un conteo de varroas caídas por muerte natural. Haremos un muestreo durante varios días (entre 3 y 7) y dividiremos el número de varroas aparecidas entre los días transcurridos para obtener una media de varroas caídas por día, lo que nos dará un nivel indicativo de infectación.
Los niveles de varroa también se pueden conocer a través de otros métodos y, para más información, se recomienda leer la Guía técnica para la lucha y control de la varroosis y uso responsable de medicamentos veterinarios contra la varroa del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
¿Cuándo es necesario volver a tratar?
No visualizar la varroa sobre las abejas o no ver abejas con las alas mordidas no es un método fiable para valorar los niveles de varroa. Como dato genérico, cabe resaltar que el 75% de las varroas se encuentra en la cría operculada durante la época de crecimiento de la colonia, donde la cantidad de cría abunda y llega a ocupar, en el momento de preenjamía, gran parte de los panales. Esto quiere decir que, solo el 25% de las varroas están sobre las abejas (fase forética) y, por tanto, visible para el apicultor.
No visualizar la varroa sobre las abejas o no ver abejas con las alas mordidas no es un método fiable para valorar los niveles de varroa
A medida que la temporada avanza y la cantidad de cría desciende e incluso se llega a bloquear la puesta por la fuerte entrada de néctar y polen (por ejemplo durante la floración del castaño), las proporciones se invierten, pasando a estar un 75% de varroas sobre las abejas y tan sólo un 25% en la cría. Por esta razón es primordial partir de niveles de varroa bajos, pues si esperamos a verlas sobre las abejas ya será demasiado tarde.
Arrancar con niveles de varroa muy bajos a comienzos de la temporada es, pues, un aspecto fundamental y primordial para evitar un colapso de las colmenas durante el bloqueo de la puesta en la época estival. Por lo tanto, si en esta primera revisión de la temporada comprobamos que tenemos niveles altos de varroa (más de 7 varroas/día) deberemos tratar, puesto que es posible que el tratamiento aplicado en otoño no haya sido del todo efectivo.
A partir de conteos de más de 7 varroas/día deberemos aplicar un tratamiento, no solo en esa colmena sino en todas las que tengamos en el apiario
Dividir sirve también como método de control natural de la varroa, al estarle cortando su ciclo natural. En caso de que tengamos pensado dividir la colmena y sea necesario, dado su nivel de infectación, aplicar tratamiento contra la varroa, es recomendable tratar después de dividir, en el momento en el que no hay cría, pues así resultará mucho más eficaz.
Población y nivel de cría
Una vez verificados los tres puntos anteriores procederemos a abrir las colmenas para examinar su interior minuciosamente por el siguiente orden:
1) Número de cuadros ocupados
En el primer vistazo valoraremos la fuerza de la colonia examinada contando el número de cuadros ocupados por las abejas y la presencia de miel en la parte superior de los panales ocupados por abejas. En caso de ausencia de miel en esta parte superior se verificarán las reservas de miel en el resto de cuadros.
Es muy importante conocer nuestro entorno pues la alimentación en zonas con mucha Erica favorece considerablemente la tendencia a salir enjambres
Se alimentará solo si se ve la necesidad y única y exclusivamente bajo criterios justificados, como por ejemplo: intención de dividir/nuclear la colmena próximamente, estimular la puesta para llegar a tiempo de una floración en particular, previsión de frío y/o lluvia que ponga en peligro la supervivencia de la colonia… Aviso: es muy importante conocer nuestro entorno pues la alimentación en zonas con mucha Erica favorece considerablemente la tendencia a salir enjambres.
2) Cuidado con la reina
Se comenzarán a retirar los cuadros iniciando la operación por uno de los orilleros minimizando así los riesgos de aplastar con nuestras manipulaciones a la reina u otras abejas. Una vez retirado el primer cuadro ya tendremos espacio suficiente para trabajar cómodamente.
En los cuadros orilleros, en general nos encontraremos reservas de miel. En la primera revisión es probable que no haya demasiado polen, pero a medida que avanza la temporada es un gran indicativo que aparezcan ya en los cuadros orilleros muchos colores diferentes de polen almacenado. Esto es resultado de que la zona disfruta de una flora melífera diversa.
3) Estado de la cría
Se verificará el estado de la cría, en primer lugar, desde un punto de vista sanitario, comprobando ausencia de enfermedades contagiosas como loque americana. Para eso empleamos la prueba del palillo: se pincha una celdilla sospechosa por estar su opérculo mordido o hundido, y el palillo deberá salir seco; en caso de loque americana al salir arrastrará una sustancia viscosa y marrón consigo al proceder a retirarlo de la celdilla.
Con esta sencilla comprobación sabremos si nuestra cría está sana o si, por el contrario, la colmena tiene los días contados, con riesgo añadido de contagio de loque americana al resto de colonias de nuestro apiario.
En segundo lugar, se comprobará la cantidad y distribución de la cría. También se verificará la presencia de huevos, lo cual será confirmatorio de la presencia de reina. Se recomienda contar los cuadros de cría de cada colonia para poder establecer grupos dentro de nuestro apiario.
Por regla general, aquellas colmenas que más cantidad de cría tengan en esta primera revisión, más papeletas tendrán para llegar antes al punto clave de preenjamía, momento en el que deberemos decidir el futuro de la colonia.
Anotar para tomar decisiones
Un aspecto importante tanto en el momento de hacer las distintas revisiones a nuestras colmenas como a la hora de realizar otros trabajos en nuestro colmenar (divisiones, tratamientos, etc) es tomar notas. Documentar el manejo que realizamos, realizando anotaciones de distintos aspectos (fechas, estado poblacional y sanitario, floración y condiciones climatológicas del año u otras observaciones) nos servirán para analizar lo sucedido y, en base a la experiencia acumulada, tomar mejores decisiones de cara al futuro.
Es conveniente marcar aquellas colmenas que están más avanzadas con el objeto de colocar en ellas antes el alza o proceder a su división para evitar que salgan enjambres
En caso de ser principiante, se recomienda realizar un seguimiento de las colonias cada dos semanas con el fin de ver su evolución y coger práctica en la apertura y manipulado de los panales, búsqueda de la reina, tener referencias de fechas, etc.
Se anotará lo visualizado con un sistema de abreviaturas diseñado por cada cual para agilizar este paso y que permita comparar todas las colmenas revisadas con el fin de tomar las decisión oportunas que, lógicamente, dependerán de las estrategias de cada uno en función de sus objetivos.
(*) CÉSAR CRESPO VÁZQUEZ es ingeniero técnico agrícola e ingeniero de organización industrial. Trabaja como docente en el Centro de Formación y Experimentación Agroforestal de Monforte de Lemos y mantiene una explotación apícola en Montederramo.