¿Cómo ahorrar y a la vez tratar eficazmente la mastitis?

Los estreptococos están entre los patógenos más frecuentes en algunos cultivos de mastitis clínica. Dejando a un lado los gram-negativos y tratando infecciones seleccionadas de gram-positivos se pueden obtener los mismos resultados

¿Cómo ahorrar y a la vez tratar eficazmente la mastitis?

El tratamiento selectivo es posible a través de análisis de cultivo

La mastitis clínica es una enfermedad común tratada con antibióticos. El veterinario y asesor en Dairy Experts, Alfonso Lago, estableció una línea de investigación en torno a la aplicación eficaz de un tratamiento selectivo por cultivo de esta enfermedad. A partir de diversos estudios de caso observó que el uso eficaz de medicamentos está vinculado al tratamiento de los gram-positivos, concretamente a los estreptococos. De este modo, las ganaderías pueden reducir gastos obteniendo las mismas tasas de curación.

Claves para un correcto tratamiento

El tratamiento selectivo de la mastitis clínica es un programa que “incluye tratar o no tratar, incluye retrasar el tratamiento, incluye tomar la decisión de tratamiento basada en resultados de cultivo, etc.”, explicó Alfonso Lago. El cultivo en granja es fundamental para obtener resultados que permitan una selección efectiva, y, asimismo, tener en cuenta el cambio en la etiología de la mastitis clínica.

En su trayectoria de investigación percibió que las bacterias gram-negativas eran los patógenos más frecuentes, e hizo referencia al estudio de Peter Erskine (1992) en el que se muestra que “en muchos casos a detección de la mastitis ocurre después de que la bacteria se había eliminado”. De este modo, Lago contrapuso la curación bacteriológica frente a la curación clínica para abordar la eficacia del tratamiento.

Alfonso Lago hizo alusión a diferentes estudios de caso en los que, la aplicación de diferentes antibióticos en diversos rebaños deja unos índices de curación bacteriológica o clínica semejantes en las vacas que recibieron el tratamiento y en la que no lo recibieron; fenómeno que cuestiona la eficacia de la aplicación de este. Por ejemplo, en la investigación de Guterbock en el 1993 se observó que, “de 94 casos de mastitis en 3 rebaños diferentes, tratados con amoxicilina, la curación bacteriológica sin tratamiento es del 57% mientras que con el uso de antibiótico es del 38%; sin embargo, la curación clínica es del 63% y del 68%, respectivamente”, detalló Lago.

Observando estos resultados, el asesor de Dairy Experts estableció una hipótesis de estudio de que “el tratamiento selectivo de la mastitis clínica en la granja quizás reduzca los costes de tratamiento y traiga un uso más razonable de antibióticos sin afectar a la salud y producción de las vacas”. Para probarla, el equipo de trabajo de Lago procedió a un estudio de casos en diversas zonas de Estados Unidos.

La metodología de caso aplicada fue la selección de 8 granjas y unas 470 vacas con mastitis leve o moderada, segregando la muestra en casos de control y de cultivo. Aquellos asignados a control recibieron dos dosis de cefaperina sódica, mientras que, con las reses del otro grupo, se procedió realizando un cultivo, de las cuales se trataron al día siguiente, las infectadas con gram-positivo o infecciones mixtas, dejando las vacas de casos sin crecimiento o de gram-negativos sin tratamiento.

“En el grupo que se aplicó una selección tan sólo se trataron el 44% de las vacas y de los cuarteiróns frente al 100% del colectivo de control”, comentó Lago. Los resultados en cuanto a días de curación clínica, esto es, “cuando a leche vuelve a ser normal”, “no hubo diferencias entre ambas muestras, al igual que sucedió con los días de descarte de leche, donde incluso puede ser levemente menor en el tratamiento basado en cultivo”, detalló el asesor de Dairy Experts. En cuanto a curación bacteriológica también fue menor en la muestra de cultivo, mientras que la recurrencia de la mastitis, el número de células somáticas, o la producción de leche evolucionaron sin diferencias.

En otro estudio de caso, Alfonso Lago fue afinando más con la intención de responder a ‘que es lo que en realidad se debe tratar’. El asesor hizo referencia a otros estudios en los que se refleja que “los coliformes y los estafilococos coagulasa positivos tienen una tasa de autoeliminación o autocuración alta, mientras que la tasa de recaídas y apariciones de estreptococos ambientales es alta”, detalló Lago.

De esta manera, en el 2015 procedió a aplicar un tratamiento selectivo en 276 casos de mastitis clínica, en los cuales, el nivel de estreptococos era del 22%. Los resultados de la muestra de cultivo estudiada revelaron que tratando sólo estos patógenos “no sólo se redujo los usos de antibióticos en dos tercios sin sacrificar la eficacia del tratamiento, sino que además, se redujeron los días de descarte de la leche, la recurrencia de mastitis clínica, y se registró una tendencia a reducir la eliminación”, explicó Alfonso Lago.

La importancia de un correcto secado

 En su intervención en el ‘2022 National Mastitis Council Annual Meeting’, Maristela Rovai, médico veterinario y profesora asistente en la South Dakota State University, hizo hincapié en las fases de lactancia de una vaca, y asimismo, en la importancia del período seco como método de recuperación para el inicio del siguiente período.

Uno de los objetivos del período seco es “reemplazar las células epiteliales viejas en el tejido secretor de la ubre, fundamental si se pretende maximizar la producción en la siguiente lactancia”, especificó Rovai. Asimismo, la terapia de secado tiene un papel fundamental en la reducción de la prevalencia de mastitis, puesto que “en el principio de este período hay un aumento de las infecciones intramamarias”, amplió Rovai.

A pesar de que el secado tradicional es de 55 días, a médico veterinario referenció a los últimos estudios de Bachman, Gulay y Annen en los que se confirmó que con 30d era suficiente. Rovai concluyó que “a medida que aumenta el número de lactancia, se requieren menos días de secado para maximizar la producción de leche durante la siguiente lactancia”, añadiendo resultados semejantes para la aplicación de secados en ambas duraciones.

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