¿Cómo conseguir que la alimentación de las vacas en transición deje de ser un coste y se convierta en una inversión?

El investigador Phil Cardoso analiza la repercusión que tiene la dieta que se proporciona a las vacas lecheras durante parte del período seco, el parto y la lactancia. Conocemos las consecuencias en los cambios de alimentación durante esta etapa y claves para optimizar la ración

¿Cómo conseguir que la alimentación de las vacas en transición deje de ser un coste y se convierta en una inversión?

Phil Cardoso durante una de sus intervenciones en las jornadas organizadas recientemente por Kemin en Vilalba (Lugo).

¿Qué tipo de alimentación debe proporcionarse a los animales en transición? Esta fue una de las preguntas a las que el investigador y profesor asociado de la Universidad de Illinois (EEUU) Phil Cardoso abordó durante su participación en las jornadas anuales de la firma Kemin, celebradas recientemente en Vilalba (Lugo).

Tras el parón debido a la pandemia, la multinacional especializada en proporcionar soluciones nutricionales y de salud retomó sus encuentros con profesionales del sector, entre los que se encontraban desde veterinarios y nutrólogos que trabajan a diario en Galicia como llegados de otros países.

La alimentación de las vacas en el período de transición, es decir durante parte del período seco (cuando restan 21 días para el parto), así como durante el parto y 21 días después, debería estar pensada para minimizar los problemas de salud, y maximizar la producción y reproducción. Si bien, como apunta Cardoso las vacas durante ese período suelen estar en valor energético, proteico y nutricional negativo, lo que puede tener consecuencias en el animal.

La ingesta de materia seca

Uno de los aspectos principales a tener en cuenta en la alimentación de las vacas durante el período seco es la ingesta de materia seca, ya que estará directamente relacionada con lo que va a sufrir el animal durante el postparto. “Cuando las vacas bajan el consumo de materia seca antes del parto, lo que aumenta es la circulación de grasa en la sangre, que le proporcionará energía. Mientras, cuando se incrementa el consumo tras el parto, la cantidad de ácidos grasos en la sangre también baja”, explica. Por eso, el investigador incide en la importancia de conseguir promover un alto consumo de materia seca inmediatamente después del parto.

Es fácil que vacas con dietas de energía moderada durante el período seco terminen por consumir más energía de la que necesitan

La ración que se proporcione al animal será decisiva para que la vaca no reduzca el consumo de materia seca. Como señala Cardoso, recientemente se ha demostrado que si se le proporciona ensilado de maíz, el consumo de materia seca baja en torno al 30% en la tres últimas semanas antes del parto, mientras que si se alimenta con paja de trigo la reducción es del 7%. “Una dieta con energía controlada permite mantener mejor la ingesta de materia seca, aún así hay vacas alimentadas con dietas de energía moderada durante el período seco que terminan por consumir fácilmente más energía de la que necesitan”, apunta Cardoso.

 Las vacas sin restricción de la dieta comieron un 156% de lo que necesitaban.

Las vacas sin restricción de la dieta comieron un 156% de lo que necesitaban.

Además, la energía proporcionada en la dieta durante el período seco no afectó de forma significativa a la producción de leche. Sin embargo, en base a los estudios realizados comprobaron que proporcionar energía en exceso a las vacas secas incrementó los desórdenes metabólicos de estos animales, llegando a desarrollar problemas como cetosis.

“Sobrealimentar puede causar cambios similares aún en vacas que a simple vista no están gordas”, detalla. Tanto es así que la sobrealimentación modesta durante el período seco normal puede llevar a que se produzca un incremento del 75% en tejidos adiposos viscerales que drenan directamente en el hígado.

Una de las recomendaciones de Cardoso a la hora de abordar la ración para las vacas secas es controlar el consumo de energía, situándose entre 14 a 16 mcal por día, con un aporte de 1.32 mcal por kilo de materia seca.

Por otra parte, controlar la ingesta energética antes del parto también permite que la vaca mantenga una mejor condición corporal. “Lo ideal es que la condición corporal se mantenga durante toda la vida, sin variaciones en la diferentes etapas”, apunta.

Claves en la dieta de las vacas en transición

Uno de los principales problemas que suele producirse en la alimentación de estos animales es que las vacas terminen seleccionando el alimento. Para evitarlo, la clave está en que el procesamiento, el mezclado y el contenido de materia sean los apropiados. Cardoso incidió en algunos aspectos que tienen influencia directa y ya fueron demostrados por otros investigadores.

La longitud de la paja de trigo es uno de estos factores determinantes. Pasar de picar la paja con una longitud de unos 10,16 centímetros a pasar a cortarla corta, es decir, a unos 2,54 centímetros, permite una mayor ingesta de paja tanto antes como después del parto, lo que se traduce también en un incremento de la producción de leche.

Cardoso también señala que proporcionar paja de trigo a las vacas en transición es una opción más rentable económicamente que otras raciones, ya que en base a distintas combinaciones estudiadas en la Universidad de Illinois en la que trabaja apuntan a que el costo de otras raciones suele ser de media casi 0,40 dólares más caro por animal. Además, con otras dietas se reduce el consumo de materia seca de media en 0,77 kilos por día.

El contenido de humedad es otro aspecto decisivo para favorecer la ingesta de materia seca. Aquellas vacas con una ración sin agua ingieren en torno a un 53% de materia seca, lo que supone un 10% menos que las raciones con agua. Además, hay que tener presente que las condiciones ambientales también afectan a la humedad en la ración, como colocar la comida en comederos sin cobertura durante el verano y con altas temperaturas, lo que reduce notablemente la humedad de la ración en cuanto pasan las horas. Así, señala que el contenido de materia seca de la ración debe ser menor del 50% y si fuera necesario habría que agregar agua.

La presencia de azúcares es también determinante, ya que ayuda a conseguir una mayor cantidad de proteína metabolizable. “Aportar melaza en la ración permite que las vacas produzcan más leche después del parto”, concreta. El investigador incide en el aporte de melazas en zonas como Galicia donde es más difícil el acceso a otros alimentos proteicos como la soja.

En las raciones de las vacas secas, Cardoso apunta a un contenido de almidón de 12 a 15% de materia seca. En lo referido a Fibra Detergente Neutra (FDN) del forraje, el investigador recomienda una ingesta de entre 40 a 50% del total de materia seca o 4,5 a 6 kilos al día por vaca. “Es importante apuntar al extremo superior del rango si se utilizan fuentes de fibra con más cantidad de energía como heno de gramíneas o alfalfa de baja calidad y al extremo inferior si se utilizan entre 2 a 5 kilos de paja”, determina el investigador.

El aporte de aminoácidos y minerales en la dieta

El investigador también incide en garantizar el aporte de aminoácidos necesarios en las dietas de las vacas en transición. “Precisamos garantizar que todos los aminoácidos estén presentes en la vaca preparto, por eso es fundamental contar con 1.200 gramos de proteína metabolizable al día”, concreta el investigador.

Realizar un correcto aporte de colina, metionina y lisina durante el periodo de transición mejora la producción, metabolismo y salud general. Además, la colina tiene efectos directos en la producción de leche, en concreto se estima que la colina protegida proporciona un incremento medio de 2,1 kilos de leche por día.

Efectos de la colina protegida en la producción de leche.

Efectos de la colina protegida en la producción de leche.

Por otra parte, el aporte de colina ayuda a reducir la acumulación de grasa en el hígado. Al mismo tiempo, la colina es también un aliado para incrementar el consumo de materia seca en la vaca en transición. “Proporcionar colina en la ración permite incrementar entre un 8 y un 10% el consumo de materia seca”, concreta el investigador.

Hay que tener presente que “el metabolismo de la colina interactúa con el de la metionina, pero no puede reemplazarla”, explica Cardoso. De ahí que sea fundamental equilibrar las dietas con un adecuado aporte de metionina y lisina, ya que es importante para la síntesis de proteínas y de antioxidantes en el hígado.

En cuanto al aporte de minerales, el investigador señala que en preparto, los valores objetivos son un 0,40% de mercurio, entre 0,35 y 0,40% de azufre y mantener el potasio tan bajo como sea posible. En cuanto al DCAD, Cardoso aconseja que se mantenga negativo o cercano a cero, ya que con estos valores se consigue prevenir la hipocalcemia y se maximizó la producción. Además se mejoró la reproducción.

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