¿Cómo conservar lo que se salvó de los incendios del Parque Natural do Xurés?

Hablamos con comuneros y vecinos de la sierra ourensana, que inciden en las dificultades que encuentran en el espacio protegido para actuaciones de prevención de incendios, como cortafuegos y desbroces. Las comunidades de montes del Xurés proyectan constituir una Mancomunidad para encarar en conjunto la gestión de la montaña

¿Cómo conservar lo que se salvó de los incendios del Parque Natural do Xurés?

Os fuegos de los últimos días arrasaron buena parte del corazón del parque, que contaba con una mayor protección.

El Parque Natural Baja Limia – Serra del Xurés se ha vuelto a convertir estos días en una nueva víctima de los fuegos. De las más de 10.000 hectáreas ardidas en la ola de fuegos de la provincia de Ourense, 3.000 pertenecen tanto al espacio protegido en tierras gallegas como al transfronterizo Xurés-Gerés. Así es que gran parte de la reserva integral del parque ha quedado totalmente arrasada.

Además de los daños a la flora y a la fauna en uno de los espacios naturales de mayor valor ecológico, los incendios volvieron a reactivar las protestas vecinales y de distintas entidades sociales por la gestión que se está haciendo de la reserva natural. El impacto de los incendios, en una de las zonas con mayor protección de Galicia, deja importantes daños medioambientais, pero también a nivel económico para ayuntamientos como los de Lobios y Muíños.

Restricciones
Resuenan de nuevo las críticas por las restricciones existentes en el espacio del parque, así como por las carencias en la vigilancia y las actuaciones llevadas a cabo para atajar los focos que se localizaron en pleno corazón del Xurés. «Los vecinos están realmente cabreados por la falta de gestión que se está viendo del parque. Después de volver a ver el monte arrasado, muchos están pensando en que es preciso salir a la calle para denunciar esta situación», comenta Domingo González presidente del Tecor de Lobios y miembro de la junta directiva de las comunidades de montes Serra de Lobios y Nichos y de la de Bouzas, y que estos días participó de forma activa en las labores de extinción del fuego en el monte.

«Los vecinos están realmente cabreados por la falta de gestión que se está viendo del parque» (Domingo González, comunero y presidente del Tecor de Lobios)

«Aquí ha habido un desastre, que es el fuego: un acto criminal, con un efecto devastador a nivel medioambiental, puesto que han ardido los valles profundos del Xurés, la zona con mayor protección, la reserva de animales como el lobo o la cabra; y que también supone un drama económico para esta zona», valora José Yañez Barros, miembro de la junta directiva de la Comunidad de Montes de Río Caldo (Lobios).

A las importantes pérdidas en el patrimonio medioambiental se añaden las dificultades que se presentan para buena parte de los núcleos que tenían en el Parque del Xurés un medio de vida por su atractivo turístico y que se encuentran ahora con que algunas de las mejores rutas, que atraían a un mayor número de visitantes hasta la zona, quedaron arrasadas por el fuego.

A las pérdidas medioambientales se suman el impacto que los fuegos tendrán en la actividad económica de algunos ayuntamientos y la contaminación de puntos de abastecimiento de agua

Comienzan también a verse otros daños que causaron los fuegos, como es la contaminación de algunos de los principales riachuelos que abastecen núcleos como los de Vilameá, A Devesa o Os Baños. Ante esta situación, se valora que se declare zona catastrófica para poder asumir su recuperación.

Sin instrumentos de gestión adecuados

Junto con las críticas de los vecinos, distintos grupos ecologistas como Adega o Verdegaia denuncian que el Parque Natural del Xurés lleva 27 años esperando por su Plan Rector de Uso y Gestión. «La Xunta sigue abandonando sus funciones en su gestión de los espacios naturales protegidos, sin dotarlos de los necesarios instrumentos de gestión», afirman.

«No puede ser qué ni se permitan hacer cortafuegos para intentar proteger de alguna manera estos montes del fuego» (Domingo González, comunero)

Por su parte, entre los vecinos de los lugares más vinculados con el Parque acusan las carencias que van constatando en su día a día. «No puede ser qué ni se permitan hacer cortafuegos para intentar proteger de alguna manera estos montes del fuego. En su afán por proteger algunas especies al máximo están propiciando que acaben arrasadas como ha acontecido ahora», valora Domingo González que evidencia la descoordinación existente entre administraciones. «Medio Rural te da el permiso y te obliga a desbrozar para mantener limpias algunas zonas y llegas aquí y no te dejan hacerlo», indica. «Durante años, las culpas de los incendios las llevaron los ganaderos y los cazadores, pero hace tiempo que la gente se concienció y saben de los problemas de las zonas quemadas. Los ganaderos saben bien que se pueden enfrentar a multas de 100 euros por vaca si las encuentran en las zonas quemadas a lo largo de los próximos años, por lo que no tienen ningún interés en eso», apunta el comunero.

La falta de mantenimiento de los viales que transcurren por los montes es otra de las críticas que hacen los vecinos de la zona. «Tanto los cortafuegos como los caminos de acceso no están limpios y no se mantienen en buenas condiciones, por lo que es imposible que luego sirvan de cortafuegos», valora Álvaro González, un joven apicultor del lugar de Torneiros, en la parroquia de Río Caldo (Lobios). «El monte tiene que valer más estando lleno de vida, y ahora casi parece que valiera más muerto. Yo quiero que siga habiendo el parque, que se mantenga el espacio protegido, pero no abandonado», indica.

«Hay muchas zonas de estos montes que se están volviendo totalmente inaccesibles. Incluso hay dificultades para encontrar empresas que se encarguen de venir a hacer desbroces», apunta Davide Outeiro, veterinario y apicultor en la parroquia de San Mamede de Grou. «El fuego es solo la bandera visible del abandono que está sufriendo el rural, y en especial la provincia de Ourense, con la supresión de servicios y las continuas trabas, que no hacen más que invitarte a marcharte de él», valora.

«El fuego nos afecta a todos. Este año mis abejas se han salvado, pero tendrán más dificultades para pecorear (Álvaro González y Davide Outeiro, abejeros)

Los apicultores miran con preocupación la superficie arrasada por el fuego. Aunque esta vez los colmenares de estos dos profesionales no se vieron afectadas directamente por las llamas, los incendios también le pasarán factura. «El fuego nos afecta a todos. Este año las abejas se han salvado, pero tendrán más dificultades para encontrar polen. Este año se han librado, pero da miedo pensar que para el año puede tocarle a mis colmenas», reflexionan.

En las comunidades de montes también acusan a las trabas que encuentran para realizar acciones, en muchos casos, de protección a masas boscosas. «Es difícil comprender cómo la mayor parte de las ayudas europeas que vienen para la gestión de los montes van a parar a los ayuntamientos, en vez de ser las comunidades de montes las que puedan acceder a ellas, para poder invertirlas en el monte», explica Domingo González.

Lumes-no-Xures-

Uno de los focos localizados en el Xurés en días pasados.

Los operativos de vigilancia y extinción de incendios de los días pasados tampoco sirvieron para aplacar las quejas de los vecinos, que asistieron incrédulos a la aparición de focos en algunos de los puntos de mayor protección y con mayores medidas restrictivas, incluso con acceso restringidos. Además, numerosas voces cuestionan las decisiones tomadas para conseguir apagar los fuegos. «Había una total descoordinación y falta de comunicación entre los equipos de tierra y aire. Se hicieron descargas en puntos donde ya no se precisaba mientras en otros puntos donde había graves problemas no llegó la ayuda de los medios aéreos», valora Domingo González.

Se trata de una opinión que comparten muchos vecinos que asistieron incrédulos a las decisiones de movilizar los efectivos en otros puntos, ante las alertas que se vivieron a lo largo de varios días en la provincia de Ourense, y que permitieron el avance del fuego. «No podemos estar gastando siempre en extinción, la Xunta tiene que darse cuenta de que sólo cabe prevención y organización», replican.

Sumar esfuerzos para la recuperación

Tras los destrozos por el paso del fuego, comienzan a darse en estos días los primeros pasos para la recuperación del espacio. «Tenemos que sumar esfuerzos entre todos para intentar recuperar lo perdido e intentar proteger lo que queda», explica José Yañez, miembro de la Comunidad de Montes de Río Caldo. De hecho, en estos días trabajan ya para conformar una mancomunidad de comunidades de montes, un órgano que esperan sirva para sumar esfuerzos para la preservación y la organización de estos montes. De las 18 comunidades de montes que se integran en los montes del Xurés, 11 de ellas ya  han comprometido su apoyo a esta propuesta.

Pretenden crear una mancomunidad de comunidades de montes con la que trabajar en la organización del territorio e incidir en la prevención 

Buscan establecer una mesa de trabajo en la que puedan colaborar las distintas entidades y organismos en la búsqueda de soluciones tanto a corto como a medio plazo para la gestión de estos montes. De manera inmediata proponen recuperar los espacios quemados y realizar acciones que eviten corrimientos en las laderas más pronunciadas para evitar nuevos episodios de contaminación. Además, pretenden crear más fajas de protección tanto para los núcleos como en los montes y afrontar una nueva organización y planificación del monte. 

«La emigración, la orientación hacia una explotación forestal de estos montes o el abandono del pastoreo propiciaron el abandono del monte. Vemos que la gestión que se hizo no está funcionando, por lo que habrá que probar nuevas estrategias para evitar que se repitan los fuegos año tras año», apunta Yañez. «Hay mucha gente que ha retornado y que tiene interés en mantener vivos los montes. Es necesario que la Administración también escuche a los propietarios y vecinos de la zona, que no sigan trabajando de espaldas a nosotros», explica.

En estos días también la consejera de Medio Ambiente, Ángeles Vázquez, así como la directora general de Patrimonio Natural, Belén del Campo, mantuvieron una junta por videoconferencia con los alcaldes de Lobios y Muíños para comenzar a trazar la estrategia de recuperación del parque. Por el momento, los agentes medioambientales tanto de la consellería de Medio Ambiente como de Medio Rural continúan a colaborar con las fuerzas de seguridad para esclarecer las causas de estos fuegos y localizar a sus responsables.

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