Cómo el mercado de pellets se vio enredado en un ‘efecto papel higiénico’

La guerra de Ucrania, que cerró el suministro de biomasa de Rusia, desencadenó un aumento de la demanda europea a partir de la primavera. Ese escenario llevó a la escasez puntual de pellets en los puntos de venta, lo que unido al aumento de precios, generó un pánico infundado entre los consumidores, que se lanzaron a la búsqueda desenfrenada de producto en pleno verano

Cómo el mercado de pellets se vio enredado en un ‘efecto papel higiénico’

Almacén de viruta verde en Biomasa Forestal. / Archivo.

El mercado de pellets venía de un 2020 y un 2021 malos, marcados por una bajada de consumo derivada de inviernos suaves y de la pandemia. Tanto fue así que a comienzos de este año, Biomasa Forestal (As Pontes), la mayor planta de pellets de Galicia, inició un expediente de regulación temporal de empleo (Erte) para su plantilla, con la idea de mantenerlo activado un año. Sólo unos meses después, en primavera, lo canceló y pasó a trabajar las 24 horas de los 7 días de la semana, en cinco turnos, un ritmo que todavía mantiene. ¿Qué fue lo que pasó?

El origen de todo lo sucedido en los últimos meses arranca en la guerra de Ucrania. “Con la invasión rusa y el bloqueo europeo al mercado ruso de biomasa, se perdieron dos suministradores principales, Rusia y en menor medida Ucrania, que representan alrededor del 20% del pellet mundial”, analiza Francisco Álvarez, presidente del Clúster de Biomasa de Galicia y director de Ecowarm (Brión), una de las cuatro plantas de pellets que operan en la comunidad.

“La pérdida de esa fuente de suministro a nosotros en principio no nos afectaba, pero dejó desabastecidos a algunos países, en especial a Reino Unido, que recurrió entonces a importaciones masivas del mercado portugués -analiza Álvarez-. “Al dispararse la demanda de Reino Unido, los fabricantes portugueses, que tradicionalmente exportaban a España parte de su producción, se vieron incapaces de atender su red de distribución habitual en España, lo que llevó a que los puntos de venta españoles que trabajaban con pellet portugués se quedaran temporalmente sin mercancía”.

Fue entonces, en verano, cuando al hacerse patente la ausencia de pellets en determinados puntos de venta, aireada por redes sociales y medios de comunicación, se inició un ‘efecto papel higiénico’. Los consumidores se lanzaron a la compra compulsiva de pellets en plena ola de calor, sin medida y antes de la temporada tradicional de compra en otoño – invierno. La situación llegó al punto de que “un distribuidor nuestro nos habló de un cliente que compró pellet para tres años”, cuenta Álvarez.

España produce 740.000 toneladas de pellet para un consumo interno de alrededor de 710.000, por lo que el sector opina que no hay riesgo de desabastecimiento

“En verdad nunca hubo riesgo de desabastecimiento real del mercado nacional porque tenemos capacidad para abastecer al mercado. El problema surge si un alto número de consumidores se lanza a comprar pellets de forma simultánea porque entonces se rompen temporalmente los stocks disponibles”, explican en Biomasa Forestal.

España venía produciendo cada año alrededor de 740.000 toneladas de pellet para un consumo estatal de unas 710.000. “Del total de producción, se exportaba una parte a Italia y a otros países europeos, pero se compensaba con lo que entraba de Portugal; quedábamos a pre”, valora Francisco Álvarez.

En Galicia, el Clúster de Biomasa calcula una producción que supera las 110.000 toneladas para un consumo interno de alrededor de 45.000. “Y tendríamos capacidad de aumentar esa producción hasta en un 50% si fuera preciso”, aseguraba Álvarez hace unos días en la revista editada por el Clúster de la Biomasa y la asociación BioEco2.

Esa es en teoría la realidad, pero la cuestión es que el mercado español se adentró desde la primavera por otra realidad paralela, una especie de ‘Matrix’ en la que cada saco de pellets se percibía como el último paquete de papel higiénico en la estantería del supermercado.

“El mercado va ahora normalizándose a medida que los distribuidores que trabajaban con Portugal están relocalizando sus puntos de suministro”, subraya Francisco Álvarez. Incluso se da la circunstancia de que distribuidores de la frontera gallega con Portugal están recibiendo una gran demanda de suministro del país vecino, donde se mantiene la escasez de pellet por el tirón de la exportación británica.

El sector gallego incide en que la demanda británica sobre el pellet portugués y, en menor medida, cierto aumento de demanda italiana sobre pellet español, distorsionaron el mercado estatal, pero Álvarez apunta a que noviembre ya es un mes en el que se fueron normalizando las cosas. “En septiembre el teléfono no paraba de sonar pidiendo palés de pellets, pero ahora la situación ya es similar a la de todas las campañas”, asegura el director de Ecowarm. La misma percepción manifiestan en Biomasa Forestal: “Las ventas actuales son a un ritmo normal y sostenido”, indican.

Precios

Una de las consecuencias del aumento de la demanda de pellets en toda Europa fue el encarecimiento del producto, que subió de precio por encima de un 60%, según las estimación de la Organización de Consumidores y Usuarios (Ocu). El kilo de pellet pasó de los 30 céntimos de hace un año a los alrededor de 50 céntimos / kg. actuales.

Es una subida que, en cualquier caso, los fabricantes consideran justa. “De enero a mayo estuvimos trabajando a pérdidas porque el mercado seguía bajo y no era capaz de soportar nuestra estructura de costes. El aumento progresivo de costes energéticos nos había dejado a todos los fabricantes en un momento crítico, en el que las plantas estaban valorando parar o seguir a un bajo ritmo”, advierte Francisco Álvarez.

Desde Biomasa Forestal coinciden en ese análisis: “Desde inicios del 2021, y especialmente en los últimos meses del año pasado, los costes de producción se fueron disparando, pero ni fabricantes ni distribuidores trasladamos esa subida al mercado. Por un lado, no podíamos aplicar un aumento de costes a un mercado que estaba parado, y por otro lado esperábamos una estabilización de los costes energéticos que no llegó. El inicio de la guerra de Ucrania empeoró toda la situación”.

En el último año, Biomasa Forestal calcula que aumentó sus gastos energéticos en un 320%, una situación a la que hay que sumar el aumento del precio de su materia prima de referencia (puntal de pino), que subió un 40% en el último año. Otra dificultad adicional fue la logística, tanto por disponibilidad como por aumento de precios.

En vista de la situación, Biomasa Forestal, que tradicionalmente exportaba alrededor del 60% de su producción, ya había decidido hace un año reorientar su estrategia al mercado español. “Este año más del 80% de nuestra producción se queda en el mercado nacional. Pusimos también en marcha una tienda online, en la misma idea de priorizar el mercado nacional. Hay que hacer un llamamiento a la calma, en el sentido de que el mercado nacional no quedará en ningún caso desabastecido”, concluyen.

¿Dónde quedó la bajada del Iva?
Con la idea de favorecer el consumo de pellets y mantener su accesibilidad, el Gobierno bajó este otoño su Iva, que pasó del 21 al 5%. Entre las asociaciones de consumidores, sin embargo, advierten de que esa bajada del Iva no tuvo repercusión en una bajada del precio al consumidor. Las empresas del sector, explican la situación.

“Hay que tener en cuenta que el pellet tiene siempre un precio de verano y un precio más alto con la llegada del otoño. La bajada del Iva coincidió con el cambio de precios, del verano al otoño, lo que llevó a que el consumidor no la haya percibido”, explica Francisco Álvarez, que tampoco descarta que se pudiera producir alguna situación puntual de abuso en algún punto de venta.

“La bajada del Iva lo que logró es evitar que el pellet haya seguido subiendo, pues arrastrábamos un aumento de costes que aún no se había trasladado al precio final” -advierten en Biomasa Forestal-. “De cara al futuro, si no hay nuevos elementos externos de gravedad, parece que los precios podrán mantenerse en este nivel en los próximos meses, sin nuevas subidas como las vividas en los meses anteriores”, señalan.

El combustible más económico

A pesar de su encarecimiento, el pellet, conjuntamente con la leña, se mantiene como el combustible más económico para los hogares. La biomasa continúa muy por debajo del precio equivalente del gasóleo. Si calculamos que 2 kilos de pellets aportan energéticamente lo mismo que 1 litro de gasoil, los números son claros. Dos kilos de pellets rondan hoy en día 1 euro y un litro de gasóleo se acerca a 1,40.

“El mercado del pellet tiene aún mucho que crecer en España y, en particular en Galicia, donde todas las viviendas unifamiliares que se están calentando con gasóleo tienen muy sencillo el cambio a pellet. Es una obra que lleva un día o día y medio como mucho” -valora Francisco Álvarez-. “Piensa que Italia está ya en un consumo de 5 millones de toneladas de pellet y en España estamos aún en las 700.000 toneladas”, compara el director de Ecowarm.

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