El pino radiata de Chile es la historia de un éxito. En el país andino, el cultivo forestal de la conífera se acompaña desde hace más de 45 años de un intenso programa de mejora genética que continúa en la actualidad. El resultado son plantas mejoradas que, hoy en día, demuestran una ganancia en productividad de entre un 35 y un 50%, en comparación con una planta convencional. Con el objetivo de beneficiarse de la experiencia chilena, que es un referente mundial, la Fundación Arume invitó este mes a Galicia a dos reputados investigadores chilenos, Miguel Ángel Peredo, y Fernando Droppelmann.
Los números del pino radiata en Chile hablan por sí solos. En terrenos y climas idóneos, el pino produce en Chile 20 – 25 metros cúbicos por hectárea y año, con un turno máximo de tala final de 24-25 años, en los que la plantación acumulará una producción total de 500 – 600 metros cúbicos.
Esos números convierten al pino radiata en una especie de gran atractivo para la producción maderera en Chile. De los terrenos dedicados en el país a plantaciones forestales, sin contar bosques nativos y protegidos, el pino radiata ocupa un 56% de las plantaciones, en tanto el eucalipto globulus supone un 25% y el eucalipto nitens un 11,8%, según los datos expuestos por Miguel Ángel Peredo en una jornada celebrada ayer en el Centro de Investigación Forestal de Lourizán.
La tendencia actual es a que el pino radiata, que ocupa 1,8 millones de hectáreas en Chile, continúe aumentando su superficie, en tanto el eucalipto globulus, muy afectado por la plaga del gorgojo, está reduciendo su presencia, en beneficio del eucalipto nitens y del propio pino radiata.
Proceso
¿Cómo convertió Chile al pino radiata en una de las especies con mayor atractivo forestal?. La clave fue la mejora genética emprendida a mediados de los años 70. Fernando Droppelmann, profesor de la Universidad Austral de Chile, dirige una Cooperativa de Mejoramiento Genético Forestal que se creó en el año 1976.
Una de las vías de trabajo de la Cooperativa fue la creación de huerto semilleros con planta seleccionada. La estrategia de la Cooperativa se inició con la localización de árboles de calidad superior, con los que iniciar ensayos. “De cada 80 hectáreas, se seleccionó un pino que destacaba por ser superior en volumen y calidad, teniendo en cuenta factores como rectitud, diámetro y ángulo de las ramas, forma cilíndrica del fuste, sanidad o rectitud de las fibras de su madera, entre otros factores”, explica Droppelmann.
Con esos huerto semilleros, se procedió a cruces controlados, con el objetivo no solo de mejorar en calidad y volúmenes de la madera, sino en homogeneidad de resultados.
Las semillas de los árboles finalmente seleccionados se convirtieron en la base para un proceso de reproducción meteórico, pues a partir de sólo 1.000 semillas, con un proceso de reproducción por estaquillado, los viveros podían conseguir en solo cuatro años alrededor de 2 millones de plantas. Para ese tipo de desafíos, Droppelmann precisó que es necesario contar con una estructura eficiente capaz de afrontar el reto.
En la actualidad, la Cooperativa ofrece en el mercado una amplia oferta de plantas clonales -procedentes de multitud de individuos y familias-, que demostraron mejoras en productividad y rentabilidad de entre un 35 y un 50%, en comparación con la planta convencional.
Chile mantiene 12 programas de mejora genética de coníferas, cada uno de ellos en zonas con características diferenciadas de suelos y clima. Todos los ensayos, que desarrollan distintas empresas y entidades, se comparten y se hacen con unos criterios homogéneos de medición de resultados.
Tras más de cuatro décadas de trabajo, los avances genéticos conseguidos por Chile son una referencia mundial. En Portugal, la firma Sonae Arauco está haciendo ensayos con 136 familias de pino radiata importadas de Chile para valorar su adaptabilidad a las condiciones lusas.
Manejo silvícola del pino radiata en Chile
El modelo de manejo de plantaciones que sigue una de las grandes empresas forestales del país, Arauco, es el siguiente:
– Plantación a una densidad de 1.100 – 1.600 plantas / hectárea, en función del terreno y de las lluvias.
– Dos podas, a los 6-7 años y a los 7-10 años, sobre 600 árboles.
– Primer rareo a los 8-10 años para dejar una densidad de 700-800 árboles / hectárea.
– Segundo rareo a los 10-14 años para dejar una densidad final de 400-500 árboles por hectárea.
– Corta a un turno máximo de 24-25 años.
El caso del Gloni, un eucalipto híbrido de globulus y nitens
Otra de las especies que está generando gran interés forestal en Chile en los últimos años es el gloni, un híbrido de eucalipto globulus y nitens que destaca por su rentabilidad. El gloni logró quedarse con las principales virtudes de ambas especies. Mantiene los crecimientos del eucalipto nitens (superiores a los del globulus) y tiene el mismo rendimiento para pasta de papel que el eucalipto globulus, pues se precisan alrededor de 3,1 toneladas de madera para una tonelada de pasta de papel.
Otra especie híbrida con buenas expectativas es el roble – raulí, un híbrido de dos especies de los bosques nativos chilenos. El híbrido del roble – raulí presenta interés por su productividad y adaptabilidad a distintas condiciones de terreno y climáticas.
Coníferas
Preguntados los investigadores en la jornada de Lourizán sobre posibles coníferas de interés como alternativas al pino radiata, Droppelmann descarta en principio especies como el pino taeda, “de más interés en zonas de clima tropical”. La única especie que contemplan en Chile como alternativa, para el caso de que el pino radiata afronte serias dificultades fitosanitarias en un futuro, es el pino pátula.
En cualquier caso, el pino radiata presenta por el momento buena sanidad forestal en Chile. Sobre el problema de las bandas que afecta en la Península a los pinares del País Vasco y, en menor medida, al resto de la Cornisa Cantábrica, Droppelmann precisa que en Chile se registró hace años un impacto muy grande en masas que habían quedado sin manejo silvícola de podas y claras. “Hubo que proceder a tratamientos aéreos de esas masas con óxido cuproso, pero una vez que se recuperaron los manejos de podas y claras, de forma que las masas quedaron más aireadas, desaparecieron los problemas de las bandas”, señala.
El cambio climático, no obstante, genera incertidumbre de cara al futuro, tanto en Chile como en Galicia, si bien los investigadores confían en que los programas de mejora genética puedan dar respuesta a ese reto, seleccionando a las familias e individuos que mejor comportamiento ofrezcan a las nuevas condiciones.
“Todo metro cúbico de madera que salga sin transformar de Galicia es un fracaso”
El nuevo director de la Axencia Galega da Industria Forestal, Jacobo Aboal, tuvo en la jornada de Lourizán su primer acto público. En su intervención, reconoció el trabajo de su predecesor en el cargo, Ignacio Lema, y apuntó el desafio para el sector de “aprovechar las oportunidades” que ofrecen las nuevas tendencias de la bioeconomía, como la construcción en madera o las fibras textiles a partir de la madera.
En ese contexto, Aboal valoró que “todo metro cúbico de madera que salga sin transformar de Galicia es un fracaso”, una cuestión que considera que debe comprometer a toda la cadena de la madera, “pues para montar nuevas líneas o industrias es preciso un suministro de madera en calidad y cantidad suficiente”.
Para ese fin, la mejora genética forestal se configura como la base sobre la que construir el futuro, con plantas más productivas y que resistan los problemas fitosanitarios. “Es previsible que los problemas que tiene el pino radiata en todo el norte de la Península con la enfermedad de las bandas vayan a más en un futuro por el cambio climático”, recordó.
En Galicia, el pino radiata representa en la actualidad unas talas de alrededor de 1,8 millones de metros cúbicos. El pino del país (Pinus pinaster) suma una cantidad similar (1,77 millones de metros cúbicos), en tanto el pino silvestre, característico en alta montaña, tiene unas talas de alrededor de 150.000 metros cúbicos. La presencia de las restantes coníferas es testimonial (57.000 metros cúbicos de talas en el 2021).
Nota: Imágenes del pino radiata en Chile de Comaco Forestal y Maderera Andina.