Francia es uno de los principales consumidores de castaña y también uno de los países con mayor tradición en la transformación de este fruto. Los galos llevan más de medio siglo transformando la castaña, que se mantiene como uno de los alimentos tradicionales, en especial en las fiestas navideñas. Sin embargo, la producción propia de castaña es bastante más reducida que la de otros grandes productores del Mediterráneo como Portugal, Italia o España.
Hoy en día, el mercado de la castaña en el país galo es escaso en cuanto a producción, pero con una venta dinámica y de gran volumen. “La importación de castañas en Francia es más importante que su producción propia. La mayor parte de esta castaña importada termina procesada por las industrias francesas de transformación”, explica Jean Luc Bellat, especialista en el mundo de la castaña durante su participación en las jornadas organizadas por el Consello Regulador de la Agricultura Ecológica de Galicia (Craega) y en las que la castaña fue una de las producciones a tratar.
La producción de castaña en Francia se sitúa en las 8.500 toneladas, mientras que consumen unas 20.500 toneladas
El consumo de castaña en Francia se sitúa en torno a las 20.500 toneladas, mientras que la producción nacional se aproxima a las 8.500 toneladas. La mayor parte de la castaña termina procesándose y transformada en una amplia variedad de productos muy demandados por la sociedad francesa.
Los productores franceses han apostado decididamente por una gestión ecológica de castaña, aunque el consumidor no ha respondido de la misma forma. Hoy en día, la mayor parte de castañas ecológicas terminan siendo transformadas, ya que su demanda en fresco es escasa.
Una producción escasa
Francia se sitúa como el quinto país productor de castaña en la Unión Europea. Con una producción de apenas 8.500 toneladas al año, su producción queda lejos de la manejada por Portugal, que con unas 40.000 toneladas de castaña es el mayor productor europeo de este fruto, seguido de Italia con una producción de 39.000 toneladas, España alrededor de unas 32.000 toneladas y Grecia con unas 18.000 toneladas.
La producción francesa de castaña se concentra en la zona sur del país y ocupan casi unas 8.600 hectáreas repartidas entre las regiones de Ardèche, Dordogne, Lorèze, Corrèze y Haute-Vienne. “La producción nacional de castaña en 2020 ha sido de 8.857 toneladas, mientras que en el 2021 se ha reducido hasta las 7.600 toneladas”, apunta Bellat. La incidencia de la avispilla del castaño y las consecuencias del cambio climático se encuentran detrás de esta reducción, según apunta el experto.
En los últimos años la producción de castaña en Francia se ha mantenido estable, aunque con disparidades entre las regiones de producción. Se ha producido un incremento con nuevas plantaciones de castaños híbridos en las regiones del suroeste con unas 700 hectáreas en Nouvelle Aquitaine, mientras que ha sido estable en el sureste y con una bajada en la zona de Córcega. “En 20 años, la superficie de castaño francés ha aumentado de 7.230 a 8.630 hectáreas. Unas 380 hectáreas en Rhône-Alpes, 155 hectáreas en Occitanie y 150 hectáreas en Provenza-Costa Azul”, detalla el especialista.
Conviven sotos tradicionales con nuevas plantaciones en línea y con sistemas de riego con los que incrementar la producción de castaña
Existe además una gran disparidad entre las distintas zonas en cuanto al manejo y las características de las plantaciones. En las regiones del sureste de Francia predominan los sotos tradicionales, con una orografía de montaña y en los que han ido introduciéndose poco a poco sistemas de recogida mecanizados, aunque esta modernización se ha visto muy limitada por las condiciones del terreno, muchas veces en pendiente o con cierres tradicionales y minifundio.
Mientras, en el suroeste, en regiones como Dordogne o Haute-Vienne, predominan las nuevas plantaciones de castaños, plantados en línea y con riego, lo que aumenta la producción.
También es habitual una mecanización de la recogida, ya que las parcelas permiten estos métodos. “En estos sotos, dos trabajadores pueden recoger al día cerca de 3.000 kilos de castaña sin problema”, concreta Bellat.
La castaña ecológica
A día de hoy la mayor parte de la producción de castaña en Francia es ecológica. Un total de 5.315 hectáreas de castaños, es decir, un 62% de la superficie productiva está bajo este sistema. La mayor parte de esta producción de castaña termina destinada a la transformación. “El consumidor no llega ha apreciar la diferencia entre el producto convencional y ecológico en su consumo en fresco, ya que asocia que aún en convencional es un fruto natural y sin apenas tratamientos, por lo que resulta muy complicado vender la castaña ecológica en fresco”, explica Jean Luc Bellat.
La castaña ecológica apenas supone un 12% del producto comercializado en fresco. El consumidor no aprecia grandes diferencias con la convencional y rechaza pagar un precio más elevado
El precio está siendo otra de las dificultades para una mayor demanda de la castaña ecológica en fresco. Las castañas ecológicas son casi un 30% más caras que las convencionales. “El consumidor no está dispuesto a aceptar esta diferencia de precio por un producto que considera muy semejante al convencional”, detalla el experto. Así, la castaña ecológica apenas representa un 12% del producto comercializado en fresco en Francia.
El mercado en fresco y la transformación industrial
El mercado directo y en fresco de castaña en el país galo supone un total de 8.000 toneladas, de las que unas 6.500 son producidas en los sotos franceses y las 1.500 restantes son importadas habitualmente de Portugal y España. Unas 3.700 toneladas de castañas se comercializan en el mercado nacional, mientras que exportan cada año en torno a 2.800 toneladas. “El mercado en fresco supone unos 48 millones de euros de facturación”, concreta el experto.
En Francia la mayor parte de la castaña termina transformada para ser consumida de forma diversa, desde harinas hasta dulces tan populares y más elaborados como el Marron Glacé. “Durante mucho tiempo los artesanos se han interesado en el procesado de la castaña como una solución noble para diversificar la oferta de los productos para los consumidores”, apunta Bellat.
La comercialización de la castaña transformada genera una facturación de más de 160 millones de euros en Francia
La transformación industrial de la castaña permite hoy en día obtener una gama de productos procesados en el mercado nacional, de forma masiva, que se comercializa en supermercados de gran distribución. La comercialización de la castaña transformada genera una facturación de más de 160 millones de euros en Francia.
La mayor parte de la castaña transformada se emplea para la elaboración de cremas y purés (unas 5.500 toneladas), mientras que otras 3.500 toneladas son comercializadas como conservas y unas 1.800 toneladas terminan congeladas. Como Marron Glacés y Marrons Confits se procesan unas 1.000 toneladas y en torno a 300 toneladas son destinadas a la elaboración de harina de castaña.
Francia se ha convertido en el segundo país importador de la Unión Europea, al adquirir una media de 11.000 toneladas de castañas cada año. La mayor parte termina directamente en la industria de transformación francesa, que procesa unas 13.000 toneladas de castañas. Durante años, la mayor parte de esta castaña importada por Francia era fresca, pero el desarrollo de una industria de primera transformación en los principales países productores, como Portugal o España, ha hecho que una gran parte de la castaña importada sea pelada y congelada.
La transformación se ha convertido en una oportunidad para la castaña ecológica, que en el mercado en fresco tiene más dificultades. “El consumidor valora que se empleen este tipo de castañas y lo asocia a un producto de mayor calidad”, detalla el experto. A diferencia de lo que ocurre en fresco, las elaboraciones con castañas ecológicas suponen un incremento del precio con respecto del convencional de entre el 17 y el 20%, que el consumidor respalda.
Los productores artesanos también opta principalmente por la castaña ecológica. Además, la industria está elaborando cada vez más productos ecológicos dada la demanda que existe. “Casi un 20% de la crema de castaña en Francia es hoy en día ecológica. Se está viendo un incremento del consumo de productos ecológicos de castaña”, apunta el experto.
Pese a que en Francia más del 14% de la población consume a diario distintos productos ecológicos, Jean Luc Bellat incide en que aún con este incremento de la demanda, es preciso tener presente las limitaciones de la producción ecológica a la hora de atender las necesidades del sector y barajar seguir incrementando la producción propia.