¿Cómo está afectándole el cambio climático a la producción de setas?

La sequía está haciendo que este sea uno de los peores años micológicos en los montes gallegos. Hablamos con Luz Divina Castelo, gerente de Champivil, la principal empresa gallega del sector, sobre esta campaña atípica y con Julián Alonso, presidente de la Sociedad Micológica Lucus, sobre la adaptación de los hongos al cambio climático

¿Cómo está afectándole el cambio climático a la producción de setas?

Luz Divina Castelo, en las instalaciones de Champivil, preparando una confitura de cantarela para conserva.

«Desde que comencé en el año 2001, este es el peor año, no vi cosa igual. A estas alturas las cuatro cámaras que tenemos deberían estar llenas de producto, no se podría ni entrar, y sin embargo no hay nada». Es el resumen gráfico que hace, en medio de una sala vacía, Luz Divina Castelo. Es la gerente de Champivil, la principal empresa gallega comercializadora de setas, que exporta a los principales mercados estatales y europeos.

Champivil procesaba durante los meses del otoño, de septiembre a diciembre, unos 10.000 kilos diarios de setas. «Este año comenzamos con 100 kilos diarios en septiembre tras las primeras lluvias, que duraron solo un par de días, pero después la producción cayó y tuvimos días sin una sola entrada», reconoce Luz Divina.

«Este año estamos trabajando en setas el 5% de lo habitual» (Luz Divina, Champivil)

Esta empresa de Vilalba compra setas en las cuatro provincias gallegas para venta en fresco, para conservas y para congelado. «Este año estamos trabajando a un 5% de lo habitual», confiesa. «Nosotros trabajamos por campañas y las más fuertes son la de las setas y la de los grelos. Otros años por esta época había trabajando 30 personas en la nave de envasado y este año no llamamos a nadie», compara. «Aunque llueva ahora, llevamos ya mes y medio perdidos, así que la campaña de este año es ya difícil de recuperar», lamenta.

Champivil tiene dos momentos fuertes de la campaña de setas, los boletus en octubre y la lengua de vaca en la navidad. «El boletus ya está perdido», dice Luz Divina. Esta especie representaba el 70% del volumen de negocio de setas de Champivil. El 30% restante sería lengua de vaca y otras variedades, pero ni siquiera su gerente espera que la lengua de vaca pueda comportarse con normalidad: «este año en vez de en diciembre vendrá en febrero, a destiempo, porque para la venta en fresco ya es tarde. El consumo de productos de temporada, como el caso de las setas, es muy estacional y la gente en febrero come otras cosas, está ya con los cocidos, pero no piensa en las setas. Tienen que venir en su época y el consumo en fresco de las setas acaba con el año nuevo», explica.

Los incendios dañaron importantes zonas productoras

Pero no solo la sequía afectó a la merma en la producción de setas, que también se vio muy afectada este año por los fuegos. «Había zonas de mucha producción de lengua de vaca y boletus, como la zona de Abadín o de Arxeríz, que se vieron muy afectadas por los incendios forestales de este otoño, e incluso que zonas de abundancia de trompeta de los muertos, boletus pinícola o senderuela en Ourense. Eso para este año ya no se recupera», afirma Luz Divina.

Setas en una cámara de Champivil.

Setas en una cámara de Champivil.

La gerente de Champivil es una de las habituales en ferias como la de As Pontes, la de Roupar o la de Allariz, a la que acudirá este fin de semana. Admite que las celebradas hasta el momento fueron «flojas» por la escasez de producto. «Y aunque haya poca seta en el mercado, el precio puedes aumentarlo uno o dos euros, pero hay un límite», así que augura que el volumen de negocio de las empresas gallegas del sector este año caerá notablemente.

¿Está el cambio climático detrás de la falta de setas?

La gerente de Champivil es clara: «Galicia nunca falló pero este es ya el cuarto año malo. El cambio climático viene para quedarse», afirma. Así que bromea pidiendo «que despidan al primo de Rajoy, que hace diez años auguraba que no había evidencias del cambio climático, porque falló estrepitosamente», dice.

En su opinión, la falta de precipitaciones es clara. «Las fuentes pueden recuperarse de un año con poca agua, pero no de cuatro años de sequía, y eso se nota en la tierra, que perdió la humedad que tenía y que era lo que creaba buenas condiciones para las setas en Galicia», considera.

Que algo está pasando en el tiempo atmosférico gallego es algo con lo que concuerda su padre, Andrés Castelo. «Desde que vine de la mili con 22 años me dedico a esto. Ahora tengo 63 y es cierto que antes podía haber un año malo, pero no era por la sequía, sino por muchas semanas con viento del norte, que también hace mermar la producción. Lo que sucede en estos últimos años es nuevo», afirma.

«Comienzan a verse en Galicia especies más propias del sur de la península»

Julián Alonso Díaz es doctor en Veterinaria y presidente de la Sociedad Micológica Lucus, una entidad que reúne a 270 personas amantes del mundo de los hongos. El próximo día 21 impartirá una conferencia dentro del ciclo Luis Asorey, organizado por la Real Academia Gallega de Ciencias, sobre cambio climático y biodiversidad fúngica. Coincide en que este está siendo un año «anómalo», con una primavera muy seca que se está prolongando en este otoño (los datos de octubre, por ejemplo, muestran una temperatura media 4,7ºC más alta de la habitual y un promedio de precipitaciones de solo 36l/m2).

Esta alteración climática está haciendo que «aun dependiendo en cada caso de la especie, en el contexto general haya una escasez muy grande de setas», afirma Julián, que considera que «no es tanto por la temperatura, porque los hongos micetan con tiempo cálido, pero precisan agua, que no hubo», dice.

El pasado 5 de noviembre tuvo lugar en el colegio Rosalía de Castro de Lugo la 16ª edición de la Exposición de Setas que organiza la Sociedad Micológica Lucus. Consiguieron reunir 200 especies, cuando lo habitual otros años era pasar de las 250, pero de algunas de ellas lograron muy pocos ejemplares, admite Julián, que considera que de aquí en adelante caben dos escenarios: «si no llueve y vienen las heladas, sería una temporada desastrosa; si, por el contrario, viene tiempo variado, aún podría haber un final de noviembre y un mes de diciembre bueno», asegura.

Salida de la sociedade micolóxica Lucus.

Salida de la sociedade micolóxica Lucus.

«Es una realidad que el tiempo está cambiando y la constante en los últimos años es la falta de un patrón habitual», afirma el presidente de la Sociedad Micológica Lucus, que sobre los efectos del cambio climático dice que «en el tema de los hongos la dificultad para sacar conclusiones estriba en que no ves el organismo completo, solo ves una parte, la micetación, pero en la micetación es evidente la afectación», asegura. Pone como ejemplo el hecho de que estén saliendo hoy por hoy macrolepiotas, cuando esta es una especie propia de finales de septiembre que normalmente en esta época ya son difíciles de encontrar en nuestros montes.

Julián afirma que «lo normal es que la flora micológica se adapte al clima como cualquier otro organismo» por lo que augura que «cada vez va a ser más frecuente ver especies de otras latitudes». De hecho, explica, especies más propias del sur de la península, como la amanita ponderosa, de clima mediterráneo, «a pesar de que de momento no es abundante en Galicia, ya fue citada en Ourense y en Lugo», cuenta.

«La maleza en los montes reduce la productividad micológica»

Además del cambio climático, otros factores que están provocando la reducción de la productividad micológica de los montes gallegos son la pérdida de hábitats por cuestiones como la sustitución de bosques autóctonos por plantaciones de eucalipto. «No es que el eucalipto no tenga flora micológica, pero especies de valor comercial como los boletus o las cantarelas se dan menos en un eucaliptal, sobre todo en los que abundan en Galicia, de ciclo corto, que en un pinar o en una carballeira», aclara Julián. También afecta a la productividad micológica la maleza, ya que «algunas especies precisan luz para micetar y la maleza abundante impide esa penetración de la luz», explica.

Aunque es cauto en relación a las especies que puedan verse en regresión hoy por hoy en Galicia por todos estos factores, pues insiste en que una valoración de ese tipo requiere observaciones de muchos años para ser concluyente, Julián afirma que «si esto sigue así podrían verse afectadas especies que precisan de un clima más húmedo», como es el caso de la «Lepista nuda» (pie azul), que es una especie frecuente y en general sigue siendo bastante abundante en Galicia, pero que en los últimos años «aparece en menor cantidad o con aparición de frutificación durante menor tiempo por la cuestión climática».

Expone además otros ejemplos de especies que se consideran en regresión en España y Europa por diversas causas, pero en gran medida por cambio climático, contaminación y pérdida o degradación de hábitats, como son los «Butyriboletus regius» (Boletus regius) o la «Tricholoma colossuse», «que aquí en Galicia también se observan raramente», dice.

Un recurso cada vez más frecuente para las comunidades de montes

La Lei de Montes de Galicia, aprobada en el año 2012, establece en su artículo 85 que «los dueños tienen derecho al acotamiento de sus propiedades orientado a la viabilidad y mejor aprovechamiento de pastos, cinegético, de setas, castañas y otros frutos, plantas aromáticas o medicinales, corchos, resinas y otros productos que puedan constituir una fuente de rentas para el propietario».

Con todo, los aspectos relacionados con los aprovechamientos micológicos sólo estaban esbozados en la Lei de Montes, por lo que, siguiendo el ejemplo de otras comunidades, como Castilla y León, La Rioja, Aragón o Navarra, la Xunta de Galicia elaboró dos años después una legislación específica, el Decreto 50/2014, del 10 de abril, por el que se regulan los aprovechamientos madereros y leñosos, de corteza, de pastos y micológicos en montes o terrenos forestales de gestión privada en la Comunidad Autónoma de Galicia, que clarifica jurídicamente los derechos de los propietarios de los montes y de los aficionados, define los tipos de aprovechamientos, las condiciones específicas en la realización de los aprovechamientos, así como las prácticas prohibidas.

Fomentado en buena medida por la presencia de Champivil, en la comarca de la Terra Cha son muchos los aficionados que recorren los montes en esta época del año en la búsqueda de setas y, al mismo tiempo, el aprovechamiento micológico es un recurso cada vez más utilizado por las Comunidades de Montes. Para preservar esta fuente de ingresos, algunas de ellas tienen normas específicas para la recogida de setas dentro de sus montes.

Es el caso de comunidades como la de Labrada (Abadín), As Negradas (Guitiriz) o Lousada (Xermade), donde hay carteles que indican que el aprovechamiento micológico dentro del monte comunal pertenece en exclusiva a los miembros de la CMVMC, aunque son restricciones de difícil vigilancia y de incumplimiento frecuente por parte de personas ajenas a la comunidad. En el caso de Lousada, por ejemplo, la Comunidad de Montes repartió carnés entre sus miembros para que puedan mostrarlos y acreditar que están autorizados en caso de toparse con la presencia de agentes del Seprona, por ejemplo.

Hay otras comunidades que también hacen un aprovechamiento de las setas en sus montes, pero que optaron por abrir a toda la población la posibilidad de cogerlos. Es lo que acontece, por ejemplo, en la Comunidad de Montes del Carballo, en Friol. Los comuneros decidieron permitir a personas ajenas a la parroquia esta actividad, aunque con un límite de dos kilos por persona y día y previo pago de una tasa. Para muchos aficionados merece la pena pagarla, pues las setas de esta comunidad de montes cuentan con el certificado de producción ecológica del Craega.

2 ideas sobre “¿Cómo está afectándole el cambio climático a la producción de setas?

  1. Julián

    Como entrevistado debo corregir algún error gordo en la transcripción que hizo el entrevistador de la conversación. Dejar claro que los hongos no son plantas y constituyen un reino propio diferente al de los vegetales tanto por su composición estructura, nutrición y reproducción. Por tanto cuando se indica que «la dificultad para sacar conclusiones estriba en que no ves la planta completa» me refiero lógicamente al «organismo completo», es decir fundamentalmente al micelio subterráneo (el micelio) que no vemos.
    Igualmente cuando se pone: “lo normal es que la flora micológica se adapte al clima como cualquier otro vegetal» lo que realmente se dijo es que «la flora micológica trata de adaptarse al clima como también tienen que hacerlo otros organismos de los ecosistemas como vegetales, animales, etc.»

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