¿Qué medidas claves mejoran el bienestar en las granjas de vacuno de leche?

Joaquim Lima Cerquera, doctor en Veterinaria, concreta los principales indicadores que se tienen en cuenta para determinar el confort de los animales en las ganaderías lecheras de vacuno

¿Qué medidas claves mejoran el bienestar en las granjas de vacuno de leche?

Uno de los aspectos que más se está teniendo en cuenta nos últimos años en las ganaderías de producción de leche es el bienestar animal. Pero, ¿en qué hace falta fijarse para saber si se está garantizando el confort de los animales en la granja? El doctor en Veterinaria y profesor de la Escuela Superior Agraria de Ponte de Lima (Portugal), Joaquim Lima Cerquera, ofreció algunas de las claves para responder a esta cuestión durante su participación en los actos de la Semana de la Ganadería Ecológica, organizada por el Consejo Regulador de la Agricultura Ecológica de Galicia (Craega), celebrada recientemente.

Tanto la Organización Mundial para el Bienestar Animal (OIE) como la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria han establecido algunos de los indicadores vigentes para evaluar el bienestar animal en las ganaderías. En este marco, el proyecto Welfare Quality, desarrollado entre 2004 y 2009 es uno de los referentes para conocer el confort de las vacas en la granja. Atiende a cuatro principios básicos: alimentación, salud, instalaciones, y comportamiento adecuado del animal. «El comportamiento de la vaca se tiene cada vez más en cuenta, incluso se evalúa la parte emocional de los animales a través, por ejemplo, de la interacción del ganadero con los animales o del comportamiento en pastoreo y en las granjas», concreta Lima Cerquera.

«El comportamiento de la vaca se tiene cada vez más en cuenta, incluso se evalúa la parte emocional de los animales»

De estos cuatro principios, se establecen a su vez 12 criterios y de ellos se obtienen unos 30 indicadores que ayudan a estimar el confort del animal.

El proyecto Welfare Quality define hasta 30 indicadores sobre bienestar animal en la granja.

El proyecto Welfare Quality define hasta 30 indicadores sobre bienestar animal en la granja.

Las instalaciones, determinantes para el bienestar

Uno de los aspectos más decisivos para garantizar el bienestar de los animales en la granja son las propias instalaciones. «Cuanto mejor estén las instalaciones menos complicaciones vamos a tener con los animales, ya que la mayoría de los problemas derivan de ahí», explica el doctor en Veterinaria.

Aspectos como la ergonomía de los cubículos, la cantidad y la calidad de la cama son factores que condicionan al animal en la ganadería. «Debemos intentar favorecer que la vaca tenga casi la misma libertad en la granja que cuando está en el prado», detalla el experto. Así, cuánto mayor sea la disponibilidad de espacio en la granja, mayor será también la producción de leche.

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El tiempo que la vaca pasa acostada y las buenas condiciones del cubículo son también significativos para lograr una mayor producción de leche. Lima apunta que existe una correlación positiva entre el espacio del que disponen las vacas en la granja, así como de las horas de descanso, y el incremento de la producción de leche. El tipo de cama y el uso de los cubículos es determinante para conocer el bienestar del animal. En este sentido, el experto incide en que las camas de arena están siendo las que mejores resultados de confort ofrecen en comparación con otros sistemas como las alfombras, el colchón o paja, según diferentes estudios.

«La arena resultó la mejor opción teniendo en cuenta los indicadores que nos interesan como es el tiempo que la vaca permanece acostada o ingiriendo alimento», concreta Lima. Disponer de cubículos cómodos y adaptados para el animal es fundamental para garantizar su bienestar y sirve como un claro indicador. Así, aquellas granjas con un alto número de vacas que terminan acostadas fuera del cubículo tienen que mejorar estos espacios.

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El tiempo que las vacas pasan acostadas en las camas de paja o arena es sensiblemente superior al registrado en cubículos con alfombra de goma o colchón.

El acceso a los comederos y a los bebederos es otra de las cuestiones a tener en cuenta para hacer que la vaca esté en buenas condiciones. En este aspecto, Lima insiste en la importancia de garantizar que todas las vacas puedan acceder con libertad a estas zonas, en especial las vacas más jóvenes, que tienden a ser más sumisas, al llevar menos tiempo en la granja y pueden quedar sin acceder a ellos por la oposición de alguno de los animales dominantes de la ganadería.

Es fundamental garantizar el acceso suficiente a los comederos y bebederos de todos los animales, en especial los más jóvenes, que tienden a ser más sumisos

En estos casos, se estima que cada vaca debe tener como mínimo 60 centímetros de comedero y debe haber unos 6 centímetros de abrevadero por animal. «Con una producción de unos 50 litros de leche, el animal consume más de 200 litros de agua, y esta cantidad puede ser superior en el caso de registrarse elevadas temperaturas, por lo que es primordial garantizar el acceso al agua», explica el especialista.

El acceso al agua y al alimento suele ser un aspecto tenido muy en cuenta en las granjas, si bien, un estudio realizado en 90 granjas en Dinamarca, en el que se evaluaban algunos de los principales aspectos del proyecto Welfare Quality, evidenció que casi un 14% de las granjas carecía de un caudal suficiente de agua para sus animales y cerca del 52% de las ganaderías no contaba con espacio suficiente en el comedero.

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La salud y el comportamiento del animal

La incidencia de las principales enfermedades del ganado vacuno relacionadas con las condiciones en las que se encuentran es otro de los factores que da buena cuenta del grado de bienestar de los animales en las ganaderías. Las cojeras y la mastitis son dos de estas afecciones que están relacionadas también estrechamente con la condición corporal del animal.

El 40% de las vacas que padecen cojeras de manera recurrente tienen una condición corporal entre 2 y 2,5. Sin embargo, si los animales cuentan con una condición corporal mejor, situada alrededor de 3 y 3.25, el porcentaje de vacas afectadas por esta patología se reduce hasta el 10%.

El pastoreo es otro de los aliados para evitar problemas de cojeras en la granja. Lima echa mano de un estudio sobre la prevalencia de cojeras en las ganaderías realizado en distintos países para evidenciar esta relación. Mientras que en Noruega, donde las ganaderías suelen pastorear, el índice de prevalencia de cojeras es de un 10%, en otros países como Reino Unido o Alemania se eleva hasta el 30%, puesto que el ganado pasa buena parte del tiempo en pisos de hormigón.

De nuevo, las condiciones de la cama van a ser determinantes tal y como muestra un estudio realizado en el sur de Portugal, en el que la incidencia de cojeras en ganaderías con pisos de hormigón o poca arena en las camas se sitúa entre el 76 y 90%. Sin embargo, en aquellas granjas donde las vacas emplean colchones de agua o camas con una cantidad de arena idónea las cojeras caen hasta una tasa de entre 25 y el 30%.

Relacion-tipo-material-cubiculo-_-incidencia-coxeiraLa reducción de movilidad que producen las cojeras se traduce directamente tanto en la producción, cayendo esta hasta en un 17%, como en la ingesta de materia seca que disminuye en un 7%, segundo detalla el especialista.

Lima destaca también la labor del robot de ordeño, que se convierte en un aliado para conocer algunos parámetros como la condición corporal del animal, pero también aporta información de precisión del ganado al realizar un monitoreo automático y continuado de las vacas, que puede ser de utilidad para comprobar su bienestar.

La incidencia de cojeras y mamitis está relacionada con el bienestar de los animales en la ganadería

La limpieza de las instalaciones también condicionará a los animales, puesto que existe una relación demostrada con la aparición de enfermedades como la mastitis. «Hace falta tener presente que una mamitis puede suponer alrededor de unos 200 euros al año, debido a la pérdida de producción, pero también a los gastos derivados de ella», explica Lima.

Otro de los aspectos que se valora para determinar el confort de las vacas son sus comportamientos. Cuando el animal realiza movimientos harmónicos en la granja y similares a los que realiza cuando se encuentra en libertad en el prado es un indicador de que el animal se encuentra confortable. De igual manera, cuando el ganadero se aproxima al animal en el comedero, con la mano extendida a unos 45 grados, si la vaca permanece allí indicará su confort. Sin embargo, si la vaca se aleja más de 2 metros evidencia que se encuentra incómoda.

Lima incide, además, en que, en general, para conseguir el bienestar de las vacas en la granja es preciso favorecer el enriquecimiento tanto del espacio interior como exterior, de modo que los animales se sienta lo más cómodos posible.

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