¿Cómo frenar la invasión de mimosas y acacias?

Un estudio de las Universidades de Vigo y Coimbra analiza medidas de control de la especie, que se caracteriza por una veloz expansión en áreas quemadas. Concluye que la conservación del matorral natural constituye una barrera eficaz

¿Cómo frenar la invasión de mimosas y acacias?

Las mimosas logran una alta colonización de terrenos quemados.

Las mimosas (Acacia dealbata) y otros árboles del género acacia se caracterizan por su capacidad invasiva. Su expansión constituye un problema serio en determinadas comarcas de Galicia y del Norte de Portugal, como la zona del Avia y del Arenteiro, en Ourense, o el Parque Nacional Peneda Gerés, donde se calcula que las acacias ya coparon más de 1.000 hectáreas, en buena medida ayudadas por la proliferación de incendios.

La propagación de la especie se está dando de forma considerable tanto en espacios perturbados como en zonas periurbanas, cercanías de las vías de comunicación, como carreteras o vías férreas, y en plantaciones forestales de eucalipto y pino. Un estudio de las Universidades de Vigo y Coímbra analiza cómo poner coto a las mimosas, así como sus efectos sobre los ecosistemas.

La plantación de mimosas está prohibida en Galicia por la Lei de Montes, pero no se dá frenado la dispersión de masas ya existentes

Invasión
La plantación de acacias en terrenos forestales está prohibida en Galicia por la Lei de Montes, pero el problema radica en que no se da frenado la dispersión de las masas ya existentes de esta especie, que encontró en el noroeste ibérico unas condiciones climáticas óptimas, similares a las de su país de origen, Australia.

“El proceso de invasión de ‘Acacia dealbata’ está favorecido principalmente por perturbaciones ambientales, como incendios, pero detectamos que esta especie está invadiendo también comunidades vegetales inalteradas hasta ahora”, destaca el investigador de la Universidad de Vigo Jonatan Rodríguez, que junto a Luis González (Uvigo) y a la investigadora lusa Paula Lorenzo analizó el comportamiento del género acacia en Galicia.

Su trabajo trata de poner luz sobre la expansión en el noroeste de una de las especies invasoras más agresivas del mundo. Entre las consecuencias de su propagación en los ecosistemas autóctonos, los investigadores apuntan a la reducción de la disponibilidad de agua, a la reducción de luz en el sotobosque, con la consiguiente pérdida de diversidad vegetal, y a la acidificación del suelo.

Medidas de control
El método de control más extendido de acacias y mimosas consiste en la tala de los árboles, acompañada de la aplicación inmediata de un herbicida en el tocón, con lo que se reducen las posibilidades de rebrote.

«En Portugal se está probando con éxito el descortezado de troncos para favorecer que se seque la raíz y muera el árbol»

“Otra técnica que se está desarrollando en Portugal y que estamos probando en Galicia es el descortezado de los árboles para favorecer que se seque la raíz y posteriormente muera el árbol”, explica Rodríguez.

Los investigadores también comprobaron que las condiciones que se dan en un matorral natural bien conservado constituyen una barrera eficaz frente al avance de las mimosas. El equipo científico considera que la gestión del matorral natural podría ser un buen método de frenar el avance de las mimosas en los ecosistemas más vulnerables, como pueden ser los bosques de pinos.

Estudio
Para la realización de su estudio, los investigadores seleccionaron áreas con problemas de invasión de mimosas e hicieron un seguimiento en el borde de expansión de la especie, registrando los nuevos árboles del género acacia que nacían durante un periodo de dos años y midiendo el incremento de altura y diámetro de los ejemplares.

El equipo encontró un patrón de crecimiento diferente de las mimosas en función de la comunidad de plantas sobre las que intentaran la expansión. Así, los bosques de pino tenían mimosas con incrementos de altura y diámetro significativamente mayores, así como mayor número de nuevas acacias en comparación con las áreas de matorral.

En el proceso de elaboración de este estudio, los investigadores observaron también que las heladas invernales pueden afectarle de manera considerable a las mimosas, sobre todo en la época de floración. Sin embargo, la mimosa presenta también una gran capacidad de aclimatación, lo que le permite en Galicia vivir en alturas que no consigue en su lugar de origen. De hecho, se encontró la especie invasora en la Serra do Courel, a 1.000 metros de altitud.

Una idea sobre “¿Cómo frenar la invasión de mimosas y acacias?

  1. Isabel Pérez

    En Tarragona nos salió una acacia en un terreno agrícola que tienen mis suegros y nos está siendo imposible acabar con ella; salen árboles por todos sitios. Los vamos controlando para que no vuelvan a sacar semilla. Intentamos sacarlos de raíz cuando son muy pequeños, y si no, con un sierra intentar destrozarlos lo máximo posible, pero son como el ave Fénix renacen de sus restos. Ya puedes cortarlos veinte veces que veinte veces vuelven a salir. Sí encuentran una solución efectiva avísenme, por favor . Gracias

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