Además de apoyar la renta de los agricultores y de garantizar a la sociedad europea alimentos nutritivos y seguros, la Política Agraria Común busca una transformación del sistema productivo en los próximos años hacia la mejora de la eficiencia, la sostenibilidad y la digitalización.
Para alcanzar estos objetivos, es fundamental la transferencia de conocimientos y nuevas técnicas hacia los productores, algo en lo que hace hincapié a nueva PAC para el período 2023-2027 a través del denominado AKIS, el sistema de asesoramiento e innovación agraria del que forman parte tanto entidades de carácter público como privado.
Entre las submedidas que componen la PAC las hay que focalizan directamente el esfuerzo sobre la investigación y, en concreto, la investigación de tipo aplicado destinada a agricultores, ganaderos y selvicultores.
“El principal objetivo de la PAC no es la investigación agraria; aun así contribuye de forma decidida a la investigación a través de los fondos de cooperación”, destaca Javier Iglesias, del sindicato Unións Agrarias.
La PAC contribuye de forma decidida a la investigación a través de los fondos de cooperación
En el ámbito de la PAC se busca una investigación eminentemente aplicada para resolver problemas concretos del sector y para mejorar su posición en un mundo cada vez más competitivo. Esta medida específica de cooperación integra tanto proyectos piloto como grupos operativos.
“Son distintas formas de enfocar de una manera colaborativa problemas o mejoras para aportar soluciones al mundo agrario”, defiende Manuel López Luaces, jefe del área de Formación, Innovación e Investigación Agraria de la Agencia Gallega de Calidad Alimentaria (AGACAL) la entidad pública dependiente de la Xunta de Galicia encargada de la coordinación de los fondos de la PAC para formación agraria en la comunidad.
La AGACAL es el organismo encargado de desarrollar las submedidas de la PAC relativas la investigación, formación y asesoramiento agrario en Galicia
La AGACAL cuenta con 350 trabajadores y de ella dependen centros de investigación agraria de referencia en Galicia, como el CIAM de Mabegondo, o 6 centros de Formación y Experimentación agraria repartidos por el territorio (Ribadeo, Becerreá, Monforte, Guísamo, Sergude y Lourizán), que ofrecen formación reglada complementada con formación continua.
“En el último año fuimos capaces de ofertar hasta 299 plazas para ciclos formativos del ámbito agrario y forestal. Estamos haciendo una apuesta muy importante por conseguir mano de obra para el sector agrario a través de la formación de nuestros futuros jóvenes agricultores”, destaca Manuel.
Investigación colaborativa y apegada a la realidad
En Portugal, los proyectos de formación e investigación financiados a través de la PAC obligatoriamente tienen que integrar a los productores y a sus asociaciones, cuenta María Custódia Correia, jefa de división de la Dirección General de Agricultura y Desarrollo Rural y responsable de la Red Rural Nacional de Portugal. “Se apoya el desarrollo experimental con proyectos de innovación en consorcio en los que participan investigadores y productores”, explica. De este modo, dice, “están dirigidos hacia sus necesidades”.
En Portugal se desarrollan proyectos de innovación en consorcio que además de investigadores tienen que integrar obligatoriamente a productores
La investigación que se financia con las ayudas de la PAC es tanto básica como aplicada, dirigida a los problemas que realmente les preocupan a los productores. “En general en Galicia la investigación agraria está muy próxima a la realidad y necesidades del sector, no solo productor, sino también agroindustrial y, de hecho, algunas iniciativas empresariales surgieron de la investigación”, recuerda Javier.
Excepto la viticultura y la enología, así como el sector forestal, que cuentan con instalaciones específicas (la Estación de Viticultura y Enología de Galicia, EVEGA, y el Centro de Investigaciones Forestales de Lourizán, respectivamente), el resto de la investigación agraria de la AGACAL se desarrolla en el CIAM de Mabegondo, el buque insignia en materia de investigación agraria en Galicia.
Entre el año 2020 y 2022 se desarrollaron en el CIAM un total de 54 proyectos de ámbito español y europeo, buscando sobre todo proyectos colaborativos que involucren al sector en una investigación de carácter aplicado.»El 90% de la investigación que se realiza es investigación aplicada y a petición del sector», explica Manuel.
Dentro del universo agrario existente en Galicia, el CIAM investiga sobre producción de leche, nuevas tecnologías, purines, mitigación de gases de efecto invernadero, secuestro de carbono, estrategias para frenar el matorral, producciones ganaderas, recursos autóctonos, cereales, etc.
«En Galicia tenemos una capacidad investigadora muy grande y los resultados los ponemos al servicio del sector»
Las instalaciones de Mabegondo disponen de 320 hectáreas de terreno con campos de ensayo, invernaderos y distintos tipos de rebaños de ganado. «Somos capaces de abarcar todo el abanico de necesidades que nos demanda el sector», insiste Manuel.
En el bienio 2020-2022 el EVEGA estuvo implicado en 16 proyectos relacionados con las variedades minoritarias, la valorización de residuos, la viticultura ecológica, uso de fitosanitarios, cultivos sostenibles, resistencia a enfermedades, etc. Destaca la parte de conservación de recursos fitogenéticos, con cerca de 60 variedades gallegas de vid.
La producción de castaña en Galicia ha sido desarrollada en gran medida gracias a Lourizán. Las 23 variedades gallegas de producción de castaña fueron propuestas para registro gracias al trabajo de este centro, que también desarrolló 32 clones para madera y patrones híbridos. En el período 2020-2022 Lourizán estuvo involucrado en 22 proyectos de carácter nacional y europeo.
Transferencia de conocimiento
“Hay un esfuerzo muy importante por la transferencia de los conocimientos que realmente se pueden trasladar al campo. De lo que se trata es de poner en contacto a través de una comunicación directa de los centros de conocimiento, a través de sus investigadores y tecnólogos, con el sector, no solo con el productor final, sino también con los asesores que al final tienen que hacer de cadena de transmisión de esos conocimientos hacia el ámbito agrario”, opina Manuel.
En los últimos años las nuevas tecnologías están acelerando el proceso de transferencia y variado las formas de traslado. Pero desde Unións Agrarias Javier Iglesias reprocha que “en general los mecanismos de transferencia del conocimiento desde los grupos de investigación no son de todo eficientes, sobre todo en lo relativo a la inmediatez”, afirma.
También la responsable de la Red Rural Nacional de Portugal reconoce que “el sistema necesita y puede ser mejorado con nuevas formas de divulgación, especialmente reforzando el aprendizaje entre iguales, de productor a productor, apoyando visitas técnicas a explotaciones y granjas de referencia tanto dentro del país como en otros Estados miembros de la UE”, defiende.
La nueva PAC promueve el intercambio entre productores a través de visitas y estancias formativas en explotaciones modelo
La transferencia de conocimientos hacia el productor final se va a reforzar en este nuevo período con medidas específicas para eso. “La PAC apoya claramente la transferencia del conocimiento generado, tanto por la vía de los apoyos a los grupos operativos como también a través de apoyos dirigidos a la cualificación de los productores”, asegura María Custódia.
En Portugal, la Red Rural Nacional promueve la difusión de la información y el conocimiento entre los distintos agentes. “La divulgación a los productores ha sido una de las prioridades. Se crearon los Centros de Competencia, 24 en total, que reúnen a productores, empresas, centros de I+D, entidades públicas, organizaciones del sector, municipios y otros socios, con el fin de desarrollar agendas de innovación que expresen las necesidades reales de los productores y ayuden a la transferencia del conocimiento generado”, explica. “En la definición de prioridades, en la programación de planes de acción formativas y en el desarrollo de actividades lo que se busca es crear y diseminar conocimiento útil”, asegura María Custódia.
En Galicia, en el período 2020-22 se desarrollaron más de 1.000 acciones formativas financiadas a través de la PAC y dirigidas al sector y en el nuevo período habrá más de 3 millones de euros focalizados exclusivamente en la formación a demanda de los agricultores, avanza Manuel. «Las solicitudes parten precisamente de entidades y organizaciones de productores. Por lo tanto, estos programas de formación tienen un enfoque eminentemente aplicación y práctico», insiste.
La PAC financia y promueve una formación continua que permite a los agricultores y ganaderos adaptarse a los nuevos desafíos, como son la digitalización y el cuidado del medio ambiente
Dos de los ámbitos en los que la formación promovida por la PAC hace hincapié son el de la sostenibilidad medioambiental y el de la digitalización de los sistemas productivos. “La sostenibilidad fue ya una prioridad en el período comunitario 2014-2020, apoyando tanto desde el segundo pilar como desde el primero medidas que buscan técnicas de producción más sostenibles y ese esfuerzo ha sido reforzado en la nueva PAC. En el caso de la digitalización, en Portugal existe una Estrategia Nacional para la digitalización de la agricultura y el Plan Estratégico de la PAC incluye varias medidas que buscan ahondar en la utilización de las nuevas tecnologías por parte de los productores”, destaca María Custódia.
Pero aunque “las tecnologías han llegado para quedarse”, Manuel insiste en que “las nuevas tecnologías hay que interpretarlas para convertir los datos que proporcionan en información útil y, por eso, la formación de los equipos humanos es fundamental”.