El nematodo del pino es un gusano microscópico que trae de cabeza a propietarios forestales y aserraderos de la zona sur de Pontevedra. En 2010 se registró en As Neves un primer caso de la plaga y en 2016, cuando el sector esperaba que la plaga se declarase erradicada, surgió un segundo caso en Salvaterra do Miño, a 3 kilómetros del primero. ¿Cómo contener al nematodo?. Una investigación realizada en Castilla y León demuestra que uno de los métodos a considerar es el trampeo intensivo del insecto vector de la plaga, el ‘Monochamus galloprovincialis’.
El trampeo elimina casi por completo al ‘Monochamus’ si se aplica con una densidad adecuada. Los ensayos de campo realizados en Castilla y León sobre un área contigua de más de 200 hectáreas evaluaron la eficacia de distintas densidades de trampeo en la captura del ‘Monochamus galloprovincialis’. El trabajo, realizado por la ingeniera de montes Estela Sánchez Husillos en el marco de su tesis doctoral, concluyó que con 0,8 trampas por hectárea se eliminaban hasta el 95% de los insectos vectores presentes, que se estimaron en 82 por hectárea.
El 99% de los ‘Monochamus galloprovincialis’ se desplaza un máximo de 3,1 kilómetros desde su punto de origen
Ese esfuerzo de trampeo, 0,8 unidades por hectárea, resulta de una intensidad tal que lo invalida para grandes franjas de territorio, pero sí constituye una opción viable para las zonas más ‘calientes’. En Galicia, los puntos conflictivos se sitúan en torno a los dos casos confirmados de As Neves y Salvaterra do Miño, que distan entre sí 3 kilómetros.
La Xunta mantiene zonas de vigilancia intensiva en un radio de 3 quilómetros en torno a ambos casos. Esa es, aproximadamente, la distancia que se calcula que pueden recorrer los ‘Monochamus galloprovincialis’. La investigación de Estela Sánchez cifró la mayor distancia de vuelo para los adultos en 3,1 kilómetros, aunque se calcula que un 50% de los ‘Monochamus’ no se va a dispersar más de 500 metros de su enclave de origen. En el extremo contrario, los más viajeros, alrededor de un 0,6%, se alejarán hasta 5 kilómetros.
Trampeos en Galicia
En 2016, en el radio de 3 kilómetros en torno a uno de los casos, la Xunta colocó 175 trampas, lo que representa 0,1 trampas por hectárea. Con esa densidad de trampeo, en el ensayo de campo realizado en Castilla y León capturaban sólo al 20% de los insectos vectores. Si bien esos datos no son extrapolables a Galicia, ponen sobre la mesa la opción de una intensificación del trampeo como vía efectiva para capturar un mayor porcentaje de ‘Monochamus galloprovincialis’.
La Xunta colocó 0,1 trampas hectárea en una zona de vigilancia intensiva. Con esa densidad, capturará presumiblemente sólo un 20% de los insectos vectores
La estrategia de trampeo, acompañada de la eliminación de pies muertos y decaídos, más susceptibles de recibir la plaga, cobra especial importancia a la vista de las conclusiones de la última auditoría europea sobre la gestión del control del nematodo en Galicia.
El informe de los auditores se decanta por la hipótesis de que es probable que el nuevo caso de 2016 sea una continuación del brote de 2010, no un caso nuevo llegado de Portugal, país en el que la plaga se ha extendido en la última década como una mancha de aceite por toda la geografía.
Actividad humana
La expansión meteórica de la plaga en Portugal ilustra también la necesidad de controlar otra de las vías de expansión del nematodo, la actividad humana. En Galicia, en el área demarcada de As Neves, que comprende un radio de 20 kilómetros en torno al primer caso, se efectúan controles periódicos sobre la madera que entra y sale, a fin de que todo el material lleve la correspondiente certificación fitosanitaria que garantiza que ha sido tratado y que no contiene nematodo.