Martina Dorigo es una de las especialistas en producción de leche del Agriculture and Horticulture Development Board (AHDB) del Reino Unido y forma parte del proyecto europeo Dairy for future, que comparten los institutos de investigación de las principales zonas lecheras atlánticas, que analizan los problemas comunes en un área donde se produce uno de cada cinco litros ordeñados en la UE.
Martina visitó Galicia junto a su compañero Mark Topliff el pasado mes de enero para participar en una de las sesiones de trabajo de esta iniciativa conjunta que busca mejorar la eficiencia y la sostenibilidad económica, social y medioambiental de las granjas lecheras y de la que forman parte 10 regiones del arco atlántico europeo, entre ellas Galicia.
Aprovechamos para hablar con ellos de cuestiones como la producción de leche en el Reino Unido o la situación tras el Brexit, una vez que el pasado 31 de enero se consumó la salida británica de la UE.
Récord de producción de las últimas tres décadas
El Reino Unido alcanzará en esta campaña (el cómputo no se realiza por año natural, sino de 1 de abril a 31 de marzo, coincidiendo con el año fiscal) su producción máxima en 29 años, llegando prácticamente a los 15 millones de toneladas. Desde la campaña 90/91 no se producía tanta leche en las granjas de Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte, las cuatro naciones que conforman el Reino Unido.
La previsión es que esta campaña se cierre con unos 15 millones de toneladas, la cifra más alta en casi tres décadas después de un incremento del 2% el pasado año
Pero la cifra está aún por debajo de la producción histórica del país. En el año 1983, antes de la entrada en vigor de las cuotas lácteas, en el Reino Unido se produjeron 17 millones de toneladas. Veinte años después, en la campaña 2004/2005 la cantidad producida fue de 14 millones pero a partir de ese momento la producción de leche en el país sufrió un descenso a plomo hasta tocar fondo en 2009/2010 con 12,8 millones. Desde entonces la producción lechera logró remontar y el Reino Unido produjo en la campaña 2014/2015, la última de vigencia de las cuotas lácteas, 14,4 millones de toneladas de leche, que aun así era un millón y medio menos de la cuota que tenía asignada.
El Reino Unido cuenta con 13.000 granjas lecheras con casi 1,9 millones de vacas y en su conjunto a agricultura y la ganadería ocupan el 69% de la tierra cultivable
Antes de su marcha del club comunitario, el Reino Unido era el tercer productor de leche de la UE, después de Alemania y Francia, pero mientras estos dos países veían reducida su producción en el 2019 (un 0,3 y un 0,5% respectivamente), el Reino Unido incrementaba la suya un 1,9%.
Detrás del incremento en la producción de leche en el último año en las islas británicas se encuentra una climatología benévola que hizo que las variaciones estacionales fueran menores, pero también las expectativas creadas por el Brexit, que animaron a los ganaderos a producir más esperando poder cubrir con su leche la demanda interna hoy satisfecha con la importación de productos lácteos de otros países. Y a pesar de la incertidumbre generada por las dificultades del Gobierno británico para sacar adelante el Brexit, en el 2019 el precio de la leche en origen fue el más estable en la última década.
«No sabemos como será el escenario post-Brexit»
La economía del Reino Unido es la segunda más grande de Europa tras la alemana y la quinta del mundo. El pasado 31 de enero abandonaba la UE. Nos encontramos ahora en un período de transición hasta el final de 2020 mientras que el Reino Unido y las autoridades de la Unión Europea negocian acuerdos adicionales. Las nuevas reglas entrarán en vigor el 1 de enero de 2021.
A corto, medio y largo plazo la gran incógnita es saber como le va a afectar el Brexit al sector lechero británico, pero lo cierto es que la producción del país en el último año se incrementó notablemente ante las expectativas positivas que la salida de la UE generó entre los granjeros británicos.
En la vida diaria de las granjas tampoco es un asunto demasiado importante porque el Reino Unido no depende tanto de las importaciones o exportaciones de leche como sí ocurre con otros productos
«Realmente no sabemos como será el escenario post-Brexit ni como le puede afectar a la producción de leche mientras no concluyan las negociaciones que se llevarán a cabo a lo largo de este año 2020″, explica Martina.»Las negociaciones esperamos que comiencen en marzo. Sospechamos que la agricultura va a ser uno de los focos más importantes de esta negociación, pero realmente no sabemos, nada está decidido de momento. Se está trabajando para preparar a los granjeros ante los diferentes escenarios posibles para que puedan enfrentar las distintas situaciones que puedan surgir, pero no sabemos que situación va a ser la más probable o no. Con todo, en la vida diaria de las granjas tampoco es un asunto demasiado importante. El Reino Unido no depende mucho de las importaciones o exportaciones de leche. Para otros sectores como el de la carne, tanto para los productores de cordero como de ternera, sí que va a tener mayores consecuencias porque son mayoritariamente exportadores», detalla.
Restringir las importaciones
Su compañero Mark Topliff intuye sin embargo ciertas oportunidades para los productores de leche británicos tras la salida de la UE. «En función de como sean los acuerdos comerciales posteriores al Brexit puede haber oportunidades, dependiendo sobre todo del nivel de las tarifas que se apliquen a las importaciones y exportaciones. Pero hay una posibilidad de exportar más productos lácteos desde Reino Unido y posiblemente substituir las importaciones. Muchas de las importaciones de productos lácteos vienen de Irlanda así que dependiendo de los aranceles que se fijen habrá una reducción en esas importaciones y una sustitución por producción interna», afirma.
Pero aunque la mayoría del sector lácteo británico de Inglaterra, Gales y Escocia esté a salvo e incluso pueda verse favorecido por el Brexit, los riesgos para los productores de Irlanda del Norte son mayores. «Puede ser un asunto a tener en cuenta, porque la leche producida en Irlanda del Norte es procesada en su mayor parte en la República de Irlanda y luego vendida en el Reino Unido», explica Martina.
Los más perjudicados por el Brexit serían los productores del Ulster, ya que la mayor parte de su leche es transformada en la República de Irlanda y después vendida en Gran Bretaña
Creada en 1995 y anteriormente conocida como United Dairy Farmers, Dale Farm es la cooperativa láctea más grande del Reino Unido, formada por 1.300 ganaderos de Irlanda del Norte, Inglaterra y Escocia. Con sede en Irlanda del Norte, Dale Farm tiene presencia también en Gran Bretaña, con bases en Inglaterra y Escocia. A través de las marcas Dale Farm, Spelga, Dromona, Mullins, Fivemiletown, Loseley y Rowan Glen, la cooperativa produce leche, queso, mantequilla, productos para untar, postres y helados, que se venden en más de 45 países de todo el mundo. En el Reino Unido también tiene mucha presencia la cooperativa sueco-danesa Arla Foods, así como la compañía familiar francesa Lactalis o la alemana Müller, que dominan el mercado de productos lácteos británico.
La oportunidad de buscar nuevos mercados
La mayoría de las exportaciones de productos lácteos del Reino Unido se dirigen actualmente a la UE pero el sector lácteo británico también aspira tras el Brexit a otros mercados. «En China, el sureste asiático y Oriente Medio los consumidores tienen un apetito creciente por los productos lácteos que no se fabrican localmente y otras oportunidades podrían incluir Canadá y Australia, donde los gustos de los consumidores son muy similares a los nuestros aquí en el Reino Unido», afirma la patronal láctea británica, Dairy UK, una organización formada por las industrias procesadores que representa tanto a cooperativas propiedad de agricultores y ganaderos como a compañías lácteas privadas. Sus integrantes recogen y procesan aproximadamente el 85% de la leche producida en el Reino Unido.
Actualmente el Reino Unido tiene un déficit comercial para todos sus productos lácteos clave, con la excepción de la leche en polvo, principal producto lácteo exportado por el Reino Unido. El queso representa el mayor valor de importación, seguido de la mantequilla. En los dos casos, son necesarias las importaciones, que proceden sobre todo de Alemania, Francia, Irlanda, Bélgica y Dinamarca, para satisfacer la demanda interna del país.
La mayoría de las exportaciones de lácteos del Reino Unido se dirigían a la UE pero la industria transformadora británica aspira ahora acuerdos comerciales con China, Canadá, Australia y países del sureste asiático y Oriente Medio
«A medida que salimos de la UE, la cadena de suministro del Reino Unido deberá reevaluar su visión de la demanda de los consumidores tanto a nivel nacional como internacional. Esto puede requerir un ajuste en la utilización de la leche para garantizar que estamos produciendo los productos correctos para los consumidores correctos», justifican las industrias representadas por Dairy UK.
«Pienso que China supone una oportunidad de abrir un mercado nuevo al que hasta ahora el Reino Unido no había llegado, pero más para productos lácteos elaborados que para leche líquida en sí», opina Mark. «A medida que aumenta la proporción de leche utilizada para productos manufacturados, en comparación con el mercado de líquidos, la importancia de los sólidos lácteos será cada vez más evidente», pronostican las industrias.
Leche de proximidad
También se espera que los cambios en las preferencias del consumidor hacia la producción sostenible impulsen cambios en términos de sistemas de producción. La expectativa es que esto conducirá a una mayor demanda interna de leche ecológica, de la producida a base de pastos y también de la que tenga origen local.
«Los productores no deben centrarse solo en la producción de leche sino en las calidades y el valor nutricional para que se les reconozca esa calidad a los productores de leche. Los productores tienden a igualar la leche todo el año pero la leche tiene variaciones estacionales y quizás el consumidor acepte esas variaciones estacionales de la leche y esté dispuesto a pagar por ellas», opina Mark Topliff.
En Gran Bretaña e Irlanda del Norte, sigue existiendo la figura de los lecheros, productores que entregan leche fresca y otros productos lácteos directamente en las casas de la gente. La entrega a domicilio de leche es solo una pequeña parte del mercado británico, pero aún representa una costumbre arraigada en cientos de miles de hogares todos los días. Se calcula que alrededor del 3% de la leche fresca del Reino Unido es entregada directamente en la puerta de los consumidores por productores lácteos.
La leche que se consume en el Reino Unido es pasteurizada y se calcula que alrededor del 3% es entregada directamente en la puerta de los consumidores por productores lácteos locales
La leche que se vende en el país es pasteurizada y el consumo de leche líquida supone la mitad de la producción del Reino Unido, unos 7 millones de toneladas anuales. Programas históricos y de gran tradición como el Programa de Leche Escolar, contribuyó a la concienciación sobre la ingesta y el valor nutricional de la leche en edad infantil. Miles de niños y niñas británicos siguen tomando leche en el colegio una vez al día al igual que se lleva haciendo durante décadas.
En cuanto al queso, aunque existe una enorme variedad, con 700 tipos y marcas diferentes, el Chedar es el queso favorito de los británicos, representando la mitad de todas las ventas de queso a nivel nacional. La industria quesera británica emplea unos 3 millones de toneladas de leche al año para hacer quesos, una cantidad insuficiente, por lo que las importaciones de queso de otros países europeos son muy importantes en la balanza comercial de productos lácteos británica.
«Irlanda y Escocia tienen servicios específicos para afrontar el problema de sucesión en las granjas, que es el gran reto en toda la franja altántica europea»
La agricultura y la gandeiría ocupan cerca del 69% de la tierra cultivable del Reino Unido, donde se producen alrededor del 60% de los alimentos que se consumen en el país (para conservar la seguridad alimentaria del país la actividad agrícola está altamente subsidiada por el Estado y los agricultores británicos reciben el quinto subsidio más grande en Europa). Los principales productos agrícolas son la remolacha, las patatas, el trigo y la cebada. En ganadería destaca la cría de ganado ovino y bovino, siendo el Reino Unido no solo un gran productor de leche y derivados, sino también de carne.
El sector agroganadero está altamente mecanizado para reducir al mínimo la necesidad de mano de obra pero la falta de relevo es otro de los factores que se repite en el Reino Unido, aunque común en el conjunto de la Europa atlántica, como destaca Martina.
La sucesión en las explotaciones es el gran problema de la producción lechera en toda la franja altántica europea, donde la mitad de las granjas no tiene planes de relevo
«La sucesión ha sido reconocido como el nuevo problema en todas las regiones de la franja atlántica. No tenemos datos de todos los países pero el promedio es que por lo menos el 50% de las granjas no tienen planes de relevo. Y es un grave problema porque las nuevas generaciones dejan la vida en las explotaciones y si no hay una sucesión las granjas, tarde o temprano, tendrán que cerrar», afirma.
Esta especialista británica considera que la falta de relevo generacional «es un problema común y no hay grandes diferencias de unas regiones a otras». La diferencia, dice, «es que algunas regiones han implementado planes de ayuda destinados a resolver los problemas de sucesión, como por ejemplo en Irlanda o en Escocia, que tienen servicios específicos para eso, mientras otras áreas no tienen un servicio de asesoramiento adecuado para preparar estos planes de sucesión», lamenta.
Según los datos aportados en el encuentro del programa Dairy for future celebrado en Lugo en el mes de enero, en Galicia solo el 24% de las explotaciones lecheras tiene relevo generacional claro
Según los datos aportados en el encuentro del programa Dairy for future celebrado en Lugo en el mes de enero, en Galicia solo el 24% de las explotaciones lecheras tiene un sucesor, frente al 53% que no tiene relevo y a otro 23% que no tiene clara la sucesión. En el caso de tenerlo, el promedio de edad del sucesor sería de 33,5 años y la mitad no dispone más que de formación básica.
Reducción de emisiones
Junto con la falta de relevo, las nuevas exigencias medioambientales son uno de los principales retos a los que se enfrenta el sector lechero, no solo en el Reino Unido, sino en todos los países de la Unión Europea. «Sabemos que la producción lechera, pero también la agricultura, tendrá que prestar mucha mayor atención al medio ambiente porque las preocupaciones ambientales impulsarán cada vez más las decisiones de los consumidores en relación a la elección de alimentos», asegura Martina.
Cuna de la revolución industrial, el Reino Unido es el octavo productor mundial de gases de efecto invernadero. Como firmante del Protocolo de Kyoto el Gobierno británico llevó a cabo un programa específico de reducción de las emisiones, incrementado considerablemente desde finales del siglo XX las instalaciones de energías renovables, en particular de la energía eólica y solar.
Pero las reducciones también se han dado en el sector agroganadero. Desde 1990 las emisiones agrícolas del Reino Unido disminuyeron un 16%, según los datos del Departmento de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales del Gobierno Británico (Defra) y el país se convertía en junio de 2019 en la primera gran economía mundial en establecer el objetivo de alcanzar el cero neto de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) para 2050.
El Gobierno británico ha fijado como objetivo lograr una ganadería con balance de nitrógeno cero para 2050
«Yo no diría que se trata de un problema pero el medio ambiente es cierto que se está convirtiendo en un asunto cada vez más importante. La sostenibilidad ambiental va a ser un gran asunto, especialmente para los consumidores, así que la sostenibilidad ambiental de las granjas será uno de los puntos centrales en el futuro junto con la aceptación social de la producción de leche y el bienestar animal. En el Reino Unido ya hay establecidos altos estándares de bienestar animal. El bienestar animal y el medio ambiente son un asunto a tener en cuenta pero probablemente esté tratado como un problema mayor de lo que realmente es y de hecho se lleva hecho mucho trabajo ya en ese campo», asegura Martina.
Las emisiones de explotaciones agroganaderas ascienden actualmente a cerca del 10% de las emisiones de GEI del Reino Unido. Pero en fuerte contraste con el resto de la economía, solo una décima parte es dióxido de carbono. Por contra, más de la mitad de las emisiones de GEI agrícolas son metano (CH4) y casi el 40% son óxido nitroso (N2O). Reducir estas emisiones es más difícil que disminuir dióxido de carbono, porque resultan de complejos procesos naturales del suelo y de los microbios animales, pero los ganaderos británicos son incluso más ambiciosos que lo establecido por el Gobierno.
Downing Street tiene un plan con el objetivo de conseguir nitrógeno cero para 2050, pero la organización de granjeros del Reino Unido (National Farmers Union) estableció unos objetivos para lograrlo 10 años antes, en 2040. «Está relacionado con las emisiones de carbono, pero no hay que olvidar tampoco las emisiones de amoniaco, que va a ser otro de los asuntos importantes en el futuro. El Gobierno, teniendo en cuenta las emisiones de amoniaco, propuso lo que es conocido como la Estrategia del Aire Limpio, que estará centrada en reducir las emisiones de amoniaco marcando los distintos pasos y etapas que los ganaderos deberán cumplir en este camino pero no están aún establecidos porque comenzará a partir de 2025», aclara Martina.
Convivencia de distintos sistemas productivos
El 60% de la producción de leche de Reino Unido se registra en Inglaterra, seguido de Irlanda del Norte (20%), mientras el 20% restante se reparte entre Gales y Escocia. Sin embargo, en los últimos años el Ulster, Gales y Escocia han ido ganando importancia en la producción total de leche del país frente a una Inglaterra que pierde protagonismo progresivamente.
En los cuatro países que conforman el Reino Unido (Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte) conviven sistemas de pastoreo con otros más intensivos. «La producción de leche en el Reino Unido es bastante variada, tenemos granjas en las que predomina el pastoreo y otras en las que las vacas están estabuladas, pero en todas el sistema de producción de leche está muy basado en los forrajes, incluso en las granjas que tienen las vacas dentro, que aun así también tienen su dieta muy basada en los forrajes», explica Martina Dorigo.
El foco principal en el Reino Unido no está puesto en aumentar la producción de leche sino en que venga más del forraje
Y en eso se está trabajando en el Reino Unido como gran reto, conseguir aumentar la producción de leche en base a forrajes y no aumentando el uso de concentrados. «Una de las cosas que estamos intentando, toda vez que somos un país muy centrado en la producción de pasto, es tratar de aumentar lo máximo posible la producción de leche que se obtiene de la alimentación con forraje y después completar la alimentación con la cantidad de concentrado necesaria para elevar el margen de beneficio. Por lo tanto, el foco principal en el Reino Unido no está puesto en aumentar la producción de leche sino en que esta producción venga más del forraje. Y poder lograr eso depende del tipo de granjas», indica.
Reducción en el número de explotaciones
El número de explotaciones lecheras contabilizadas por el Departmento de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales del Gobierno Británico es de unas 13.000. El cómputo incluye todas las granjas con al menos una vaca de más de 2 años con descendencia. Sin embargo, el AHDB considera que casi el 40% de esas explotaciones tienen menos de 10 vacas, lo que significa que es poco probable que sean granjas lecheras comerciales, por lo que reduce la cifra de productores lácteos representativos en activo a 8.800.
La productividad de las vacas británicas se incrementó un 30% desde el año 2000 y, con 8.100 litros al año por cabeza, supera el rendimiento logrado en Alemania o Francia
«Hubo un descenso constante en los últimos años en el número de granjas pero el tamaño de las que continúan aumenta y esa tendencia va a seguir, descendiendo el número de explotaciones pero aumentando su tamaño», indica Mark Topliff.
El rendimiento productivo por cabeza en el Reino Unido es de 8.100 litros por vaca y año, por encima del de países como Francia (7.000) y Alemania (7.700) y muy superior al de Irlanda (5.600). La evolución positiva de este parámetro, que se incrementó en un 30% desde los 6.200 litros del año 2000, explicaría en gran medida la recuperación de la producción láctea en el país en los últimos cinco años a pesar de la pérdida de explotaciones.