Comunidades energéticas, un camino al ahorro eléctrico

Analizamos las posibilidades de impulsar proyectos colectivos de energías renovables para autoconsumo. Uno de los primeros proyectos en Galicia es el de la comunidad de montes de Tameiga, pero hay también iniciativas ligadas a grupos vecinales, como en Moaña

Comunidades energéticas, un camino al ahorro eléctrico

Un ejemplo de paneles fotovoltaicos en una instalación de la cooperativa Nosa Enerxía

Las comunidades energéticas locales son una vía colectiva para la producción y autoconsumo de energías renovables que comenzó a impulsarse en los últimos años en toda Europa. En Alemania hay ya cerca de dos millares de comunidades energéticas,si bien en España el modelo está aún arrancando, con poco más de una treintena de proyectos en marcha. En el caso gallego, uno de los primeros proyectos es el de la comunidad de montes de Tameiga, que se está dotando de diversas instalaciones de paneles fotovoltaicos.

La comunidad energética de Tameiga, que se puso en marcha con el apoyo técnico de la cooperativa Nosa Enerxía, es un ejemplo de un modelo que se podría extender en los próximos años. «Las comunidades energéticas son un instrumento que vale la pena. Permiten la autosuficiencia energética, ahorro y desarrollo sostenible», resume José Eiras, asesor de Nosa Enerxía.

Diez claves de las comunidades energéticas

1. ¿Qué son? Las comunidades energéticas son pequeños proyectos con instalaciones de energías renovables impulsados por cooperativas, agrupaciones, Concellos o pymes. El objetivo principal, según detalla el Ministerio de Transición Ecológica, «es el beneficio colectivo de la energía limpia obtenida, suponiendo una mejora de la eficiencia energética o un desarrollo de sistemas de movilidad sostenible».

2. ¿Cómo es el procedimiento de creación?
La creación puede llevarla a cabo cualquier colectivo con personalidad jurídica. «Pueden ser personas físicas o jurídicas bajo la figura de una comunidad, una agrupación, una cooperativa, etc.», explica Jose Eiras. A partir de la conformación de este colectivo, «deberá existir una voluntad conjunta, seguida por un diseño del proyecto, por la búsqueda de financiación para llevarlo a cabo, y por su materialización. Una vez hecho esto se podrá solicitar una subvención a comunidades energéticas para ayudar a cubrir los gastos».

3. ¿Pueden las comunidades de montes ser comunidades energéticas?
De manera directa, no, ya que las comunidades de montes carecen de la personalidad jurídica precisa. Tendrían que constituir una asociación o cooperativa paralela para la gestión de la comunidad energética, con las complicaciones burocráticas que eso genera. Por eso, la Organización Gallega de Comunidades de Montes acaba de mantener un encuentro con el Instituto para la Diversificación y Ahorro de Energía (Idae), dependiente del Ministerio de Transición Ecológica, al que le trasladó la necesidad de que modifique la normativa.

Ese cambio facilitaría la puesta en marcha de comunidades energéticas a cargo de comunidades de montes, favoreciendo también que puedan acceder de manera más sencilla a proyectos para la puesta en marcha de las iniciativas, como las convocatorias del propio IDAE para proyectos piloto.

4. ¿Qué proyectos se están desarrollando en Galicia?
Aparte de la comunidad energética del monte vecinal de Tameiga, es público el proyecto de la asociación Moaña Solar para constituirse en comunidad energética local. Se espera que más proyectos vecinales, cooperativos o de comunidades de montes se pongan en marcha en los próximos años, en la línea de lo que sucedió en otros países de Europa.

5. Cuáles son los requisitos para crearla?
Se trata de entidades jurídicas «que tienen que tener una participación totalmente voluntaria y abierta, donde el control lo ejercen directamente los miembros», destaca el Ministerio. Por su parte, Eiras aporta que otro de los requisitos de estas comunidades es que «la mayor parte de la producción debe quedar para el uso interno del colectivo gestor, importándose la mínima energía externa posible. Para obtener las ayudas a este tipo de proyectos, la comunidad energética no puede estar orientada a vender energía, sino a consumir lo que se produce, y hacer un intercambio de excedentes con la comercializadora».

6. Qué tipos de comunidades se pueden llevar a cabo?
El Ministerio hace referencia a la «producción y consumo de renovables con recursos locales que tengan a su alcance», sea energía eólica, minihidráulica, solar, biomasa (redes de calor) u otras.

7. Qué ayudas y subvenciones están disponibles?
«Por el momento, aparte de las convocatorias estatales, en Galicia hay líneas de ayudas para renovables a las que también pueden acceder las comunidades energéticas. Entre las líneas disponibles, «hay una convocatoria deL Inega de una línea de ayudas para el impulso de energías renovables, el autoconsumo, y el almacenamiento energético, por valor de 37M€, dentro de la cual, existen dos tipos de aportes económicos, uno de más de 11,5 M€, y otro, de 5,6 M€”, detalla el tesorero.

8. Qué beneficios aportan?
Las comunidades energéticas ofrecen amplios beneficios medioambientales y socioeconómicos. «La reducción de costos por suministro de energía, la dependencia energética, o la seguridad y estabilidad de aprovisionamiento energético» son algunas de las cuestiones que destaca Jose Eiras. Además, el tesorero de Nosa Enerxía aporta que «todas estas acciones se encajan en el marco de la transición energética del país», en un segundo plano de necesidad de reducción de emisiones y relevo de energías fósiles por renovables.

Las aportaciones de «autosuficiencia» que Eiras comenta van en paralelo a una «optimización de los suelos». Según afirma el tesorero «muchas comunidades energéticas que se llevan a cabo instalan paneles fotovoltaicos en cubiertas y tejados de edificios, lo que permite dejar el suelo para otros usos y optimizar la superficie de las edificaciones».

9. Estas iniciativas, tienen dificultades?
La novedad asociada a la reciente puesta en marcha de las comunidades energéticas deja un marco normativo con falta de definición. Otro de los desafíos que Eiras destaca es «el requerimiento de un grupo de personas que se pongan de acuerdo para llevar a cabo el proyecto». También existen dificultades asociadas a «dimensionar el proyecto para hacerlo viable, y buscar una vía de financiación para llevarlo adelante», explica Eiras.

Aunque muchas convocatorias de subvenciones son por concurrencia no competitiva, esto es, por orden de presentación de las solicitudes, «es necesario materializar el proyecto de energías renovables para optar a las ayudas, por lo que esta inversión requiere de una financiación que algunas comunidades tardan en conseguir», recalca Jose Eiras. Eiras apunta además como problema a la fiscalidad, puesto que «la concesión de un crédito demasiado grande es susceptible de un aumento de los tipos de interés».

10. En conclusión. Las comunidades energéticas tienen una serie de riesgos y dificultades asociadas a su puesta en marcha, tales como la financiación o un correcto dimensionamento del proyecto. De la misma manera, son una de las propuestas clave para conseguir la transición de las energías a renovables fijada para 2030, y así frenar la dependencia energética española, que se aproxima al 70%, según datos del Ministerio.

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