“Yo he vivido al lado de abejas desde pequeño”, cuenta Manuel Fernández Sande, un apicultor de Laxosa, en O Corgo, que tiene hoy 850 colmenas repartidas por varios ayuntamientos de la zona. Además es secretario de APLA, la Asociación Provincial Lucense de Apicultores, y vocal de la IGP Mel de Galicia.
La pasión por las abejas le viene de su abuelo Constantino, que tenía un colmenar para autoconsumo al lado de casa, y para Manuel “poder dedicarte profesionalmente a algo que te gusta es muy importante en la vida”, valora.
“Llevo desde el año 2000 con colmenas y desde entonces he ido creciendo poco a poco hasta que llegó un momento en el que tenía que tomar una decisión porque no daba atendido, así que era o dedicarme a una cosa o a la otra”, dice.
En este momento tengo unas 600 colmenas en producción y el resto son núcleos del año
Por eso, en el año 2015, después de pasar por varios trabajos, decidió apostar su futuro a las abejas. “Haciendo las cosas bien y con mucho esfuerzo se puede vivir de la apicultura. Es un mundo fascinante en el que estás en contacto con la naturaleza”, destaca.
Adaptar el número de colmenas a la floración disponible
Manuel tiene en este momento 14 colmenares distribuidos en distintos emplazamientos. “He buscado nuevos lugares con alto valor polínico en varias zonas de la provincia de Lugo, en los ayuntamientos de Friol, Muras, O Corgo, Castroverde y Baralla. Estas diferentes ubicaciones, con diferentes floras, me permiten disponer de varios tipos miel con un sabor, textura, aroma y color diferente”, explica.
He buscado nuevos emplazamientos con alto valor polínico en varias zonas de la provincia de Lugo
El número de colmenas en cada uno de estos apiarios varía, en función de la floración disponible que haya en la zona, entre las 20 y las 80. “La elección del sitio y del número de colmenas debería ir siempre en función de la floración”, defiende.
El manejo también varía teniendo en cuenta la ubicación y la floración predominante. “En unos lugares las abejas despiertan antes de la invernada y en otros sitios la temporada comienza más tarde, la pradera o la uz vienen antes, mientras que la silva y el castaño llegan después”, explica.
La primavera, la época de más trabajo
Desde febrero hasta que acaba de retirar la miel en septiembre, Manuel está entre abejas casi todas las horas del día con luz y casi todos los días de la semana. Es la época más dura de trabajo, reconoce.
Manuel no trabaja con humo, por agilidad y para estresar lo menos posible a las abejas
La campaña comienza a la salida del invierno con la primera revisión del año y con la colocación del tratamiento contra la varroa. “Para mí hoy en día es imprescindible hacer dos tratamientos. Más allá de la posible mortalidad, se nota mucho en la producción, ya que por el efecto de la velutina el tratamiento de otoño reduce mucho su eficacia, porque funciona por contacto y al estar las colmenas están mucho más paradas por estar bloqueadas la efectividad del tratamiento no es la misma”, explica.
Después, de las colmenas que están más avanzadas, hace núcleos para reponer bajas, tratando de este modo de reducir la enjambrazón. Cuando llegan las floraciones más importantes Manuel coloca las medias alzas de las que extraerá la miel a finales del verano, pero para eso las colmenas deben estar preparadas, con la población necesaria, para llenarlas de miel.
Los efectos del cambio climático
Por eso, para decidir el manejo a realizar recomienda mirar la floración que hay en 3 km alrededor del colmenar y estar muy pendientes del tiempo y de los cambios en la climatología. “Ahora hay unos cambios muy bruscos y de repente pueden venir semanas de muy mal tiempo y bajadas importantes de las temperaturas en las que es necesario alimentar porque si te coge la colmena con mucha cría y viene una semana muy mala sufre mucho”, dice.
Esta alimentación complementaria es una de las claves hoy en día de la apicultura, considera, pero también supone un importante gasto económico. “Yo gasto tres palés de alimento sólido al año y dos contenedores de alimento líquido”, detalla.
Tener abejas es como tener vacas; para que produzcan hay que gastar en ellas
Alimenta antes de poner el alza, en la cámara de cría, con jarabe de glucosa, simulando de este modo la entrada de néctar en la colmena para estimular la puesta de la reina en primavera, algo que repite también en otoño, después de sacar la miel y tras el bloqueo provocado por la velutina, para que la colonia gane población de cara a enfrentar con garantías el parón invernal.
Después, durante todo el invierno y en las semanas climatológicamente adversas de la primavera, les pone alimento sólido de mantenimiento. “Para mantener la población es imprescindible alimentar, porque las abejas tienen que comer. Para que te produzcan, hay que gastar en ellas, igual que en las vacas”, compara.
La velutina, un grave problema que obliga a adelantar el manejo
Pero el trabajo del apicultor a día de hoy en buena parte de Galicia no consiste únicamente en adaptarse a la floración sino también a la velutina. “Hay que adelantar todo el manejo y la retirada de la miel para minimizar la presión de la velutina”, recomienda.
A partir de finales de agosto, en función de la carga que haya en el colmear, Manuel opta por reducir la entrada de la piquera para que el ataque sea menos letal. “Las velutinas se ceban si una colmena está débil y derivan también hacia las que están pegadas a ella”, asegura. Por eso, dice, es necesario mantener las colmenas fuertes y lo más equilibradas posible para de este modo repartir el daño.
Hasta ahora tenía una mortalidad por debajo del 10%, pero el año pasado en algún apiario me murieron el 80% de las colmenas
“Yo hasta ahora tenía muy poca mortalidad, por debajo del 10%, pero el año pasado tuve más, con apiarios muy afectados. En algunos me llegaron a morir el 80% de las colmenas, pero no todas las zonas fueron iguales. Haciendo el mismo manejo en zonas muy próximas la mortalidad fue muy distinta”, indica.
Esta importante afectación se debió a varios factores, entre otros, a la combinación entre velutina y varroa. “La velutina ahoga y la varroa mata, porque los tratamientos funcionan por contacto y si no hay actividad en la colmena su efectividad es mucho menor”, asegura.
La gran explosión de la velutina se produjo el año pasado; fue el punto de inflexión
Manuel notó un cambio exponencial en la incidencia de la velutina sobre sus colmenas el año pasado. “En la costa ya llevan sufriendo el problema muchos más años, pero en el centro de Lugo y en las zonas altas la explosión se produjo el año pasado, fue el punto de inflexión. Hasta el año pasado había velutina, pero no te hacía bloqueo en las colmenas. Nos cogió desprevenidos totalmente porque no contábamos que iba a haber una explosión tan grande, pero vino un verano excepcional que duró mucho tiempo y antes había habido una primavera con agua, así que se dieron las condiciones ideales”, argumenta.
“La campaña de trampeo de la Xunta llegó muy tarde”
Manuel ha trampeado de manera intensa esta primavera, al igual que en años anteriores, y pide mayor implicación a las Administraciones. “Los apicultores estamos haciendo nuestro trabajo, pero le corresponde a los demás también hacer el suyo. La Xunta diseñó este año un plan ambicioso pero llegó muy tarde. A finales de abril aún no estaban colocadas las trampas, solo estaban las que pusimos los apicultores. Para que sea efectivo hay que hacer un trampeo con anticipación, que implique a todos los sectores, y tiene que ser un trampeo escalonado, que en la costa comience antes”, argumenta.
Como muchos compañeros suyos también apicultores, Manuel considera que la inacción de las Administraciones permitió el avance de esta especie invasora desde que hace 20 años apareció en Francia. “En Galicia llevamos con ella ya más de 10 años sin que hasta ahora se tomara en serio el problema por parte de la Xunta”, dice.
Por eso, además de un plan de contención, propone hablar con otros países que llevan más tiempo combatiendo la velutina para ver que medidas les han resultado eficaces. “Pienso que sería interesante tener reuniones bilaterales con otros países, por lo menos para no repetir los mismos errores que han cometido ellos. Sería un paso importante, junto con dotar de presupuesto a la investigación”, defiende.
Una PAC que solo prima la polinización
La Política Agraria Común reconoce la función de polinización que realizan los apicultores con un pago de 20€ por colmena en convencional y 35€ en ecológico (40€ durante el período de conversión). Para poder cobrar esta ayuda hay que tener un mínimo de 80 colmenas y dos apiarios, no estando sujeta a que su ubicación se localice en zona de montaña, como en el período anterior. “Desde Bruselas ven la apicultura únicamente como biodiversidad, no como actividad económica, por eso la PAC, en el caso del sector apícola, está orientada al medio ambiente, no a la producción”, afirma.
Hoy en día las ayudas de la PAC y las del Plan Apícola son indispensables para seguir manteniendo una explotación apícola profesional
«Hoy en día, por la merma en las colonias que está causando la velutina, las ayudas de la PAC, al igual que las del Plan Apícola, son indispensables para seguir manteniendo una explotación apícola profesional, pero tendría que haber primero un presupuesto para la avispa asiática”, considera Manuel, porque, dice, “si no se da una solución al problema de la velutina, va a haber una merma muy importante de abejas, porque si no es rentable ni viable la actividad cada vez habrá menos apicultores profesionales que se dediquen a esto y las personas que las tienen para autoconsumo acabarán abandonando también”, asegura.
Miel de autor amparado por la IGP Mel de Galicia
Manuel Sande produce lo que define como “miel de autor”. Comercializa con su marca diferentes tipos de miel, todos acogidos a la IGP Mel de Galicia, en envases de 1 kg, 500 gr y 250 gr y produce también polen.
“Dispongo de un pequeño obrador donde realizo el proceso de extracción, almacenamiento y envasado de los productos de la colmena. De las abejas puedes sacar de todo, pero después hay que ser capaz de comercializarlos. En el caso del polen, por ejemplo, el mercado es muy limitado, y lo mismo pasa con el propóleo, que no es fácil de comercializar”, dice.
Extrae distintos tipos de miel y polen y su miel multifloral ha sido premiada en las tres últimas catas de las mejores mieles gallegas
En los últimos años su trabajo se ha visto reconocido con diversos galardones, entre ellos tres medadas de plata para su miel multifloral en las tres últimas Catas de Mieles de Galicia, las del año 2021, 2022 y 2023.
Tiene una miel multifloral de color oscuro, donde predomina el brezo y el roble, y otra más clara, donde predomina el trébol y la silva. También extrae mieles monoflorales de castaño y de silva, aunque el año pasado la floración de silva fue escasa.
Las mieles monoflorales en Galicia tiran poco
“En 2023 casi no hubo silva pero el porcentaje de castaño en estas zonas fue altísimo el año pasado y casi todos los lotes superaban el 70%, por lo que casi todos cumplían como monofloral”, explica. Con todo, admite que “en Galicia las mieles monoflorales tiran poco”.
Manuel tiene registro sanitario y podría vender fuera de la comunidad, pero “los botes de cristal son un hándicap, porque rompen y los envases de plástico de momento no están permitidos en la IGP y tampoco tienen buena aceptación por parte del consumidor”, dice.
“Es importante que haya controles estrictos”
Manuel es vocal de la Indicación Geográfica Protegida Mel de Galicia y defiende la necesidad de endurecer los controles y las normas de etiquetado para la miel de importación de países de fuera de la UE para evitar el fraude y el engaño al consumidor.
“Entré hace 3 años en la IGP porque pienso que es importante tener una marca de calidad diferenciada y reconocida que hace controles estrictos. Yo hago analíticas de todos los lotes que saco al mercado. Como mínimo analizo parámetros de humedad, HMF y actividad diastática. Y después los análisis políticos, que desde el año pasado se pueden hacer en el Laboratorio de Sanidad Animal de Lugo”, explica.
Venta a distribuidores
El 50% de su producción la envasa con su propia marca y el resto la etiqueta para algún distribuidor o la vende a granel. “Yo certifico toda la producción, tanto la que envaso yo como la que vendo a granel, porque va para envasadoras de Galicia que están acogidas también a la IGP”, aclara.
Comercializo toda mi producción certificada, también la que vendo a granel, pero el precio ha caído mucho en los últimos dos años
Entre sus clientes están pequeñas tiendas, pedidos de particulares y algún distribuidor. “Si estás produciendo no puedes estar también distribuyendo y vendiendo, no hay tiempo para todo”, reconoce.
En los últimos dos años la caída del precio de la miel a granel ha sido considerable, de alrededor de un 30% con respeto al 2021, un año en el que se habían alcanzado los 4,80€ el kilo. Pero desde entonces se han acumulado dos bajadas importantes, de un euro en 2022 y de casi 50 céntimos en 2023, en el que se vendió a 3,40€ más IVA.
Secretario de APLA
Además de ser vocal de la IGP Mel de Galicia, Manuel es también secretario de la Asociación Provincial Lucense de Apicultores, de la que forman parte 450 socios de toda la provincia. “El número de socios ha aumentado mucho en los últimos años, la mayoría aficionados. Es importante estar asociados y trabajar en conjunto”, defiende.
APLA realiza formaciones, con cursos específicos todos los meses, además de otros servicios como el seguro colectivo, la tramitación del Plan Apícola o el asesoramiento técnico y veterinario.
A partir del 1 de junio de 2025 los apicultores con más de 15 colmenas deberán designar un veterinario de explotación
“El próximo reto que tenemos por delante todas las asociaciones apícolas es el del veterinario de explotación, porque todos los productores con más de 15 colmenas van a tener que designar uno”, cuenta. Aunque la entrada en vigor se ha retrasado un año, hasta el 1 de junio de 2025, desde APLA ya están valorando distintas opciones para solventar este problema a sus socios.