Hablamos con Alejandro Villa y Xabier González, responsables de una ganadería ecológica de vacas de raza cachena en la parroquia de Ferreirúa, en el concello de A Pobra do Brollón, desde febrero de 2023.
¿Cómo y cuándo surgió esta iniciativa?
El proyecto nació por nuestra pasión por la ganadería y el interés en trabajar con una raza autóctona. Además, los incendios de 2022 nos hicieron reflexionar sobre la importancia de recuperar los pastos para prevenir el fuego. En nuestra parroquia, la actividad ganadera y agrícola es escasa, con muchas tierras abandonadas. Gracias al apoyo de la comunidad, que nos ha cedido terrenos, hemos logrado recuperar antiguos campos y mejorar el paisaje. En estos dos años, la zona ha cambiado notablemente, pasando de un territorio en declive a un paisaje de pastizales que actúa como barrera natural contra incendios.
El mayor apoyo ha sido la comunidad, que nos cede tierras constantemente.

Alejandro y Xabier junto a su ganado en una de las fincas.
¿Qué ayudas y dificultades han encontrado en este proceso?
El principal apoyo ha sido la comunidad local, que nos ha permitido acceder a las tierras y nos anima a continuar. También hemos recibido ayuda de otros ganaderos, cuyos consejos son siempre bienvenidos.
En cuanto a dificultades, la mayor ha sido la burocracia, con un exceso de papeleo que sin la gestión de la cooperativa Lemos habría sido imposible manejar. La simplificación de estos trámites facilitaría mucho el trabajo a las ganaderías.
El principal problema es el exceso de burocracia. Simplificar los trámites ayudaría mucho.
¿Por qué eligieron la raza cachena?
Optamos por la cachena porque es una de las razas autóctonas más distintivas, con una carne muy valorada. Su rusticidad y adaptabilidad la hacen ideal para diferentes terrenos y climas. Además, es una raza resistente, con escasa necesidad de atención veterinaria y fácil en los partos, lo que reduce la carga de trabajo.

Una de las vacas cachenas de la ganadería.
¿Cuántas hectáreas y cabezas de ganado manejan? ¿Cómo es su sistema de manejo?
Actualmente, contamos con 52 cabezas de ganado en 35 hectáreas, todas cedidas por vecinos.
Nuestro sistema de manejo consiste en la rotación diaria de parcelas de 4.000-5.000 metros cuadrados. Esto permite que cada parcela se use solo de cuatro a cinco días al año, asegurando un descanso de 361 días. Este método mejora el aprovechamiento del pasto, la alimentación del ganado, la composición del suelo y reduce la dependencia de forrajes. Solo suplementamos en los momentos más críticos de sequía en verano y en invierno de manera limitada. Además, hemos instalado puntos de agua fijos en el 90% de las parcelas, reduciendo enormemente el trabajo diario.
¿Las parcelas con las que trabajan son de su propiedad?
No, todas las tierras son cedidas por vecinos de la parroquia, lo que agradecemos enormemente. Sin su generosidad, este proyecto no sería posible.

Uno de los cierres de las fincas.
¿Han tenido casos de EHE? ¿Aplican algún protocolo de prevención?
Por ahora no hemos tenido ningún caso de EHE. En estos dos años, nuestros animales han gozado de buena salud y solo han requerido tratamientos veterinarios programados. Estamos dentro de la ADS y seguimos los protocolos obligatorios de saneamiento, además de realizar desparasitaciones.
¿Cómo es su sistema de comercialización?
Actualmente, vendemos directamente tanto animales para cría a otros ganaderos como carne embalada y lista para el consumidor. Esto nos permite evitar la dependencia de las fluctuaciones del mercado.
¿Qué tipo de fertilización aplican a los pastos?
Como trabajamos en ecológico, el uso de fertilizantes es muy limitado. La principal acción prevista es la cal en el suelo.
¿Cómo es la convivencia con la fauna?
Hasta ahora no hemos sufrido ataques de lobos, aunque sabemos que es un riesgo latente en la zona. Creemos que mantener el ganado en parcelas pequeñas ayuda a su protección, ya que permanecen juntos y se defienden mejor. Además, nuestras vacas “saben kárate”.
¿Cuáles son sus perspectivas de futuro?
Nuestro objetivo es seguir expandiendo la superficie de trabajo, recuperar más parcelas abandonadas y aumentar progresivamente el tamaño del rebaño. Queremos convertir Ferreirúa en un territorio vivo y sostenible.

Vista aérea de una de las fincas con cachenas.