Consejos para mejorar la gestión del auga en las ganaderías de leche

Cubrir el pozo del purín, recoger el agua de lluvia de las cubiertas de las naves o reutilizar el agua empleada en el lavado de la sala de ordeño son algunos consejos sencillos para mejorar la huella hídrica de las explotaciones

  1. Daniel Sánchez explica o funcionamento do sistema de auga da granxa durante a visita dos alumnos e alumnas de Fonteboa

Daniel Sánchez explica el funcionamiento del sistema de agua durante la visita de los alumnos de Fonteboa

Alumnos y alumnas de la EFA Fonteboa de Coristanco visitaron esta semana la ganadería Devesa Longueirón SL, situada en el ayuntamiento coruñés de Ponteceso, para conocer de primera mano las medidas que han adoptado para mejorar la gestión del agua en esta explotación.

La parte teórica de la formación fue impartida por Juan Castro Insua, del CIAM, que detalla algunos aspectos clave del uso del agua en las ganaderías de vacuno de leche para hacer una buena gestión de los recursos hídricos.

Un buen mantenimiento de las infraestructuras, tales como captaciones y conducciones de agua, bebederos, grifos y otras instalaciones hidráulicas, con revisiones periódicas, sería la premisa básica para evitar pérdidas y fugas que nos hagan desperdiciar agua.

Separar y aprovechar el agua de lluvia

Otra medida fundamental en un lugar con elevada pluviometría como es Galicia pasa por separar el agua de la cubierta de las naves, bien para recogerla y reaprovecharla, bien para canalizarla, en un estado de limpieza adecuado, hacia un cauce de agua.

Es una cantidad enorme de agua la que nos cae en los tejados. Es un recurso que está ahí para aprovechar en una siguiente fase

“Hay que recoger el agua del tejado de forma separada, es agua limpia a la que podemos dar un uso en la granja o que puede ir directamente para el prado o un río. El problema es si la mezclamos con efluentes de silo o del estercolero o acaba en la explanada por la que están pasando los tractores”, indica Juan.

Mantenimiento de los canalones y bajantes

Para evitar que el agua de lluvia se contamine, resulta fundamental un buen mantenimiento de los canalones para que no desborden, así como la limpieza de las bajantes y que estas no estén rotas o dañadas por golpes.

Los canalones y bajantes hay que limpiarlos periódicamente porque se llenan de hojas en otoño o se rompen con frecuencia por algún golpe

La segunda fase, después de recoger de forma separada el agua de lluvia, sería hacer balsas en el entorno de la explotación para aprovecharla. Una cubierta de 2.500 metros cuadrados como la de la ganadería Devesa Longueirón recogería unos 3.250 metros cúbicos de agua al año (resultado de multiplicar la superficie por la media de precipitaciones anual, de unos 1.300 litros). “Una vaca bebe 3,6 metros cúbicos de agua al año, por lo que podríamos dar de beber a 900 vacas”, compara el investigador del CIAM.

Almacenar agua para los periodos de sequía

Juan es partidario de hacer pequeñas infraestructuras de almacenamiento de agua en las explotaciones porque, dice, “cada vez más hay mayores oscilaciones en las precipitaciones y menor regularidad en la lluvia, con más periodos de sequía y escasez prolongada y otros de tormentas y fuertes lluvias”.

Cada vez hay más oscilaciones y menor regularidad en la lluvia, con más periodos de escasez y otros de tormentas

Como ejemplo, saca los datos de Meteogalicia de este año, que indican que en la zona de Santa Comba “en estos últimos 15 días van acumulados 500 litros por metro cuadrado mientras en el mes de julio prácticamente no llovió nada”.

Por eso, recomienda a las explotaciones adaptarse a esta consecuencia del cambio climático y regular sus reservas hídricas con actuaciones de recogida de aguas. “Hay que hacer balsas y depósitos para poder guardar agua de los momentos lluviosos para los periodos de sequía. En Galicia tenemos que empezar a pensar en estas cosas”, asegura.

Hay que hacer balsas y depósitos para poder guardar agua para los periodos de sequía

Con la nueva regulación normativa, recogida en el Reglamento Hidráulico, se señalan unos máximos de agua que se pueden reutilizar de lluvia de 7.000 metros cúbicos al año en cada finca. “Tenemos que empezar a trabajar en estos temas, como ya se está haciendo en otras zonas de España, bien sea para riego, para beber los animales o para otros usos como la limpieza”, indica.

No competir con el agua de la traída

Gran parte del agua que se emplea en las explotaciones gallegas viene de fuentes y pozos propios. Esto permite no competir en verano con el agua de las traídas municipales o comunitarias que se emplean para beber la población. Del mismo modo, al no tener que pagar por el agua, el coste para las ganaderías es menor que si la tuvieran que comprar.

Gran parte del agua que se emplea en las explotaciones gallegas viene de fuentes y pozos propios

“Cada vez más va a haber recursos hídricos limitados y hay que procurar que el ganado no compita con el agua de beber la gente, sobre todo en periodos críticos como el verano”, defiende Juan Castro.

“En los bebederos tiene que ser agua limpia, pero no tiene por que estar clorada o potabilizada y para limpiar el patio de espera sería absurdo usar agua clorada. El agua de una bajante, con filtros o decantadores adecuados, serviría perfectamente”, añade.

Proteger el perímetro de los manantiales

En una captación de agua, no solo importa la cantidad, sino la calidad de ese agua. Por eso, el investigador del CIAM es partidario de proteger los perímetros de protección de esas fuentes de agua, evitando, por ejemplo, aplicar purín para evitar su contaminación por nitratos.

“En este momento hay un vacío legal, porque no se puede aplicar purín en las franjas de protección de los cauces fluviales (5 metros), pero no es así alrededor de las captaciones de agua”, explica Juan.

En este momento hay un vacío legal alrededor de las captaciones de agua

Es una situación que podría cambiar en breve a nivel autonómico. “En el nuevo plan hidrológico Galicia-Costa se va a hacer hincapié en la protección a manantiales de captación y abastecimiento humano de carácter público, por ejemplo los municipales”, detalla.

Dependiendo del volumen de la captación, el perímetro de protección sería de 200 metros para una villa o ciudad y de 35 metros para una casa particular, pero hay muy pocos perímetros de protección establecidos. “Los de los balnearios son los únicos que están establecidos”, aclara.

Gestionar bien el agua de limpieza

En Devesa Longueirón SL reciclan a auga de lavar a sala de muxido para baldear a sala de espera do gando

En Devesa Langueirón SL reciclan el agua de lavar la sala de ordeño para baldear la sala de espera del ganado

A nivel de granja pueden adoptarse también otra serie de medidas de aprovechamiento del agua que son sencillas de implementar. Por ejemplo, gestionar bien el agua de limpieza. Para baldear los patios, pasillos o la sala de espera puede reutilizarse de la propia lluvia, de la recogida de los tejados, o de la sala de ordeño.

Es importante separar el agua procedente del lavado de la sala de ordeño y no mandarla para el pozo del purín

“La limpieza de la lechería y la sala de ordeño, por normativa higiénica, tiene que hacerse con agua potable, pero la de la sala de espera no”, explica Juan. Para no desperdiciar agua es importante tener un suelo que sea fácil de limpiar y que permita hacerlo en el menor tiempo posible y con el menor consumo de agua posible. “Hay que procurar que el hormigón no tenga grietas y no esté desconchado para que no acumule suciedad, o que los azulejos o el suelo de la sala de ordeño estén en buen estado, para gastar el menor agua posible en su limpieza”, ejemplifica.

Cubrir la fosa de purín

Fosa de xurro cuberta da granxa, con capacidade para 5 millóns de litros

Fosa de purín cubierta de la granja, con capacidad para 5 millones de litros

Entre heces y orina una vaca excreta unos 60 litros de agua al día. A eso habría que añadir entre 13 y 15 litros de agua de limpieza, por lo que el volumen de agua que va a la fosa del purín diariamente es de entre 73 y 75 litros por UGM. “Es importante tenerlo en cuenta para dimensionar adecuadamente la fosa, en función del número de animales y el tiempo que va a estar ese purín almacenado, pero independientemente de la capacidad no se debe mandar para la fosa agua innecesaria”, recomienda Juan.

En un lugar como Galicia cubrir las fosas del purín se presenta como una medida idónea. “Si la fosa está descubierta perdemos capacidad de almacenamiento que ocupa el agua de la lluvia y rebajamos el poder fertilizante del purín, porque lo único que vamos a hacer es transportar agua y perder el tiempo y el gasóleo, que es uno de los insumos que más ha subido, y estaremos emitiendo más CO2 en los viajes que damos con el tractor”, argumenta.

Si haces números cubrir la fosa es una inversión rentable que enseguida se amortiza

“Invertir en la cubierta y dimensionamiento de la fosa ayuda a tener tranquilidad al ganadero y a poder gestionar mejor la aplicación del purín, para echarlo en las tierras en el momento en que el cultivo lo requiere y no cuando la capacidad del pozo lo determina. Si haces números es una inversión rentable que enseguida se amortiza”, asegura Juan.

Purín con más materia seca

Tener la fosa cubierta permite contar con un purín más concentrado y uniforme. “Si quitamos el agua de la lluvia vamos a tener un purín más estable en su composición, que es más fácil de dosificar porque no varía. Siempre es conveniente tapar la fosa y luego añadir o no agua en función de la necesidad. Es absurdo arriesgarse a tener la fosa desbordando y va en contra de las buenas prácticas agrarias”, asegura Juan.

La ganadería Devesa Langueirón tiene una fosa cubierta de 5 millones de litros con una rampa para bajar con la cisterna a cargar. Eso permite tener un purín con menos humedad que en otras explotaciones con otro tipo de pozo, porque “el límite lo va a poner la capacidad de aspiración de la bomba de la cisterna y también el cultivo que hagamos”, indica el investigador del CIAM.

En Devesa Langueirón, el pozo, de 5 millones de litros de capacidad, está cubierto y tiene una rampa para cargar con la cisterna

Normalmente la humedad media del purín está en un 7%, pero en función del cultivo que se vaya a abonar, puede incrementarse considerablemente la densidad del purín. “Cuando echamos el maíz podemos hacer una gran utilización de purín lo más gordo posible, hasta un 15% o 16% de materia seca, que es el máximo que podemos manejar con la cisterna. Pero sei tenemos praderas de larga duración ese purín gordo no nos sirve, porque crea una costra y no infiltra”, aclara.

El purín gordo en el maíz se puede enterrar, pero en la pradera quema la hierba, crea una costra y no infiltraría

En la ganadería Devesa Langueirón manejan una superficie agraria de 200 hectáreas. En la mayor parte de ellas echan maíz, que rotan con raigrás. La aplicación de purín, contando el maíz y la hierba, es de 60 metros cúbicos por hectárea. “La buena gestión del agua va a repercutir en el valor nutricional del purín como recurso propio. Calculado en esta explotación, el valor del purín en la fosa sería de 235.000 euros, a los precios de hoy en día de los abonos”, asegura Juan.

Fonte: Balance de Nitrógeno de la Agricultura Española; MAPAMA 2019

Fuente: Balance de Nitrógeno de la Agricultura Española; MAPAMA 2019

Una vaca de alta producción, de entre 11.000 y 12.000 litros de leche, genera un valor de 500 euros sumando el nitrógeno, fósforo y potasio que produce al año: 125 kg de nitrógeno (N), 42kg de fósforo (P2O5) y 100kg potasio (K2O).

El purín es un recurso y no debe pensarse como un residuo

“Las explotaciones de vacuno que tenemos en Galicia, a diferencia de las explotaciones intensivas sin tierra, pueden hacer economía circular. Para ellas el purín nunca es un residuo. No podemos decir que tenemos un exceso de purines en Galicia cuando estamos gastando 36.000 toneladas de nitrógeno mineral al año, según los datos publicados por el Ministerio en los balances de nitrógeno y fósforo. Por lo tanto, no hay un problema de exceso de purín, sino de mala gestión”, insiste.

En Galicia se compran cada año 36.000 toneladas de nitrógeno mineral, que al precio que tiene hoy supone 100 millones de euros

“Galicia podría ser autosuficiente en abono haciendo una gestión eficiente de los abonos orgánicos. El valor económico que se podría ahorrar anualmente sería de 100 millones de euros, al precio de los abonos químicos actuales. Además, toda vez que para hacer 1 kg de N mineral se necesitan 16,15 KWh de energía, utilizando bien el abono orgánico en Galicia, podríamos ahorrar anualmente 577 GWh de energía, que traducido a gas natural serían aproximadamente 49 Hm3, o también la energía producida anualmente en Galicia por aproximadamente 270 molinos de viento de 0,81 MW”, detalla Juan Castro.

“El agua es un recurso más, que se debe aprovechar bien”

Sistema de auga quente da gandería Devesa Longueirón SL, ubicada en Ponteceso

Sistema de agua caliente de la ganadería Devesa Langueirón SL, ubicada en Ponteceso

El ciclo del agua en la ganadería Devesa Langueirón SL comienza en un manantial propio, situado a un km y medio de la explotación. “Tenemos un manantial y tenemos un pozo para usar en caso de emergencia, pero con el manantial arreglamos. Este verano no tuvimos problema a pesar de la sequía”, explica Xusto Sánchez, uno de los socios de la ganadería.

El agua de esta captación propia es conducida hasta la granja, donde se somete a un tratamiento con peróxido de hidrógeno (agua oxigenada), que sirve para eliminar la posible contaminación bacteriológica. “Antes empleábamos cloro para garantizar la estabilidad, pero ya hace tiempo que lo cambiamos por peróxido”, explica Xusto.

En Devesa Langueirón un manantial propio abastece a la granja

Una vez estabilizada, tratan de hacer una gestión lo más eficiente posible del agua, porque la consideran “un recurso más”. “Hacemos cosas que son lógicas y que fuimos implantando para tratar de aprovechar mejor el agua, reduciendo su consumo”, indica. Para eso, resulta imprescindible tener control de los distintos consumos, con medición de cada uno de los procesos que se llevan a cabo en la granja en los que el agua es necesaria.

Consumo: 200 litros por vaca y día

La explotación precisa de unos 100 metros cúbicos de agua al día, la mitad para los bebederos. Cada vaca bebe unos 100 litros al día y cuentan en este momento con 480 vacas adultas (la recría está externalizada), por lo que solo para el consumo del ganado equivale a unos 50.000 litros diarios.

Otros 50 metros cúbicos se destinarían al enfriamiento de la leche y al agua de limpieza tanto de la sala de ordeño como de la sala de espera y pasillos. La refrigeración de la leche se hace con agua. Emplean para eso entre 2 y 3 litros de agua por litro de leche. Por medio de intercambiadores, traspasan el calor de la leche al agua, que sale a 22 grados. “Es un recurso que tenemos ahí y que podríamos meter en los bebederos”, explica Justo.

Reutilización del agua de limpieza de la sala de ordeño

El agua de lavar el circuito de la sala de ordeño, que lleva los productos de limpieza, va para el pozo del purín. La de lavar los tanques de frío también, pero la de lavar la propia sala la recuperan y la reutilizan para lavar la sala de espera.

“Tenemos un pozo con dos compartimentos y con una bomba le damos presión para lavar la sala de espera. Es un depósito que lleva unos 30.000 litros que funciona como un tanque de decantación con un filtro básico que deja los sólidos separados”, detalla.

El agua de limpiar la sala de ordeño se recupera para emplearla después en la limpieza de la sala de espera del ganado

Precisan diariamente unos 6.000 litros de agua (6 metros cúbicos) para la limpieza de la sala de espera, que se baldea tres veces al día, una vez finaliza cada uno de los tres ordeños que realizan.

Una vez baldeada, el agua de la limpieza de la sala de espera del ganado, que lleva heces y orina, acaba en el pozo de purín. “La sala de espera está en la cabeza de los pasillos de la nave y después de lavar ese agua va para la fosa a través de la arrobadera”, indica Xusto. Ese agua de la limpieza que va para el pozo del purín representa menos de 15 litros por UGM al día.

Filtro verde antes de verter al río

El agua de los tejados está toda canalizada directamente y va al río. También el agua empleada para enfriar la leche que entra al tanque de frío va por esta misma conducción.

Antes de llegar al cauce fluvial tienen un pequeño filtro verde, con piedras y vegetación natural, como por ejemplo espadanas, que ayudan a acabar de depurar el agua antes de verterla al río. “No tenemos impacto ninguno en el río, no observamos alteración de ningún tipo por el agua que nosotros aportamos”, asegura Xusto.

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