La avispa velutina ha dado este año un respiro a los apicultores gallegos tras un 2023 con mucha presión sobre los colmenares. Aún así, la producción de miel no ha sido tan buena como se esperaba, con gran disparidad entre la costa y el interior.
La inestabilidad del tiempo durante la primavera mermó las cosechas en zonas dependientes del eucalipto y provocó problemas en la fecundación de los núcleos. En el verano, la enjambrazón fue la protagonista, y las dificultades para controlarla, con colmenas que enjambraron hasta en dos ocasiones, también afectaron a la cosecha final.
Este verano hubo menor incidencia de la velutina tras un año 2023 con mucho ataque a las colmenas
La ausencia de velutina permitió comprobar la incidencia real de la varroa, que sigue siendo el principal enemigo de las abejas. En el momento de sacar la miel y aplicar el tratamiento anual obligatorio (debe estar colocado antes del 31 de octubre), el nivel de infestación era elevado en muchas colmenas, sobre todo en las que más criaron.
El tiempo inestable en la primavera y el verano provocó mucha enjambrazón
Conocemos, con la ayuda de las distintas asociaciones que agrupan a los apicultores gallegos, cómo fue la campaña en las distintas zonas y las dificultades que están teniendo los productores para dar salida a la miel a granel. En cuanto al precio, se espera que suba ligeramente y se sitúe alrededor de los 3,5€ el kilo.
El castaño y la zarza salvaron el año
La presidenta del Consejo Regulador de la IXP Mel de Galicia, Esther Ordóñez, veterinaria de la Agrupación Apícola de Galicia, con sede en Barbadás (Ourense), relata la disparidad de cosecha este año en función de la floración predominante:
«En la costa la producción fue mala si solo dependían del eucalipto. Al principio sí que hubo entrada de eucalipto en las colmenas, pero lo comieron las propias abejas con las lluvias de la primavera», indica.
«En las zonas de costa con otras floraciones, como castaño o zarza, salvaron un poco la cosecha, porque la climatología que tuvimos en la primavera no le fue buena tampoco a las velutinas y las abejas pudieron trabajar. Otros años en junio y julio ya estaban bloqueadas las colmenas de costa, pero este año el asedio a las colmenas vino más tarde y pudieron trabajar esas floraciones», subraya.
Las floraciones del castaño y la zarza fueron más prolongadas y la presión de la velutina llegó más tarde
En el interior, sin embargo, la producción fue mejor que el año pasado, «pero llevamos unos cuantos años malos, así que hacía mucha falta», matiza Esther. La climatología que hubo este año, con ausencia de altas temperaturas en el verano, hizo que las floraciones de la zarza y el castaño duraran más y fueran más continuadas en el tiempo, por lo que además de una mayor producción de miel, permitieron «que las colmenas se prepararan mejor para la invernada con la entrada de ese polen». En cuanto a los mielatos, «entró algo, pero no tanto como se esperaba», dice.
«Antes con un tratamiento al año para la varroa era suficiente, ahora hacen falta dos»
No es fácil calcular la producción real de miel que hay en Galicia, donde según los datos del Ministerio de Agricultura hay unas 200.000 colmenas censadas. «No hay datos fiables de producción total, porque el Ministerio hace una estimación asignando a cada colmena una producción media de entre 20 y 25 kg, pero hace años que en Galicia no estamos teniendo esos rendimientos, ahora son de 10-12 kg por colmena», calcula Esther.
«Llegamos a tener 600.000 kg de miel en la IXP y ahora estamos en la mitad, es un síntoma de la caída generalizada de producción. Hay varios factores. La velutina afecta muchísimo en la zona de la costa y luego las abejas no pueden aprovechar bien el eucalipto. También afecta el cambio climático», dice.
Hay pocos medicamentos eficaces que poder rotar, por lo que cada vez la infestación de la varroa es más alta
Un tercer elemento sería la varroa. «Este año lo vimos claramente. Otros años la velutina tapaba más ese problema, pero este año todos vimos abejas con virosis delante de las piqueras. Hay pocos medicamentos eficaces que poder rotar, por lo que cada vez la infestación de la varroa es más alta», asegura. «Antes con un tratamiento al año para la varroa era suficiente; ahora hacen falta dos», afirma.
Debido al cambio climático, que suaviza los inviernos, en buena parte de Galicia no hay parada en la puesta de la reina, por lo que el tratamiento acaricida es menos efectivo al matar solo la varroa forética (la que se encuentra parasitando las abejas adultas), pero no la que se encuentra reproduciéndose en las celdas operculadas de la cría.
También merma la efectividad de los tratamientos a base del principio activo amitraz la velutina. Al bloquear las colmenas y haber menos movimiento de las abejas, se rozan menos con el medicamento en el caso de las tiras que funcionan por contacto.
«Si hay enjambres no hay miel»
Manuel Ferreira, presidente de la Casa do Mel de Goente (As Pontes), que reúne a 450 apicultores, principalmente en la zona de Ferrolterra, pero con socios también en la provincia de Lugo, en comarcas como A Terra Chá o A Mariña, destaca las dificultades este año para controlar la enjambrazón de las colmenas, lo que mermó la producción porque «si hay enjambres no hay miel», evidencia.
«La producción fue muy irregular, en las que se dio controlada la enjambrazón tienen miel y en las otras quedaron bastantes zanganeras, sobre todo en las que enjambraron a última hora», describe.
Hay poca miel, pero por la velutina no ha sido este año
«Hay poca miel, pero por la velutina no fue este año, porque velutina hubo muy poca», reconoce. «Lo que sí hay es bastante varroa, porque las colmenas criaron mucho y la varroa se reprodujo más», asegura.
Buena producción en la provincia de Lugo, salvo en A Mariña
Manuel Sande, secretario de la Asociación Provincial Lucense de Apicultores (APLA), con 400 socios, detalla las diferencias de producción alcanzadas en las distintas zonas: «En la costa mal, en la zona centro hasta Chantada y Sarria las producciones fueron buenas y en la Ribeira Sacra y O Courel hubo muy buena cosecha. En la montaña depende de los sitios, en A Fonsagrada fue escasa, pero en la zona de Os Ancares y de Pedrafita fue buena».
En las zonas en las que el año pasado hubo muchísima velutina empieza a haber ahora algo de presión sobre las colmenas
La provincia de Lugo fue la más afectada por la velutina el año pasado, llegando a colonizar zonas altas de las comarcas de montaña que hasta ahora habían tenido una menor presencia. Aunque este año su incidencia disminuyó considerablemente en estas áreas, los efectos de la acumulación de nidos en 2023 se siguen notando. «La velutina está empezando a presionar ahora en algunos colmenares, sobre todo en los situados en las zonas en las que el año pasado hubo muchísima. Haría falta que les llegara frío para cortar esos ataques», indica Manuel.
«La cosecha de brezo fue escasa»
David Liñares es uno de los apicultores de referencia en la comarca del Deza y organiza la feria Alvariza, que en los últimos años se celebra en Lalín. Cuenta con colmenares en distintas zonas y afirma que «si comparamos con el año pasado fue un buen año, pero si comparamos con un año normal fue un año regular».
«Aquí recogemos principalmente eucalipto en las zonas bajas, brezo en la montaña y castaño y zarza en las zonas intermedias. La cosecha del eucalipto fue pésima, la de brezo escasa y la de castaño y zarza normal», resume.
Si comparamos con el año pasado fue un buen año, pero si comparamos con un año normal fue un año regular
En cuanto a la velutina, David agradece que «después de tanta tempestad de los últimos años venga un poco la calma» y dice: «qué bonita era la apicultura sin la velutina». «Este año empieza a haber algo ahora, pero la abeja se está preparando ya para invernar», afirma.
«La floración del eucalipto se adelantó y las abejas no la aprovechan»
José María Bello es el delegado de la Asociación Galega de Apicultura (AGA) en la comarca de O Morrazo, una zona históricamente con buenas producciones de miel que este año no se dieron. «En general, en esta zona la cosecha fue mala, pero después hay peculiaridades. Yo considero que los 22-25 kilos por colmena de este año es una media baja para esta zona», opina.
Aquellas colmenas que las velutinas debilitan y dejan en 5-6 cuadros de abejas no pueden producir hasta febrero-marzo por lo menos
«El año pasado desde la costa desde Caldas hacia el sur la floración del eucalipto vino muy temprano, los eucaliptos ya estaban florecidos desde mediados de noviembre y principios de diciembre. Eso antes no pasaba, antes venían a finales de enero. La presión de la velutina en el verano llega a debilitar tanto las colmenas que les pasa la floración del eucalipto sin aprovechar nada de esa floración. Y en zonas como O Morrazo, donde la cosecha de miel depende al 65% del eucalipto, perder esa cosecha es un fracaso rotundo, por lo que aquellas colmenas que las velutinas debilitan y dejan en 5-6 cuadros de abejas no pueden producir hasta febrero-marzo por lo menos», afirma.
La climatología adversa de la primavera hizo también que las abejas comieran las reservas de miel que tenían acumuladas. «Yo tenía colmenas a finales de febrero con 3 medias alzas llenas de eucalipto que después comieron en dos momentos de mal tiempo en la primavera, en los que hubo 10 días de lluvia seguidos, uno en marzo y otro en Semana Santa», recuerda Chema.
El tiempo cambiante terminó desestabilizando las colmenas. «Después del mal tiempo se pusieron a enjambrar todas y hubo núcleos que tardaron mucho en fecundarse y tras hacer la primera puesta cambiaron la reina», cuenta.
«Tuvimos una primavera cambiante que pilló muy desprevenida a la velutina»
En toda Galicia fallaron muchos núcleos hechos del 20 de abril al 20 de mayo. «El tiempo fue nefasto para las abejas, pero para la velutina también; la pilló muy desprevenida», asegura Chema.
«Este año maté 200, menos de la mitad que el año pasado. Los que se mantuvieron fueron los nidos más urbanos, buscando el abrigo de las viviendas y de las zonas habitadas. Pero los nidos que había en el monte casi desaparecieron este año y los de los cauces de los ríos supusieron 5 de cada 100 este año».
La tendencia de que las velutinas se acerquen a las casas está ahí y continuará
«En O Morrazo tenemos menor incidencia de velutina porque hay gente que le planta cara desde hace años. Aquí la presión de la velutina debilita las colmenas, pero no las mata por lo general, salvo las débiles o las que ya contaban con alguna deficiencia o problema», asegura. «Este año hubo poca y no molestó», dice.
Los problemas en Mieles Anta reducen las alternativas para la venta a granel

Carteles colocados por algunos apicultores en la zona de Bóveda denunciando los impagos de Mieles Anta
Mieles Anta, la empresa nacida en 1981 en Samos y que llegó a aglutinar a gran número de pequeños productores del sur de Lugo hasta convertirse en la principal empresa de mieles gallega, atraviesa momentos convulsos desde la muerte de su fundador, David Corral, en enero del 2020.
Los problemas económicos de la empresa, con instalaciones de envasado y distribución en los polígonos industriales de Bóveda y de La Coruña, están complicando su actividad, arrastrando deudas con los productores a los que compraba la miel y que este año se están encontrando con dificultades para dar salida al producto. “Este año va a ser un caos; hay que buscarse la vida pero está el tema complicado”, reconoce algún productor.
La empresa atraviesa momentos convulsos desde la muerte de su fundador, David Corral, hace 4 años
Mieles Anta declaraba tener 14.000 colmenas y una producción propia anual de 280.000 kilos, más otros 80.000 que compraba directamente a otros apicultores. A nivel de comercialización, las distintas marcas de la empresa (Mel da Anta, Pazo de Lusío y Toca) estaban posicionadas tanto en supermercados gallegos como a nivel estatal e internacional, en países como Reino Unido, China o los EEUU. En los últimos años había apostado por crecer en la producción ecológica, con más demanda fuera, pero hoy en día algunas de las colmenas que poseía en la zona del Courel han sido abandonadas y la empresa fue expulsada de la IXP Mel de Galicia.
Mieles Anta lograba dar salida a una parte importante de su producción fuera de Galicia
Con Mieles Anta fuera de juego, y más allá de la miel que asociaciones como la Casa do Mel de Goente o la cooperativa Erica Mel puedan recoger de sus asociados, Carballal, en Ourense, es de las pocas opciones que tienen este año los apicultores para la venta a granel.
En el caso de la cooperativa de Arzúa, en esta campaña está regulando la entrada de miel de los socios (más de 200, de los cuales la mitad realizan entregas) calculando el promedio de los últimos años. “Este año ha habido mucha miel en algunas zonas y estamos limitando un poco las entregas precisamente para no tener que vender después a granel, pero estamos siendo flexibles”, aseguran. “Nosotros vendemos toda nuestra miel envasada y contamos con el certificado de calidad IFS, que muy pocas envasadoras tienen. Comercializamos a nivel de toda España”, añaden.
Erica Mel cuenta con más de 200 socios y aproximadamente la mitad entregan miel a la cooperativa
En cuanto a la Casa do Mel de Goente, recoge la miel de los productores que forman parte de la asociación en función de la demanda que va teniendo y está recepcionando aún en este momento miel del año pasado. La cosecha en la zona no ha sido buena en esta campaña, lo que permitirá en parte dar salida al excedente de otros años.
La Casa do Mel recoge en función de la demanda y está recepcionando aún miel del año pasado
En cuanto al precio, que ha caído en los últimos años, se prevé que suba ligeramente en esta campaña hasta acercarse a 3,5 €/kilo, pero situándose aún por debajo de los costos de producción, en los que no se deberían tener en cuenta los cobros de la PAC, dado que se trata de ayudas por la labor de polinización que realizan las abejas y que no perciben todos los apicultores (tan solo aquellos con más de 80 colmenas repartidas en 2 colmenares distantes entre sí más de un kilómetro).
La mitad del censo de colmenas que hay en Galicia es de autoconsumo; teóricamente esa producción no llegaría al mercado
Legalmente, los apicultores de menos de 150 colmenas dados de alta en producción primaria no podrían vender en tiendas, porque la autorización de venta está destinada al consumidor final (clientes que compran directamente al apicultor o comercialización en ferias), pero la permisividad de la Administración hace que muchas tiendas se surtan de ese tipo de miel, cerrando así puertas a los apicultores profesionales, que en muchos casos no encuentran más alternativa que la venta a granel.
Situación del mercado fuera de Galicia
La miel a granel para Alemania, uno de los principales destinos de la producción gallega, ha reducido sus volúmenes en los últimos años. “Están entrando otras mieles con características similares a la gallega, miel de bosque de color oscuro, por ejemplo de Turquía, Argentina, Etiopía, Rumanía o el norte de África, que también tienen mieles oscuras pero con unos costos de producción muy inferiores”, relata Esther Ordóñez, la presidenta de la IXP Mel de Galicia.
La miel a granel certificada por la IXP cuenta con ventajas para la exportación, ya que en el caso de las monoflorales de castaño y eucalipto llegaría con el 70%, mientras que fuera de la IXP se exigiría un 90%. Se ha reducido también el porcentaje de brezo del 45% al 30%, y si no se forma parte de la IXP no se puede etiquetar como mielada o miel de bosque.
Para exportar miel monofloral de castaño a Alemania, si estás en la IXP te llega con un 70%, pero fuera de la IXP te piden un 90%
Dentro de la IXP hay en este momento 43 envasadoras y 300 productores, que representan una pequeña parte de los apicultores existentes. “Somos conscientes de que tenemos que transmitir al sector la necesidad de apoyar y apostar más por la IXP, porque es un marchamo de calidad y una diferenciación respecto a otro tipo de mieles. Garantiza calidad diferenciada, con parámetros más exigentes que la normativa estatal, y una trazabilidad absoluta desde la colmena al punto de venta”, destaca Esther. El costo para el productor por kilo de miel certificada es de 17,5 céntimos, incluida la contraetiqueta.
Galicia cuenta con el 6% de las colonias de abejas del Estado y produce unos 3 millones de kilos al año, el 8% de la miel española
El sector apícola gallego ocupa el tercer lugar de España en número de explotaciones, con casi 5.000, que representan el 14% del total estatal, situándose solo por detrás de Castilla y León y Andalucía. Son generalmente pequeñas explotaciones que suman alrededor de 200.000 colmenas y que suponen algo más del 6% del total nacional de colonias de abejas.
“Hay muchas comunidades que están tratando de tener una IXP o Denominación de Origen, pero no es tan sencillo”, explica Esther. En España hay en este momento otros 7 sellos de calidad: Alcarria (Castilla-La Mancha), Granada, Tenerife, Villuercas-Ibores (Extremadura), Liébana (Cantabria), Ibiza y Asturias, las dos de reciente creación (en el caso de Asturias está pendiente aún de aprobación por parte de la UE). De todas ellas, Mel de Galicia es la que más colmenas y productores tiene inscritos y la que más miel certifica. De hecho, más de la mitad de la miel certificada en el conjunto de España es gallega.
La IXP es un nexo de unión para el sector y este año está habiendo más contraetiquetado que en la campaña pasada
Desde la IXP se está pidiendo también a la Xunta de Galicia la elaboración de un Plan Estratégico para la Apicultura similar al que se ha hecho para otros sectores (lácteo, vacuno de carne, vino, huerta y flor ornamental) y la defensa ante el Ministerio de la calidad diferenciada de la miel gallega, con características propias y monoflorales que no hay en otros lugares, para lograr su valorización. “A veces desde Madrid se mira más por la apicultura del Sur”, se queja la presidenta de Mel de Galicia.