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El Diario Oficial de Galicia (DOG) publicaba la resolución de las ayudas a los planes de reestructuración y reconversión de la viña en Galicia el pasado 15 de enero. Tras un primer análisis, desde el Sindicato Labrego Galego advierten de que «al igual que en la pasada convocatoria de estas subvenciones, son las grandes bodegas las grandes beneficiadas en detrimento de las pequeñas y de los viticultores y viticultoras».
De esta vez, tocaba repartir una partida de 668.893 € entre las 59 personas beneficiarias que superaron los requisitos exigidos. «De estos dinero, 46.242 € fueron a caer de nuevo en la bodega riojana Ramón Bilbao, propietario de la bodega Mar de Frades, en Rías Baixas. En las ayudas de la convocatoria pasada ya había llevado 156.710 €, acaparando el 21% del presupuesto destinado a ese fin en 2017-, que este año consiguió el tercer puesto en el podio de las subvenciones más grandes. Entre las ayudas a la reestructuración de 2017 y 2018, Ramón Bilbao suma 202.952 €», explican desde el SLG.
Le siguió, en el cuarto puesto, con 44.858 €, la empresa Agrogalir, propiedad también de las bodegas riojanas CVNE que compraron en 2017 Viirxe de Galir, de la DO Valdeorras. Con importes más humildes, también recibirán subvención de Medio Rural González Byass (Jerez, Cádiz), con 8.983 €, y Envinate SL (Albacete), con 5.069 €. «Todas estas empresas de fuera de Galicia quedaron con casi el 16% del presupuesto», advierten desde la organización agraria.
Además, desde el Sindicato Labrego recuerdan que en los primeros cinco puestos absolutos, en primer lugar se sitúa Lagar de Fornelos (Rías Baixas), con 105.179 €; en segundo, Terras Gauda (51.159 €, después de una ayuda el año pasado de 61.907 €); y tras Ramón Bilbao y CVNE, repite también en el podio Bodegas Campante en el quinto puesto, con 38.320 € (en 2017, llevó 27.451). En total, los cinco primeros beneficiarios de las ayudas a la reestructuración del sector vinícola en la Galicia de 2018 suman 285.758 €, que suponen casi el 43% del presupuesto destinado la estas ayudas.
«Las reglas del juego de Medio Rural favorecen la concentración en pocas manos y el abandono»
Desde el Sindicato Labrego Galego consideran una vez más que «este reparto de fondos públicos es injusto, pues se está utilizando para concentrar cada vez más la producción vitícola en menos manos, favoreciéndose el crecimiento de las bodegas más grandes que, de seguir así, tendrán cada vez un mayor dominio sobre la producción, los precios de la uva, el mercado y el sector».
«Por el contrario, las reglas del juego que impone Medio Rural condenan a los proyectos de menor dimensión a quedar marginados. Y una buena prueba son las bases de estas subvenciones, muy difíciles de cumplir y costear para las pequeñas bodegas y los viticultores y viticultoras», advierten.
«Por ejemplo, la Consellaría de Medio Rural te obliga a encargar los trabajos de nueva plantación de viñedo, con independencia de la superficie de la que se trate, a una empresa, con lo cual la pequeña subvención a la que puedes aspirar, cubre una parte ridícula de los gastos. Las grandes bodegas, por el contrario, con personal técnico en nómina y grandes sumas de capital para invertir, lo tienen mucho más fácil», explica Bernardo Estévez Villar, responsable del sector del vino en el SLG.
«Con estas reglas del juego, el abandono en el sector vitícola seguirá in crescendo, como hasta ahora, y las grandes empresas del sector acaparando tierras y mercados en detrimento de un medio rural vivo con familias trabajando y viviendo de la tierra y en la tierra», advierte.
