El 2023 se presenta como un año de cambios en las explotaciones lecheras. A la entrada en vigor de la nueva PAC se suman una serie de normativas en materia de abonado, ordenación de granjas y digitalización que obligarán a las ganaderías a modificar rutinas y hacer inversiones y que suponen una amenaza para las más antiguas.
Trala su aprobación a finales de diciembre, el calendario de aplicación de estas nuevas normativas es inminente. A partir de septiembre las ganaderías que trabajen más de 30 hectáreas de terreno deberán contar con un Cuaderno de Explotación digital en el que deberán ir apuntando los trabajos realizados en cada parcela, así como las aplicaciones de abonos y tratamientos fitosanitarios efectuadas. Para el resto de explotaciones entrará en vigor el 1 de julio de 2024.
Las ganaderías tendrán de plazo un mes para hacer esas anotaciones y a partir de 1 de enero del 2024 los sistemas informáticos deberán incluir la herramienta de sostenibilidad agraria para nutrientes. Además, no se podrá echar el purín con los sistemas actuales de plato o abanico, excepto en fincas de menos de 2 hectáreas o con una pendiente superior al 10%, en virtud del Real Decreto de Nutrición Sostenible de Suelos Agrícolas.
Las nuevas normativas han sido aprobadas en plenas Navidades, en la última semana de diciembre, y son por el momento desconocidas para la mayoría de los ganaderos
A mayores, habrá una serie de exigencias en lo relativo a las instalaciones con las que cuentan las explotaciones y el bienestar de los animales, en función del Real Decreto de Ordenación de las granjas de vacuno. Según establece la normativa, desde el 1 de enero de 2025 las ganaderías de más de 180 UGM deberán disponer de un patio exterior al que puedan salir los animales, una obligación que se extenderá a las ganaderías de más de 20 UGM tres años más tarde.
A partir de 2026 los establos ya existentes deberán contar con elementos que permitan minimizar el estrés térmico de los animales, los comederos y bebederos deberán ser suficientes para evitar situaciones de competencia y el número de vacas por lote no podrá superar el número de cubículos y plazas de alimentación disponibles.
Algunos aspectos quedan a expensas de la regulación por parte de las comunidades autónomas
Son todos cambios normativos aprobados en la última semana de diciembre, en plenas fiestas navideñas y, aunque anunciados durante meses, desconocidos por buena parte del sector. Las nuevas exigencias cogen en muchos casos a los ganaderos desinformados y a las ganaderías sin estar adaptadas o con escaso margen para hacerlo.
Hablamos con organizaciones agrarias y cooperativas para evaluar el grado de adaptación a la realidad gallega de algunas de las medidas y la capacidad de cumplirlas por parte de las explotaciones.
José Luis Pérez, Agromuralla
“Ou cuidas de los animales y las tierras o cubres papeles, para todo no da el tiempo”
Desde la asociación de ganaderos y ganaderas Agromuralla se incide en la carga de burocracia y trabajo que las nuevas normas van a llevar aparejadas. “En cada granja casi va a tener que haber un secretario para que te lleve los papeles, porque o cuidas de los animales y las tierras o cubres papeles, para todo no da el tiempo”, afirma su presidente, José Luis Pérez Barreiro.
“El cuaderno digital es más burocracia, supone cumplimentar más formularios. Y el problema es que cada vez que se burocratiza algo es un gasto a mayores para el ganadero que no se ve repercutido en el valor de nuestro producto”, se queja.
“Ahora la mayoría de granjas van a tener que contratar un técnico más para que les haga el Plan de Abonado, que es imprescindible en el Cuaderno de Explotación dependiendo de las características de la granja, pero las granjas que quedamos produciendo leche en Galicia ya tenemos todas más de 10 ha y estamos obligadas”, dice.
El Cuaderno Digital te come muchas horas si quieres llevarlo al día
En su explotación, Caseiro SAT, ubicada en A Pastoriza, llevan dos años trabajando ya con un cuaderno digital. De esa experiencia José Luis destaca que es necesario dedicarle tiempo. “Te come muchas horas y tenerlo que llevar al día. En las campañas hay que meter muchos datos porque se convierte casi en un parte de trabajo diario y hay que tener unos conocimientos de informática que mucha gente no tiene”, insiste.
Hacer inversiones a corto plazo
En cuanto a las nuevas normas de gestión de purines, el presidente de Agromuralla considera que “viene dado por la mala gestión de la Administración a la hora de organizar las granjas”. “Las explotaciones intensivas sin tierra de pollos y cerdos de zonas como A Limia o Rodeiro son un poco el problema. No les estoy echando la culpa a ellos, pero por unos vamos a pagar todos. Se dieron licencias y autorizaciones donde no se deberían haber dado. Lo del purín es un problema generado por la Administración que nos traslada ahora a los ganaderos”, se queja José Luis.
Lo del purín es un problema generado por la Administración que nos traslada ahora a los ganaderos
Ahora, una vez creado el problema, dice, “aprueban una norma que va a repercutir en inversiones a corto plazo, porque la normativa está ahí”. “Durante muchos años se dieron ayudas para maquinaria pero no se priorizó la ampliación y cubrición de las fosas”, lamenta.
Se dieron ayudas para maquinaria pero no se priorizó la ampliación y cubrición de las fosas
Desde Agromuralla se insiste en que “no hay exceso de nitrógeno en Galicia” y proponen acuerdos entre granjas de pollos y cerdos que no disponen de superficie y ganaderías de vacuno, tanto de leche como de carne, que tengan capacidad para asumir ese purín en sus tierras. “El purín hay que gestionarlo bien, no es tirarlo de cualquier manera, pero no sobra. Solo hay que ver la cantidad de fertilizantes químicos que se compran cada año”, razona José Luis.
A las ciudades no se les está pidiendo la trazabilidad de sus residuos que se nos pide a los ganaderos
“Los ganaderos no nos negamos a cuidar el medio ambiente; al contrario, ya lo hacemos, porque somos los verdaderos gestores del territorio. Pero hay una doble vara de medir, porque a las ciudades no se les está pidiendo la trazabilidad de sus residuos que se nos pide a los ganaderos. Nosotros no tenemos donde echar nuestro purín pero quieren que echemos los lodos de las depuradoras de las ciudades”, se queja.
Flexibilización a nivel autonómico
Sobre el Real Decreto de ordenación de granjas, Agromuralla considera que “hay muchas exigencias que no son adaptables a las condiciones de Galicia”. “Hay que poner normativas que sean cumplibles y que se adapten a la realidad. Regular es necesario, pero lo que se regla tiene que ser realista y cumplible y para eso a la hora de poner las normas hay que contar con los que las vamos a sufrir y tener que aplicar”, razona José Luis.
Falta la adaptación de las directrices generales a la comunidad autónoma y le pedimos a la Xunta que flexibilice a nivel autonómico la norma
El presidente de Agromuralla le reprocha al Gobierno central “su desconocimiento de la realidad” y le pide a la Xunta “que ya que no hizo la presión suficiente en Madrid para que las directrices generales se hayan adaptado a la situación de Galicia, por lo menos que no aprieten más a nivel autonómico la norma y la flexibilicen lo más posible”.
“Con todo esto van a obligar a las pequeñas granjas a cerrar”
José Luis considera que para las explotaciones de mayor tamaño las nuevas exigencias normativas van a suponer un incremento de costes, pero para las granjas más pequeñas puede ser su sentencia definitiva. “En 5 años muchas de estas explotaciones se van a ver obligadas a cerrar. Sobre todo en el caso de ganaderías sin un relevo que están esperando la jubilación y a las que no les es viable hacer inversiones. En esos casos todas estas normas suponen su cierre prematuro”, lamenta.
Además de la necesidad de adaptar sus infraestructuras y maquinaria, la propia configuración de muchas explotaciones ya existentes hace inviable la aplicación de determinadas soluciones alternativas. “Las épocas de echar el purín coinciden con momentos de cosecha y siembra, por lo que el parque de maquinaria actual del que disponen tanto las cooperativas como las empresas de servicio no va a dar abasto. Y está el problema añadido de que en muchos casos las grandes máquinas no entran al estercolero o a cargar a la fosa de purín, sobre todo cuando no son establos nuevos y fueron creciendo y ampliando las instalaciones existentes”, dice.
Óscar Pose, UUAA
“Aplicar el decreto de purines es tanto como decirle a la gente que no va a cobrar la PAC”
El sindicato Unións Agrarias es muy crítico con la decisión final de los Ministerios de Agricultura y de Medio Ambiente de no permitir la aplicación de purines por los sistemas convencionales y anuncia que “dará la batalla” para que el Decreto no se aplique tal y como está aprobado.
“Yo esperaba que hubiese algo de cordura y que finalmente se permitiese el plato invertido. Eso sería lo viable, porque el planteamiento que hay ahora no es viable para las explotaciones, ni tampoco es posible que se fabriquen todas esas máquinas que serían necesarias para cumplir con el Decreto para enero de 2024”, asegura Óscar Pose, responsable del sector de leche.
El Decreto de purines aprobado es una medida para lavarse la cara ante Europa pero que técnicamente no se sostiene
En su opinión, el Real Decreto aprobado “es una medida para cubrirse frente a Europa pero que técnicamente no se sostiene, porque hay otras medidas mucho más efectivas para reducir las emisiones”. Propone hacer “lo mismo que se hace en otros países”, con soluciones como ampliar y cubrir las fosas de purín, mejorar la formación de los productores a la hora de aplicar el purín o fijar condiciones para que a partir de una determinada temperatura ambiental no se pueda echar.
Implicará perder las ayudas de la PAC
“Vamos a dar una batalla dura para que no se llegue a aplicar el Real Decreto, porque eso es tanto como decirle a la gente que no va a cobrar la PAC. Lo único que van a hacer es llevarse por delante a muchas explotaciones, y a las que no, suponerles un coste añadido”, argumenta Óscar.
Es partidario de que “se persiga a quién gestione mal el purín” pero pide “que no se criminalice a todo el sector”. “El purín no vacuno no es un residuo, es un abono. Si compramos abono químico para el maíz o para las praderas es porque no nos llega el purín que tenemos en las explotaciones. Y, si sobra el purín, también sobran los lodos de depuradora. Son debates que hay que abrir”, dice.
El responsable del sector lechero de UUAA ve “presiones del lobby del sector de los fertilizantes y del porcino” y considera una clara discriminación el hecho de que al vacuno de leche, responsable según los datos oficiales del 8% de las emisiones de amoniaco, si le obligue a una reducción del 40%; mientras las de porcino, que suponen el 20%, únicamente se tengan que reducir en un 8%.
En Galicia no tenemos un problema y donde lo hay no se debe al vacuno, por lo que no se va a solucionar con esta norma
“No queremos generar un enfrentamiento entre sectores, porque somos todos ganaderos, pero es una realidad que hay que contar, porque por mucho que se insista en Galicia no tenemos un problema y donde lo hay no se debe al vacuno, sino a la contaminación por acumulación de otras especies. Así que con esto no se va a solucionar el problema en esas zonas porque no está causado por las vacas”, afirma.
Los patios exteriores carecen de toda lógica
En cuanto al Decreto de Ordenación de granjas, “no supone cambios muy importantes para las explotaciones, pero sí una vuelta de tuerca más con exigencias, muchas de ellas ridículas, como cierres o registros, que no tienen mucha efectividad desde el punto de vista sanitario”, opina Óscar.
No tiene sentido ninguno obligar al vacuno a tener un patio exterior y no hacerlo con otras especies que están más acinadas. Carece de toda lógica
A respecto de los borradores iniciales ha habido una cierta “flexibilización”, dice, en cuestiones como las distancias a núcleos de población, pero quedan aspectos de la norma aún por pulir, considera. “Entendemos que en el caso de la exigencia de patios exteriores, se podrá adaptar a los períodos en los que las vacas estén secas. No tiene sentido en un establo en el que las vacas andan libres, tienen un espacio adecuado y un volumen de aire de buena calidad, exigir un patio exterior, sobre todo cuando en otras especies donde los animales están mucho más acinados no se pide”, compara. “Eso está puesto ahí por desconocimiento”, asegura.
En cuanto a la limitación del tamaño máximo de las granjas, considera que el tope fijado en 850 UGM “en Galicia prácticamente no nos afecta y sirve para proteger a las explotaciones pequeñas y medianas, que son las que tenemos aquí, las que manejan el territorio y hacen que tenga vida el rural”, afirma.
Para la aplicación del Cuaderno digital, Óscar ve “muy apurados los plazos” y espera “cierto margen de flexibilidad” para permitir a las explotaciones irse adaptando porque, dice, “hay que ser conscientes de la realidad que tenemos en el sector”. “Estamos cargando a las explotaciones de burocracia que incide en más costes de producción. Con esto vamos a obligar a las explotaciones a tener más técnicos contratados”, asegura.
Isabel Vilalba, SLG
“El número de cabezas tiene que guardar una relación equilibrada con la tierra que se trabaja”
El Sindicato Labrego Galego hace hincapié en la reducción de la carga ganadera como solución para cumplir tanto con la nueva normativa de purines como con distintos aspectos de la ordenación de granjas.
“El modelo que nosotros defendemos es en el que el número de cabezas guarda relación equilibrada con la tierra que se trabaja, por varios aspectos: por alimentación, para una menor compra de insumos, y para una gestión adecuada del medio”, argumenta su secretaria general, Isabel Vilalba.
Nos parece exagerado el número máximo de 850UGM; harían falta 400 ha de base territorial y en Galicia no hay ninguna granja que las tenga
“Por eso, nos parece exagerado el número máximo de 850UGM. Desde ese criterio de lograr un equilibrio entre tierra y número de animales, con 2UGM/ha haría falta mucha más base territorial porque estaríamos hablando de granjas de 400 ha, que no hay ninguna en Galicia”, dice.
El “despropósito” de las plantas de tratamiento de purines
“Es necesario apostar por un modelo sostenible y la base territorial es un parámetro necesario para eso. Lo contrario nos lleva a disfunciones como la concentración de cebaderos y el consecuente problema para las aguas”, afirma Isabel, que critica la intención de la Xunta de llenar Galicia de plantas de biogás.
“Otra cosa que nos parece un despropósito es el anuncio de las plantas de tratamiento de purines, esa es la consecuencia de apostar por un modelo equivocado. Si nosotros tenemos un modelo donde se prioriza el extensivo y dotar de base territorial a las granjas, ya habría una merma de las emisiones”, dice.
Los sistemas de inyección al suelo no funcionan bien con el tipo de purín que se genera en las granjas
El SLG tampoco está de acuerdo con los nuevos condicionantes impuestos para la aplicación del purín. “Estamos muy en contra de que se exijan esas grandes máquinas, cuando hablamos de inyección al suelo. Debe analizarse la medida con una mirada integral, porque la máquina tractora tiene que ser de gran potencia y si reduces las emisiones por meter el purín en el suelo pero tienes más emisiones por quemar gasóleo no has hecho nada”, razona.
Nos parece bien reducir las emisiones, pero hay otros métodos para hacerlo. La solución no son grandes máquinas sino medidas que estén al alcance de los ganaderos
Además, dice, “en cooperativas y en ensayos que se están haciendo estamos viendo que los primeros sistemas de inyección tienen múltiples problemas. Se atas can y no funcionan bien con el tipo de residuo que se genera en las granjas y lleva más tiempo echar el purín. Hay máquinas de ese tipo aparcadas en las cooperativas”, asegura Isabel.
El hecho de eximir a aquellas superficies de menos de 2 ha o con pendiente superior al 10% es un respiro
El SLG apuesta por el dimensionamiento de las fosas y por tiempos más adecuados de aplicación. “En esto es básico apostar por la investigación y desde el CIAM están apostando por modelos sostenibles sin tener grandes máquinas ni tener que hacer grandes inversiones que muchas veces no son sostenibles. La solución no tiene que venir por grandes máquinas y sí por un modelo sostenible y medidas de reducción más en las manos de los ganaderos”, concluye.
“El Cuaderno digital implica una complicación enorme”
“El Cuaderno digital para las granjas nos parece una barbaridad porque no añade nada nuevo, pero sí implica una complicación enorme y un gasto para muchas explotaciones”, se queja Isabel Vilalba.
“Sabemos la media de edad que tenemos en el sector, bastante elevada, y una cosa es hacer un trámite online concreto, que ya supone una complejidad, pero otra cosa es el día a día, y hacer estas anotaciones casi diarias van a obligar a muchas granjas a tener que recurrir a un gabinete externo”, asegura.
En otros países se optó por que estos cuadernos digitales fuesen una opción voluntaria
“En otros países se optó por que estos cuadernos digitales fuesen una opción voluntaria pero aquí se decidió hacerlo obligatorio. Eso es no conocer el sector que tienes y pensar que todas las granjas son grandes empresas que tienen una oficina para eso. El sector tiene una sobrecarga de trabajo enorme para meterle esta complejidad a mayores”, argumenta.
Además, dice, “el cuaderno digital no añade nada a nivel de trazabilidad y seguridad alimentaria porque ya existen esos libros donde se anotan los tratamientos y los animales que entran y salen de la explotación”. “Queríamos que la digitalización fuese una herramienta de mejora para las granjas y no un problema, y tal como está planteado en este momento es un problema”, concluye.
Ausencia de modelos oficiales
A pesar de la publicación del Real Decreto que lo regula y su entrada en vigor inminente ya en el mes de septiembre no existen aún cuadernos digitales oficiales a disposición de las explotaciones, ni de la Xunta ni del Gobierno central, algo de lo que se queja el SLG.
Yo recomiendo a la gente cautela, no vaya a ser que ahora compren un paquete tecnológico que después no esté homologado
“El sistema no está preparado aún. Debería estar disponible el modelo oficial exigido en el momento de aprobación del Real Decreto. Lo que tenemos ahora en el campo son empresas que están pensando en hacer su agosto con esto, pero los oficiales no han salido. Yo recomiendo a la gente cautela, no vaya a ser que ahora compren un paquete tecnológico que después no esté homologado o no se adapte a los modelos exigidos. La obligación es verdad que es próxima, pero yo recomendaría esperar a que salgan los modelos de la Administración”, recomienda Isabel.
Román Santalla, Cobideza
“El 50% de los socios se verán afectados y no podrán echar el purín con su cisterna actual”
La entrada en vigor dentro de un año de la prohibición de echar el purín con los sistemas de plato o abanico va a obligar a muchas explotaciones a adaptar su maquinaria o a externalizar los trabajos. Pero el problema es la capacidad con la que cuentan las empresas y cooperativas para acoger esa sobrecarga de trabajo con los parques de maquinaria actuales.
“En nuestro caso, el 50% de los socios se verían afectados por la normativa y no podrían echar el purín con su cisterna actual. Tendríamos un problema serio, porque no tendríamos capacidad para echar el purín a ese 50% de socios. E igual que nosotros, el resto de cooperativas y empresas de servicios”, reconoce Román Santalla, presidente de Cobideza.
La gestión del purín es algo muy complicado, porque cuando viene la campaña todo el mundo quiere en los mismos días y no hay forma de hacerlo
La cooperativa cuenta con dos cisternas con sistemas de tubos colgantes pero admiten que “el trabajo está siempre al límite y en el momento oportuno harían falta 20 cisternas”. Por eso, dice, “es necesario tener una cisterna en casa, porque la colectiva está bien, pero por servicio hay que tener la otra también”, asegura.
Hay un problema de acceso a la maquinaria; quieres comprar una cisterna y tienes que esperar un año por ella
Por eso, Román lamenta que el Ministerio no haya autorizado finalmente esparcir el purín con el sistema de plato invertido, mucho más fácil de incorporar a las cisternas actuales que hay en las explotaciones que los inyectores. “Con el plato invertido las emisiones son menores y cuando se saca el purín en invierno o en días de llovizna hay incluso emisiones negativas”, dice.
El de cerdo es un purín más fácil de gestionar porque es más líquido pero el de vaca atasca y causa problemas en los inyectores
“Eso hay que tenerlo en cuenta y ajustar el modelo un poco más antes de culpabilizarnos. No es legislar en un salón. Todos tenemos la mejor voluntad de hacer nuestros deberes en la reducción de las emisiones, pero tienen que hacernos algún caso”, pide.
A pesar de que en la versión definitiva del Real Decreto se redujo la dimensión requerida para las fosas de 6 a 3 meses, Román defiende que en las explotaciones hace falta capacidad de almacenamiento. “La comunidad autónoma tiene que olvidarse de las plantas de tratamiento y de andar transportando el purín para ellas; el purín hace falta para la tierra. Ese fertilizante es un valor añadido y la mayoría de explotaciones andamos justas”, reconoce.
Distancia de las granjas a las viviendas
En cuanto al Decreto de Ordenación de granjas, Román asegura que tiene “luces y sombras”. Defiende, por ejemplo, la utilidad de “poner techo a las granjas de gran tamaño”. “Había que buscar una fórmula legal para que ese tipo de granjas no proliferen, que para Galicia iban a ser un problema, pero al mismo tiempo que permitiese el establecimiento de granjas comunitarias, donde varios socios se unen para reducir costes y ganar en calidad de vida y yo pienso que el techo establecido, 850 UGM, es suficiente para eso porque para vivir de las vacas lo que hay que tener es una rentabilidad”, argumenta.
Necesitamos granjas de tipo medio donde puedan agruparse distintas personas para recudir costes y ganar calidad de vida, pero no necesitamos Noviercas
“Lo que me preocupa más es el sistema de gestión que hay que hacer en materia urbanística, como cierres perimetrales y control de accesos, aunque es positivo que no se fijen distancias, como estaba al principio, porque en Galicia no tenemos territorio para que una granja tenga que ponerse a medio kilómetro de las casas”, razona.
La normativa aprobada finalmente recoge que el establecimiento de nuevas explotaciones debe adaptarse a las regulaciones autonómicas y a los planes urbanísticos de los Ayuntamientos. “En Lalín, por ejemplo, tenemos que separarnos 50 metros del núcleo de población, a partir de esa distancia podemos hacer un establo”, ejemplifica Román.
“No es lo mismo una ganadería de 20 vacas que una de 180”
Para el presidente de Cobideza, lo que “no tiene sentido” del Real Decreto aprobado es “que se meta en el mismo saco las granjas de 20 vacas y las de 180”. “En ese baremo es en el que se mueve el 90% de las ganaderías gallegas y obliga a pequeñas explotaciones de 25 vacas a hacer lo mismo que una de 180 vacas. Para las pequeñas granjas puede ser el acicate para que desaparezcan antes”, asegura.
Hay que limar algunas cosas y estamos a tiempo de hacerlo aunque el decreto esté ya publicado
Por eso propone establecer el corte en 100 UGM, de manera que se adapte mejor a la realidad de Galicia. También en lo relativo a otras medidas como la exigencia de patio exterior para los animales para que, debido a las condiciones climatológicas gallegas, no se convierta en un “patio de castigo”.
Considera que, con la nueva regulación, “el modelo canadiense con el pastor eléctrico por encima lleva camino de desaparecer” pero, sin embargo, “la eliminación del emparrillado se aplaza bastantes años y si cuenta con una zona de cubículos no tendría problemas”, dice.
La gente oye rumores y poco más; lo primero que hay es una falta de información tremenda
El Cuaderno digital pide que se aplace su entrada en vigor porque “septiembre ya está ahí”. “Es una preocupación tremenda para las granjas porque lleva mucho tiempo y la gente no está preparada para eso y los sistemas informáticos muchas veces no funcionan bien. Se está queriendo pasar el mundo ganadero a tecnología punta y eso lleva consigo dificultades, no es todo tan fácil”, afirma.
Rosa Otero, CLUN
“La obligación de tener un patio exterior no es una medida que se adapte a Galicia”
Rosa Otero trabaja en el servicio de gestión técnico-económica que Clun presta a sus granjas socias y es la responsable de la Entidad de Asesoramiento de la cooperativa. Asegura que muchas de las normas aprobadas “no han cogido por sorpresa a los ganaderos porque llevaban años anunciándose”.
Desde la cooperativa han realizado ya 17 jornadas informativas en las distintas comarcas para informar a las ganaderías y pondrán su equipo de ingenieros agrícolas y veterinarios a disposición de los socios para asesorarlos en la aplicación de estas nuevas normativas.
Rosa pone el énfasis en que muchos de los cambios suponen para las granjas tener que hacer algún tipo de inversión, bien sea en materia de bienestar animal y reforma de las instalaciones, bien en adquisición de maquinaria o digitalización, y dice que “dependiendo de la situación financiera de cada granja, puede ser difícil acometer esas inversiones en los plazos que se establecen”.
Llevamos años incidiendo en estas materias e informando a los socios
También detecta que cuestiones como el Cuaderno digital o la obligación de elaborar Planes de Abonado “los ganaderos las ven como un requisito burocrático más”. “Y el problema grave de las explotaciones es la falta de mano de obra; tienen tanto trabajo que la documentación la dejan para el final”, reconoce.
Aspectos difíciles de cumplir
Las cuestiones que afectan al bienestar animal, dice, “son aspectos que desde la cooperativa ya estábamos recomendando porque son medidas que benefician a la producción, como dimensionar el número de animales a las instalaciones que tienes y que no haya superpoblación en los cubículos”, indica.
Las explotaciones que están diseñadas con 3 filas de cubículos tienen normalmente un 30% más de plazas de descanso que de alimentación
Un problema puede estar, cuenta Rosa, en la aplicación en las explotaciones que están diseñadas con 3 filas de cubículos “porque tienen normalmente un 30% más de cubículos que plazas de alimentación”, aunque Rosa espera que puedan acogerse a una salvedad recogida en la norma, que lo permite so se garantiza que todos los animales acceden, aunque sea por turnos, al pasillo de alimentación.
En invierno el patio exterior se convertirá inevitablemente en un lodazal
Otro requisito difícil de cumplir puede estar en el deber de contar con patios exteriores, “tanto si obligan a tenerlo cementado como si es una finca”. “Si es de cemento tienes que recoger el líquido y mandarlo para la fosa de purín, con lo que son cantidades muy grandes de agua que irían para el purín, restando capacidad de almacenaje. Y si está en tierra, en invierno se convertirá inevitablemente en un lodazal, que penalizaría en materia de bienestar animal. Por lo tanto, para Galicia no va a ser una medida muy adaptada, porque el bienestar que ganas por un lado, porque los animales salen fuera, lo pierdes por otro, porque van a estar encharcados en ese patio”, asegura.
Los ganaderos son profesionales de élite y quieren el mejor bienestar para sus animales
En cuanto a las medidas frente al estrés térmico, dice, “la mayoría de las granjas se han ido adaptando y este pasado año con la ola de calor en verano se colocaron muchos ventiladores y aspersores porque son cambios beneficiosos que suponen mayor producción”.
Fondos para adquisición de maquinaria
Las granjas más grandes llevan también años adaptándose a los nuevos deberes en materia de gestión y aplicación de purines. “Llevamos dos años metiendo en los planes de mejora tanto cisternas como ampliación de fosas, pero sobre todo aplicadores, porque la mayoría de las fosas se estaban dimensionando ya para 6 meses porque lo exigía Medio Ambiente y con lo que llueve aquí compensa tener las fosas cubiertas y, de hecho, la mayoría ya se han ido cubriendo”, explica.
Se esperan ayudas Next Generation para poner al día las cisternas
Las explotaciones tienen hasta enero de 2024 para eliminar el plato y abanico, por lo que se espera que el número de solicitudes aumenten dentro de los planes de mejora de este año. Es una inversión que se financia en un 35% con estas subvenciones, pero que requiere afrontar la otra parte al ganadero. “Se esperan también ayudas de los fondos Next Generation para ponerse al día en el tema de la maquinaria”, indica Rosa.
En el parque de maquinaria de Os Irmandiños en la Devesa, en Ribadeo, se van a adaptar las cisternas para hacer las aplicaciones de purines conforme a la nueva normativa y en caso de no ser suficientes está prevista la compra de alguna más. “El deber de Clun es darle servicio al socio que lo requiera. Si es muy grande la demanda hay prevista la adquisición de más equipos para tratar de cubrir esa demanda”, anuncia.