Unión de Consumidores de Galicia acaba de hacer público los resultados de su último estudio centrado en el desperdicio alimentario en los hogares gallegos, un estudio que pretende darse a conocer coincidiendo con la jornada que sobre esta materia tendrá lugar en Santiago de Compostela mañana martes 18 de junio.
Más de 600 personas participaron en la muestra de este estudio que de una forma accesible pretendía conocer en que medida las personas consumidoras gallegas mantienen determinados hábitos de consumo que pueden incidir de una manera muy directa en las cifras de desperdicio alimentario que se producen en los hogares.
En primero términos el estudio quería conocer como de implantado está el hábito de realizar previamente una lista de la compra antes de acudir a las tiendas, en este sentido cabe destacar que más del 69% elaboran siempre o casi siempre una lista de los productos que necesitan. Son los menores de 35 años los que menos siguen este tradicional consejo de las asociaciones de consumidores.(57%)
Más del 77% declara aprovechar las sobras para elaborar otros platos, por edades, son las personas mayores quienes más aprovechan los restos de comida (84%) y nuevamente son los menores de 35 años quienes menos uso hacen de restos para elaborar otros platos (56%).
A la hora de ir a comprar, y como aspectos que pueden influir en las cifras de desperdicio como consecuencia de no aprovechar al máximo su potencial, el 45% de los gallegos afirman acudir a ofertas del tipo 3×2 o similares. Casi el 73% afirma respetar siempre o casi siempre las fechas de consumo preferente a pesar de que en ocasiones el alimento pueda ser consumido. Sólo el 12% de los gallegos afirma comprar con asiduidad alimentos próximos a caducar, una práctica que no sólo puede suponer una ahorro para los bolsillos sino también contribuir a aminorar el desperdicio que se produce en el sector de la distribución.
Por grupos de alimentos, frutas, verduras y hortalizas son los que más veces acaban en el cubo de basura (un 50%), seguido de alimentos cocinados que sobraron (32%), carnes, friambres y embutidos (29%). Los que menos son las conservas (9%), lácteos (16%), pescado (17%) y alimentos congelados y preparados (18%).